Chapter 23 - 23

A la mañana siguiente me desperté muy temprano para ir de compras con Akira. En la noche anterior pasamos mucho juntos. Él me ha estado tratando diferente, se podría decir que parecemos una pareja normal; aunque no lo somos. En realidad, no sé lo que somos, jamás me he atrevido a preguntarle. Se burlaría lo más probable de mí, tampoco es algo que me preocupe, pues siempre ha sido así desde que lo conocí.

—Puedes comprar lo que quieras, también deberíamos llevarle algo a tu mamá —dijo, mientras miraba en la tienda.

—¿Qué podría comprarle a mi mamá y que le guste?

—¿Una joya o un traje?—preguntó indeciso.

—La joya supongo.

—¿Por qué no ambas?

—Sería demasiado, además ya has gastado suficiente.

—El dinero no es un problema, pues para eso trabajo. Olvida las formalidades y escogeremos la joya y el traje.

Tal parece que le gusta mucho comprar trajes, se ve siempre tan emocionado mientras los mira.

—Este será perfecto para ella—me enseñó un traje color lila, con pequeños detalles en dorado.

—Tienes muy buen ojo para esto. Realmente es muy bonito.

—No solamente para eso.

Últimamente se ve de buen humor, algo inusualmente bueno.

—Iremos a la joyería —me llevó de la mano hasta el auto.

Kanji:

—Ya tenemos la información que nos pidió. La verdadera identidad de la mujer es Lisa Xiao, tiene 18 años. Vive con sus padres y tenemos sus nombres. Ella es la hija menor y, conseguimos algo más que nos llamó la atención, señor.

—¿Qué cosa?

—Reportaron a su hermana mayor desaparecida desde hace menos de 1 año. Cerraron el caso 2 meses después, pero aún no han dado con el paradero de su hermana.

—Eso es muy interesante. Creo que tengo otro punto a mí favor. Esta noche haremos una visita a domicilio. No puedo esperar hasta verla de rodillas ante mí, suplicando que no los mate— reí.

Lisa:

—Hemos caminado mucho. Paremos un poco —dije, casi sin aire.

—Tu condición física está un poco dañada, deberíamos arreglarla cuando lleguemos— burló.

—Tonto— siempre me toma con la guardia baja.

—Disfrutemos esta noche. Podemos ir a cenar y luego al Acuario, pues es mejor ir de noche— entramos al auto.

Sr. Xiao:

—¡Déjenme pasar!— grité tratando de entrar al casino.

—¿Otra vez usted por aquí? Creo haberle dicho la última vez que tiene prohibida la entrada—dijo el portero.

—El Sr. Akira y yo hicimos un trato y él no lo está cumpliendo. ¡Quiero a mi hija de vuelta!— grité.

—Eso es algo que tendrá que hablar con el Sr. Akira en su momento. Ahora da la vuelta y váyase por donde vino.

—Todos ustedes son unos imbéciles igual que el Sr. Akira.

—Tenemos órdenes de golpearlo si vuelve a causar problemas, así que será mejor que se vaya o aténgase a las consecuencias.

—¡Ese bastardo me las pagará!

Akira:

Llamada telefónica:

—El Sr. Xiao volvió a presentarse por el casino y le mandó a decir que le devuelva a su hija. Ha estado largo tiempo esperando por usted.

—¿No se cansa ese maldito viejo? Dile que se vaya preparando, porque cuando vuelva, me voy a asegurar de que se quede en la calle.

—Si, señor— colgué la llamada.

—Tu padre es un dolor de cabeza. Ya es la segunda vez que vuelve a ir al casino a formar un escándalo.

—¿Por qué no lo enfrentamos?

—Porque las cosas pueden terminar mal para él.

—Yo necesito verle la cara a ese maldito. No me ha dado la cara desde que —hice una pausa—, pasó todo esto y lo de mi madre.

—Yo lo dejaré en la calle, aún tengo el título de tu casa.

—Eso no es suficiente. Tiene que pagar por todo lo que le hizo a mi madre.

—¿Quieres que lo mate?

—¿Cómo se te ocurre? Es mi padre a pesar de todo.

—¿Entonces?

—Quiero darle una lección, pero no a ese grado. Quiero verle la cara primero. Tengo muchas cosas que decirle. Quisiera regresar cuanto antes.

—Parece que no te ha gustado las vacaciones conmigo, pero está bien, mañana nos vamos. Disfrutemos lo más que podamos hoy. Te prometo que otro día te llevaré a conocer más lugares.

—Está bien— asentí con mi cabeza.

Kanji:

—¿Cuáles serán las órdenes, Señor?

—Quiero viva a la perrita y a sus padres, los demás los quiero muertos. No hagan nada más sin mi consentimiento, ¿Está claro?

—Sí, señor.

Lisa:

No sé cómo reaccionar cuando vea a mi padre, luego de todo lo que ha ocurrido y el tiempo sin verlo. Ha sido un grandísimo cobarde. ¿Cómo pueden haber personas tan malvadas? No sienten ni un poco de remordimiento por las cosas que hacen. Lo peor es que, yo también me he convertido en eso que más odio. Saber que desde que entré a este mundo han pasado muchas cosas. Mi vida era mucho más tranquila cuando estaba con mi madre y mi hermana. Como echo de menos esos momentos.

—Has estado muy callada, ¿Te pasa algo?

—Estoy pensando en lo que se a convertido mi vida luego de que te conocí—no pensé antes de hablar, lo más probable se moleste conmigo ahora.

Eso pensé, pero no. Todo lo que hizo fue abrazarme, como si no pudiera pronunciar una sola palabra. ¿Nunca ha sentido remordimiento por todo lo que me hizo? ¿Cómo podría preguntarle algo así? Las cosas no cambiarán por más que piense en ellas. Lo mejor será olvidarlo.

Mientras pensaba en todo eso, sentí su cálida mano en mi mejilla y lo miré.

—¿Te arrepientes de haberme conocido?— preguntó, en un tono bajo y calmado, que sentí preocupación en darle una respuesta.

Entre tantos pensamientos, jamás me había formulado esa pregunta. Siempre me concentré en odiarlo, pero nunca he podido hacerlo. Ni siquiera sé la respuesta a su pregunta. Al mismo tiempo que pienso que fue lo peor que me pasó en la vida, a la misma vez pienso que no lo es. ¿Acaso me he vuelto masoquista?

—No—mi respuesta salió de mi boca sin pensarlo; supongo que muy dentro de mí es lo que siento.

Su rostro me pareció tener algo de alivió, pero antes de poder decir una sola palabra, me besó. Incluso hay momentos en que las palabras sobran.

Kanji:

—Tenemos al padre, pero no hay rastros de la madre y la hija.

—Voy a entrar, él debe saber dónde están.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen en mi casa? Los mandó Akira, ¿Cierto?—gritó el viejo molesto.

—¿Así que conoces a Akira? Es un dato muy importante. Responderé todas tus preguntas, pero tú me dirás dónde tienes escondidas a tu hija y a tu esposa.

—Ella nos viven conmigo.

—Los datos dicen todo lo contrario, ¿Acaso quieres poner en riesgo tu vida, que responder una simple pregunta?— usé un tono amenazante.

—Ellas no viven conmigo. Mi hija se fue de la casa y mi esposa me abandonó.

—Entonces debes saber dónde está tu hija, ¿Cierto?

—No sé de dónde deba estar. No sé donde vive. ¿Por qué quiere saber dónde está mi hija?

—¿Eres enemigo de Akira? Fue el nombre que diste cuando llegué. ¿Acaso tienes deudas con él también?

—¿Lo conoce? ¿Sus deudas son con él?— preguntó asustado.

—Sí, y con su hija también. Si tanto aprecia su vida, será mejor que comience a hablar y digas todo lo que sabes.

—No sé mucho de Akira. Teníamos un negocio hace varios años, pero luego cortamos lazos. Él es quién tiene a mi hija ahora. Estoy luchando para que me la devuelva. Él me robó a mi hija y mi matrimonio se fue abajo por eso. Ahora no tengo nada.

—No me pareces convincente. Ella no se ve que este obligada a estar del lado de Akira. Si tú me ayudas a localizar a Akira, puedo ayudarte a que tengas a tu hija de vuelta, pero si no me ayudas, me voy a asegurar de matarte yo mismo, ¿Aceptarás el trato?

—Solo sé de un casino que tiene, aunque ahora mismo su gente no me deja acercarme.

—Muy bien. Ahora quiero más información, en especial de tu hija desaparecida.

—¿Cómo usted sabe de eso? — preguntó asustado.

—Tu preciosa hija me contó sobre ella y quiero encontrarla.

—¿Qué relación tiene usted con mi hija?

—Solo soy un viejo amigo.

—Su nombre era Inka; hace menos de un año desapareció misteriosamente y todo apunta a que se escapó con su novio. Desde entonces, no hemos vuelto a saber de ella. Hay posibilidades de que puede estar viva aún, pero no es seguro. La policía no dio con su paradero.

—Para ser tu hija, cuentas todo esto muy tranquilo. ¿No tendrás nada que ver con la desaparición de ella? Dos meses luego de su desaparición, fuiste personalmente a cancelar la búsqueda, ¿No es así?— lo miré fijamente.

—Claro que no— su tono nervioso comprobó que algo más sucede.

—No me gustan las mentiras. Es un tema muy delicado. Si eres honesto conmigo, te aseguro que puedo cumplirte todo lo que pidas, a cambio de toda esa valiosa información— hizo silencio—. Dado el caso que no quieres hablar, entonces ¿por qué no acabamos la conversación en este momento?

—No, por favor. Le diré todo lo que sé.

—Bien, te escucho.

—Yo entregué a mi hija a otro hombre que estaba enamorado de ella, eso fue lo que pasó. No sé donde pueda estar.

—Repugnante. ¿En pocas palabras regalaste a tu hija? ¿No habrás hecho lo mismo con Lisa, y ahora te arrepientes o hay algo más?

—Tenía muchas deudas para ese entonces. Solo quería saldarlas para que mi familia no se viera afectada.

—¿Tu familia o tú? — hizo silencio—. ¿Tienes fotos de ella?

—Sí, señor.

—Las quiero todas. Ahora sabiendo todo esto, te pediré una última cosa; voy a buscar que te comuníques con tu hija y me la vas a entregar a mi. Ya sabiendo como eres, ¿no creo que tengas objeción o sí?

—No, señor— respondió tembloroso.

—Fue un placer hacer negocios contigo. Si tu hija se comunica contigo, me avisarás. Toma este teléfono, ahí encontrarás mi número. Cualquier cosa más que sepas, me llamás y, no cabe decir que si haces una estupidez lo voy a saber, ¿Entendido?

—Sí, señor.