Chapter 19 - 19

Llegamos a la casa y su teléfono sonó.

-¿Así que esa rata no ha dicho ni una sola palabra?-preguntó molesto-. Aumenten la dosis entonces. Ese infeliz habla porque habla- colgó la llamada.

-¿Qué le van a hacer?-pregunté asustada.

-Eso es algo que una mujer hermosa como tú no debe saber- acarició mi mejilla.

-¿Será que puedo decirle algo?

-Dime soy todo oídos- me prestó atención.

-¿Para qué me quiere?- llevé mis manos temblorosas a mi espalda.

-¿No es obvio? -me miró fijamente.

-No entiendo lo que quiere decir. Un día me utiliza, al otro día me saca a un lado. Un día me trata bien otro día me trata mal. No entiendo nada de usted- desvié la mirada.

-Entonces me estás diciendo que tienes interés en saber lo que quiero de ti, ¿cierto?- me agarró la mano.

-Sí.

-Ven conmigo- me llevó a la habitación.

-¿Qué pretendes? ¿Acaso planeas otra vez hacerlo?

-Me gustaría, pero no. Quiero que prepares tu maleta ahora-sacó una maleta, y la colocó encima de la cama.

¿Qué es lo qué quiere hacer?

Recogí todas mis cosas en la maleta para ir a buscarlo.

-Ya estoy lista, Akira.

-Entra al auto-me ordenó.

-¿A dónde vamos?

-Al extranjero

-¿Qué? ¿Cómo es eso posible?- pregunté sorprendida.

-Ya tenía este viaje planeado desde hace mucho, así que mandé a preparar tus documentos de antemano.

Jamás he ido al extranjero. Un viaje con Akira no sé si sea algo bueno, no sé lo que pueda estar planificando.

Nos dirigimos al aeropuerto, donde un Jet nos estaba esperando en la pista y, Akira me ayudó a subir.

-Ella es mi señora, estará viajando conmigo.

-Bienvenida a bordo, señorita- me dijo el piloto.

-Gracias.

Es la primera vez que estoy dentro de un avión y mis piernas temblaban.

-Puedes estar tranquila. Él es uno de los mejores pilotos, además no estás sola- sonrió, mientras me llevaba abrazada de espaldas a nuestro lugar.

-Este lugar es muy bonito, Akira. Aunque no sabía que los aviones tenían camas. Jamás vi uno igual, ni siquiera en películas. ¿Dónde están los demás?- miré alrededor.

-Realmente eres muy inocente- rio.

-No te burles de mi -me avergoncé.

-No hay pasajeros. Solo están abordo las dos azafatas y el piloto- me agarró por la cintura-. ¿No te gustaría hacerlo en un lugar como este?

-Akira- me ruboricé.

-Deberías de verte en este momento-rio.

Nunca había visto reír de esa manera a Akira. Luce muy dulce cuando sonríe.

-Estaremos unos días por el extranjero, tengo unos negocios que cerrar. Quizás es un poco arriesgado el estar llevándote conmigo, pero quiero hacerte entender varias cosas en este viaje- me agarró por la cintura, y me acostó en la cama de espalda a él.

-Aquí no, por favor.

-Muero de ganas, pero no te preocupes, no lo haré; aunque esto no dijiste que no se puede- besó mi cuello, y subía lamiendo cada parte, hasta culminar en el lóbulo de mi oreja.

-Basta, Akira- mi voz estaba algo ronca.

Sentir sus lengua y su respiración cerca de mi oído, me hacía perder la fuerza de voluntad.

-Esta parte es muy sensible, ¿no es así? ¿Se siente bien?- lamía y besaba mi hombro con suavidad.

Sus manos iban acariciando mi espalda y bajando a mis caderas, lo que me generaba un escalofrío en todo el cuerpo. Me sentía demasiado bien para detenerlo.

Acercaba su cuerpo a mi, haciéndome sentir su erección en mi trasero.

-Por favor, continúa- le pedí.

Llevó su mano a mi vagina y la acariciaba por encima de la ropa, mientras continuaba besándome el cuello. Su suave masaje en mi vagina, me hacía perder las fuerzas. Quería más y más de él.

-Quiero más- no podía pensar en la vergüenza de pronunciar esas palabras.

-¿Mi corderito cambió de opinión? Eso fue rápido- rio.

-Apúrate, por favor- le pedí casi sin voz.

-Eres una niña mala. Querías dejarme con las ganas y ahora lo deseas, ¿no es así?- entraba sus dedos a través de mi ropa interior.

-Apúrate, por favor- insistí.

-Haré que tu cuerpo me desee un poco más- se levantó de la cama, y llevó sus dedos a la boca-. Deliciosa- sonrió antes de irse.

¿Cómo se atreve a empezar y ahora dejarme así? ¡Es un maldito cretino! Fruncí el entrecejo molesta.

Kanji:

-¿Cuánto te pagan? Te puedo pagar el triple si me sueltas.

-Eso es imposible, jamás traicionaría al Sr. Akira. Mejor guarda silencio- el muy idiota se largó, y alcancé a ver a otro-. Hey, tú, ¿Quieres ganar buen billete? Te puedo pagar el triple de lo que ganas con Akira, más asegurarte un paraíso de muchos lujos y muchas mujeres.

-Estás en la boca del lobo, ¿cómo podrías garantizarme algo así? En cualquier momento te matan.

-Si me sacas de aquí, yo mismo me encargo de llevarte conmigo y darte todo el dinero del que nunca te has podido imaginar tener. Solo préstame un teléfono y yo me encargo del resto.

-Aquí no tenemos teléfonos, están prohibidos.

-Entonces consigue uno. Solo hago una breve llamada para que me saquen de aquí y te llevo conmigo.

-¿Qué me asegura que no me vas a matar luego? -preguntó incrédulo.

-Haré que vengan con tu dinero y te lo daré luego de salir de aquí, pero busca la manera de traerme un teléfono.

-No te prometo nada.

Lisa:

Akira regresó tiempo después con una copa de vino.

-¿Quieres una copa?- me la acercó, y negué con mi cabeza.

-No, no quiero tomar- desvié la mirada.

-¿Mi corderito está molesta?- rio.

-No- solté.

-Nos falta poco para llegar, así que descansemos un poco-se recostó a mi lado y me rodeó en sus brazos.

Estaba muy cerca, y me puse nerviosa.

Sr. Xiao:

-

Quiero pasar.

-Tenemos órdenes de no dejarlo pasar, Sr. Xiao- respondió el portero.

-Debe haber un error. ¡Quiero hablar con el Sr. Akira ahora!

-En ese estado no puede hablar con nadie. Las órdenes del Sr. Akira son claras.

-¿No me dará la cara? ¡Que me regresé a mi hija entonces!

-No puedo dejarlo pasar y el Sr. Akira no se encuentra.

-¡No me iré de aquí hasta ver al Sr. Akira!- grité molesto.

-Siento decirle que entonces tendrá que esperar mucho tiempo, porque el Sr. Akira no está y no regresará en unos días, así que le aconsejo que vaya tomando asiento desde ahora si tanto desea verlo.

¡Maldito sea! ¡Me las va a pagar!

Lisa:

-

¡Es increíble este lugar!-exclamé, observando a través de la ventana.

-Te llevaré a los mejores sitios de por aquí.

-¿Por qué harías eso?-pregunté sorprendida.

-Quiero que te diviertas. Has estado mucho tiempo encerrada. Supongo que es una manera de compensar todo lo que pasó- me agarró la mano para bajar del avión.

¿Desde cuándo busca la manera de compensarme por algo? Cada vez todo es más extraño. No sé si deba confiar en él.

-Te mostraré los alrededores y luego iremos a la tienda. Quiero comprarte el mejor traje para esta noche.

-¿Esta noche?

-Sí, esta noche voy a reunirme para cerrar un negocio y tú irás conmigo.

-¿No seré un estorbo?

-No, además quiero presumir ante todos esos viejos imbéciles, a quien tengo conmigo de acompañante- me despeinó.

Es como si fuera otra persona. Que sea de esta manera conmigo me asusta, siento que en cualquier momento dejará de ser esa persona amable que mis ojos están contemplando ahora.

-¡Bienvenidos a nuestra tienda! Esperamos que puedan encontrar todo lo que buscan - nos dijo la empleada.

-Quiero que nos muestres los mejores trajes de colección exclusivos del Sr. Banshee.

-¡Enseguida!-respondió visiblemente avergonzada.

Es normal que las chicas actúen de esa manera frente a él, aunque si supieran el tipo de persona que es, no lo verían igual.

-"Bella nocturne" este es perfecto para ti. Serás la princesa perfecta de esta noche- se veía entusiasmado poniendo el traje por encima de mi cuerpo.

-¿Me lo debo probar?- pregunté.

-No, sé que te quedará perfecto.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

-Conozco muy bien tus medidas, ¿No crees?- sonrió malicioso.

-No tienes remedio Akira- desvié la mirada.

-¿Acaso mi corderito pensó en algo indecente hace un momento?-no paraba de reír.

Sentí que mi rostro estaba muy caliente, no sabía ni a dónde mirar. ¡Él es un pervertido!

Salimos de la tienda y fuimos a comer, para luego irnos al Hotel donde pasaríamos la noche.

-Este es el gran "Paradise" uno de los mejores hoteles de San Francisco- me abrió la puerta del auto -. Es uno de tantos negocios que tengo en el extranjero.

-Es un lugar muy grande. Jamás había visto un edificio tan alto- contemplé el edificio.

-Deberíamos tomar una copa cuando lleguemos a la habitación.

-No quiero tomar, la última vez me dolía mucho la cabeza y el cuerpo cuando desperté. ¿Cómo puede alguien disfrutar de tomar, si al otro día se va a sentir así?

-¿Crees que fue el alcohol lo que hizo que esa noche estuvieras así?

-No me digas ese tipo de cosas-dije avergonzada.

¿Cuál es su problema? ¿Por qué me hace recordar ese tipo de cosas? ¡Disfruta haciendo esto!