Vanessa entró en la cocina y notó lo callados que habían quedado los Frank y su hermana, levantó una ceja y no pudo evitar preguntar burlonamente:
- ¿Les comió la lengua el gato?
'Fiu--'
Vanessa abrió los ojos como platos cuándo su hermana le lanzó una manzana, la atrapó en el aire y miró a Jessica con incredulidad.
- ¿Por qué no nos has avisado que Lord Edward venía hacia acá? - le dijo Jessica culminandola con la mirada.
Vanessa comenzó a reír a carcajadas mientras le daba un mordisco a la manzana, después respondió a su hermana:
- ¿Tenía que avisarles? Perdonenme... el demonio se llevó mi alma... Jess, tú sabes que la única que le desafía y sale ilesa es Adelaida...
- Eso es porque ella es peor... - comentó Ashley caminando hacía Vanessa.
- Los mestizos siempre tienen carácter fuerte - replicó Marc cortando un trozo de mango y pasándolole otro a Caitlyn.
- ¿Eso es cierto? - preguntó Jessica.
- Cuándo convives con tres mestizos, aprendes ciertas cosas - contesto Ashley.
- ¿Tres? ¿Quienes? - preguntó Vanessa con su tenedor en alto.
- Adelaida, Anthony y... Caitlyn - respondió Marc con calma.
- ¡¿Caitlyn?! - Jessica estaba perpleja y miraba a la chica de cabello morado con desconcierto.
- No es tan sorprendente como crees - dijo Caitlyn sonriendo - En realidad soy un mestizo menor. Soy hija de una bruja negra y un humano común.
- ¡¡Caitlyn!! - Zemira llamó a su hija adoptiva desde el vestíbulo - ¡Caitlyn!
- ¡Aquí estoy, Madre! - gritó Caitlyn desde donde estaba,
Zemira llegó rápidamente a la cocina y se paró frente a Caitlyn, el semblante de Zemira era casi siempre tranquilo, a diferencia del de Adelaida o Caitlyn, que era normalmente severo o indiferente, y el de Marc o Ashley, que era habitualmente afable y comprensivo, la mujer de unos cuarenta años era extremadamente orgullosa pero su rostro nunca lo demostraba, desprendía un aura tranquila que les agradaba a las personas y las hacía sentir más cómodas con su presencia.
- La señora Windorah me pidió ayer que te dijera que está tarde te espera en su taller de costura - dije Zemira mirando a su hija adoptiva con un brillo de ternura en sus ojos.
- Lo entiendo - respondió Caitlyn con un gesto impasible.
- ¿Quién es la Señora Windorah? - preguntó Jessica acercandose a Caitlyn.
- Kelly Windsor de Windorah, es la costurera más popular de Fog Spell. Trabajo con ella como aprendiz, ganó el doble de un sueldo de una dependienta de cualquiera de sus tiendas - respondió Caitlyn sonriendo a Jessica.
- ¿Trabajas? - preguntó Jessica con una sonrisa amable.
- ¿Creyeron que no? Aquí nadie es vago. Ashley trabaja en la escuela del sacerdote Carlos Puente y la sacerdotisa Azora Jones. Marc trabaja con un granjero que cría caballos de pura sangre llamado Robert Pattinson. Y Adelaida trabaja en la biblioteca del pueblo los fines de semana - la sonrisa de Caitlyn era muy agradable de ver, la bruja negra sentía que las hermanas Hunt eran agradables y especialmente la vampiresa de ojos plateados que siempre llevaba una alegre sonrisa en el rostro, Caitlyn sintió que podía darles confianza y en el fondo de su corazón esperaba que fueran dos hermanas más.
- ¿Caballos de pura sangre? Adoro la equitación, ¿puedo echar un vistazo? - lo s ojos de Vanessa brillaban con anhelo, era una expresión extremadamente dulce rara vez vista en ella, su rostro radiante hizo que cierto joven de ojos color avellana enrojeciera y sonriera tontamente.
- Supongo que no hay problema, si Marc te lo permite - dijo Zemira notando discretamente la expresión de su hijo, internamente sonrió con alegría, sabía de los anteriores sentimientos de su hijo por Adelaida, no tenía nada contra ella pero entendía muy bien desde el primer momento que su alma ya estaba atada, por eso le alegraba que está señorita vampiresa llegará a dar un soplo de cambio a sus sentimientos.
- ¿Tienes problemas con que te acompañe, Marc? - le pregunto Vanessa al joven que estaba perdido en sus fantasías.
Marc enrojeció cuando levantó la mirada para encontrarse con los bellos ojos rojo carmín de la vampiresa, tuvo que aclararse la garganta para no tartamudear.
- Por mí no hay ningún problema.
- ¡Gracias! - la emoción de Vanessa era evidente en sus ojos y sus labios formaron una sonrisa perfecta, pero sus normalmente pálidas mejillas enrojecieron y las únicas que lo notaron fueron Jessica y Zemira.