—¿Por qué los mataste?
—Estaban igual de contaminados que todos, así que tuve que hacer el sacrificio y liberarlos. A veces hay que hacer grandes sacrificios, Caden.
—¿Te hicieron algo?
—Solo tenía 10 años cuando las cosas comenzaron a cambiar en mi casa. Todos los días sus manos me acariciaban, de una forma muy asquerosa y despreciable. Uno que otro día se acostaba en la cama mientras fingía estar dormida y podía escuchar sus gemidos mientras se masturbaba. Mi madre lo sabía, pero aún así, solo me vestía provocativa para él. Sentía asco de sus asquerosas manos que me tocaban de esa forma tan brusca y sucia. Todas sus atenciones fueron para mí, en vez de a mi madre. Los años fueron pasando y se veía deseoso de que siguiera ocurriendo. Esperaba todas las noches para entrar a mi habitación y no tenía otro lugar a donde ir. Sabía que algo andaba muy mal, pero nadie creía en mi palabra. Vivía bajo amenazas constantes de parte de mi madre, tanto como de él. Cuando quise ir a denunciar ese comportamiento, mi padre me descubrió y me golpeó hasta cansarse. Mi mamá permitió que lo hiciera. Mi pequeño cuerpo estaba destruido, aun así no les importó. Me encerraron en una habitación y fui abusada diariamente por los dos. Cuando mis heridas desaparecieron continué asistiendo a la escuela, trataba de hacer amigas, pero nadie se acercaba a mi, solo quería tener alguien con quien desahogarme. Necesitaba aferrarme a algo o alguien; alguien que me ayudara a salir de ese infierno, pero nadie estuvo para mí, solo se burlaban de mí por ser una tonta. No soy muy buena en la escuela, ya que no tenía tiempo ni para estudiar, solo me utilizaban como un objeto para satisfacer sus deseos. "Solo sonríe, a nadie le importa si estás bien o mal, ni siquiera a nosotros." Eso era lo que repetían y repetían. Al darme cuenta que fingiendo ganaba la atención de todo el mundo, se volvió una rutina hacerlo."Si tenemos un bebé no estarás sola; un bebé es una bendición, ¿No lo crees, Noah?" Me hicieron grabar eso por mucho tiempo, mientras los abusos continuaban. Quedé embarazada a mis 14 años y por todo los abusos físicos a los que fui sometida, lo perdí. Esa pérdida fue algo que me alegró. Me golpeaba contra las paredes, me tiraba al suelo, tomaba pastillas para sacar ese parásito de mi. Traté de atentar contra mi vida muchas veces y el resultado de todo mi esfuerzo, terminó siendo favorable. Al perderlo se molestaron mucho y me golpearon. Estuve al borde de morir por esos golpes, ellos me dejaron tirada en esa oscura habitación. No asistía a la escuela todos los días, es por eso que muy poca gente me veía. Necesitaba esperar a que mis golpes se pudieran ocultar con maquillaje o debajo de la ropa. Al enterarme que mi mamá estaba embarazada quise que lo perdiera. Pensarían que fue para que no trajeran un bebé al mundo a sufrir, pero no, no fue por eso, los quería muertos a los tres; es por eso que una tarde entré a la cocina sin que se dieran cuenta y puse varias pastillas para dormir en el jugo que mayormente tomaban los dos. En la noche me fui a la cocina para buscar un cuchillo, entré a la habitación de ellos y busqué la cámara, porque quería tener evidencia de cuando los iba matando lentamente, quería grabar el sufrimiento de los dos. Corté sus testículos y se despertó en gritos, fui cortando extremidad por extremidad, mientras que la sangre salpicaba a todas partes. Sus gritos era algo que me hacía sentir una satisfacción inmensa. Me sentía excitada al verlos de esa forma, al verlos llorar y suplicar. Con mi madre hice lo mismo, pero le abrí el estómago cuando aún respiraba y hasta que no encontrara ese parásito que tenía dentro de ella, no me detuve. Quería pisotearlo, quería terminar con todo. Aún sin sentirme satisfecha les corté la cabeza, quería asegurarme de que estuvieran bien muertos. El olor a sangre hacía que mi cuerpo se sintiera caliente. Mi rostro estaba cubierto de sangre, y al lamer mis labios y probar ese dulce sabor, mi cuerpo se estremeció como nunca antes. Había perdido por completo la cabeza y deseaba probar más y más. Quería deshacerme de sus pedazos, así que los preparé, y al probar esos deliciosos y únicos platillos luego de esa dulce venganza, era lo más exquisito que podía existir. Podía ver a todo el que se me acercaba como un trozo de carne. Los veía a todos así como un depredador ve a su presa. No podía estar sin matar a alguien; al final, todo lo que esté contaminado debe ser eliminado. Luego de eso, me quedé con todo el dinero de los dos y hasta ahora he podido mantenerme gracias a eso, y claro, a los trabajos extras así como tú querida Valerie — soltó una risita malvada, y me quedé en silencio sonriendo al ver la emoción con la que lo contaba—. Perdóname por mentirte, no era virgen cuando estuve contigo.
—¿Y tú estás pensando en eso? ¿Eso que importa? Tú no tuviste la culpa de nada, para mí lo eras y me gustas así. No puedo imaginar todo lo que sufriste por tantos años — acaricié su mejilla, y ella sonrió.
—Muerto el perro, se acabó la rabia; es por eso que debemos liberarnos de esos seres sucios que contaminan a todos. ¿Me ayudarás, mi amor?
—Sí, juntos vamos a acabar con toda esa plaga — ambos sonreímos.