P.O.V Theo Bonavista
El hombre delgado se encuentra tirado sobre los restos del Padre Roger, devorando con brutalidad la carne que pertenecía a su abdomen, lo pateo en el costado hasta que oigo su costillas romperse, pero no logro volver a captar su atención.
-T-Theo -Dice Eria asustada- Vámonos de aquí.
No quiero irme, pero no hay nada que pueda hacer por Roger, me duele el estómago, siento culpa, el me salvó, y ahora nunca podré retribuirle.
Tomo a Eria y la colocó sobre mis hombros para empezar a correr.
-Deténganse -Dice el hombre delgado mientras se limpia la sangre que mancha su cara- Si corren los alcanzaré inmediatamente, no quiero que su carne se ponga tensa en el momento en que mueran, no me gusta ese sabor.
-¿Qué estás diciendo? -Digo.
-Siéntense, ya estoy por terminar, no tiene sentido huir. -Dice con una sonrisa mientras sus ojos lloran- Ya me está dando hambre de nuevo.
Esté tipo da asco, ¿Cómo puede decir que tiene hambre?, se supone que lo único que podíamos sentir era dolor, frío, calor, sonidos y olores, debe ser la debilidad de su habilidad, es la única explicación posible.
El hombre se tumba de nuevo sobre el cuerpo del Padre Roger y continúa masticando la carne.
Eria desvía la mirada, es un escenario repugnante, el sonido de las mordeduras es irritante.
El escuchar los dientes del hombre arrancar la carne de los huesos hizo que por mi mente pasará una idea que nos podría ayudar a salir de esto.
-Disculpa -Digo- ¿Cómo te llamas?.
El hombre voltea a verme.
-No es tu problema -Dice.
-Oye -Insisto- ¿La carne humana sabe bien?.
Eria dirige su mirada desconcertada hacia mí.
El hombre afirma energéticamente con la cabeza.
-¿Podría probar un poco? -Digo.
Eria está apunto de hablar, antes de que diga cualquier palabra tapo su boca con mi mano.
El hombre niega con la cabeza.
-¡Es mi comida! -Grita.
-Bueno amigo -Digo- Ya dijiste que nos ibas a comer a nosotros también, ¿Qué tiene de malo que pruebe un poco de carne antes de que me comas?.
Eria me mira asustada sin entender nada.
El hombre vuelve a negarse.
-¡Es mi comida! -Grita aún más fuerte.
-Amigo -Digo- No hay necesidad de ponerse a gritar, imagínate, vas a tener la oportunidad de comer carne de un humano que ha comido carne humana, ¿Alguna vez lo has hecho?.
El hombre lo piensa un poco, se lame los labios y dice con una sonrisa de oreja a oreja:
-Acércate.
-Bien amigo, gracias -Digo.
Suelto a Eria y empiezo a caminar hacia el cuerpo.
La respiración de Eria es pesada está tan asustada que no puede decir nada, luego me disculparme con ella, pero esta es la única manera de salir de esto con vida.
Me siento a un lado del cuerpo, el hombre se sienta a mi lado y me ofrece un pedazo de carne.
Lo tomo entre mis manos, el hombre me observa fijamente con una sonrisa que expone sus dientes deformes.
-Del 1 al 10, ¿Qué tan buena es esta carne? -Pregunto en tono irónico.
-Es un 9 sin lugar a dudas -Dice el hombre- El hombre estaba un poco viejo, pero no fumaba ni consumía ninguna droga, hacia algo de ejercicio por eso la carne no es tan grasosa, es uno de los mejores cortes que he comido.
-Bien, gracias por darme la oportunidad de disfrutar este manjar antes de morir -Digo.
El hombre solo sonríe mientras espera que lleve la carne a mi boca.
-Buen provecho -Dice.
Empiezo a elevar mis manos y acerco la carne a mi nariz, la huelo un poco y empiezo a disimular la necesidad de estornudar.
-Ah… Ah… -Finjo.
El hombre se acerca a mi si borrar la sonrisa de su rostro, este es el momento.
Estornudo con gran fuerza y estiró mis brazos, conectando un puñetazo en los dientes del hombre.
Le he golpeado sin reservas, cae lejos de donde estaba, el dolor que siento en mi mano comprueba que mi plan a funcionado.
Varios de sus dientes quedaron clavados en mi mano.
La mirada de Eria ha cambiado, está asombrada, yo solo le dirijo una sonrisa.
El hombre intenta ponerse de pie, escupe sangre y varios dientes.
-Ahora -Digo con una sonrisa- ¿Cómo piensas comer maldita cosa?.
-M-Me has s-sorprendido -Tartamudea el hombre.
-Bien -Digo- en condiciones normales, me iría tranquilamente y te dejaría seguir con tu camino, pero -Me acerco al hombre- Mataste al hombre que me salvó la vida.
Le atinó una fuerte patada en el mentón, el hombre escupe sangre y cae de espaldas en la nieve, la sangre que escupe viene acompañada de aún más dientes
El hombre no muestra señales de conciencia, con la sangre que está perdiendo sin duda morirá en poco tiempo, voy a registrarlo para buscar agua.
Al buscar me percato que el hombre es realmente flaco, le quitó el abrigo y puedo ver sus costillas, tal y como pensé, tiene sus costillas rotas, pero hay algo extraño, el hombre actuaba con total tranquilidad, no son como las fracturas que tenía Eria, estás son mucho más graves.
De un momento a otro el hombre alza su mano y clava sus uñas en mi nuca.
Lo golpeó en la cara, pero el ni sé inmuta, solo hunde más sus uñas.
Tomo su brazo con ambas manos y lo hago a un lado, me levanto de golpe me aparto hasta llegar a donde se encuentra Eria.
Tocó la herida en mi cuello, no es grave, es solo un pequeño rasguño.
El hombre se pone de pie y me mira fijamente.
-¿Qué diablos eres? -Digo.
El hombre sonríe y dice:
-Soy una debilidad, una contradicción, un ente que ocupa este cuerpo, soy la debilidad que se le otorga a uno de los 4 desafortunados humanos que entran al lugar que inventó mi creador -Dice el hombre mientras sonríe con lágrimas en los ojos- Me conocen de muchas maneras, quizás te suene "Hambre".
¿Estará loco el hombre o estará hablando en serio?.
El hombre pasa sus manos por su cara y se detiene al percatarse de sus lágrimas.
-¿Otra vez estás llorando? -Dice el hombre- Quedamos en que yo te llevaría al final si me dejabas divertirme, ahora deja de llorar imbécil.
Apto seguido el hombre clava sus uñas en sus ojos. Se mantiene estoico y dice:
-Ahora llora de verdad.
Siento la boca seca, vuelvo a preguntar ingenuamente:
-¿Qué demonios eres?.
-Creo que no ha quedado claro -Dice el hombre- Ahora mira.
Del cuerpo del hombre aparece humo negro, ese humo se acumula a sus espaldas y empieza a tomar forma.
El humo empieza a disiparse y puedo ver a un hombre que monta un caballo negro en su mano derecha porta una balanza.
El hombre del que emana el humo cae al suelo y dice a gritos:
-¡Mátenme, por favor mátenme!.
El jinete ríe mientras dice:
-Ahora ya ven quien soy en realidad, soy la personificación del hambre del mundo, ustedes inventaron unos "Jinetes del Apocalipsis", a LeNaguah le encantó esa historia y me creo a mí y a mis hermanos, somos entes encerrados en habilidades, somos las "debilidades" de los poderes más fuertes, en cada purgatorio una fracción mía y de mis hermanos es dada a 4 humanos. Así estamos en cada uno de los purgatorios a la vez.
Eria está asustado y no puede ni hablar. Me tiemblan las manos, pero, si esto es solo una habilidad solo tengo que anularla.
Me enfoco, respiro hondo y anulo la habilidad del hombre.
El jinete se desvanece poco a poco y el hombre empieza a arrastrarse hacia mí.
-G-Gracias -Dice.
Respiro aliviado, no tuvimos que tener ningún enfrentamiento.
-Gracias por bajar la guardia -Dice el hombre.
El hombre salta y me ataca, me golpea en el pecho con mucha fuerza, caigo a unos 10 metros de dónde estaba.
-¡Theo! -Grita Eria mientras corre para ayudarme.
-Déjame decirte algo Theo Bonavista -Dice Hambre- Eres un hombre muy especial para LeNaguah, el afirma que serás uno de lo 10 en llegar a Terra Nova, pero, a mi no me importa en lo más mínimo lo que él quiera, te mataré aquí mismo.
-¿Por qué? -Digo entre dientes- ¿Por qué no funciono mi habilidad?.
-Oh, acaso querías anularme, inteligente Theo, inteligente, pero la habilidad de este tipo es de un solo uso -Dice Hambre sonriendo con la cara llena de sangre de sus ojos- Su habilidad es cederme el control a mi y solo se terminará una vez que esté cuerpo muera o que el purgatorio termine. Lamentablemente para este tipo… -Hambre hace una pausa- Ja, ni recuerdo su nombre, el será el que sienta todo el dolor.
Me pongo de pie, estamos en una mala situación, no hay manera de que pueda ganarle a alguien que no siente dolor.
-Eria -Digo en voz baja- ¿Cuánto nos tomaría ir con Alex e Iván?.
Eria me mira angustiada y dice:
-1 hora.
Estamos perdidos.
-Perdóname pequeña Eria por haberte arrastrado hasta aquí -Es lo único que puedo decir.
Hambre se ríe y empieza a correr hacia mí.
Pero, sus piernas dejan de moverse y cae al suelo.
No sé qué pasó, pero esta es una oportunidad, Tomo a Eria de su mano y empiezo a correr.
-Theo -Dice una voz conocida- Soy Roger.
Tragó saliva y volteo a ver, no hay nadie a mi alrededor.
No se porque pero instintivamente dirijo mi mirada a Hambre. Esta sentado abre la boca y dice:
-Estoy aquí amigo, soy yo, Roger.
Mi mente se quedó en blanco y dejó de correr.
-¿Cómo es posible? -Digo asustado- Te vi morir.
Hambre sonríe y dice:
-Esa es mi habilidad, una habilidad que se activa solo al morir, traspaso mi conciencia a la persona que ocasiona mi muerte o la muerte del cuerpo en el que me alojó.
Sonrió aliviado y digo:
-Ven con nosotros Roger.
-No puedo -Dice la voz de Roger- No puedo controlar este cuerpo todo el tiempo, ahora mismo estoy soportando un dolor inmenso.
-¿Hay algo que pueda hacer? -Digo.
-Huye de aquí y vive -Dice Roger.
-No me pidas dejarte, te debo la vida -Digo.
-Debes tener alguien esperándote del otro lado, no mueras por un desconocido, eso es lo que te estoy pidiendo.
Aprieto los dientes y digo:
-Claro que hay alguien esperándome, pero -Trago saliva- Tampoco estaría aquí de no ser por ti, mataré a esa cosa y te llevaré conmigo.
El cuerpo de Hambre empieza a temblar.
-Hare todo lo posible por ayudarte -Dice Roger.
Hambre vuelve a caer al suelo y grita:
-Que molesto es ese hombre.
El control de Roger se ha ido, pero seguramente me ayudara durante mi pelea.
-Eria ve a buscar a Alex y a Iván -Digo- Yo te cubro.
Eria se niega con la cabeza.
La tomo de los hombros y le digo con una sonrisa que disimula mi preocupación.
-Todo estará bien.
Eria deja salir unas lágrimas.
-No mueras, por favor -Dice mientras empieza a correr.
Hambre empieza a correr hacia ella pero cae en el suelo repetidas veces.
Lo tomo del cuello y lo lanzó lejos, Eria ya se a alejado lo suficiente.
-Cuento contigo Roger -Digo.
Hambre se pone de pie furioso mientras su mano derecha me responde con un pulgar arriba, Hambre en su ira trata de morderlo pero no es capaz por su ausencia de dientes.
-Pobre Hambre, te ves patético -Digo mientras me pongo en posición de pelea.