Al final de nuestra práctica de entrenamiento matutina, algunos individuos parecieron haberlo tenido difícil. Hasta ahora nadie (que haya asistido a mi práctica) había muerto durante una cacería; aunque algunos sí habían salido lastimados. Siendo este el caso, me sentí aliviado al saber que mi formación no se había desperdiciado.
Después, fuimos a cazar y, mientras buscábamos ejemplares de víboras nocturnas, ma- paches armados y arañas demoníacas, encontramos una nueva presa que, sin duda, po- seía una mejores habilidades individuales que las arañas.
Era una manada de lobos, con un pelaje negro que casi parecía estar hecho de metal. Por no complicarme, decidí llamarlos lobos negros (nombre provisional), y por el momento decidí observarlos en silencio.
Al parecer la manada estaba formada por 16 lobos negros, quienes en ese momento pa- recían estar absortos en comer. Por suerte, el viento soplaba hacia nosotros, por lo que ellos todavía no nos habían advertido13, sin embargo, si cambiaba, podíamos terminar como ese kobold al que los lobos negros se estaban comiendo.
Ellos eran 4 veces más que nosotros, pero, de todos, el lobo negro líder parecía increíble- mente peligroso. Era mucho más grande que los demás lobos negros.
Si nos dirigíamos a ellos desde el frente, probablemente volveríamos a sufrir un gran daño. Puesto que nos superaban en número, la ventaja jugaba mucho más a su favor.
Pero, a pesar de eso, una ventaja puede volverse en su contra a través de un ataque sorpresa.
Gobumi-chan disparó una flecha con su ballesta, perforando el cuerpo del lobo líder que todavía estaba distraído comiendo carne de kobold. Al mismo tiempo, una flecha de Gobue-chan atravesó el cuello de un lobo cercano.
El lobo negro líder no iba a morir instantáneamente porque una flecha ordinaria le atravesara el cuerpo, sino porque la punta de la flecha llevaba mi veneno. Tras varios segundos, el lobo se tambaleó inestablemente y luego se derrumbó, convulsionando y echando espuma por la boca.
Aun así, el lobo negro líder no murió de inmediato, con su vida pendiendo de un hilo, esta se disipó lentamente. Puesto que carecía de resistencia contra el veneno de acción rápida, el lobo ordinario al que le dispararon a través del cuello murió rápidamente.
Con esto fuimos capaces de evitar el rápido contraataque de los lobos. Se necesita un tiempo considerable para decidir quién va a sustituir al miembro superior en una mana- da. Podía verse el pánico en las expresiones de los lobos cuando todo sucedió de repente.
13 Los lobos, como los perros, tienen muy buen olfato, si el viento hubiese llegado a soplar al revés, les habría llegado el olor de los cuatro goblins.
Para hacer pleno uso del lío que habíamos creado, Gobukichi-kun y yo nos acercamos más y atacamos.
A pesar de que era la primera vez desde que reencarné que luchaba un monstruo lobo, estaba seguro de que podría lidiar fácilmente con él, siempre y cuando no tuviera nin- guna habilidad especial. Mientras me acercaba al lobo, me enseñó sus afilados colmillos, por lo que me podía dar con su movimiento más poderoso, [Mordedura]. En respuesta, le metí el estoque empapado de veneno en la boca. Con la fuerza de la carga de mis dos brazos combinados, le arranqué fácilmente la carne, le perforé el cráneo, y destruí el cerebro del lobo.
Alcancé a ver un lobo tratando de escapar de la confusión, por lo que cargué un cuchillo de agua a alta presión con electricidad y le corté los pies.
Gobukichi-kun, con su hacha en mano, no conseguía cortar a través del grueso pelaje de los lobos negros, pero con la fuerza de su ataque les rompía el lomo y las costillas, y con la fuerza de su impulso corriendo le rompió el cuello al lobo negro que había chocado de frente con su escudo.
En medio de todo eso, el número de enemigos se redujo aún más gracias a los disparos de Gobumi-chan y Gobue-chan.
Después de un rato, habíamos anulado la manada de lobos negros que había perdido la coordinación, la cual era su mejor arma, y la eficacia de sus mordiscos. No se salvó ni un lobo.
Una vez terminado, tres de nosotros fuimos a cortar los cuerpos de los lobos. El pelaje de los lobos, para su uso posterior, tenía que ser mantenido de manera impoluta, tanto por su funcionalidad como por su belleza. Por cierto, Gobukichi-kun tuvo que ser excluido de esto debido a que que era muy torpe y, por tanto, no podía confiarle tal tarea.
Por eso, le adjudiqué a Gobukichi-kun la labor de vigilar. Aunque con mi capacidad [Sensor de presencia], tener a Gobukichi-kun en ese puesto era innecesario. Sin embar- go, en este mundo donde uno se ve involucrado constantemente en una pelea violenta, la experiencia de esa tarea es vital; especialmente para la propia existencia.
Gobumi-chan y Gobue-chan cortan a muchos lobos sin problema, al parecer obtuvieron la habilidad [Descuartizar]; tan hábiles eran sus dedos que parecían desvanecerse.
Después de eso, reunimos el pelaje y nos comimos la carne, cuatro para cada goblin.
Habilidad [líder de manada] aprendida
Habilidad [Dominio de la caza en manada] aprendida
Habilidad [Piel de acero] aprendida
Como esperaba, el lobo negro líder tenía habilidades superiores, acorde con su estatus. [líder de manada] y [Dominio de la caza en manada] son una gran ventaja para las ope-
raciones del grupo. [líder de manada] me permite identificar rápidamente quién puede contribuir más a mi grupo, aparte de darme la capacidad de dirigirlos, lo que mejora la capacidad del grupo en su conjunto. Y con [Dominio de la caza en manada], todos mis aliados se moverían de manera eficiente bajo mis órdenes como si se las estuviera dando a cada miembro individualmente.
La habilidad [Piel de acero] aumenta la defensa de mi armadura hecha de cuero y pelaje, además de la de mi propia piel y mi cabello. Definitivamente me encanta poder aumen- tar mi defensa a voluntad.
Estoy seguro de que me será muy útil en el futuro.
Busqué algunas arañas demoníacas y limos verdes antes de regresar. Luego, después de cenar, me fui a la cama.