Chapter 9 - 9

Adrián

Al día siguiente:

—Quiero más, Adrián— gimió Ruby.

Desperté por el sonido de la alarma, y mi cuerpo estaba sudoroso. ¿Qué demonios ha sido eso?

Me levanté y saqué la computadora de la cama.

¿Cómo puedo estar soñando con esa mujer? He perdido la cabeza. Todo me pasa por leer esa basura. A ese libro le hicieron brujería.

Tuve que bañarme con agua fría, mi cuerpo se sentía muy caliente y quería pensar que era por haberme quedado leyendo hasta tan tarde. No sé qué hacía leyendo eso.

Vanessa llegó a mi casa, y entró a mi habitación.

—Te enviaron el nuevo contrato por correo. ¿Ya leíste el guión?

—¿Qué guión?

—¿Qué guión? No me digas que no lo has memorizado, Adrián.

—No sé ni de qué hablas.

—¿Dónde tienes la cabeza metida? Tienes menos de una semana para memorizar ese guión. Espero no hagas quedar mal al director. ¿Cómo pudiste olvidar algo tan importante? Es la primera oportunidad que tienes en el cine, y tú estás pensando en pájaros preñados.

—No precisamente en pájaros. Si no en una maldición que ha caído encima de mi, mejor dicho debajo — pensé en voz alta, y tapé mi boca.

—¿Ahora de qué hablas?

—No me hagas caso. Dije algo que no debía. Descarga el contrato y sácale copia.

—Está bien.

Se fue a buscar mi computadora, y recordé que no cerré el documento.

—¡Espera, no la toques!— le grité.

—¿Por qué?

—Cosas de hombres— fue lo primero que se me ocurrió decir.

—Si hablas del porno que abres en tu computadora, ya estoy acostumbrada a lidiar con el.

—No, es solo que está sucia.

—Que asco me das. Al menos, ten cuidado donde la colocas. La dañarás si la mojas.

—No me refería a eso— suspiré molesto—. Olvídalo.

Busqué la computadora y cerré el documento. Si llega a verlo, va a pensar mal de mi.

5 días después:

Ruby

He estado con un bloqueo que no he podido escribir nada. Lo peor de todo es que, las ideas las tengo, pero cada vez que comienzo a escribir, la primera persona que me pasa por la mente es el acosador. Pensé en escribir una historia donde el protagonista no me recuerde a ese idiota, pero ha sido imposible. Todo de alguna manera se conecta. Es algo que me ha tenido de mal humor.

Por otro lado, él no ha dejado de escribirme para pedirme que borre la portada. No pensé que sería tan persistente. Incluso se ofreció a hacer lo mismo que el Sr. Jared, sobre tirarse fotos para que las añada a la historia. Primero peleaba para que las borrara, y ahora anda pidiendo que las vuelva a poner. Ese tipo es bipolar. No sé qué se trae con Jared, pero su asistente me dijo que por más que él me pidiera eso, que me negara. Ella se la pasa contándome sobre los estados de ánimos de él, como si me importara. Siento que ella quiere de alguna forma me acerque a Adrián, y no estoy interesada en aguantarme a ese idiota.

Comencé a escribir en el papel y me fui dejando llevar por los pensamientos que estaba teniendo. Al terminar de escribir un párrafo, me di cuenta que lo que estaba escribiendo era lo que estaba ocurriendo entre él y yo. El protagonista todo un acosador e idiota. Así que tuve una brillante idea. Decidí escribir lo que había sucedido entre los dos y cambiar varias cosas. Lo más probable si lo lee, terminará molesto y eso sería una dulce venganza. Se quedará solo y le daré el final que corresponde. Si fuera por mí, lo mataba en el primer capítulo, pero no, quiero que sufra.

Ese pensamiento me dio la inspiración suficiente para escribir la historia. Al terminar de escribir, y editar los tres primeros capítulos, decidí publicarla en mi cuenta.

Jared me dio el permiso de hacerlo y me pidió que le enviara lo que tengo hasta ahora. Estaba más que inspirada. Quizá salió algo bueno de todo esto. Ya quisiera ver su cara cuando la lea, porque sé que con lo acosador que es, será el primero en verla.

Adrián

—Estoy feliz de poder trabajar con usted — me dijo Susan.

Ella es la actriz con la que estaré trabajando en la escena de la película. Necesitaré de su ayuda para pulirme.

—Yo también. Espero pueda guiarme. Me encuentro algo algo perdido.

—Claro. Puedo enseñarte lo que desees— sonrió, y tiene una linda sonrisa.

«Podría enseñarte lo que desees, solo tienes que decir que sí»

Recordé esa escena de la historia de Ruby, y me sacudí. Es como si esa mujer estuviera aquí para atormentarme.

—¿Se siente bien?— me preguntó Susan.

—Sí, lo siento.

—¿Te sientes bien con la escena del beso?

—Sí, es parte del guión. ¿Por qué la pregunta?

—Hay personas que no les gusta, y más, si están comprometidos.

—¿Y quién le dijo que estoy comprometido?

—Es lo que dicen por ahí.

—Pues se equivocan. No estoy comprometido, y ni siquiera tengo novia. Por otra parte, es un simple beso, no es la gran cosa.

—Es bueno saber que piensa eso. Esa es la actitud que debe tener siempre.