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Chapter 48 - No te dejaré escapar

Pensar que había estado nerviosa todo el día por ver a Ryo en la tarde o en la noche, y ahora resultara que él ya había hecho planes porque ella no le había escrito para confirmar la cita.

" Lo siento, he estado ocupada todo el día, si no puedes, ya quedamos otro día..." escribió esa respuesta pensando era una tonta... como no le había escrito por la mañana, si no hubiera estado pensando en tonterías, y en nervios absurdos, al final y al cabo Ryo era un hombre ocupado.

"No te dejaré escapar tan fácilmente, yo te recojo en tu casa en media hora"

Aquella respuesta rompió todos los pensamientos que estaba teniendo Anna en ese momento, " No te dejaré escapar..." acaso él pensaba que ella quería escapar de tener una cita con ella, después de pensar en sus acciones anteriores entendió porque él pensaba eso, realmente ella parecía querer escapar de él siempre, ahora tenía el problema de como iba a demostrarle que no quería escapar.

Esos 30 minutos fueron los mas cortos de su vida, salió rápidamente de la casa y esperó fuera, nada mas que vio que llegaba el coche de Ryo, subió en él, no pudo percibir que desde la casa alguien la observaba.

- Hola Ryo- Anna respiró hondo y enterró todo lo que pudo sus nervios.- ¿ Como has estado?

- Hola Anna, muy bien, ocupado como siempre, ¿ descansastes?- Para Ryo había sido la semana mas larga de su vida, estaba deseando ver a Anna y ahora que la tenía delante se deleitaba mirándola, era hermosa, pero el brillo que tenía esta noche la hacía mas bella a sus ojos.

Ryo la miraba con ternura, no sabía que se le estaba pasando por la cabeza, pero si sabía que él nunca la había mirado así antes, era extraño y a la vez reconfortante, la hacía poner nerviosa, y sentir una calidez desconocida para ella.

- Si, descanse bastante ayer y hoy pude solucionar unas cuestiones que tenía pendientes, y una vez más, perdóname por no escribirte esta mañana para confirmar la cena.

- No pasa nada, no pienses mas en ello.

- Al medio día estuvo en el taller tu abuela, en realidad casi toda la tarde la pasó conmigo.

- Ah! entonces fue por eso, que no tuve noticias tuyas... No pensé que te llevaras tan bien con la abuela para que te visitara.

- Me cae muy bien tu abuela, pero ella quería ver como se veía la casa, así que le enseñe como estaba quedando.

- Dirás más bien que ella tenía curiosidad de como nos había ido en la cita a ciegas.

Ryo se rió al ver que Anna se sonrojaba sin remedio, sabía que en algún momento su abuela iba a hacer de las suyas, ella no podía quedarse sin saber que había pasado en la cita, no le sorprendería que incluso hubiera alguien vigilándolos aquella noche.

- Bueno también preguntó por eso, pero tranquilo, no te he puesto en ningún compromiso. Pero tengo que admitir que la señora Mao es una mujer de armas tomar, es difícil llevarle la contraria.

Ryo la escuchaba con una sonrisa mientras se centraba en conducir, en el fondo pensó que no le importaría que Anna lo hubiera puesto en un aprieto con su abuela, al final y al cabo él quería acercarse a ella.

- No sabía que querías salvar mi reputación.

- Y porque iba a querer yo manchar tu reputación y más cuando te has portado tan bien conmigo, sería muy desagradecido por mi parte.

- No creo que puedas manchar mi reputación ante mi abuela ni aun que quieras, soy su nieto querido.

Aquellas palabras hizo sonreír a Anna, se notaba el amor que se procesaban ellos dos, verlos juntos debería ser divertido, los dos eran personas inteligentes y se notaba que no se dejaban intimidar por nadie, acaso él sería sumiso ante su abuela o le presentaría guerra, empezaba a tener curiosidad por cosas que no tenían porque importarle.

- Bueno y ¿a donde vamos a ir? , llevas un rato conduciendo, pero no me has dicho donde vamos.

- Es una sorpresa, así que tranquila, iremos a un lugar que seguro te gustara.

El plan de seducción ya estaba en camino, Ryo había elegido un lugar con mucho encanto, buscaba un lugar romántico, para que ella no se olvidara nunca de esa noche. Sabía que podía ser una noche que acabara muy bien o muy mal, había una conversación pendiente entre ellos y iba a ser un tema un poco difícil de poner sobre la mesa.