Los dos salieron a pasear, dados de la mano, la sensación de estar viviendo en un sueño hacía que Anna tuviera miedo a despertar y la mano de Ryo sobre la suya era como una ancla que la amarraba a la tierra, no quería que esa noche se terminara nunca, y temía que a la mañana siguiente todo hubiera sido producto de su imaginación, pero fuera lo que fuera quería disfrutar todo lo que pudiera de esa sensación, que solo Ryo era capaz de despertar.
Su mundo interior estaba alterado y a la vez en paz, sentía mariposas, pero estaba tranquila, tenía la sensación de estar en aquel lugar y agarrada de esa mano era el sitio donde debía estar.
- La verdad que la noche esta siendo muy agradable, pero a tu lado todo mejora mucho.
Pero de donde salían todas esas palabras hermosas, desde cuando Ryo tenía la capacidad de hablar así, no sabía que responder, tenía miedo de romper la magia si hablaba, y después de pensarlo, solo lo miró y sonrió.
Caminaron en silencio, disfrutando de la brisa durante un rato, parecía que aquel momento ellos eran capaces de entenderse sin necesidad de pronunciar palabras.
-Te apetece que nos sentemos allí.
-Si claro.
Caminaron hasta un banco, y se sentaron, la noche estaba preciosa, el clima era agradable y el cielo estaba claro, daba gusto estar allí sentado.
- Tengo una curiosidad.- dijo Ryo alegremente- ¿ Que te llevó a convertirte en diseñadora?
No quería incomodarla con preguntas demasiado íntimas, pero quería saber todo de ella, sabía que tendría mucho tiempo para ello, saber que poco a poco se estaba acercando al corazón de Anna lo hacía muy feliz.
-Bueno en realidad siempre me ha gustado el diseño, es una manera de expresarme, y la gente se viste no solo por etiqueta social, sino expresan un poco de su ser con la ropa que llevan, da igual el estatus social. Así que poco a poco me fui interesando más en ello y al final ha sido mi pasión. Aunque también estudié otras cosas, me gusta aprender de todo un poco.
Elegí Francia para continuar mis estudios, porque a parte de tener buenas opciones, tiene una parte histórica muy inspiradora, y estas realmente cerca de cualquier país europeo, así pude visitar muchos sitios y aprender muchas cosas de allí. Fue una gran experiencia, es más si no hubiera pasado lo de la empresa de mi padre, probablemente no hubiera vuelto.-
Al decirlo así Anna cayó en cuenta de que si no hubiera vuelto no hubiera visto a Ryo hasta que hubiera sido tarde, probablemente casado y con hijos, mientras ella sería una solterona.
-Yo creo que aunque no hubieras vuelto tu yo nos hubiéramos encontrado en otro lugar.-Al decir eso parecía que Ryo tenía la capacidad de leer sus pensamiento.
-¿Como sabes que estaba pensando eso?
-Lo supuse, yo también lo estaba pensando.
Aquello hizo que ambos sonrieron, nunca había sentido esa conexión con nadie y eso le daba ánimos de que algo bueno podía salir de allí.
-¿Y te gustaba vivir allí?
-Si, allí fui muy feliz, estaba centrada en mi trabajo y aprendí muchísimo, y mis empleados son amigos a los cuales fui tropezando en mi camino, pero son con mi familia.
Trabajo con Sofía que es mi chica para todo y la fotógrafa que necesito, tiene un gran talento, después está María que es la costurera, y es mi confidente, y casi se puede decir que gracias a ella estoy aquí.
-¿Y eso? ¿ Te paso algo malo?
-No, nada de eso.-ver la cara preocupada de Ryo le llegó al alma a Anna, no recordaba la ultima vez que alguien se había preocupado así por ella.- En realidad ella fue la que me ayudo a aclarar mis sentimiento.
-Esa mujer definitivamente merece que le subas el sueldo, o un bono, dame sus datos y gustosamente se lo haré llegar...
Aquello hizo que ambos rompieran a reír, sabía que era muy capaz de hacer eso.
-Y por último está Marco, él es mi relaciones públicas, es muy bueno en eso, tiene un don, y es como un hermano pequeño.
Que volviera a nombrar a ese hombre hizo que el aguijón de los celos lo volvieran a picar, no podía soportar que ningún hombre estuviera cerca de ella, la sentía como suya.