Chapter 27 - 27

Llegamos a nuestro destino; un lugar completamente alejado de todo. No se podía ver nada más que árboles y un edificio que parecía estar abandonado. En este lugar jamás nadie me encontraría. No podía aguantar mis lágrimas, el miedo y el desespero de salir de aquí.

-¿Qué es este lugar?- le pregunté, mi voz estaba temblorosa.

-Será tu nuevo hogar de ahora en adelante. Espero te sientas cómoda-dijo en un tono sarcástico.

-Por favor, déjame ir- le supliqué en lágrimas, y me encaró.

-Deberías guardar silencio y esa súplica hacerla cuando te las pida, ahora no es entretenido- agarró mi brazo fuertemente, haciéndome bajar del auto.

Me sujetaba con tanta fuerza, que mi brazo dolía.

-Me estás lastimando, Kanji- me quejé.

-¿Crees que me importa que te duela? No sabes aún lo que es el verdadero dolor, pero me encargaré de que lo experimentes.

Entramos al edificio, no había mucha luz, solo se escuchaba el eco de nuestros pasos. Me llevó a un cuarto en el mismo piso, la puerta tenía unas cinco cerraduras con llave.

Al abrir la puerta, era un cuarto pequeño, el olor que emitía era a podrido y había poca ventilación. Tenía dos ventanas, pero estaban cerradas y tenían barandas, tanto por dentro, como por fuera. No podía ver qué clase de objetos habían en la habitación, pues las paredes eran oscuras, parecía estar entrando al mismo infierno.

Kanji me empujó dentro de la habitación, con tanta fuerza haciéndome caer de rodillas, mientras que caminó hacia una esquina del cuarto.

Encendió una luz que iluminó parte de la habitación. En el suelo había una sustancia roja, tal parecía que fuera sangre, lo que me asqueo demasiado e hizo que sintiera ganas de vomitar.

Me levanté del suelo rápidamente, intentando mantener la calma.

-¿Te gusta tu nuevo cuarto? No es una habitación 5 estrellas como a lo que estás acostumbrada, pero aquí pasarás tus mejores y últimos días de tu vida. Espero que lo disfrutes-rio.

-Por favor, detén eso ya-diciendo estas palabras, Kanji caminó rápidamente a donde mí y me agarró fuertemente el cuello.

-Creí haberte dicho que guardaras tus malditas súplicas para cuando te las pida-sus manos sujetaban con mucha fuerza mi cuello, que no podía respirar.

Sujeté sus manos como pude, casi sin fuerza y dejó ir mi cuello. Caí de rodillas al suelo intentando buscar aire.

-¿Qué debería hacer contigo?-fueron sus últimas palabras, antes de que saliera de la habitación.

Tengo que buscar la manera de salir de aquí. Mi bebé corre peligro. Si tan solo no hubiera venido. Fue el peor error que pude haber cometido. En este infierno nadie podría encontrarme, son muy pocas las probabilidades que tengo de escapar y, si lo intento nuevamente y fallo, no sé que pueda hacer Kanji. Necesito pensar con claridad.

Me acerqué a la ventana, tocando cada parte de ellas con la esperanza de encontrar algo, pero aún si estuvieran abiertas, me sería imposible escapar por ahí. La división de las barandas eran muy pequeñas.

Evalué toda la habitación. Me acerqué a la luz con la esperanza de poder usarla para alumbrar más, esperando encontrar algo para ayudarme a salir de aquí, pero mi búsqueda fue inútil. No encontré nada que pueda ayudarme.

Caminé a la ventana para sentarme debajo de ella. Akira debe estar buscándome. Debe creer que me escapé. La vida de mi familia sigue en peligro y, más aún, con este maldito suelto. ¿Cómo voy a poder salir de aquí? Mis lágrimas seguían saliendo. Quisiera ser fuerte para que mi bebé no sintiera nada de lo que estoy sintiendo. El miedo y desesperación era cada vez más. No sé que planea Kanji y, no sé que pueda hacer Akira con mi mamá, si piensa que me escapé.

Akira:

-No hemos encontrado a la Srta. Lisa, Señor.

-¡Maldición! Tuvo que ser ese hijo de puta.

-¿Qué hacemos, señor?

-Quiero que busquen en los tres negocios en común que manejaba su padre. Estoy seguro que tuvo que haber sido él. ¡Quiero que la encuentren ya!

-Como ordene, señor.

Caminé de lado a lado en el estudio.

Lisa, perdóname. Perdóname por meterte en esto, si tan solo pudiera saber dónde estás.

Lisa:

Después de un largo tiempo, que pareció eterno en esa oscura y solitaria habitación, escuché la puerta abrirse. Miré en dirección a la puerta y era Kanji con dos de sus hombres. Uno de ellos tenía en mano un balde y, otro tenía una caja en metal, pero no podía distinguir a la distancia que era lo que contenía. Kanji se detuvo en medio de la habitación mirando a mi dirección.

-¿Le estás tomando gusto al cuarto? - sonrió con malicia.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunté asustada.

-¡Quiero que te pares de una puta vez y vengas aquí!- me ordenó.

Me levanté lentamente intentando mirar en dirección a las cosas que los hombres de él tenían en mano. No podía ver nada, lo que hacía que me preocupara más. No me atrevía a caminar en su dirección, mis pasos los daba lentamente del miedo de no saber qué es lo que planeaba hacer.

Kanji caminó hacia donde mí y haló mi brazo, haciéndome caer de rodillas ante él. Sus hombres se acercaron y colocaron el balde que parecía contener agua y la caja que aún estaba cerrada.

-Vamos a jugar un pequeño juego tú y yo, pero no puedes hacer trampa. Las reglas serán sencillas; yo pregunto y tú contestas. Debes responder con la verdad o tienes que atenerte a las consecuencias. ¿Te parece?

-¿Por qué, Kanji?

-Porque quiero divertirme. Es suficiente razón para hacerlo, ¿no crees?-rio.

Diciendo eso, le pidió a uno de sus hombres que amarrara mis manos a mi espalda con unas cintas. Sentía mis manos muy apretadas. Esa sensación de estar amarrada y no poder moverme, no me gustaba para nada. Estaba indefensa en las manos de un criminal.

-¿Comenzamos?

-Haz lo que quieras-le dije aún en lágrimas.

-Primera pregunta, ¿Cuánto te pagó Akira por matar a mi padre?

-Akira no me pagó nada.

-¿Eso es lo que valió la vida de mi padre para tí?

-Yo no conocía a tu padre-diciendo esas palabras, Kanji sumergió mi cabeza dentro del balde, evitando que pudiera respirar.

Esa horrible sensación de estar ahogándome y no poder hacer nada, era escalofriante. En un breve instante, Kanji me sacó. No podía parar de toser, sentía que iba a morir.

-Limítate a contestar lo que te pregunto. Siguiente pregunta, ¿Cuánto tiempo estuvieron tramando la muerte de mi padre?

-No sé, te juro que no sé -respondí agitada.

-¿Fuiste a buscar a mi padre a esa fiesta y, no tenían eso planificado?

-Lo planificó el Sr. Akira, pero no sabía sus intenciones, ni siquiera sabía del porqué me llevó a esa fiesta.

-¿Vas a cualquier lugar sin un objetivo y terminan matando a mi padre por tu culpa y, aún así, eres capaz de negar que lo planificaron juntos? Algo claramente no me cuadra. Mucha coincidencia y no creo en coincidencias-diciendo esas palabras, me sumergió nuevamente en el balde por un corto tiempo, para luego sacarme-. Siguiente pregunta, ¿Qué relación tienes con Akira?

-No sé.

-¿No sabes? ¿Vives con alguien que no sabes qué tipo de relación tienen?

-Te juro que no sé. Todo es difícil de explicar.

-Vives con él, coges con él, matas por él, ¿no es obvio?

-Él siempre ha sido mi enemigo, él me hizo cosas horribles.

-No sabía que a los enemigos se les ayuda de esa manera. Siguiente pregunta, ¿Cómo celebraron la muerte de mi padre?

-Jamás, jamás celebramos eso, todo lo contrario.

-¿Cuánto te burlaste de mi mientras me engañabas?

-Jamás me burlé, siempre quise creer que eras una persona buena y que no merecías lo que te estaba haciendo. Lo juro.

-Aún así no detuvistes la mentira; quizá si me hubieras advertido, te hubiera podido ayudar, pero parece que no tenías ninguna intención en hacerlo.

-Quise hacerlo, pero mi familia estaba en peligro, quería protegerlos.

-¿De qué vale? Ya no podrás proteger a nadie. Me voy a encargar de matarlos a todos con mis propias manos.

-Kanji, por favor, no me hagas esto - supliqué en lágrimas.

-Parece que aún no has entendido las reglas del juego- volvió a sumergir mi cabeza dentro del balde, por un poco más de tiempo y, luego me sacó.

-No puedo más, voy a morir-dije, casi sin aire.

-Limítate a contestar mis malditas preguntas y no voy a hacerte esto más. Te necesito viva, pero mientras más me hagas enojar, no puedo garantizar eso.

-Lo siento.

-Este juego no se va a acabar aquí, pero vamos a hacer algo más interesante. ¿Por qué no llamamos a tu querido Akira? Muero por ver su cara cuando sepa que estás conmigo- rio.

Cogió en su mano el teléfono que Akira me dio y le marcó.

-Akira va a dejar que me maten. A él no le importa esto. Nada ganas llamándolo- le dije agitada.

-Ya veremos.

Akira respondió y Kanji puso el altavoz.

-¿Lisa?

-Suenas preocupado, Akira.

-Sabía que tenías que haber sido tu, maldito.

-Quería saldar unas cuentas con tu mujercita. ¿Qué debería hacerle?

-Si le pones una mano encima, te juro que te mataré.

-No estás en posición de amenazarme, no, mientras tenga a tu dulce mujer. Tanto que hablaste de mi padre y de mí debilidad hacia las mujeres, pero mírate, tu debilidad es una. Me pregunto ¿Debería cogérmela o debería arrancarle la piel y enviártela de regalo?

-Escúchame bien, cretino. Tu problema es conmigo, no con ella, así que suéltala y yo mismo me presentaré si eso es lo que quieres.

-No, los dos pagarán juntos por pecadores. Muero por ver tu cara en este momento, debe ser bien entretenida- rio, y colgó la llamada.