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Chapter 42 - Sonrisa...

"Hola Ryo, ¿como estas? ya vuelvo a casa, nos vemos pronto"

Aquel mensaje llegó al teléfono de Ryo, justo cuando estaba con sus padres en una cena, y al leerlo sus comisuras se elevaron ligeramente, su madre que lo observaba estaba sorprendida, su hijo era un hombre serio por naturaleza, rara vez sonreía, y menos mirado su teléfono, quien tenía ese privilegio, su padre también lo notó, pero no le dio mayor importancia.

Su madre continuo hablando mientras miraba la reacción de su hijo.

-... Ya va siendo hora de que empieces a pensar en el matrimonio, he estado mirando algunas chicas de buena familia que pueden ser buenas candidatas para ti.

Si hubiera sido en otro momento, las palabras de su madre habrían sido ignoradas sin mas importancia, pero el saber que Anna iba a volver lo hacía feliz y se negaba que la obsesión de su madre por su matrimonio le amargara ese instante.

-No creo que ninguna se ajuste a lo que quiero en una esposa, por muy buena opción que sea para ti madre, así que no hagas que pierda mi tiempo y no hagas que ellas lo pierdan conmigo.

-Pero Ryo... que estas diciendo... -La respuesta de su hijo la dejo sin argumentos, él nunca había cortado sus ideas, y esta vez había sido muy tajante en su respuesta.

- Lo siento madre, pero esta vez no voy a seguir tus juegos, ya encontraré alguien que me convenza a mi.

- Quizás ya tienes a alguien en mente. - Su padre que no había intervenido en la conversación se aventuró a decir eso, parecía que por fin había alguien que había despertado el interés de su hijo.

- No creo que eso sea relevante.- Aquella respuesta era demasiado ambigua, no era ni un si rotundo, pero tampoco era un no, sus padres solo pudieron mirarse y sentir mucha mas curiosidad aun, quien era esa persona y como había llegado a la vida de su hijo, sabían que el no tenía salidas sociales a no ser las impuestas por sus propios padres, tampoco participaba en eventos laborales, las reuniones las tenia en la oficina, y no fuera de ellas, ni siquiera salia con amistades.

- Bueno cariño deja que nuestro hijo busque alguien que le guste, vamos a darle la oportunidad de encontrar alguien especial. - Dando aquel tema por concluido, y poniendo paz, el ambiente parecía volver a la tranquilidad.

- Bueno, sabes que ya hay que empezar a organizar el proyecto de navidad.- Continuo hablando su madre, aceptando a regañadientes el cambio de tema.- Querría organizar una gran fiesta, y así poder invitar a todas nuestras amistades.

- Me parece bien querida, ¿que tema quieres este año?.

La celebración que organizaba la familia Lee en navidad llamaba a todas las familias pudientes de toda la zona, siempre daba un par de chismes para el comienzo del año, y servía para que las damas mostraran los mas caros vestidos y hicieran exhibición de sus joyas mas caras. Era todo un evento, que todo el que era alguien no podía perderse.

- No lo sé aun, pero estoy pensando que un baile de máscaras puede ser divertido, ¿ que piensas tu Ryo?

- Madre tu mejor que nadie siempre preparas unas fiestas impresionantes, podremos aprovechar este año para hacer algo de publicidad al centro comercial. - Sin poder evitarlo su mente siempre pensaba en términos de negocio.

- ¿En que estas pensando exactamente?- preguntó su padre.

- No lo he pensado demasiado, pero un desfile que amenice el evento puede ser interesante, o una exposición de joyería también podría ser interesante.

Su madre se mostró eufórica por la idea, le pareció que aquello a parte de ser publicidad, le daría mucho mas estatus a su fiesta, podría invitar a algunos de sus diseñadores favoritos de joyas a participar con alguna pieza, así le daría visibilidad a ambos.

Ryo se quedó tranquilo en sus pensamientos, mientras su madre parloteaba con su padre sobre lo que podía hacer. La mente de Ryo estaba con una persona que en breve tomaría un vuelo y a la que pronto podría ver de nuevo, aquello calentaba su corazón, y eso era una sensación que en muy pocas ocasiones había logrado sentir.

Debería ir a buscarla al aeropuerto, debía enterarse en que vuelo llegaba, era un hombre impaciente y parecía que cuando se trataba de Anna ese rasgo se acrecentaba, pero se consoló a si mismo diciendo que ya quedaba menos.

Su padre que prestaba atención a su mujer, miraba las expresiones de su hijo, desde luego el no tenía la cabeza en aquella fiesta, pero, ¿en quién o en qué estaba pensando?