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Chapter 18 - 18: Eres todo lo que tengo

—Todo esto es tu culpa, Noah. Te metiste en mi cabeza y me controlaste— solté el cuello de Valerie.

—No, fuiste tú solo— la miré fijamente y sentí deseo de ella, olvidé el cuerpo de Valerie por completo, como si nunca hubiera existido. Empujé para atrás a Noah y pasé por encima de Valerie, con tal de alcanzarla; me subí sobre ella y sujeté sus dos brazos—. ¿Qué crees que haces, Caden?

—Estoy seguro que todo esto lo hiciste por celos— esbozó una sonrisa y suspiré.

—No soporto que alguien más te vea de la misma forma que yo — la besé robando cualquier palabra innecesaria que pudiera decir.

—No puedo ver a nadie más que a ti. ¿Qué me hiciste?

—Mostrarte la realidad para que te des cuenta que soy lo único que tienes.

—Suéltame, Noah — solté sus manos y ella quitó la soga de las mías —. Te has vuelto obediente, linda.

—¿Estás así por mi?

—Tú eres la que me pone así — me quité el preservativo y lo tiré a un lado, no me importaba dónde estaba, el tener a Noah frente a mis ojos y debajo de mí, era lo único que me hacía sentir satisfecho; era como si hubiera perdido el sentido de todo, toda mi atención estaba únicamente en ella. Le quité la ropa interior con el desespero que sentía dentro de mi.

—Ven con mamá, Caden — al ver sus brazos abiertos para mí, me acomodé entre sus piernas y la penetré.

Alguien está feliz de recibirme. Alguien por fin me abraza sinceramente. Ella es todo lo que tengo. Solo quiero que tenga ojos para mí.

—Yo no me voy a ir, Caden — gemía en cada embestía que le daba. Apretó fuertemente mis hombros y sentí sus piernas temblando.

En cada estocada, podía percibir sus fluidos y los sonidos de humedad que emitían. Podía sentirme satisfecho al estar profundamente en ella. Escucharla gemir mi nombre me encendía mucho. Alcé su pierna y la coloqué en mi hombro, era como si hubiera podido alcanzar lo más profundo de su ser. Noah soltó un gemido más fuerte y entrelazó su mano en la mía. Pude apreciar su lindo rostro sudoroso y esa expresión dulce de placer.

—Quiero tu hijo, Caden.

—Voy asegurarme de que lo tengas— aceleré mis movimientos, y apreté su muslo con fuerza al sentirme al tope. Me corrí profundamente en ella y ese escalofrío recorrió por todo mi cuerpo. Nuestros cuerpos estaban bañados en sudor, no sabía qué tanto, hasta que terminé. Me recosté en su pecho y ella me abrazó.

—Eres mi niño preferido— Noah tiene las palabras exactas para hacerme sentir feliz. Acarició mi cabeza y nos quedamos por un rato así —. Tenemos que limpiar este desastre y salir de aquí, mi amor— asentí con mi cabeza y nos levantamos los dos, era como si todo se viera lejano, nada de lo que veía me importaba. Antes me sentía asqueado de estar en este lugar, y sin darme cuenta, algo cambió. Noah tiró el cuerpo de mi madre al suelo y me hizo ayudarla a subir el de Valerie a la mesa de metal—. Hoy tendremos carne fresca — se veía feliz y sonriente, como la mayor parte del tiempo.

Salimos del sótano y nos bañamos juntos.

—Después de comer te presentaré a mis padres, Caden — cogió el cuchillo de la cocina y una bolsa negra para caminar de vuelta al sótano.

Miré a la puerta de entrada y no sentía las ganas de huir. No sé si lo hizo como prueba o olvidó que había intentado irme antes. Me senté en la mesa y esperé a que subiera. Entró a la cocina y mientras cocinaba no dejó de tararear, se veía de buen humor. No quise decir una sola palabra hasta que terminara. Llevó el plato a la mesa y con una sonrisa me entregó el tenedor.

—Este será nuestro platillo especial, lastima que no podré hacerlo más seguido. Que te aproveche, Caden — dando pequeños saltos y tarareando una canción, se sirvió el de ella. Se sentó al lado mío y sonreímos antes de comenzar a comer. No podía sentir asco, aún sabiendo de lo que estaba hecha la carne. Efectivamente se convirtió en mi plato favorito, era como si me endulzara la vida y me llenara el alma.

—Está delicioso, eres estupenda.

—Nada me hace más feliz que cocinar para ti — sonrió, y llevó el tenedor a su boca. Devoraba la carne con un gusto y deseo, que sentía algo de celos. De todas las carnes que había servido, esta es con la más que se tomó el tiempo de saborear.

Al terminar de comer, fui a la cocina para ayudarla a lavar los platos, ella se fue al cuarto y me quedé esperando a que regresara. Al verla, vi que tenía una caja negra con un candado y con el mismo llavero que tenía lo abrió.

—Ven, Caden — se sentó en la mesa y colocó varias fotos sobre ella —. ¿Te gusta? — me acerqué a la mesa y cogí una de las fotos. En la que escogí aparecía una pareja durmiendo.

—¿Quiénes son?

—Mis padres — colocó varias fotos más en orden y las miré. Me di cuenta que en la segunda foto aparecía un cuchillo en la esquina, en la tercera todo el rostro del hombre se veía cubierto de sangre, incluyendo la sábana, en la cuarta lo único que se veía eran las dos cabezas, pero no estaba el cuerpo de ninguno —. ¿Qué no estaría bien hacer una película con esto?— soltó una risa malvada.

—¿Mataste a tus padres, Noah?

—Que sea un pequeño secreto entre tú y yo — esbozó una sonrisa siniestra y, a pesar de eso, no sentí miedo alguno.