Chapter 36 - 36

Kanji

Ese desgraciado me agarró con la guardia baja, pero esto no se va a quedar así. Aún no he podido vengar a mi padre y ese pendejo me las va a pagar. Ya encontré su debilidad y, en este negocio, las debilidades son a las que se debe atacar. Vas a sufrir Akira, de eso me encargaré yo —reí.

Akira:

—Disculpe por la intromisión, Señora. Quiero hablar directamente de lo que está sucediendo.

—Adelante, pero ¿qué te paso? Estás herido—preguntó preocupada.

—Es una historia larga, así que la haré corta.

—Toma asiento.

—Primera que todo, quiero pedirle discreción. Su vida, tanto como la de su hija corren peligro.

—Me estás asustando, ¿Qué sucede?

—Quiero pedirle disculpa porque le mentí. No soy el hombre perfecto que usted cree que soy. Al contrario, soy lo peor persona que pueda conocer. Soy un hombre de negocios turbios, un bueno para nada. Mis metas siempre fueron buscar venganza, pero cuando conocí a su hija, mis objetivos se fueron desvaneciendo.

—No entiendo nada, Akira.

—Soy la peor desgracia que pudo pasar en la vida de su hija. Por mi culpa, ella se vio en vuelta en mis negocios, lo que ocasionó que tuviera un accidente.

—¿Accidente? ¿Qué pasó con mi hija?—preguntó asustada.

—La tengo internada en una clínica, luego de que mi enemigo la secuestrara.

—¿Qué me dices? ¿Mi hija estuvo secuestrada?

—Necesito que intente guardar la calma y me permita explicarle bien, por favor.

—Lo siento, es que es demasiado.

—Por mi culpa la lastimaron bastante. Sufrió varios traumas, golpes, abuso sexual y, peor aún, perdió al bebé que estaba esperando.

—¿Qué? ¿Mi hija fue qué? —entró en pánico.

—Señora, escúchame. Ella necesita de usted, ahora más que nunca. Le pido encarecidamente que cuide de ella. Sé que no tengo el derecho de pedirle esto, luego de todo lo que causé, pero por favor, ayúdala. Necesito tenerla de vuelta o no podré seguir así— una lágrima se me escapó, y la sequé rápidamente.

—¿¡Cómo se atreve!? — me dio una bofetada y no traté de evitarla, al final, me la merezco.

—No merezco a su hija, lo sé. Le causé mucho daño y la herí innumerable de veces. Fui la peor persona que pudo tocarle a su hija. La obligué a muchas cosas, me aproveché de ella como pude muchas veces. Soy el peor hombre que puede existir y, sonará egoísta de mi parte, pero la quiero conmigo. Yo le juro que voy a enmendar todo lo que le hice. La trataré como una reina, como ella se merece, pero por favor, ayúdala. Se lo ruego.

—¿Cómo se atreve? ¿Por su culpa mi hija pasó esto y, aún eres capaz de venir aquí a pedirme eso? No sólo eres egoísta, eres una persona despreciable, Sr. Akira. Quiero a mi hija conmigo. No quiero que la tenga usted en sus manos. Le causó ya suficiente como para permitir que la siga hiriendo. Si realmente siente algo por ella, ¡Entrégamela!

—Por favor, yo le juro que cambiaré; es más, no me acercaré a ella luego que mejore, pero por favor, permita que al menos pueda ayudarla en la clínica. Permítame estar con ella ahora. Le juro que voy a desaparecer de su vida luego que ella mejore, pero por favor, le suplico que no la aleje de mi ahora— me puse de rodillas, algo que jamás en mi vida pensé hacer.

—Llévame con mi hija, quiero estar con ella— se levantó del sillón.

—Como ordene, señora.

Lisa:

—Despertó, Srta. Lisa — me dijo la empleada de ese ser. 

—¿Por qué?— lágrimas bajaron por mis mejillas.

—¿Qué sucede, señorita? Puede abrirse conmigo.

—Sácame de aquí, por favor—le pedí, sujetando su mano.

—No puedo, señorita. Debe recuperarse primero antes de poder salir de aquí. Guarde la calma. Yo estaré con usted hasta entonces.

—Quiero irme ahora— traté de levantarme de la cama.

—Señorita, no puede hacer eso. La van a sedar de nuevo.

—¿Esas fueron las órdenes de tu querido Akira? ¿Quiere mantenerme aquí drogada?

—Señorita, son órdenes del doctor. No puede salir de aquí hasta que se recupere. Haga un esfuerzo, no quiero que la mantengan drogada, señorita. Usted va a salir de está, usted es fuerte y todos aquí la estaremos apoyando, incluyendo al Sr. Akira.

—¿Akira apoyarme?— reí.

—Sí, señorita. Él quiere lo mejor para usted.

—No me hagas reír. ¿Qué es lo mejor para los ojos de ese asesino? Él es un hombre sin corazón que me quitó todo. Por su culpa estoy así, ¿es ese del apoyo que me hablas?

—Señorita, tranquila. No quise decir nada malo o que la incomode. Discúlpeme.

—¿Dónde está? Divirtiéndose mientras me tiene aquí encerrada, ¿No es así?

—No, señorita. Él salió a resolver unos negocios.

—¿Ese es el apoyo que dices que me puede brindar? ¡No me jodas! Ese hombre no siente nada por nada, ni por nadie. Solo se preocupa por él mismo y sus negocios.

—Eso no es cierto, señorita. Yo misma he sido testigo de que el Sr. Akira ha cambiado. No sabe cómo se puso cuando se enteró de su secuestro, señorita. Desde que usted llegó a la casa, él ha cambiado mucho.

—Desde que llegué a ese infierno ha sido lo peor que pude haber pasado. Mi vida se fue a la mierda. Lo perdí todo. Él me quitó todo, abusó de mi y me hizo muchas cosas, y ustedes no hicieron nada para evitarlo aún estando ahí, ¿Así que cómo te atreves a decir que él ha cambiado, si sigue siendo la misma rata egoísta y destructora de siempre?

La puerta se abrió y pude ver a mi mamá con Akira.

—Lisa, mira nada más cómo te han dejado— mi madre estalló en llanto, y se acercó para abrazarme.

Al fin puedo sentir unos brazos cálidos y sinceros, que realmente serían incapaz de lastimarme.

—Moría de ganas de verte—la abracé fuertemente.

—Akira me contó todo, mamita. Perdóname por haberte dejado sola. ¿Por qué te guardaste todo esto?

—Hablaremos de eso ahora, mamá — miré a Akira—. ¿Y tú qué haces aquí? ¿Acaso traes a mi madre aquí para chantajearme?

—No, solo la traje para que te acompañara.

—¡Lárgate de aquí! Déjame sola con mi madre. Tu y yo tenemos una conversación pendiente, así que no lo olvides.

—Permiso— salió de la habitación, llevándose a la empleada.

—¿Qué fué lo que te contó?—le pregunté a mi madre.

—Todo. Desde lo que te hizo, hasta lo del secuestro.

—Siento que te hayas tenido que enterar de esto así. Lo menos que quería era preocuparte.

—¿Por qué, lisa? ¿Por qué te callaste?

—No podía decir nada. Akira me tenía amenazada. Si decía algo mataría a mi papá y a ti.

—Por Dios, ¿con qué tipo de monstruo te metiste, hija? Perdóname por no haberme cuenta — sollozó.

—No te preocupes, mamá. Vamos a salir de esta juntas y nos vamos a ir lejos.

—Vente conmigo, aún tengo dinero guardado.

—No puedo irme, aún no.

—¿Por qué? Akira dijo que nuestra vida corre peligro. No quiero que te pase nada más. 

—No puede pasar nada peor de lo que ya viví, créeme, pero no puedo irme ahora.

—Por favor, vámonos juntas. Quizá podemos hablar con Akira para que te deje ir.

—No se trata de Akira, mamá. Con alguien como él es imposible negociar, pero no lo hago por él, aún tengo cosas que hacer.

—¿Qué cosas?

—Luego sabrás, pero no puedo irme así como así. Te juro que cuando termine todo lo que voy a hacer, estaremos juntas. Por ahora, me quedaré con Akira.

—¿Cómo es posible, hija? ¿Por qué con ese monstruo? ¿Acaso te lavó el cerebro? Te tiene amenazada todavía, ¿cierto?

—No.

—¿Qué estás tramando, Lisa?

—Nada, solo necesito algo de tiempo, eso es todo.

—¿Estás segura?

—No sé si Akira te dijo sobre papá.

—¿Qué pasó con tu padre?

—Está muerto.

—¿Que?—respondió sorprendida.

—Sí, lo mataron.

—¿Cómo sabes eso?—preguntó asustada.

—No importa, no te hará más daño— sonreí.

—¿Cómo puedes sonreír así? ¿Tuviste algo que ver, lisa?

—No, no te preocupes más, no sirve de nada. ¿Por qué no me ayudas a levantarme?

—¿A dónde irás?

—Al baño. Quiero quitarme este olor de encima.

—Esta bien, yo te llevaré.

Me llevó hasta la puerta del baño.

—¿Puedes dejarme sola?

—¿Estás segura? Si necesitas ayuda, llámame.

—Sí.

Cerré la puerta y me miré en el espejo. Hace mucho no puedo verme a mí misma. Esa persona del espejo no parece a mi, a pesar de tener el mismo rostro. Mi cuerpo es inservible. Soy despreciable, ¿No es así? Estoy destinada a vivir de ahora en adelante de esta manera. No puedo sentir ni siquiera mi piel. Todo lo que toco se siente tan distante y tan diferente. No siento miedo de nada. Es como si morir ya no me importara. Me siento vacía por dentro ¿A esto es lo que llaman estar muerta en vida?

Debo ser fuerte para poder tomar venganza en contra de esos dos que me quitaron todo. Los haré pagar y Akira me servirá para conseguir lo que quiero. Lo usaré, así como me usó a mí. Cuando cumpla con mi objetivo y tenga a Kanji a mis pies, será el momento en que no lo necesite. Va a sufrir, de eso me encargaré; de que viva el mismo infierno que le hizo vivir a mi hermana y a mi.