- Bueno por nuestras conversaciones sabrás que yo tampoco dejo que mis padres decidan con quien salgo.- Aquella conversación estaba siendo más difícil de lo que pensó en un principio.
- Bueno pues si estamos de acuerdo en esa afirmación, estarás de acuerdo que lo que ocurra entre tu y yo, solo nosotros somos responsables de ello.
Anna ya no quería dar más vueltas sobre aquella conversación que no parecía llegar a ningún lado, respiro hondo y decidió abrir su corazón y expresar sus sentimientos, quizás se iba a llevar el golpe mas grande que le habían dado nunca.
- A ver Ryo siendo sincera, aquel día tenía la cabeza hecha un lio, no sabía muy bien como actuar, y de ahí viene mi contestación, pero ahora ya me he aclarado, ya sé donde estoy y que es lo que quiero, por eso quería decirte que... me gustas, me gustas muchísimo, y por eso mismo si yo no te inspiro los mismos sentimientos, será mejor que no nos veamos más.
Aquella confesión con palabras simples, sin rodeos, sincera y directa era el mayor regalo que le podían haber hecho nunca a Ryo, tanto que por una vez lo dejaron sin palabras, le costó unos minutos poder pensar unas palabras adecuadas.
- A mi también me gustas Anna.
Al oír eso, Anna se sintió flotar, estaría soñando, se lo habría imaginado, él no la rechazaba, sino que sentía lo mismo que ella, aquello tenía mas pinta de sueño que de realidad.
- ¿De verdad? ¿ no me estas mintiendo?
- Estoy siendo totalmente sincero, por eso te bese en mi casa, no pude resistirme a besarte, y más sabiendo que te ibas a ir, quería que al menos me recordaras.
- Y ¿qué me dices de cuando me besastes en la gala benéfica?
En ese momento si que pudo notar que Ryo se ponía incómodo, parecía estar buscando las palabras adecuadas para explicar la situación, verlo tan nervioso de repente, era gracioso, estaba segura que nadie había visto nunca al presidente del grupo Lee así.
- Bueno... en realidad allí te bese porque quería comprobar si me transmitía la misma sensación que aquella noche de hace cinco años, había estado rememorando esa noche muchas veces en mi cabeza y ya no estaba seguro de que era real y que era fantasía, por eso te besé.
-Sinceramente pensé que no recordarías nada de esa noche.
- Si que recuerdo todo lo que pasó esa noche, intente localizar quién eras, pero no tuve ninguna información, conseguiste desaparecer del todo, imagina la sorpresa cuando te vi aparecer en la gala benéfica y mas averiguando que estabas más cerca de mi, de lo que me esperaba. En realidad este tiempo que llevamos conociéndonos desde que has vuelto he pensado mucho en el tiempo del instituto, y porque nunca te vi, o te tuve presente, pero por más que lo intento no tengo una imagen clara de ti.
- No te preocupes por eso Ryo, en aquella época yo era invisible para todo el mundo a excepción de Lu, nadie más hablaba conmigo, no se metían conmigo pero tampoco me tenían en cuenta, y la verdad yo no hacía nada para destacar o para llamar la atención, y cuando te conocí y me quedé prendada de ti, pues utilice esa forma de vida para observarte sin llamar la atención.
- ¿Porque nunca te decidiste a decirme lo que sentías como hacían las otras chicas?
- Realmente nunca pensé en declararme.
- Pero aquella noche...
- Por favor no hablemos de esa noche, no me arrepiento, pero me sigue dando algo de vergüenza la osadía que demostré en esa noche, no creo que ahora la tenga.
Sin poder evitarlo Anna se sonrojo completamente, ya había pasado muchos nervios para hablar de sus sentimientos con Ryo, y aunque es verdad que pasó con él una noche inolvidable no estaba preparada para hablar claramente de la misma. Todavía le quedaba más timidez de la que quería admitir.
- Esta bien, podemos hablarlo mas adelante, cuando estemos más cómodos los dos. Te apetece pasear por la orilla del lago.
- Si, claro me encantaría.
El cambio de ambiente y de aire haría que los dos se relajaran después de hablar de los sentimientos de ambos, ninguno de los dos tenía prisa, esta cena había abierto una gran puerta, no había que correr, mejor disfrutar con cada cosa, poco a poco.
Terminaron de coger sus cosas, y se despidieron de la señora Woo, y salieron a caminar, y casi sin dar tiempo a pensar a Anna, Ryo la tomó de la mano, ella quiso separarse, tenía miedo que alguien pudiera verlos, pero se sentía tan cálida, y necesitaba ese contacto.