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Chapter 3 - CAPITULO 3 HERENCIA DE METAL por Sylar

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

Tras otro "agotador" día de clases de mucho aprendizaje y el cotidiano bullying, arregle mi camisa y pantalón en casa de todas las bromas en la que fui el centro de atención, además de tierra y viento, hoy decidieron experimentar con magia de agua sobre mi lanzándome una lluvia de microgotas por parte de las chicas y Riza Gramwind era quien de manera indirecta tiraba de los hilos.

Usando un objeto de mi madre, una pequeña piedra mágica color rojo con una pequeña llama en su interior con esencia de fuego, la coloque encima de mi empapada vestimenta y el calor que emitía daba para ser usado de forma similar a una secadora sobre ropa mojada (y sin peligro de que se prenda fuego), logre quitarle lo húmedo en cuestión de minutos (creo que casi una hora).

Las clases dan inicio a la mañana (8 AM) y culminan a la 2 de la tarde, aunque estas últimas dos horas son clase de magia, por lo que mi hora de retirarse seria a las 12 PM. Dejándome el resto de día para hacer lo que quiera, no iba a desperdiciar este tiempo valioso.

Salí a explorar los alrededores de Windaz, el pueblo vivía rodeado de un bosque, tomando consejo de mí madre de no adentrarme tanto, me dirigí al este hasta encontrarme con una formación rocosa extensa, allí di con una entrada a una cueva subterránea bien escondido por unos arbustos.

No era tan profunda y lo interesante es que a pesar de que la luz del sol no llegaba a este lugar, este sitio no estaba a oscuras, en esta cueva sobre ciertas paredes crece una extraña planta con aspecto de musgo y forma de hongo (no comestible) que brillaba en la oscuridad iluminando diversas zonas como si fuera un farol, estaba en casi todos lados y me sirvieron de guía para no caminar en oscuridad.

Por fortuna este lugar seguía un camino lineal y al seguirlo me lleva hasta una amplia zona iluminada por varias musgos hongos con una bella cascada en ella, era un hermoso retrato de la naturaleza, pero mis ojos se habían centrado sobre otra cosa.

A un lado me topé con una cantidad innumerables de rocas sospechosas color gris que llamaron mi atención, al acerarme y tocarlas sentí un tacto familiar sobre estas.

—Esta sensación… dureza… ¡es metal!.

Eran rocas metálicas en su estado puro disfrazados con la apariencia de unas ordinarias, con mis manos y mi vasta experiencia en diversos metales me ha dado la capacidad de reconocerlos al tacto, pese a ser un metal de Avalia, me alegra no haber perdido ese toque.

Mi objetivo primordial consistía en dos metas; exploración de los alrededores para conocer la fauna y el hallazgo de objetos metálicos, pero siendo honesto lo segundo tenía más relevancia, con esto mis manos tenia los requisitos indispensable para llevar a cabo mi "proyecto".

Sin perder más tiempo, puse mi mano sobre una roca de tamaño mediana, acto seguido use mi habilidad Esper para alterarla y hacer que separara del resto como si la "cortara" con un instrumento, me llevo un buen rato (no tengo idea de cuánto) pero pude hacerlo, el problema era que era tan pesada que hasta un adulto tendría problema solo para cargarla y mi cuerpo de niño mucho no haría.

—Hmmm… no hay problema.

Pero nuevamente mi don me dio una gran mano, en contacto con la roca extraída comencé a alterar su tamaño para comprimir su peso temporalmente al reducirlo a la forma de una canica, realizar esta acción me llevo a concentrarme bastante, sin mencionar el tiempo invertido que fueron horas.

Habiendo logrado mi cometido, tome un descanso tras quedarme bastante fatigado por usar por un extenso tiempo mi habilidad, con el aliento recuperado lleve mi metálico botín conmigo a la superficie, al salir y percatarme de lo bajo que estaba el sol me había dado cuenta que lleve bastante tiempo en esa cueva, pues ya casi estaba por anochecer.

De regreso a casa fui regañado por mi madre debido a mi larga ausencia, me sermonea de lo preocupada que estaba al creer que algo malo me había pasado.

— ¿Tienes idea de lo que preocupada que estaba? –Pregunto ella a casi romper llanto.

—Perdona por hacer que te preocupara mama, pero me encontré con algo interesante y eso me hizo perder la noción del tiempo –Conteste enseñando por consiguiente la roca con tamaño comprimido que obtuve de la cueva.

—Esto es "metalito", ¿dónde lo conseguiste?.

—En el bosque, ¿sabes lo que es mama?.

Mi madre me explico que este "metalito" es un mineral de mucho valor, ya que su metal es útil para crear armas, armaduras y otros artículos poseen una alta compatibilidad en el encantamiento de objetos para posteriormente convertirse en artículos mágicos, saliendo de esto; espadas mágicas, escudos mágicos, brazaletes mágicos, ect.

Me dirigí a mi habitación y allí me concentre sobre la roca para volverlo a su tamaño original, el proceso para revertir su estado me llevo menos de lo estimado, al no ser mi primera vez ejerciendo mi habilidad de esta manera, sabía que hacer sin pensármelo demasiado, pero como mi don es ejercido en un nuevo cuerpo de joven edad, me llevaría tiempo para acostumbrarlo y de esa manera fortalecer su uso.

Tenía el metal que necesitaba y ahora podía iniciar la segunda fase de mi "proyecto", la creación de un arma, dada mi edad debía pensar en un arma pequeña, ya que si creara un rifle de asalto o una escopeta, el retroceso de los disparos haría que esta me diera una paliza gloriosa, por eso lo primero en que pensé fue en una pistola, una Springfield XD 9mm.

Tome una porción de la roca equivalente a la masa necesaria para la creación de la herramienta y la convertí en estado líquido, en mi mundo natal crear una pistola como esta me llevaría minutos, pero aquí en Avalia se ve que necesitare más tiempo, porque apenas he empezado y el metal liquido reacciona muy lento a mis órdenes mentales.

El proceso de creación se lleva a cabo mediante la imaginación, la concentración y la energía ESP; la imaginación brinda la imagen de lo que deseo crear, la concentración moldea el metal líquido guiándose de la imagen imaginada y la energía ESP es por obviedad la energía vital por defecto necesaria para que el proceso se realice.

Como un ex-traficante de armas, no me es difícil recordar los montones de diagramas sobre armas, de hecho las tengo recompiladas en mi mente como si una enciclopedia de armamentos reposara en mi cabeza. Con la fatiga aumentando, el proceso de creación se tuvo que detener por hoy, apenas había logrado darle forma en su exterior al arma, por lo que tardaría más de la cuenta para empezar a moldear su interior, el mecanismo es complejo pero su fabricación es simple para mí, el problema es que mi poder ESP se ve más limitada en Avalia y el cansancio frecuente es la causa principal, este proyecto mío me llevaría días o semanas en terminar a este paso.

A la mañana comenzaba con las clases, soportaba las continuas bromas en los recesos de las chicas, sin importar cuantas cosas me arrojaran para lastimarme o empaparme, tenía un motivo para mantenerme en ánimo, esa tal Riza Gramwind quien era el "cerebro" de este descabellado intento de escarmiento bullying no parecía mostrar interés en involucrarse de manera directa, en su lugar prefería seguir tirando de los hilos y dejar de sus "marionetas" hagan el trabajo sucio, era patético pero no podía esperarse menos de una bruja de talento prestigioso, supongo que estaba esperando su momento o no quería "ensuciarse" las manos por cuenta propia por cuestiones de orgullo.

De regreso a casa, continúe en la creación del arma, me asegure de guardar la roca metálica bajo mi cama y la pistola en fase de creación en el cajón del armario de ropa para que mi madre no la encontrara, de momento prefería mantener esto en secreto.

Finalice por hoy hasta donde mi resistencia psíquica me lo permitía, con el caer de la noche me fui a dormir y al siguiente día el ciclo se repitió; clases, bullying constante, finalización de clases, regreso a casa, retorno al "proyecto", anochecer, cansancio, pausa momentánea del "proyecto" y a dormir.

Con el poco tiempo comencé levantar sospechosas sobre mi madre y ella empezó a preguntarse porque me quedaba en mi habitación casi todo los días, para excusarme mentí que se trataba de "tarea extra" para mejorar mi aprendizaje de matemática e incluso invente montones de tarea de acuerdo a los conceptos aprendidos en clases, no me costó convencerla de que era por razones de estudio, de esa manera la coartada funciono y me daría más tiempo hasta finalizar.

Había pasado cerca de una semana y había logrado darle su forma externa a la pistola, ahora me encontraba moldeando su interior para darle forma a su "mecanismo" y hacerla utilizable, calculaba quizás que me tardaría una semana más, pero pronto crearía la primera arma de fuego en un mundo de espada y magia (al menos que hayan habido otras).

Al día siguiente en clase, me encontraba haciendo tarea pendiente en el receso, al terminar me levante rápido para aprovechar el tiempo que quedaba para ir al baño a orinar, en el camino me percate de como las chicas se movían de manera sospechosa al alejarse de mi apenas me veían, no lo encontraría extraño de no ser que casi la mayoría parecía sonreír de una manera bastante malévola o eso creía ver en sus labios.

En los pasillos me topo con Riza Gramwind quien en compañía de dos de sus amigas, les presumía de una vara mágica que en su mano izquierda sostenía.

—Miren chicas, la vara que mi madre me regalo –Dijo la presumida bruja de pelo naranja.

Ellas la elogiaban de una manera tan exagerada e infantil, que me daban ganas de chocar la palma de mi mano a la cara por vergüenza ante la patética forma de actuar.

— ¿Debería probar lo eficiente que es? –Pregunto ella.

Sus amigas respondieron animadas con un profundo "si", y la bruja de larga cabellera naranja comenzó a canalizar su magia en la vara, de repente sus ojos se fijaron atento a mí.

—Momento… ¿no ira a…? –Me Preguntaba a medias en mis pensamientos acerca de lo que planeaba.

Lanzando su hechizo en dirección hacia mí, había invocado un proyectil contundente de viento, al cual enseguida su punta cambia hasta volverse como el de una flecha, sin lograr reaccionar mi hombro derecho es herido y soy derribado en el suelo con una herida sangrante causada.

— ¡Maldición, se supone que no debía haber cambiado a una forma penetrante! –Dijo Riza responsable del acto con un rostro nervioso.

La profesora llego a tiempo y me atendió de inmediato en su despacho, uso magia curativa y vendo mi herida para detener la hemorragia, pero aun ante todo su esfuerzo no podía curarla con su poder, eso era debido a que la magia de la familia Gramwind tenía una cualidad única en sus energías mágicas que ejercían en todo conjuro que realizaban. Era más bien una especie de "maldición" en el que todo aquello que sea herido por uno de sus ataques mágicos, la herida causada no pueda ser curada o atendida de manera satisfactoria por métodos ordinarios o mágicos, esta maldición denominada "Incura" quedaba marcada en la piel lastimada de las víctimas provocando que inhibiera o entorpecía todo medio curativo para ralentizar la recuperación del herido/a.

— ¿Entonces estaré con esta herida para siempre? –Pregunte yo.

—No, solo será hasta que la energía residual de la maldición se desvanezca del todo, hasta ese momento toda magia curativa y medicina que uses en la herida únicamente calmaran el dolor –Explico la profesora —Para la hemorragia hasta entonces debes usar vendas para evitarla y recomiendo el ungüento para el dolor que te vaya a afligir.

En medio de todo, Riza llega con una cara triste y llorosa para explicar lo ocurrido.

—Yo… estaba practicando con mi vara nueva cuando sin querer una de mis flechas de viento dio en Rozuel por accidente, ¡lo siento mucho! –Exclamaba ella.

¿¡Un accidente!?, maldita perra tú lo hiciste apropósito y encimas montas una escena tan sobreactuada, toleraba el bullying que me hacían siempre pero esto es pasarse de la raya.

—Está bien Riza, a todos nos pasan, Rozuel entiende que esto fue un accidente y confía en que no volverá a ocurrir, ¿verdad Rozuel? –Me pregunto la maestra confiando ciegamente en las palabras de su estudiante favorita.

Cuando la instructora no la tenía a la vista, Riza revela su verdadero rostro sonriendo orgullosamente con toda malicia como si me dijera a la cara "mira como me salgo con la mía", eso me irrito bastante que explote verbalmente.

— ¡Miserable!... ¿¡en verdad crees que esto va a quedar así!? –Le exclame señalándole con el dedo a la mísera bruja de cabello naranja.

Ella pronto vuelve a su faceta de chica inocente y arrepentida cuando la instructora voltea a verla, exagerando aún más sus lágrimas.

— ¡Rozuel, entiende que fue un accidente!, Riza en el fondo se siente mal por esto, ¿acaso no ves cómo llora? –Decía la profesora regañándome molesta.

Quería que fueran solo dudas pero ahora era cierto, hasta la profesora era parte constante de este acoso escolar sin fin, no había nadie en quien confiar, incluso los mismos adultos de este pueblucho estaban podridos.

Me permitieron retirarme temprano, incluso me dieron permiso para faltar un tiempo a clases con el fin de reposar y darle tiempo de sanar a mi herida, si bien la maldición "incura" vuelve inútil todo medio curativo que se aplique en mi herida, pero no inutiliza la regeneración natural de mi cuerpo, sino que la enlentece hasta el punto de demorar semanas en cicatrizar una pequeña parte. Y para empeorarlo, la energía residual de la maldición puede tardar días, semanas o meses en desaparecer, esa perra me la había jugado bastante bien y sin la más mínima consecuencia de sus actos.

En casa, mi madre fue notificada del "accidente", debido a su noble carácter y gentil personalidad fue engañada con facilidad, aunque ella no estuviera "podrida" como las demás, no me atrevía a involucrarla, esto era entre yo y esas zorras.

—Mi pequeño Roz, ¿estás bien?, ¿te duele mucho? –Me pregunto ella mirando cuidosamente la herida vendada.

Mi madre poseyendo una magia con afinidad al agua, poseía técnicas curativas implicadas en dicho elemento, por lo que en el pueblo trabajaba ejercía el oficio de curandera junto a otras brujas de dones curativos y prestaban un servicio similar a las enfermeras en mi mundo, pero pese a las habilidades de mi madre ninguna era capaz de repeler o disminuir la maldición que azotaba mi herida.

—Iré a la alquimista y te conseguiré la mejor medicina para tratar el dolor, espera aquí hijo.

La alquimista del pueblo, era una bruja que preparaba todo tipo de brebaje, sobre todo del tipo medicinal, algo similar a una farmacéutica de mi mundo, mientras mi madre partía hacia la tienda de la alquimista, yo me dirigí a mi cuarto para proseguir con mi trabajo.

— ¡Duele… carajo… duele mucho!...

Sin importar cuanto lo intentara, el dolor sometía a mi cuerpo en medio del procedimiento, aun cuando aguantase en un cuerpo de niño el dolor consumía todo mi ser, mi concentración se destruida en cuestión de segundos, esa desgraciada no solo logro herirme físicamente, sino psicológicamente al frustrarme de poner un obstáculo que me impidiera terminar con mi proyecto, maldita PERRA algún día juro que me la pagaras.

Incapaz de continuar, espere hasta que madre llego con un frasco de vidrio que contenía un ungüento color verde, al aplicarse sobre las vendas la medicina traspasaba el vendaje para filtrarse a la herida, el dolor se había reducido de manera drástica, pero la herida aún persistía, esta medicina reducía la incomodidad y los dolores de manera temporal, de modo que podía continuar trabajando en mi proyecto sin problemas, tal y como la profesora dijo mientras perdure esta maldición solo se podrá calmar la dolencia con todo producto médico que use.

La maldición "Incura" de los Gramwind era fuerte, pero no todopoderoso, tenía su debilidad y era que si se aplicaba una técnica curativa de mayor fuerza que la suya esta podía eliminarse, pero lo único cercano aquí que podía combatir contra tal malicia era una planta medicinal conocida como "hojas del hada roja" que llevaban su nombre por su apariencia de hojas color rojo que según relatan estas crecen en un árbol encantado por un hada de alas roja, tenían propiedades mágicas curativas de gran poder y para mi suerte en esta región sobre todo en el bosque que rodeaba a Windaz se encontraba esta planta, puede que esa alquimista tenga un poco, de ser posible con una medicina preparada de la hoja del hada roja debería bastar para curar este mal insoportable.

Varios días después el proyecto avanzo, aunque más lento que antes, el ungüento era efectivo pero su duración no pasaban de 3 horas, además de que debía esperar 1 hora para volverse a aplicar para que su efecto se mantenga normal, a este paso los frascos no duraban más de 2 días y este era mi tercero en usar.

Le explique a mi madre sobre la hoja del hada roja, aunque ella ya la conocía, según parece fue varias veces a la alquimista para preguntar si tenía un preparado medicinal creado a partir de esta planta, solo para ser su pedido rechazado al no poseerlo, excusándose la bruja encargada de producirlo con el pretexto de "es difícil de conseguir".

Hoy mi madre se dirigió de nuevo a ver a la alquimista, la seguí sin que se diera cuenta hasta llegar al establecimiento de esa bruja farmacéutica, su tienda aunque pequeña sí que era extravagante, ya desde afuera tenía adornos de hueso y marcas de pintada con tinte místico, parecía más el local de un adivino que de un alquimista, pero bueno si tomamos en cuenta que es una bruja supongo que venía al caso.

—Ya se lo dije hace dos días, aun carecemos de los materiales necesario para prepararlo –Le respondió la bruja alquimista rechazando nuevamente la petición.

—Entiendo… siento mucho volver a molestar –Se disculpa mi madre retirándose.

Sin que me viera, me escondí hasta que ella salió de la tienda y se fue hasta perderse a la vista, colocándome al lado de la puerta aún abierta del establecimiento de la alquimista, escuche algo que más que asquearme, me harían sacar venas al rojo vivo de la frente.

—Querida, ¿qué no hace días recolectaste algo de esa planta?, fácilmente podrías preparar esa medicina que quiere, además de que ella puede pagarlo –Pregunto el esposo de la bruja.

—Sí lo sé, pero no pienso malgastar unos ingredientes tan valiosos para ese hijo suyo sin talento para la magia, otros que valgan la pena y pueden pagar más pueden necesitarlo –Contesto la propietaria con toda naturalidad.

Me fui de allí aguantando la ira acumulaba de solo escucharla, incluso reprimir tal sentimiento estimula al dolor de mi herida, todo el pueblo estaba en mi contra (con excepción de mi madre), lo único que pude hacer es suprimir esta frustración y regresar a mi habitación.

Días pasaron y lo único en que me concentre en seguir con la creación del arma, me detenía cuando mis fuerzas estaban agotados o el dolor me lo impedía. Habían pasado como dos semanas y media, mi proyecto finalmente había culminado, la pistola Springfield XD de 9mm había sido terminada, aun ante toda la desgracia que he pasado en estos últimos días no pude evitar dejar salir esa sonrisa de satisfacción al ver en mis manos la nostalgia de sostener un arma de fuego, un recuerdo latente de mi mundo natal.

Lo único que quedaba era probarlo, crear la munición fue más sencillo, me tomo un día crear 1 cargador para la pistola, me dirigí hacia el bosque y me adentre a la cueva subterránea donde halle el metalito, llegue a la parte de la cascada en donde coloque en el suelo un frasco vacío del ungüento que usaba, tome distancia y apunte al recipiente para probar mi creación.

Es raro, ya que sentía nervios en este momento vital a pesar de recordar que era en mi anterior vida, supongo que se debe por el tiempo transcurrido desde que pude sostener una de verdad y ahora que finalmente era un sueño hecho realidad, no debía vacilar, jale el gatillo y…

¡BANG!

El disparo rompió el frasco de vidrio con suma facilidad, la potencia y precisión eran sin duda de una autentica pistola, incluso el retroceso el cual casi me empuja era perfectamente emulado, no había duda, ¡con total éxito yo Rozuel Drayt había creado la primera (quizás) arma de fuego en este mundo!.

En el siguiente día de un miércoles, decidí regresar a la escuela, mi madre preocupada me pregunto si estaba seguro de mi decisión, yo con un rostro optimista asentí con un sí, no me fue difícil convérsela. Vistiéndome apropiadamente, guarde la pistola ya cargada en mi espalda sobre mi pantalón ocultándola con la camisa de la misma manera como lo haría un típico pandillero de calle y ya listo partí a clases.

Nada más llegar al salón, mi presencia incomodo a las masas, podía escuchar claro sus quejidos murmurados en un tono no tan bajo, se nota que no tenían sentido alguno de ser discretas, pero eso no me desanimo, al contrario, me alentaba a un más de hacerlo, solo esperaba el momento ideal.

Con el primer periodo de clases terminado comenzó el receso, me dirigí al patio para ponerme al día con las tareas, allí pude notar como un trio de chicas me miraban fijamente mientras hablaban entre sí en voz baja, planeando su jugada a mis espalas, fue entonces que una de ellas saco una varita y comenzó a armas una escena exclamando a sus compañeras "¡miren chicas, el nuevo truco que aprendí!".

—Así que ese era su plan, je, que predecible –Comente en mis pensamientos.

Pensaban copiar la misma jugada de la bruja que me dejo esa herida en el hombro, podía incluso notar como se aguantaban las ganas de verme sufrir, estas sinvergüenzas no iban en dudar en usar esta oportunidad para herirme también con su magia, oh, pero ahora las cosas iban a ser diferente, estaba preparado y una de mis manos se deslizo lentamente hasta poner la palma sobre la culata de mi preciosa creación, esperando la oportunidad.

Continuara…

Notas finales:

NOTAS FINALES:

1: [PERSPECTIVA]: Significa que es relatado desde el punto de vista de dicho personaje, tengo en mente para futuros capítulos describirlo desde la perspectiva de otros personajes a medida que la historia avance.