- Hola jefa, ¿cómo llegastes? No hemos recibido noticias tuyas, y estábamos preocupados porque no llegaras bien.
- Llegué perfectamente, pero tuve que arreglar muchas cosas aquí, ¿como están las cosas allí?
- La verdad va todo bien, estamos recibiendo mas pedidos, parece que nos va a tocar un tiempo de trabajo duro, así que el otro motivo por el cual llamaba es porque vamos a necesitar que nos envien mas telas, la calidad es fantástica, y hay varios de tus diseños que se adaptan perfectamente a ello.
- Me ocuparé mañana de eso, sin falta.
- Por cierto jefa, me ha contactado el jefe de vestuario de una película, quiere dos de nuestros diseños para su película.
- Que gran noticias, mandame el diseño y pídele a tu contacto los datos y las medidas de las actrices, así podré adaptar el vestuario a su estilo y cuerpo.
- Si, en cuanto tenga lo que me pides te lo envio.
- Bueno Marco, cuidate y cuida a las chicas mucho.
Diciendo esto colgó la llamada y volvió a la mesa, pero se encontró una mirada muy extraña en Ryo, no sabía que había pasado mientras ella había salido a hablar por teléfono, pero no parecía nada bueno, era como si se hubiera arruinado el clima de confianza que había entre ellos.
Ryo realmente estaba enfadado, quien era ese Marco y porque la llamaba tan tarde en la noche, y mas para arruinar su conversación.
- Lo siento tenía que coger esa llamada, era algo importante.- aquello no parecia calmar sus animos, y lo peor es que ella no sabía que había pasado.
- No pasa nada, pero me sorprende que alguien te llame tan tarde.- No quería parecer infantil, pero esa llamada lo había molestado demasiado.
- Bueno es normal, me ha llamado mi relaciones públicas en Francia, para el primera hora de la mañana, y como no le había contactado estaba preocupado, además tenia que informarme de un nuevo proyecto.
Aquella información hizo que Ryo calmara su mal humor, seguía molesto puesto que no sabía que un hombre trabajaba con ella, pero al menos no era una relación personal, sino laboral.
- Ah, no sabía que tuvieras un hombre como empleado de relaciones públicas.
- Vaya oido, solo dije su nombre una vez y ya captaste que era un hombre. - Acaso Ryo estaba celoso, aquello era poco probable, pero desde luego era muy divertido.- Si en mi taller en Francia, trabajo con un hombre y dos mujeres, a los cuales quiero un montón, son mis amigos y compañeros de trabajo. ¿ No estarás celoso?, no me digas que tu también quieres trabajar conmigo...
- Yo ya trabajo contigo, te recuerdo que tenemos un trabajo juntos.
El tono de respuesta de Ryo delató su malestar y eso hizo que Anna se riera, era muy divertido picarlo, al menos ella no era la única que era picada por el aguijón de los celos aquella noche, tendría que subirle el sueldo a Marco, por esa llamada, estaba enseñándole una nueva cara de Ryo.
- Está bien, no te molestes. Sé que estamos trabajando juntos, y Marco es más como mi hermano pequeño. - No sabía porque, pero necesitaba explicarle eso a Ryo, no quería que hubieran malentendidos entre ellos.
- Bueno, siendo sincero, si que me ha molestado tu familiaridad con la persona del otro lado del teléfono, pero antes de esa llamada quería decirte algo, tenemos una conversación contigo y quería tratarlo ahora.
Anna sabía que ese momento se presentaría, incluso si él no sacaba el tema ella, tendría que sacarla, era importante hablar de ello, pero emocionalmente ese tema la ponía nerviosa, pero ella enfrentaba la vida de frente y con respecto a Ryo tenía que ser valiente y enfrentar lo que fuera que pasara, para bien o para mal.
- ¿Porque dijiste que lo nuestro era imposible?
- Bueno dije eso... porque tu tienes muchas obligaciones a las que responder, pero sobre todo no puedo estar con alguien que no me ame.- Anna quiso ser sincera, con él y con ella misma.
- ¿ Porque pensaste todo eso, pensaste que mi posición de presidente del grupo Lee va a establecer mis relaciones?
- Bueno sabes tan bien como yo, que en la sociedad que vivimos los matrimonios arreglados son lo habitual, es más mi madre misma ya está intentando arreglar el mio, supongo que para ti, la presión es todavía mayor, al final y al cabo hasta nosotros mismos hemos tenido una cita a ciegas planeada por tu abuela.
- Supongo que tienes razón en tu lógica, pero yo nunca he dejado que me controlen, en lo que quiero hacer y menos en mi vida privada, y no está en mis planes hacerlo ahora.