—Las palabras nos llevan hasta este lugar Elisa. —dijo Ikki mientras señalaba el oasis.
—Sí, pero la imagen tiene que ser la siguiente pista. —Elisa señalo la imagen en el pergamino.
—Es una entrada, pero en la parte de la izquierda tiene representado un orbe.
—Quizás tenemos que encontrar el orbe y este nos revelará el camino.
—El orbe se ve de color verde, necesitaremos energía de tipo planta.
—¿Puedes controlar la energía Ikki? —preguntó Elisa mientras lo miraba fijamente.
—Nunca había oído sobre ese tema, toda mi vida he entrenado solo con espada y recientemente con la mano.
—Ya veo, te enseñare de lo que hablo, observa.
Elisa se acercó a la orilla, en su reflejo extendió su brazo hacia la superficie del lago, en el dorso de su mano se iluminó una runa circular, la representación de un cisne durmiente iluminó alrededor de su mano, en ese momento la superficie del agua empezó a agitarse, una esfera azul se comenzó a formar de pequeñas gotas que se juntaban, al cabo de un breve momento retiró su mano de la superficie y la llevó enfrente de Ikki, sobre la palma tenía una esfera de color azul celeste.
—Controlar la energía te permite interactuar con el mundo. —Elisa mientras le explicaba movía la esfera a su voluntad—. Existen diferentes tipos de energías en el mundo, algunas pueden combinarse y formar nuevos tipos de energía, en este momento estoy controlando la energía de tipo agua.
La mirada de Ikki se agrandó, su gesto tomó una expresión de asombro mientras su pensamiento entraba en un caos, extendió su mano para sentir aquella increíble esfera, el frío de la temperatura del lago se transmitió a través de la esfera, la frescura del agua le inundó los dos dedos que estaban en contacto con la esfera de agua.
—Esto es algo que me estuve perdiendo por diecisiete años, ¡no lo puedo creer!
—Ya que sabes de que te estoy hablando continuemos analizando el pergamino.
—Sí, ya tendré tiempo para buscar más información de la energía.
—¡Mira!, en la parte superior de la entrada se pueden observar algunas palabras.
—Es lenguaje antiguo, el mismo que se escribió en el pergamino. —Ikki acercó su cabeza para verlas un poco mejor—. "Control, Fuerza, Riqueza." Esa es la inscripción en la entrada.
—Vaya inscripción tan más ridícula. —Elisa puso sus manos en la cintura e hizo mueca de desagrado.
—Vayamos a buscar la entrada, he pensado que debe de estar en el fondo del lago.
Elisa caminó hacia una palmera, esa noche llevaba un pantalón bombacho tipo árabe de franjas azules, tonos verdosos e incrustaciones de plata y gemas, su kameez de color verde hoja con anaranjado cayó a la arena junto con sus armas, su abdomen de color blanco tomaba la apariencia de la luna, solo tenía una prenda de color ámbar que cubría su pecho, su pantalón se deslizó hasta tocar el suelo, con solo su prenda superior y una tanga corrió hacía el lago y se aventó un clavado.
Ikki quedó aturdido mientras se desvestía Elisa, ver aquella bella mujer bajo el regazo de la luna le provocaba tiernos sentimientos, le provocó unos deseos incontrolables de abrazarla, cuando corrió directo al agua Ikki fue despertado de ese hermoso sueño, su mirada siguió el camino de ella hasta que desapareció en el resplandeciente azul.
Elisa salió a la superficie mientras flotaba.
—¿Esperas una invitación, Ikki? —Elisa le habló mientras nadaba en el agua.
Ikki le tomó la palabra, sin demorarse tanto se quitó su caftán, un conjunto de ropa que incluye un pantalón suelto, una camisa holgada y una túnica de tela delgada, todo su conjunto quedó en la arena, sus armas y su bolsa, terminó en bóxer al quitarse todo lo que traía encima, corrió hacia el lago y de un clavado entró en el agua, al salir a la superficie nadó un poco junto a Elisa.
—El fondo queda a sesenta metros, con la bocanada de aire no podremos regresar, quedamos muy expuestos abajo.
—¿Qué tienes en mente?
—Puedo conjurar un hechizo que retenga el pulso de nuestros corazones, así tendremos más tiempo para bucear y buscar la entrada.
—No sabía que también eres hechicera.
—No tiene importancia, vamos a empezar. —Elisa empezó a conjurar un hechizo en el idioma de los Ishgard, la primera raza que camino sobre la tierra—. "Bubuj ue potje e oraon".
Al terminar el hechizo Ikki sintió como su corazón dejaba de latir tan rápido, sus sentidos tuvieron un cambio drástico, el consumo de oxígeno bajo impresionantemente, Ikki y Elisa ya no tenían que preocuparse por conseguir aire dentro de una hora.
—Respira profundamente Ikki, vamos a bajar de inmediato.
—Espera, dentro existen serpientes de agua, voy por mi arco. —Ikki nadó hasta la orilla, caminó donde dejó sus cosas y tomó su carcaj con su arco, se los colgó y regresó al lago.
—¿Ya está listo? —dijo Elisa.
—Vamos. —Ikki y Elisa respiraron profundamente y se sumergieron.
Dentro del lago nadaron en picada, mientras más bajaban diferentes tipos de peces nadaban a su alrededor, unos tenían colores opacos, otros solo tenían un color, había otros que eran más grandes y unos pequeñitos del tamaño de una uña, cuando alcanzaron los treinta metros de profundidad, dos serpientes se lanzaron al ataque, Ikki tomó su arco y lo tensó mientras ponía una flecha, disparó y la velocidad que alcanzó la flecha fue suficiente para atravesar la cabeza de una serpiente.
La segunda serpiente se desvió hacia Elisa, Ikki no pensó que cambiara de dirección, se preparó para lanzar una flecha, pero ya era muy tarde, la serpiente iba a alcanzar a Elisa, ella no se asustó, con un cuchillo en su pantorrilla lanzó un rápido movimiento que cortó la cabeza de la serpiente en dos, el cuerpo comenzó a convulsionarse mientras subía directo a la superficie, Ikki quedó asombrado de su velocidad.
Será mejor que tenga cuidado, pensó Ikki, ella es más fuerte de lo que aparenta.
Continuaron nadando hacia el fondo mientras peleaban contra más serpientes, al llegar a los sesenta metros solo había serpientes de agua acechándolos desde las sombras, Ikki señaló una dirección hacia el este y nadaron hacia el centro del lago, al llegar al centro encontraron un arco de piedra que se parecía a una puerta.
Ambos voltearon a verse mientras avanzaban con cuidado, Elisa avanzó mientras Ikki le cuidaba la espalda, tres serpientes atacaron a Elisa, pero las tres fueron atravesadas empaladas al arco de piedra por las flechas, Elisa continuo hasta llegar a la puerta, Ikki también nadó hasta alcanzarla y juntos buscaron el orbe, a la izquierda se encontraba el pequeño altar donde debería de estar el orbe, sin embargo, no estaba ahí.
A la distancia otra serpiente de agua del doble de tamaño tenía en su cola una esfera verde como si fuera parte de su cuerpo, al percatarse de los dos humanos realizó un eco acuático llamando a todas las serpientes de agua en el lago, Ikki y Elisa tenían que quitarle la esfera si querían entrar en la puerta, Elisa sacó su cuchillo e Ikki tensó su arco.
Veinte serpientes de agua los rodearon e iniciaron su ataque a la orden de la más grande, Elisa cortaba una tras otra mientras Ikki atravesaba de hasta dos serpientes por flecha, la más grande llamó a más mientras se lanzaba al ataque también, era mucho más rápida que las demás, esquivo todas las flechas y logró acertar una mordida a Ikki. Elisa se acercó a Ikki y con sus movimientos ahuyentó a la serpiente, Ikki sangraba por su brazo, Elisa lo protegía de las más pequeñas, en ese momento la más grande volvió a atacar, esta vez su mordida iba dirigida a Elisa, a punto de alcanzarla Elisa giró su cuerpo evitando la mordida en picada que lanzó la serpiente, con su mano derecha cortó la punta de la cola recuperando el orbe.
La serpiente comenzó a moverse alocadamente, Elisa llevó a Ikki a la puerta, colocó el orbe donde pertenecía en lo que la serpiente más grande volteaba para atacarlos de forma más agresiva, la puerta comenzó a emitir un destello y un portal se abrió, todas las serpientes se lanzaron como jabalinas hacia los dos. El arco de piedra generó un portal y los dos entraron antes de que las serpientes los mordieran, al pasar al otro lado el portal se cerró, los dos cayeron al húmedo suelo, tenía un aspecto de ser una gran cueva, a los lados fluían ríos de lava, gotas caían desde el techo, rocas de diferente tipo de material crecían por las paredes, aunque eran inalcanzables por la lava.
—Este lugar es completamente diferente de donde estábamos. —Elisa observó alrededor.
—Como pudimos llegar aquí desde el fondo de un lago.
—Parece un lugar antiguo, ¿dices que tu prueba es aquí?
—En teoría debe de ser aquí, avancemos, a ver si encontramos algo más.
Los dos caminaron un largo tramo hasta que llegaron a una gran puerta, en los lados caían cascadas de lava, el reflejo dorado dejaba entre ver los rostros de los dos, en la parte de arriba tenía la inscripción que aparecía en el pergamino, "Control, Fuerza, Riqueza", de repente una sombra apareció frente a ellos, tenía un sombrero negro, sus ojos rojos resaltaban sobre su cuerpo que era conformado por solo gas negro, sus alargados brazos se ajustaban a su traje de vestir, de la cintura para abajo solo era gas puro, en el cuello tría un moño rojo y de mancuernillas unas aves rojas.
—Sean bienvenidos señor y señora, a la cueva de los deseos.
—¿Cueva de los deseos?, a qué te refieres. —Elisa lo dijo mientras entrecerraba sus ojos.
—Vaya lugar tan escalofriante y se llama así. —dijo Ikki mientras movía su cabeza en desaprobación.
—Verán esta cueva fue hecha por el dios Loki en la antigüedad, aquí venían personas mediocres para buscar su mayor deseo y salir como héroes.
—¿Enserio?, entonces qué significa la inscripción. —dijo Ikki mientras se tomaba la barbilla.
—Son las tres recompensas que obtienen al entrar, al principio escogen que es lo que quieren, después entran en la puerta adecuada, enfrentan una pequeña prueba y terminan reclamando su recompensa.
—Lo dices como si fuera fácil sombra, pero de todos los que han entrado cuantos han salido. —Elisa lo interrogó mostrando un carácter fuerte.
—Solo han salido unos pocos de miles de guerreros.
—Me lo imaginé, nos lo pintas de color rosa, pero por dentro es un infierno. —Elisa lo decía mientras realizaba una mueca.
—Mi señora, a este lugar solo llegan los elegidos, aquellos con el potencial a convertirse en héroes, nadie llega por casualidad.
—¿Elegidos?, antes de llegar aquí recibí este pergamino. —Ikki le mostró el pergamino a la sombra.
—Ya veo, sin duda esta es una invitación, aunque solo el dios Loki podría realizar semejante travesura.
—¡Qué!, cómo es posible que Loki haya hecho todo lo que hizo Imi.
—Loki es conocido como el dios que cambia formas, no es raro que te haya engañado.
—Ciertamente estamos en una posición comprometedora Elisa, sombra, ¿hay alguna manera de regresar sin pasar por la prueba?
—No existe, la única manera es completar la misión o morir en el intento.
—Muy bien, tendremos que hacer esto, vamos Elisa, superaremos este lugar.
—Tienes mucha energía Ikki, hagamoslo.
—Si ya han tomado su decisión, por favor síganme.
La gran puerta extendió un crujido mientras se iba abriendo, al otro lado se podía observar una gran cámara con la estatua de Loki en medio, en el extremo opuesto a la puerta existían tres pequeñas puertas, los dos siguieron a la sombra hasta estar lado a lado de la estatua, la sombra giró y comenzó a explicarles mientras señalaba con su mano.
—Deben escoger el camino que quieren tomar, si eligen "Fuerza" su cuerpo, alma y mente serán potenciados, si escogen "Control" aprenderán a controlar cualquier tipo de energía, si eligen "Riqueza" se les otorgará un anillo con un gran tesoro, tal vez incluya armas u objetos místicos. Al escoger su destino caminara hacia la puerta indicada, cuando la atraviesen entraran en un mundo aparte donde batallaran contra unas criaturas, si logran matarlas podrán reclamar su recompensa, una vez que terminen serán devueltos a la piedra de la sirena.
—Ya que no hay otra salida, ¿qué escogerás Elisa?
—Estaba pensando ir por la riqueza, por el momento necesito conseguir ingresos.
—Vaya, es una decisión inesperada, pero me parece bien, oye sombra, ¿qué pasa si escogemos la misma?
—Cada quien enfrentará su prueba en un mundo diferente.
—Ya veo, no podremos ayudarnos, aunque llegamos juntos. —Elisa se puso en modo pensativa.
—Yo escogeré el control, es lo único que me falta.
Elisa e Ikki se miraron y se dieron la mano, cada quien caminó hacia su puerta, los dos temblaban un poco, gotas de sudor frío recorrían sus frentes, ambos sabían que sea lo que tengan que enfrentar sería mortal, su mente tenía que prepararse previamente a la batalla.
—¡Elisa! —El grito de Ikki robó su atención, cuando volteó a verlo solo encontró una sonrisa despreocupada—. Te esperaré del otro lado, nademos juntos de nuevo. Elisa solo pudo contener su risa traviesa.
—Lo espero con ansias Ikki. —Al terminar su dialogo entró por la puerta.
—Bueno aquí vamos, qué nervios.
Ikki entró por la puerta, frente a él surgió un destello que no le permitía ver bien, cubrió su vista con su brazo, cuando el destello concluyó en frente de él se alzaban unos verdes prados hasta donde la vista podía ver, en el cielo iluminaban dos soles, las nubes blancas recorrían de un lado a otro siguiendo la suave brisa de verano.
Ikki caminó cobre la brillante hierva que animaba el paisaje, mientras más caminaba la hierba más verde se volvía, después de hora de caminar encontró una gran arboleda, pasó entre los arboles de hojas doradas en donde los animalitos trepaban por los robustos robles, continuó su camino hasta que una flecha se clavó en la tierra frente a él.
—¡Uf!, ¿quién anda ahí? —Ikki gritó, pero no recibió respuesta, intentó dar otro paso pero una segunda flecha le rozó la pierna provocándole una leve cortada en el muslo.
—¡Salgan a dar la cara!, no vengo con malas intenciones, fui transportado hasta aquí.
De entre los arboles salió una persona, medía poco más de dos metros, sus orejas eran puntiagudas y su cabello dorado, su vestimenta estaba hecha por hojas y tela, en su mano tenía un arco tensando una flecha que apuntaba hacía Ikki.
—Extraño ser de orejas redondas, tú que has llegado hasta nuestras tierras, ¿que buscas aquí?
—Yo fui mandado hasta aquí para matar a una bestia.
—¿Tu eres el enviado por Loki?
—Sí ese soy yo, verás entré en una puerta y… —En ese momento aquel ser de orejas puntiagudas chifló y una gran tropa de los mismos seres apareció alrededor de Ikki.
—¿Qué está pasando? —En el siguiente instante el grupo lo aprisionó y se lo llevó dentro del bosque.
—¿Qué les pasa por que me están haciendo esto?
—¡Silenció! Eres un enviado del dios que nos tendió una trampa, si estás aquí es porque vas a ser el que pague por él.
—¡Pagar!, esto es un error, vamos a tomar un poco de té para resolver nuestras diferencias y hablemos del problema como gente educada.
—No escuchare tu lengua venenosa, tus engaños ya no funcionan aquí.
—Esperen, ¡libérenme!, soy inocente…
Caminaron dentro del bosque hacia el árbol más grande, en la parte de las ramas habían construido casas de madera y metal, en frente del gran árbol se erigía un altar hacia la diosa de la tierra Gea, rodearon el gran árbol mientras los pequeños niños veían como llevaban a un prisionero, los más sabios hablaban en un idioma desconocido al ver al joven de orejas redondas.
—Ya que no me van a dejar libre, ¿ustedes quiénes son?
—No conoces nuestra historia y aun así fuiste mandado a calmar nuestra ira.
—Ilumíname por favor.
—Nosotros somos los altos elfos, nacimos de la sangre de Gea en la era divina, apreciamos la era oscura cuando la mayoría de los dioses murieron, desde entonces aprendimos a vivir en la naturaleza, ella nos provee de comida y alojamiento, vivimos en paz por mucho tiempo hasta que un día se presentó un elfo viejo, pero muy sabio, nos dijo que era un enviado de Gea, que aún seguía viva y atrapada, nos pidió ayuda para liberarla y así fue como partimos en busca del Partenón, atravesamos montañas nevadas, valles de flores, ríos de agua dulce, en el camino perdimos muchos camaradas hasta que llegamos a una montaña, en la cima se alzaban unas ruinas blancas, le decían el Partenón, dentro de ese lugar en un altar se encontraba una pequeña caja con un sello antiguo, el viejo nos dijo que ahí se encontraba Gea, que debíamos romper el sello para liberarla.
—¿Y qué pasó después?
—¡Después!, lo que pasó después fue solamente desgracia, al romper el sello liberamos un gran mal en esta tierra, un gigantesco lobo de piel azabache con puntas blancas, a su alrededor giraba una terrible tormenta de hielo, el viejo trasformó su cara y nos gritó "Gracias por ayudarme a liberar a mi hijo Fenrir." Él se fue, pero su lobo se quedó para destruir todo, los pocos que logramos escapar regresamos al bosque de Gea donde su poder nos protege de la helada que nos acecha afuera.
—Así que por eso están tan enojados conmigo, aunque yo sea inocente.
—Si vienes de su parte para nosotros eres el mal encarnado.
—Por favor déjenme arreglar esto, mi misión es matar a la bestia Fenrir para liberar a su pueblo del sufrimiento.
—Si te liberamos nos destruirás a todos, antes de que eso pase te sacrificaremos y usaremos tu sangre como ofrenda a Gea para renovar su protección.
—No hay que apresurarse en su decisión, piensen un poco más a fondo, yo puedo librarlos de esta tortura para siempre y ya no tendrían que esconderse de aquel gran lobo. —El elfo miró en los ojos de Ikki, pero no encontró mentira o maldad.
—Muy bien, no parece que tu alma mienta, te llevaremos a juicio donde los ancestros juzgarán si dices la verdad y te mandamos a mar al lobo, o si mientes y te sacrificamos.
—Me parece un gran avance, gracias por darme la oportunidad, puedes llamarme Ikki.
—Está seguro general Thriandul. —un soldado expresó su opinión.
—¡Sí!, mi decisión está tomada, vamos directo al salón de los ancestros.