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Chapter 7 - CAPITULO 7 LA BALADA DEL UZI por Sylar

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

En una noche el poblado estaba bajo alerta cuando un grupo de bandidos denominados "Forajidos de Lars" se acercaba a Windaz, según parece sus miembros no eran simples ladrones, sino experimentados hombres con talento de lucha y algunos hábiles magos en sus filas.

Allí me encontraba en medio del pueblo trotando para buscar el punto ideal para darle uso a mi nueva creación, lo que me permitirá probar su funcionalidad en combate real y de paso resguardar la seguridad de mi madre de este lio imprevisto.

En mis manos llevaba una uzi, mi más reciente fabricación, con cuatro cargadores de munición 9mm con capacidad de 32 balas cada una que llevaba en mi cintura, disponiendo de 128 proyectiles en total.

A una esquina observo a un número concentrado de brujas tanto adolecentes como adultas, todas se dividen en grupos de tres dirigiendo uno al sur, otro al norte y el último al oeste, parecían ser grupos de brujas aptas para el combate y cada uno iba a cubrir un extremo del pueblo para defenderlo como un puesto.

—¿Entonces nadie cubre el este?.

Decidí encaminarme a esa dirección, llegando al extremo en donde Windaz tanto comenzaba como terminaba con la vista del bosque a unos cuantos metros al frente, pensando que estaría solo me topo con una joven veinteañera de cabellera negra y sombrero puntiagudo marrón haciendo guardia allí.

— ¿Qué haces aquí niño?, ¡vete al refugio del hospital! –Me advirtió ella con un tono algo agresivo.

—Mi seguridad es cosa mía –Le conteste con la misma intensidad verbal.

—Haga lo que quiera entonces, si terminas herido me da igual.

—¿Por qué este punto es el que menos se encuentra protegido?.

—En verdad no sabes cómo hacemos las cosas en este aquelarre, ¿eh niño?.

— ¿Me lo vas decir o simplemente vas a divagarme?, como sea es decisión tuya querer o no hacerlo.

—Tsk… que molesto eres, la Eldar ha levantado una poderosas barrera protectora que envuelve a todo el pueblo, sin embargo esta barrera tiene sus limitaciones con cuatro lados vulnerables a causa de que no están cubierto.

Ya lo entiendo, era como un "domo" invisible que protegía a Windaz, pero dicho "domo" tenía zonas abiertas ubicada en los cuatro puntos cardenales del pueblo y como estrategia concentraban en cada punto un numero de brujas hábiles para defender la zona, obligando a los invasores a tener que ir a uno de los cuatros puntos para entrar aquí.

—Pero eso no explica la razón del porque esta parte esta tan poco protegido, ¿y si llegaran a atacar también el lado este?.

—No te preocupes por eso, la Eldar notifico que este sería el único punto en que los bandidos no atacarían.

—¿Cómo está tan segura?.

—Su mano derecha "Naya" es alguien que posee la capacidad de sentir las presencias ajenas con intenciones hostiles a cierta distancia, detectando de esta manera varias concentraciones de los bandidos apostado en todos los lados del pueblo menos al este, aunque si bien la Eldar también tiene una buena percepción, pero dada a su condición no puede sostener la barrera y "sentir presencias" a la vez.

—Pero el que tú estés aquí quiere decir…

—Sí, Naya tiene una increíble habilidad perceptiva pero no es perfecta, es posible que si algunos de los "Forajidos de Lars" sean magos hábiles sean capaz de ocultarse con su magia de su capacidad para percibirlos.

Tiene sentido, pero que solo una bruja defienda este lado me parecía que estaban subestimando a los bandidos o que confiaban en que ella era realmente fuerte.

—Cambiando de tema, insisto en que un mocoso como tu deje de hacerse el valiente y se largue de aquí de una…

Fue tan rápido o quizás por distracción que no lo vio venir ni menos yo, era una flecha que había acertado en su abdomen dejándola malherida en el suelo.

— ¡Están aquí!...

Mire en dirección hacia donde vino la flecha y el arquero se mostró sin intenciones de ocultarse, no estaba solo, atrás de el por arte de magia aparecieron cuatro docenas de los suyos, entre ellos destaco un mago encapuchado de un largo exhibiéndose al frente como el líder de tal grupo.

—Ese sujeto… -Dijo la malherida bruja levantándose —¿¡Ese tipo fue capaz de ocultar a todos ellos con su magia!?, ¿¡tanto poder tiene!?.

No era el único mago de ese grupo, pues había otros dos con pequeñas varas en mano, pero ciertamente el del bastón largo poseía una cantidad de energía mágica superior al resto, podía sentir las energías místicas aun sin poder manipularlas y aterra a veces presenciar tipos así sobre todo cuando sabes que van a matarte.

El mago bandido ordeno a la mitad marchar hacia el frente, ellos levantan sus armas para abrirse a paso ligero como una estampida de barbaros.

—No voy a morir… ¡no voy a morir aquí!...

La malherida bruja luchaba con su condición manteniéndose de pie, pese a sus palabras su cara dejaba al descubierto todo su temor. Era el momento, de mi nueva arma y dependiendo de cómo la use saldríamos vivo o muertos de esta.

Empecé por sostener con ambas manos la uzi y apoyarla con firmeza en mi hombro derecho para mayor comodidad al disparar (pese a que tenía allí la herida vendado maldita) y enfocando a mis blanco apreté del gatillo.

El retroceso sobrepaso mis capacidades para resistirlo, al momento que los continuos disparos salieron del arma perdí control momentáneamente desatando una ráfaga desequilibrada vaciando así el primer cargador.

Sin embargo había logrado darle a la mitad de lo que venían hiriéndolos y haciéndoles perder el equilibrio, en el pánico los demás se detuvieron y como el resto rostros confusos con cierta inquietud se hicieron sobre mí y la uzi.

—¿Qué clase de magia es esa?.

—¿Es alguna especie de arma mágica?.

Mientras los forajidos se debatían en la duda, aproveche y recargue el arma lista para otra ronda, aprendiendo de mi anterior intento, apunto fijo resistiendo lo más posible el retroceso, manteniendo el equilibrio mientras presionaba en el hombro soportando el constante dolor de la herida, los disparos asestaban con mejor precisión a los blanco con un margen de fallo bastante reducido.

Uno en vano intento con un escudo de madera cubrirse, solo para que esta terminara hecha añicos con facilidad y el atravesado por ese proyectil desde la boca, cese los disparos a casi terminar el segundo cargador y los pocos que sobrevivieron (unos 3) con el miedo tanto infundido por la uzi como la sangre salpicada de los suyos en sus vestimenta, retrocedieron hasta situarse en la parte más atrás de la fila de los bandidos restante que quedaban.

Esa demostración bajo su moral para intentar otro asalto directo, pero su líder el mago no vacilo y apuntándome con su bastón me lanzo un proyectil mágico de energía, logre evadirlo a tiempo y contraatacar con la uzi para disparar las últimas tres balas restante del cargador, el bandido con su poderes crea en su defensa un escudo mágico que logra repeler las balas lo que me sorprende con sinceridad.

Aun me quedaban dos cargadores con 64 balas en mi posesión, pero ese escudo parecía lo suficiente fuerte, quizás lograría soportar una carga completa o quizás no, pero se me ocurrió la mejor manera de eliminarle para evitar perder más munición de la necesaria, mire a la bruja herida a mi lado aun despavorida de la impresión por presenciar en primera fila el poder de un arma fuego.

— ¡No te quedes ahí parada, usa tu magia y ataca al escudo de ese mago, deprisa! –Le pedí desesperadamente su apoyo.

Eso la hizo volver en sí y mirando al frente con determinación, aun con la hemorragia de la herida en su abdomen, nada le impidió concentrar su poder mágico en su brazo diestro y crear de su mano una roca del tamaño de una cabeza humana a la cual arrojo hacia el mago, acto seguido la joven cae de rodillas jadeando para mantenerse consciente como si toda la fuerza que le quedaba la hubiera depositado en ese único ataque.

La roca no logro destruir su barrera, peso si dañarla hasta envolverla de grietas, el rufián se concentró en repararla y tomando esa oportunidad recargue la uzi y le dispare. Había logrado reparar la mitad del daño de su defensa mágica lo que le permitió sobrevivir a los primeros proyectiles, pero el fuego continuo no le mostro piedad con el resto, aunque los primeros que repelió ya habían sentenciado su final al reducir drásticamente su barrera dañada, su único salvavidas se desploma como fragmentos de vidrios desapareciendo en su totalidad.

Las balas arremeten contra el desprotegido bandido mago siendo acribillado en varios puntos desde sus extremidades, abdomen y cintura, hasta uno le había dado justo en el cuello comprometiendo su arteria carótida y provocando la salida de un fuerte chorro de sangre sobre su cuerpo ya carente de vida. Sin darme cuenta hasta que el mago murió, había usado las 32 balas para eliminar a un solo hombre, me deje llevar por la fuerte emoción de creer que podría haber muerto en manos de ese sujeto si no lo eliminaba con toda seguridad, no escatime la cantidad por el "miedo" de perder y en consecuencia solo me restaba un cargador contra dos docenas restantes de forajidos.

— ¡L-lo mato… ese niño lo mato con tanta facilidad! –Comentaba horrorizado uno de los bandidos.

—¡Y dejo su cuerpo hecho un desastre!, ¿¡qué clase de magia endemoniada es esa!?.

— ¡Ese mocoso es un monstruo!...

Las fuertes palabras saliendo de la quebrantada moral de los forajidos al ver a su "poderoso" mago abatido me hizo aprovechar la situación denotando una vil sonrisa en mi rostro que acompañe con la uzi al apuntarles una vez recargada, sus reacciones consecuente era más que obvio, estaban atemorizados tanto por la sádica expresión que exponía como del "juguete" con el que amenaza sus insignificantes vidas.

Todos en ese instante emprendiendo la retirada de una forma tan desesperada y desorganizada, pero no me detuve allí, mientras huían decidí meter más leña a esta fogata de cobardes, use el ultimo cargador contra ellas, resistiendo el punzante dolor de la herida maldita de mi hombro a pesar de que la presión del retroceso de la uzi ya la había abierto tiñendo mis vendas con sangre que se seguía perdiendo en el proceso.

Pese a la larga distancia las balas no perdían efectividad, los atravesaba como papel pasando sin problemas a través de sus atuendos defensivos, su retirada se había convertido en una masacre al vaciar cada bala contra ellos, solo dos habían logrado sobrevivir con leves heridas físicas pero seguramente con un daño psicológico irreparable.

A los pocos minutos llegan a escena tres brujas dirigidas por una mujer adulta de piel morena de notable físico que enfundaba una larga espada en manos vistiendo un atuendo ligero.

— ¡Señorita Naya! –Nombro la bruja malherida mirando atentamente a la morenaza de la espada.

¿Eso quiere decir que esa era la tal "Naya" la misma mano derecha de la Eldar?, su imagen aparentaba más para ser una guerrera que bruja.

— Detecte la presencia repentina de varios enemigos en esta parte y vine lo más rápido posible con refuerzos –Manifestó la tal Naya —¿Qué paso con el enemigo?.

La joven señalo al frente apuntando al montón de cadáveres que quedaban de la mayoría de ellos, a lo que con un rostro estupefacto la mano derecha de la Eldar pregunto "¿Qué demonios paso aquí?" y todas las miradas se enfocaron en mí.

—No lo malinterpreten, no hice esto para salvar a este mísero pueblo –Asevere con una fría mirada hacia ellas —La única razón por la que lo hice, es por mi madre, nada más que eso.

Habiendo acabado aquí, me retire enseguida tras comunicarle tales palabras.

— ¡Espera!, ¿qué fue lo que hiciste? –Me pregunto la tal Naya.

— ¿Acaso importa?, yo que tú me preocuparía más en atender a tu compañera herida –Le conteste siguiendo mi camino.

Con la munición de la uzi agotada, el arma de momento me era inservible, nada podía hacer ya, además de que la pistola tan solo contaba con el cargador que llevaba puesto debido a que no podía cargar con más munición de la que podía llevar, no era un personaje de shooter como para hacer tal hazaña.

De manera que solo quedaba dejar el resto en manos de la fuerza de Windaz, mientras que yo me dirigía hacia el hospital para reunirme con madre.

— ¡ARGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!...

Un grito de exaltación puso en alerta mis sentidos, pues estaba cerca del lugar de origen, no podía ignorarlo, mi cuerpo actuaba sobre mi sentido de lógica con intención de indagar la causa sin importar los peligros a los que podría exponerme.

Corro directamente hacia el sitio procedente del ruido tratándose de una casa y armado con la pistola me posiciono sobre la puerta como un típico agente armado a punto de entrar a una zona de riesgo, tras darle una patada a la entrada me encuentro con tres bandidos intentando secuestrar a dos niñas brujas, siendo una de ellas Riza Gramwind, en la escena se encontraba también la profesora Naly Scheen quien yacía en el suelo inconsciente.

— ¡Ni se te ocurra moverte niño o le rebano el cuello! –Amenazo uno de ellos poniendo el filo de su arma sobre la yugular de Riza —Muy bien quietecito allí, al mínimo intento de querer huir o pedir ayuda y tú amiga se muere.

Analizando detenidamente a los tres, dos de ellos llevaban espadas lo que los catalogaba como guerreros sin talento mágico, mientras que el tercero llevando una vara dejaba en evidencia que era mago, tal parece que pudieron colarse de alguna manera sobre la barrera y aprovechando el caos que había intentaban secuestrar cuanto pudieran algo de "botín".

Uno de ellos comenzó a acercarse a mí, confiado en que terminare como el resto de ellas, ignorando la herramienta de mis manos como si pensara sé que tratara de algún juguete, apunte al primer secuestrador fijando el cañón a la cabeza.

— ¿Eh?, ¿qué estás haciendo mocoso de mierda?, ¿piensas hacerme algo con ese juguete raro?, ¡jajaja!, ¿es que quieres hacerte el héroe que rescata a las "doncellas" en apuro? –Reía el vándalo mofándose de mí junto a los suyos.

—Nunca me agradaron los cuentos de hada y menos los de héroes "princesos", pendejo.

¡BANG!

Le había dado justo en la frente y antes de que su cuerpo cayera al suelo, apunte deprisa al que tenía como rehén a Riza y con el segundo disparo acabe con él de un tiro a la cabeza, quedando solamente el de la vara.

— ¡E-espera, por favor no me lastimes, me rindo pero por favor no me mates! –Suplicaba el tercero por su vida.

Pese a poseer magia reconocía que sus esfuerzos eran inútiles ante el poder de algo que nunca había visto, habiéndose rendido pensaría que no era una amenaza, pero prefería no correr riesgo alguno y le dispare dándole en el cuello.

— ¿¡P-porque…!?

Fueron sus últimas palabras mientras su sangre salía a montón muriendo en el acto, Riza me miró fijamente pero percibí que no me veía con la típica mirada de miedo de siempre, no le di importancia y me retire tras asegurarme de haber acabado con los tres, no sin antes atestiguar la llegada de algunas brujas que escucharon los disparos y se acercaron a investigar, pase al lado de ellas sin decir una sola palabra pues ya no tenía las ganas de hablar o hacer algo más.

Sin más obstáculos o imprevistos eventos que me retrasaran me dirigí al refugio para encontrarme con madre, de seguro recibiré un molesto sermón suyo por lo que hice, pero siendo franco adoraba esa parte de ella, porque sé que lo hacía por aprecio a su único hijo.

Continuara…