Chapter 20 - 20

Akira:

—Se apareció el Sr. Xiao al negocio. Se le prohibió la entrada como nos ordenó— me informó mi empleado.

—¿Sigue causando problemas ese viejo? Debí matarlo cuando pude. Es realmente un dolor en el trasero. No dejen que por ningún motivo entre al negocio. Si lo intenta, ya saben que hacer.

—Como ordene, Señor— colgué la llamada.

—¿Problemas, Akira?— preguntó Lisa.

—Ese negocio se presta para muchos problemas. Debería salir de el. Lo he estado considerando.

—¿De qué negocio hablas?

—El casino.

—Es mi papá, ¿cierto?

—Sí, es él. Está causando mucho problema siempre que puede.

—Siempre quise preguntarle una cosa; ¿Por qué le hizo esa oferta a mi padre?

—Fuiste una necia e imprudente ese día, así que quise darte una lección.

—¿Así que de eso se trataba? Fue por eso que…— desvió la mirada.

—No pensemos en eso ahora. ¿Por qué no te arreglas? En dos horas salimos— salí de la habitación.

Soy un imbécil, un maldito cobarde. Debí disculparme ahora que pude.

Lisa:

Ni siquiera pudo mirarme a los ojos. Luego de todo lo que me hizo y ni siquiera se arrepiente de eso. ¡Es un maldito desgraciado! Ahora que soy libre debería huir ¿Por qué me cuesta trabajo pensar en escapar? Mi mamá ya no está en manos de mi padre. Tengo oportunidad de ir a verla y  aprovechar ese momento para escapar junto con ella.

Kanji:

—¿Lo conseguiste?— le pregunté al empleado de Akira.

—Sí, y me costó mucho trabajo, así que será mejor que me pague muy bien por esto o te aseguro que te devolveré a este sitio—me dijo en un tono amenazante.

—No te preocupes por eso. Te doy mi palabra de que cuando salgas de aquí tendrás tu dinero. Desátame.

—Toma y sé breve.

Lisa:

—Ya estoy lista, Akira.

—Luces divina, corderito.

Es la primera vez que me hace un cumplido sin siquiera mencionar que soy de su propiedad. Eso sí que es inusual.

—Gracias, tu también te ves muy guapo.

—¿Nos vamos?

Me trajo al lugar de la reunión.

—¿Este será el lugar de la reunión? Hay demasiadas personas, pensé que sería un lugar más privado.

—Para que un negocio se haga bien y no haya ningún tipo de problema, es mejor hacerlo en un lugar standard donde ambas partes se sientan a gusto.

—Hello, Akira.

—Hello, Jefferson. Ha venido un poco temprano— se dieron un apretón de manos.

—Así puedo disfrutar más de la fiesta.

—Permítame presentarle a mi prometida Lisa Xiao, él es el Sr. Jefferson, con quién estaré cerrando un negocio muy particular hoy.

—Buenas noches— saludé amablemente.

—Tiene una fabulosa prometida, Sr. Akira, Es un gusto conocerla.

—Igual para mí— sonreí.

Su acento era un poco extraño. Debe ser extranjero, no sabía que Akira sabía hablar inglés también; supongo que es requisito para el negocio.

—Lisa, no te vayas de aquí. Seré rápido.

—Esta bien— asentí con mi cabeza, y Akira se fue.

Akira:

—¿Encontraste alguna información de la persona que te envíe?

—Las únicas pistas fueron de su antiguo dueño, pero al parecer salieron de ella.

—Entonces ¿Se perdió el rastro? ¿Cómo mierdas vamos a encontrarla ahora, Jefferson?

—La única opción sería hacer una subasta en cada organización, debe estar en alguna.

—Es la hermana de mi prometida, así que tengo que encontrarla. Ni siquiera sabe que ella está viva.

—Sería muy difícil para ella si la ve como debe estar ahora.

—Lo sé, fue mi error. Debo encontrarla y, para eso necesito tu ayuda. Te pediré que mandes a tus subordinados a que hagan subastas en todos los antros de San Francisco. Solo estaré unos días aquí.

—No te preocupes, Akira. Yo me haré cargo.

Lisa:

Un hombre alto se acercó, y le miré.

—Es usted muy hermosa, señorita.

—Gracias— sonreí incomoda.

—¿Puedo saber su nombre?

—Me llamo lisa.

—Es un bello nombre, casi tan bello como usted.

—Gracias—respondí tímidamente.

—No es de por aquí ¿verdad?

—No, no lo soy.

—Tu acento es realmente muy sexy—se acercó demasiado, y retrocedí.

—¿Qué mierdas crees que haces, cretino? Vete a enamorar a otra, porque ella ya tiene dueño—Akira me agarró bruscamente por la cintura.

—¿Sr. Akira?—se pusó nervioso—. No esperé que estuviera por aquí. No sabía que ella era su chica. Discúlpeme — se alejó entre la gente.

—¿Qué crees que haces?—me llevó del brazo a otro lugar—. ¿Te dejo sola por unos instantes y ya estás coqueteando con otros?

—¿Qué dices? Yo no hice nada. Él fue quien se acercó a mí—dije molesta.

—Estabas sonriéndole, ¿Qué planeas?

—¿Acaso estás celoso?—pregunté en modo de burla.

—Y si te digo que si lo estoy, ¿Qué vas a hacer?

—No esperaba que dijeras eso, así que no sé.

—Entonces deberé mostrarles a todos que eres mía, ¿no?—me acorraló a la pared.

—¿Qué haces? No estás pensando molestarme otra vez, ¿cierto?— mis nervios podía notarse a simple vista.

—Sí, parece que mi mujer le hace falta atención de su hombre, ¿No es así?— levantó lentamente el traje.

—Nos verán. No hagas esto aquí, por favor— intenté empujarlo.

—Quiero que sepan que me perteneces, que solo yo puedo tocarte de esta manera— susurró en mi oído, mientras tocaba mis piernas subiendo a mis muslos.

—¡Akira, detente! Esto no es divertido. Tal parece que disfrutas molestándome.

—Solo quiero hacerte sentir bien. Solo necesitas relajarte y no pensar en nada más que en mi—se agachó frente a mí.

—¡Akira!— miré a todos lados nerviosa.

Se escuchaban las voces de la gente. Puede venir alguien en cualquier momento y nos pueden encontrar así.

—Quédate quieta— alzó mi pierna poniéndola en su hombro y movió mi ropa interior a un lado.

—¿Qué crees que haces?—puse mi mano en su cabeza intentando alejarlo.

—Si no te quedas quieta y me obedeces, te lo haré en medio de todos. ¿Eso quieres?—me miró molesto.

No quiero que nadie nos vea en este lugar así. Es muy vergonzoso hacer algo como esto donde hay tanta gente. Moriré de vergüenza si nos encuentran así.

Saqué su mano de la cabeza y él continuó.

—Ese es mi corderito, siempre tan obediente— pasó su lengua suavemente en mi vagina.

Mi corazón estaba latiendo muy rápido, pero era de los nervios de que nos vieran así, pero el placer que generaba su lengua se juntaban, provocando que me sintiera aún más caliente.

Mientras lamía, metió dos de sus dedos dentro de mi. Los entraba rápidamente mientras lamía mi clítoris. Cerraba mis ojos y trataba de cubrir mi boca con mi mano, intentando evitar que me escucharan. No podía controlar mi respiración agitada.

—¿Se siente bien, corderito? Quita tus manos de la boca. Quiero escucharte—me miraba y continuaba.

Ver sus ojos mirándome fijamente así, me hizo sentir más caliente de lo normal.

Quité mi mano de la boca intentando no hacer demasiado ruido, pero cada vez que lamía y sentía sus dedos entrando en mi vagina, no podía evitar gemir de placer. ¿Por qué se tiene que sentir tan bien?

Coloqué mis manos en su cabeza, mientras entrelazaba mis dedos en su pelo. De alguna manera se sentía mucho mejor así. Sentía un escalofrío en todo mi cuerpo. Sus rápidos y bruscos masajes con su lengua, me hacía sentir en el cielo. No iba a poder resistir mucho. Él ha estado molestándome todo el día y ahora me hace esto.

—Quiero que te corras para mi— metió su lengua profundamente en mi vagina, haciendo que mi cuerpo y mi mente se olvidaran de dónde estaba.

—No puedo más. ¡Akira, detente!— le pedí, apretando más su pelo.

Por más que le pedí que se detuviera, no lo hizo. Alcancé el mejor orgasmo de mi vida. Aún habiendo terminado, Akira continuaba lamiendo. ¿Por qué no se detuvo si le dije que estaba a punto de hacerlo?

Cuando se detuvo, llevó sus dedos a la boca y me dedicó una mirada llena de deseo.

—¿Por qué no te detuvistes?

—Quería probarte— sonrió.

¡Realmente está mal de la cabeza!

Kanji:

Pude escuchar la balacera que se formó cuando llegaron mis hombres.

—Parece que llegó tu gente. Te soltaré y, como hagas una estupidez, te mataré— me advirtió el empleado.

—No te preocupes, cuando salgamos de aquí, espero consideres trabajar para mí.

—No hablemos de eso. Tenga esta arma. Trataremos de salir por la puerta trasera de este edificio. Es donde no hay casi nadie.

Saliendo del pequeño cuarto, un hombre nos disparó.

—¿Fuiste tú quien nos traicionó? El jefe te buscará y te matará.

—Los muertos no hablan— el empleado le disparó—. Por aquí, Sr. Carter, está puerta da a la parte de atrás de un establecimiento. Podemos encontrar a su gente por esta área. Tenga el teléfono.

Llamé a mis hombres para avisarles, y no tardaron en llegar.

—¡Kanji, por aquí!

Corrí hacia la camioneta y me subí.

—Hay que salir de aquí— ordené.

—Sr. Kanji, tenemos el dinero que nos dijo— me informó mi hombre de confianza.

—¿Ves? Yo si tengo palabra— abrí el maletín y le mostré el dinero al empleado de Akira.

—Jamás había visto tanto dinero junto.

—Es una pena que no lo podrás disfrutar. Así como traicionaste a Akira fácilmente, así me traicionaras a mi en un futuro, y odio a los traidores— le disparé en la cabeza, y lo empujé fuera del auto.

—Sr. Kanji, ¿Qué fue lo que pasó? Estuvimos buscándolo todo esté tiempo— me preguntó mi hombre de confianza.

—Luego hablaremos de eso. Ahora tengo que hacer un buen plan, porque esos dos me la van a pagar con sangre por la muerte de mi padre.