Su pequeña boca soltaba suspiros y gemidos. Su cálido cuerpo estaba sometido a una alta temperatura. Sus labios más rosados, su cabello alborotado y ambos expuestos el uno al otro. Haciendo el amor en el paraíso, sobre las nubes. Sus pieles quemaban y él se volvía loco tocando esa piel tan suave.
El móvil de Jason comenzó a sonar, era imposible escucharlo, ese sueño era de lo más morboso. Eran las nueve y media de la mañana, en Nueva York hacía bastante frío y caía nieve. Jason seguía sumergido en aquel sueño que parecía realidad. Pero un sonoro y molesto ruido empezó a hacerse cada vez más presente. Él agarró el móvil con rabia, ya que ese dulce sueño desapareció. Y en cuanto al nombre ni quiso contestar. Era la pesada de Allison. Una esbelta y alta adolescente, rubia de ojos azules como el mar. Lo único que había entre ellos de vez en cuando era nada más que "sexo" . Puso el móvil en silencio y volvió a recostarse en la cama excitado.
Se levantó de la cama para ir al baño a disminuir ese bulto que se le había formado.
Daphne y Lucy reían y se fotografiaban en la gran pista de hielo. Hoy debían celebrar sus 6 meses como amigas. Un poco más tarde fueron de compras al centro comercial y finalmente ambas decidieron ir a comer a un delicioso restaurante japonés.
-sabía que eso iba a pasar.- Lucy habló orgullosa.
-pero, solamente fue un beso...
-Jason, no es el típico chico que va con todas las chicas que se le cruza.
-Yo creo que está esperando a la chica ideal - argumenta la pelirubia.
- mi padre casi nos descubre, esa adrenalina que sentí en ese momento fue impresionante.
♥♥♥
La tarde fue pasando rápidamente, Jason y sus amigos fueron al parque de Skate para pasar el rato.
Daphne se hizo presente en la mente de Jason, agarró su iPhone y decidió enviarle un mensaje.
Daphne rápidamente miró el mensaje y sonrió.
"¿Estas muy ocupada?"
Daphne contestó
"No"
Jason recibió ese seco "No" le encantaba su manera ser. Sin dar muchos detalles.
"En diez minutos paso a por ti. Iré a tu casa"
Daphne esperó fuera de su casa por unos minutos hasta que vio a ese chico montado en el "Skate".
Jason se acercó a ella rápidamente y la acorraló en la misma puerta para besarla dulcemente en los labios. Ese sabor a fresa aún permanecía ahí.
-hola- sonrió Daphne.
-hola, ven vamos - la agarró de las manos y caminaron por la calle.
Caminaron en silencio hasta llegar a una gran casa. Una casa en sueño. Gigantesca.
-¿esta es tu casa?- se atrevió a preguntar Daphne.
-sí, vamos entra- ambos entraron y caminaron por el gran jardín lleno de geranios y flores. Y si hablamos de lo que era a dentro eso era una mansión, un lujo inexplicable.
Daphne se sintió pequeña ante ese gran salón.
-mis padres no están ¿Te apetece algo para beber o comer?
Se lo pensó un poco.
-vamos, no seas tímida ¿Que quieres tomar? - Jason revolvió su suave cabello. Daphne reprimió una risilla.
-¿tienes zumo? . -claro ¿Te apetece zumo de sandía?- Sacó del frigorífico un brick de zumo.
-¿Puedo dejar esto aquí? - Daphne preguntó refiriéndose a su chaqueta y bolso.
-claro, estás en tu casa- contestó.
Daphne se acomodó en el gran sofá y a su lado estaba él. No puedo evitar sonrojarse y morder su labio. Tomó un pequeño sorbo de zumo y lo dejó en la mesita.
-tienes algo especial, eres muy diferente a las demás
-tal vez... No me gusta mucho llamar la atención. - él rió y es que la pequeña tenía toda la razón.
-me gustas, Daphne- Jason rozó su nariz por las suaves mejillas de la femenina adolescente. Daphne se sintió bien al escuchar esas palabras. Quería volver a besarla de nuevo y sentir la dulzura de su cuerpo y de sus labios.
-tu también me gustas, demasiado- acarició los bonitos y varoniles labios de Jason.
Y como era de esperar ese sin fin de emociones y sensaciones se apoderaron de ambos. Esa pequeña y fina boca era toda una experta besando. Jason acarició esas suaves y delicadas mejillas rosadas para después deslizar esos dedos largos debajo de la camiseta y acariciar su suave piel.
Ambos se tumbaron en el cómodo y caliente sofá. Para seguir una serie de besos mágicos y suaves. El cuerpo de Jason estaba demasiado caliente y ya ni podía más. Tan sólo verla le provocaba eyaculaciones precoces. Relamió una y otra vez por ese delicioso cuello sabor a pastel de chocolate mientras su astuta mano subía la camiseta de la chica sonrojada. Estaba hermosa. Tal y como en ese sueño, excitada y vergonzosa a la vez.
Daphne sentían sensaciones nuevas y no podía evitar gemir, su piel se erizaba, su corazón latía cada vez más. Y lo más extraño. Se dejaba basar y devorar en vez de poner resistencia e lejanía. Su padre no estaba ahí para vigilarla y no se sentía presionada. Solamente disfrutaba el calor de la anatomía de su sexo opuesto. El deseo de ambos era tan fuerte que no le importaba ser descubiertos.
O al menos eso pensaban. Al escuchar un par de voces adultas se separaron en un instante. Daphne se puso su camiseta lo más rápido posible. Después sacó el móvil y intentó actuar normal.
Aunque era en vano, su aliento era pesado y sus mejillas estaban demasiado rojas.
-hola papá y mamá- Jason saludó.
-hola ¿quién es esa jovencilla? - fue lo primero que preguntó el hombre maduro alto de unos 50 años, al ver a esa joven que parecía una muñeca de rostro.
-ella es mi amiga- Jason no respondió a su padre de una manera muy amistosa , cosa que a Daphne le extrañó.
El hombre se acercó sigilosamente a su inmaduro hijo Jason.
-dile que se marche, tu y yo debemos de hablas y ajustar cuentas - susurró.
Daphne no era ingenua, sabía a la perfección que su presencia no era muy agradable. Jason se acercó a ella y se despidió dándole un beso en la candente mejilla.
-realmente me gustas, Daphne...
-adiós, Jason- ella sonrió.
"Sube a bordo
Iremos lento a ritmo alto
abrazame fuerte y suave.
Nadie más que tú, nadie más que nadie más que nosotros, cuerpos juntos.
Quiero tenerte cerca, esta noche y siempre...
Me encantaría despertar a tu lado
Así que vamos a enfadar a los vecinos...
En tu cama todo el día
Teniendo sexo y luchando. Es nuestro paraíso y nuestra zona de guerra"
Pillowtalk