Chereads / Entre el amor y el odio (+18) / Chapter 30 - 30 (+18)

Chapter 30 - 30 (+18)

ADVERTENCIA: Las siguientes escenas pueden afectar su sensibilidad o causar disconformidad. Léanlo bajo su propia discreción.

-Déjame ir, por favor- supliqué en llanto para que me soltara, pero él solo reía más.

Acercó la jeringuilla a mi parte baja e intenté forcejear para cerrar mis piernas, pero él las sujetó fuertemente. No tenía mucha fuerza luego de tanto. Sentí una sensación de calor incomoda y asquerosa en mi ano.

-¿Qué haces? ¡No, por favor! ¡Suéltame!- forcejeaba para bajarme de la mesa, pero todo era en vano.

Mis manos atadas y sus manos sujetando mis piernas, me impedían poder moverme.

-No te preocupes, ya terminé -al instante que quitó a un lado la jeringuilla, sentí un malestar fuerte en mi estómago.

Tenía deseos de ir al baño y me sentía desesperada.

-Necesito ir al baño- le pedí, intentando aún levantarme.

-No, lo harás aquí. Las perras hacen sus necesidades en cualquier parte, además necesito que te limpies por completo-apretó fuertemente mi barriga.

No podía más. ¡Mi bebé! No puedo decirle o me matará. No pude aguantar un segundo más del malestar. Esto era asqueroso.

-Si vieras que buen espectáculo estoy contemplando ahora. Haz hecho un completo desastre. ¿Qué diría Akira si te viera en este estado?-rio.

Moría de la humillación y la vergüenza. Quiero que todo esto termine.

-Tengo que bañarte otra vez. Debes estar feliz de eso, ¿No?

Luego de limpiar ese desastre, tomó el celular en manos y comenzó a grabarme.

-No, no hagas eso-murmuré, casi sin fuerzas.

Mis manos y mi cuerpo temblaban del miedo y del frío, el agua estaba helada.

-Debería enviárselo a Akira, pero no lo haré. Tengo algo mucho mejor preparado-diciendo esto guardó el teléfono en su bolsillo y se acercó a mí, agarrando mi brazo y obligándome a levantarme.

Me hizo recostarme boca abajo sobre la mesa, aún con mis pies en el suelo. Estaba intentando ver de reojo que planeaba hacer, cuando vi que sacó un pequeño encendedor y lo encendió acercándolo a mi cara.

-No, por favor, ¿Qué planeas hacer con eso?-mi cuerpo era un manojo de nervios.

-¿No te gusta el fuego?- preguntó, acercando el encendedor a mi espalda.

Podía sentir el calor en el área y me tensé.

-No, por favor. ¡Detente ya!- supliqué en llanto y, aún así, no se detuvo.

Acercó el encendedor más a mi espalda haciendo que quemara parte del área donde lo pasaba.

-¡Duele! ¡Por favor, detente!-estuve largo tiempo suplicando, pero él solo continuó pasando el encendedor en diferentes partes.

Mi espalda dolía y ardía. Mis lágrimas no dejaban de salir. El dolor, la desesperación de no poder hacer nada, era cada vez más fuerte. Intenté innumerables veces moverme, pero él me sujetaba evitando que pudiera hacerlo.

Al cabo de un rato de sufrimiento, él se detuvo. Escuché sus pasos que se alejaron de mí e intenté levantarme, pero el movimiento de levantarme hacía que mi espalda doliera más.

Se acercó y derramó un líquido por encima de las heridas, que me hizo sentir la espalda en fuego. El ardor corrió por toda mi espalda, haciéndome caer de rodillas. Grité y me retorcía en el suelo del dolor.

-¿Te duele?-me agarró del brazo haciéndome levantar y me recostó sobre la mesa en la misma posición que estaba.

-¡No sigas! ¡No más!-grité en llanto.

-Aún no he terminado- se arrodilló amarrando mis piernas de las patas de la mesa.

Amarró mis dos piernas a ellas, mientras que subía sus manos lentamente hasta mis muslos. Sentí sus asquerosas manos manoseando mi trasero. Escuché el sonido del cierre de su pantalón y, al instante, pude percibir que su pene estaba entre mis piernas.

-¡Kanji, detente!-forcejeaba para evitar que hiciera algo más, pero era en vano.

Sentí sus dedos en mi vagina, hasta que subieron a mi ano e intentó poner su dedo dentro de mi, pero yo intentaba forcejear como podía.

-Parece que Akira aún no ha entrado aquí- su risa era espeluznante.

Al instante de decirlo, sentí un dolor desgarrante en mi ano. Un dolor que se esparcía desde mi ano a todo mi cuerpo. Mis gritos de desesperación y dolor se escapaban de mi boca. Grité innumerables de veces que se detuviera, pero no lo hizo. Entre más suplicaba, más profundo lo entraba.

Escuché el sonido de una llamada, cuando de pronto escuché la voz de Akira.

-¿Dónde la tienes?-su voz sonaba extraña.

-No te llamé para hablar de eso-me sujetó el pelo fuertemente, haciéndome gritar del dolor.

-¿Qué estás haciendo, maldito?-la voz de Akira sonaba aterradoramente desesperada.

-Quiero que le digas cuánto te duele, Lisa-continuaba entrando en mí fuertemente y halando mi pelo.

-¡Akira, ayúdame! - grité muchas veces su nombre pidiendo ayuda, como si pudiera ayudarme en este momento.

-Te juro que te voy a encontrar y mataré a ese cabrón con mis propias manos. ¡Eres un cobarde! -dijo Akira molesto.

-Quisiera ver tu cara en este momento. Quisiera que pudieras ver cómo me estoy cogiendo a tu querida mujer y como grita de lo rico que se siente, ¿no es así, perrita?- halaba mi pelo con más fuerza, y continuaba entrando profundamente en mí.

-¡Akira, ayúdame!- le rogué innumerables veces.

Mi cuerpo no aguantaba más. Voy a morir.

-Voy a encontrarte y voy a despedazarte vivo, te lo juro.

-Luego responderé tus amenazas, ahora permíteme correrme en el culo de tu querida mujer-diciendo esto colgó la llamada.

Pude sentir el calor de su semen y una sensación de desgarro en mi ano, cada vez era más fuerte. Podía escuchar sus asquerosos gemidos y una sensación totalmente asquerosa y caliente que brotaba de mi ano.

-Voy a morir-murmuré sin fuerzas.

De tanto llorar ni lágrimas salían.

-No te me vayas a desmayar todavía, porque no hemos terminado.

-No más, por favor- pedí, sin casi nada de voz.

-Aún falta darte tu comida, perra- sacó su pene de mi ano y lo acercó a mi cara.

-Ya sabes lo que debes hacer. Abre la boca-puso sus dedos en mi boca y los entró profundamente.

Podía sentir las repulsión y náuseas, pero no podía sacar sus dedos de mi boca. Le mordí los dedos en desesperación y me agarró el pelo fuertemente y me dio una bofetada. Mi rostro dolía. Sus manos eran muy fuertes.

-Que sea la última vez que me muerdas, puta. Abre tu maldita boca-molesto acercó mi cara a su pene y lo frotó en mi rostro.

Forzó mi boca con su mano para meter su pene al abrirla. No me quedaban fuerzas. Él comenzó a tapar mi nariz, evitando que pudiera respirar. De tanto que lo hizo, ya no me importaba nada. Logré darme cuenta que suplicar, gritar o llorar no haría la diferencia. Nadie vendría y él no se detendría. Pude sentir que se corrió profundamente en mí garganta y no pude hacer nada más que tragarlo. Quería terminar con esto ya. El tiempo pasaba lento y mi dolor era más fuerte. Lo único en que podía pensar era en mi bebé. Debo protegerlo de todo esto. No sé cuánto tiempo más pueda aguantar en las garras de este ser maldito.

Akira, por favor, sálvame.

Fue el último pensamiento que tuve, antes de perder el conocimiento.

Akira:

Tiré todas las copas al suelo y le di varios golpes a la pared. Caminé de lado a lado con desespero.

-¡Lisa, perdóname! Si tan solo no te hubiera dejado sola. No pude proteger a mi madre y tampoco pude protegerte a ti. Soy lo peor. ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! - le di varios golpes a la pared.

-Sr. Akira, debe calmarse. Eso es lo que quiere el Sr. Carter, alterarlo. Como usted dijo, tenemos que pensar con la cabeza fría y buscar una solución, señor.

-Mientras sigamos fallando sin encontrar ni una maldita pista, ella está sufriendo por mi culpa. Te juro que lo haré pedazos.

-¿Por qué no buscamos algún contacto del padre de Carter, señor?

-Creo que tengo unos cuantos, pero ninguno me dará información a la buena, así que las darán por las malas. Alguno de ellos debe saber de alguno de los negocios de su difunto cabrón padre, así que empezaremos a buscarlos ya. Mataré a cualquiera que se interponga en la muerte de ese cabrón. Tendrá la peor de las muertes por ponerle las manos encima a lisa. Lo juro, Keita.