Chapter 30 - Amanda

A la mañana siguiente Alejandra se levantó, tomo las cosas que había en la mesa y las metió en su maleta. Cortó fruta que metió en un toper y le puso yogurt con granola ántes de guardarlo en su maleta. Salió de casa y se dirigió a la residencia de Alejandro.

Alejandra estubo fuera por más de tres horas, tiempo que aprovechó para desayunar tranquilamente. Hasta que finalmente vió a Alejandro salir de la casa junto con Amanda. Esperó a que entraran en el auto para seguirlos discretamente.

El auto se detuvo en un banco, Alejandro y Amanda entraron y salieron de él, con el contrato dentro de un portafolio que cargaba Alejandro, se subieron al auto y continuaron su camino.

Alejandra sabía que debía encontrar la oportunidad de robar ese contrato o por lo menos tomar fotos ántes de que lo regresarán a la caja bancaria.

Alejandra siguió al auto hasta llegar a una lujosa casa en los suburbios de la ciudad, en ella entraron Alejandro y Amanda, Alejandra tomó fotografía de cada uno de sus movimientos pero el contrato no dejó el portafolio en ningún momento mientras estuvieron afuera, hasta que entraron por un tiempo al interior de la mansión. Cuando salieron, Alejandro no podía dejar de sonreír y Amanda no dejaba de mirar el portafolio en ningún momento. Parecía que ella también estaba esperando el momento adecuado para robar la información de su interior.

¡Eso facilitaría las cosas! Si Amanda lograba robar los nombres de los socios en el contrato, Alejandra podría robárselos a ella. En cualquier caso, sólo tendría que esperar y vigilar los movimientos de Amanda.

Alejandra siguió a la pareja en su viaje por la ciudad, aprovechó uno de esos momentos para introducir un pequeño micrófono por la ventana del auto, mientras estaban en el interior de una casa. Por más que quiso ver las caras de las personas con las que hiban a firmar el contrato, nunca pudo verlos debido a los cuidados que tomaban. Para ser que eran socios acostumbrados a que los siguieran o trataran de descubrirlos porque no parecían dejar espacios abiertos para descubrirlos.

Alejandra no tuvo más remedio que asegurarse de poder escuchar la conversación en el interior del carro con la esperanza de notar cuando haría Amanda su movimiento. Necesitaba que reborar esos nombres hoy mismo para que las cosas no se complicaran más.

Cuando Alejandro y Amanda volvieron a salir y subieron al auto, Alejandra encendió sus auriculares y escuchó la conversación que había en el interior del carro.

-Alejandro, ¿de qué se trata ese contrato? Toda la gente que hemos visto hoy no se ve normal, dan un poco de miedo.

-No te preocuper mi hermosa Roxie, no son personas por las que debas preocuparte. Solo son negocios, cuando se trata de dinero todas las personas dan miedo, esto es normal. Mejor centrate en que no te noten mucho, no sé que haría si alguno quisiera ganar tu favor, no puedo tener problemas con mis socios tan pronto.

-¿Me estás diciendo que soy una coqueta?- dijo Amanda molesta.

-No, por supuesto que no, mi reina jamás haría semejante cosa. Lo que me preocupa es que tu belleza de diosa llama la atención con solo quedarte parada. Yo confió en mi diosa pero no puedo confiar al cien porciento en mis socios.

-Si ese fueres el caso los rechazaría, no tienes que preocuparte por eso. No me gustaría estar con hombres tan serios y miradas aterradoras. No soy ninguna masoquista.

-Me alegra enormemente escuchar eso, al menos me sentirés un poco más en paz, aún así deberé cudiar que no quieran obligarte a salir con ellos.

-Si en algún momento me encuentro con ese problemas te lo haré saber, no te preocupes, no soy una mujer fácil de intimidar.

-Eso lo puedo ver mi hermosa Roxie, soy yo el que siempre soy intimidado por tu sensualidad, me convierto en tu esclavo solo con verte.

-Está bien pero no te me pegues tanto, ¿no estaba preocupado por mi bien hace un momento? ¿Cómo es que tu humor cambió tan rápido?

-Hace un momento estaba viendo como te veían mis socios, ahora que estas a mi lado y que me has tranquilizado, sólo puedo notar el aroma de tu piel y notar tu sensual presencia, claramente mi humor hiba a cambiar para mejor.

-A mi no me parece que sea mejor, estamos en la calle, trata de controlarte un poco.

-Aún tenemos tiempo ántes de la última firma, podemos detenernos un tiempo en algun hotel para que no tengas que preocuparte por estar fuera.

-Eres un pervertido, pero si no hacemos algo por ello ahora la única que sufrirá después seré yo. No quiero que por estar aguantandote te quieras desquitar conmigo toda la noche.

Se escuchó la sonrilla suave de Alejandro seguido de besos.

Alejandra los siguió hasta que llegaron al hotel, los dos bajaron apresuradamente y entraron en el lobby.

Alejandra quería regresar a los departamentos de Amanda para prepararse pero no podía hacerlo hasta asegurarse de que Amanda aprovechara esta oportunidad para robar los nombres, si no aprovechaba la oportunidad que se le daba, Alejandra tendría que pensar en otro plan.

Tres horas después, Alejandro y Amanda salieron del hotel. Amanda se veía cansada pero satisfecha lo que le dió esperanza a Alejandra, si estaba contenta por haber logrado optener copia del contrato, entonces Alejandra ya podía ir festejando su victoria.

Alejandra se puso los auriculares nuevamente mientras los escuchaba conversar en el auto.

-Querida Roxie, hoy parecías más apasionada que de constumbre, ¿podría ser que te estés enamorando por completo de mí?

-No digas tonterías, quería ayudarte a terminar lo más pronto posible o no habrías terminado hasta que me desmayara del cansancio.

-Aún así nos dormimos después, así que tu plan no funcionó, terminaste cansada.

-Pero fue un cansancio diferente, el sueño fue reparador y no me siento cansada o con el cuerpo adolorido, como suelo levantarme otras vece gracias a ti.

-Eso es un cumplido para mí, saber que quedas tan satisfecha de mi que no puede pensar en otro.

Alejandra se quitó los auriculares y dejó de seguirlos, regresó a su oficina para disfrazarse. Se puso un vestido formal color turquesa, se puso la peluca rubia con corte bob y se puso un maquillaje pesado. Se miró en el espejo para estar segura de su apariencia, después de asegurarse que no se parecía en nada a ella, tomó unos tacones, los metió en una bolsa con el resto de su equipo y salió en dirección al departamento de Amanda.

Estacionó su moto a dos cuadras de distancia, caminó hasta el enorme edificio y se detuvo cruzando la calle, se recargó en la pared de una casa y mandó un mensaje a su amigo hacker. "Necesito que hackies las cámaras de seguridad de un edificio, te mando las cordenadas."

Alejandra respiró profundo y esperó al regreso de Amanda, mientras su amigo se encargaba de hackear las cámaras y darle control sobre ellas.