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Ciudad Blackhole. Capital del Imperio Red Moon. Mansión Snowy.
Un figura delgada se coló por la puerta trasera de la gran mansión, había varios sirvientes vestidos con trajes elegantes de color azul laguna trabajando arduamente, vieron como el intruso se metía en la casa pero hicieron la vista gorda, como si no les importara o más bien como si jamás lo hubieran visto. Mirando de cerca los rostros de los sirvientes, podría notarse que sus ojos estaban desenfocados, como si no tuvieran control de su mente, una bruja experimentada determinaría con un vistazo que los sirvientes estaban bajo un hechizo.
La delgada figura demacrada ágilmente se dirigió al estudio en el segundo piso, el mismo estudio que años atrás había sido utilizado por Alexandra Snowy cuando fue Señora del Imperio Red Moon. La decoración de la casa no había cambiado mucho, aparte del color de las cortinas de terciopelo, que antes era blanco y ahora era rojo carmesí con bordados en negro. En el escritorio de madera barnizada había una pequeña pila de pergaminos desorganizados, detrás del escritorio estaba sentada una mujer que aparentaba tener unos treinta años, su cabello era castaño y estaba sujetado en un elegante moño, sus ojos negros carecían de cualquier calor humano, su sonrisa cínica contrastaba muy bien con su rostro casi angelical. Esta mujer era la reciente Señora del Imperio Red Moon, había tomado el puesto hacia exactamente diecisiete años, unos días después de la desaparición de Alexandra Snowy, esta mujer era Adagio Snowy, aunque ahora se hacía llamar Adagio Flynn, Flynn era el apellido de su verdadero padre, quién había sido asesinado por Edgar Snowy al ser acusado de traición. Si, Adagio le guardaba rencor a la familia Snowy desde que se había enterado de la verdad. No era su plan matar a la vieja Denisse Osborne, sólo quería que la bruja trajera de regreso a su padre del mundo de los muertos, pero en cambio la bruja oscura decidió lanzar un hechizo fatal hacia sí misma, lo hizo frente Adagio y su cuerpo se desmoronó como si fuera repudiado por los ángeles, Denisse Osborne se había suicidado o al menos desde el punto de vista de Adagio. Estaba tan asustada que no supo que hacer... después fue lo de Jean, ella solo había intentado que el hombre le ayudará a convocar imitadores pero el se negó rotundamente a ser parte de eso, por supuesto que quiso eliminarlo pero el hombre desapareció frente a sus ojos, después entendió que era una ilusión y que en realidad jamás había capturado a Jean, el brujo sanador se había ido sin dejar rastro... la chica clarividente, llamada Gabriella Summers, sobrina de Adelaida Richis, también se había interpuesto en sus planes y la había tenido en cautiverio hasta la noche en que Alexandra murió, esa noche la bruja había escapado quien sabe cómo... todos los que estaban del lado de Alexandra Snowy si los había asesinado con éxito, en el Concejo Luna Azul no quedaba nadie que apoyase a esa maldita mujer, esto era lo único que consolaba a Adagio.
- ... J...
Adagio sintió la presencia de la figura demacrada.
- ¿Qué quieres? - su voz era baja y cínica, daba escalofríos.
- Señora Flynn, las brujas Firesiren y la joven bruja Hathaway fueron asesinadas.
- ¿Por quién?
- Demonios. Un demonio las mató a las tres.
Adagio levantó la cabeza y miró cinicamente al imitador, con los dientes levemente apretados dijo:
- ¿Investigaron quién controla al demonio?
- Sus hermanas del clan Louvre lo intentaron, pero no había pistas, ni siquiera marcas mágicas ni demoníacas que hayan quedado en sus cadáveres... Caminó sin salida.
- ¿Algo más que reportar?
- En el Imperio Violet Blood hay una aldea que no ha podido ser alcanzado por la magia... sus hermanas del clan Hyun no han podido poner un pie en la aldea o en el territorio circundante...
- Infiltrate en la aldea y averigua por qué ocurre eso. La energía de esa aldea es importante para mí plan y no quiero que haya obstáculos en mi camino, ¿entendido?
- Entendido.
- Lárgate ya - Adagio no cambió su expresión, aunque en el fondo se sentía irritada por la aldea que no podía ser tocada por la magia. Se sentó en profunda contemplación, su mente se hundió en varios pensamientos profundos.
- Lia.
Al llamado respondió una figura demacrada que pareció salir de un espejo.
- Usa mi imagen para revisar esa aldea intocable - Adagio levantó la mirada para ver cómo la imitadora llamada Lía desfiguraba su aspecto hasta volverse físicamente idéntica a Adagio.
Lía se fue en una ráfaga de negrura dejando a Adagio sola. Adagio se levantó y miró por el gran ventanal, sintió otra vez el agudo dolor del sufrimiento eterno que debía pagar por crear a los imitadores, esas criaturas llevaban su sangre en ellas y le había causado mucho sufrimiento, pero con el tiempo el dolor dejo de importarle, nada le importaba, lo único que le importaba era traer a su padre de vuelta.