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Chapter 41 - Hablando desde del corazón 2

¿ Estas enamorada de él?

Aquella pregunta retumbó en la cabeza de Anna, creía que la respuesta a esa pregunta era sencilla y rápida, pero después de pararse un poco a pensarla, ya no estaba tan segura de su respuesta, será que Ryo había vuelto a despertar los sentimientos que ella tan cuidadosamente había enterrado en su corazón, con su amistad, con su comprensión y con su interés por conocerla...

- Ya no sé lo que siento, hace dos meses te hubiera respondido sin dudarlo que no estaba enamorada de él, pero ahora ya no sé lo que siento por él.

- Pues amiga mía, empieza por saber que sientes en tu corazón y después lucha por ello, no huyas, si lo quieres pelea por él.- Aquella respuesta por parte de María estaba cargada de experiencia y comprensión por su amiga.- Yo hace mucho no pelee por lo que quería y lo perdí para siempre, en mi caso ya no tengo opción de volver a intentarlo.

La tristeza en su mirada, le hizo comprender a Anna que posiblemente esa persona hubiera muerto, aquello la hizo pensar mas seriamente en Ryo, de verdad si ella siguiera enamorada de Ryo tendría alguna oportunidad esta vez, sería lo suficientemente fuerte para luchar por él, por intentar que él se enamorara de ella, o se conformaría con volver a ser espectadora de su vida.

- Aunque yo este enamorada de él, no seré nunca una mujer adecuada para su estatus, ni para su familia.

- No pienses en esas cosas, esas cosas no te darán la felicidad, solo piensa en tus sentimientos y lucha por ellos, ese el mejor consejo que te puedo dar.

Las palabras de María la llenaron de energía, tenía que aclarar lo que pasaba por su mente y por su corazón y actuar en consecuencia.

Salió del taller a caminar por la calles de la ciudad, necesitaba encontrar aquello que guardaba en su corazón y ser sincera con ella misma, daba igual que pasara con Ryo, antes de todo eso tenía que ser fiel a si misma.

Paseó durante horas, recordando el pasado, pensando en si misma y en como se sentía, hasta que no tuvo mas remedio que admitir que estaba enamorada de él, que nunca había dejado de amarlo, por eso nadie había sido capaz de conmoverla nunca, ni estando en casa, ni estando en el extranjero, el resto de los hombre nunca había entibiado su corazón ni lo más mínimo, a pesar de tener mas de un pretendiente, nunca le había hecho caso a ninguno de ellos.

Cuando se vino a dar cuenta de la hora, se dió cuenta de casi la noche estaba cayendo sobre la ciudad, así que tomó un taxi hasta su apartamento, desde que había llegado allí, realmente había pasado muy pocas noches allí, había trabajado sin descanso, a penas había dormido, y no quería hacerlo porque siempre soñaba con Ryo, lo extrañaba y aunque su yo consciente no quisiera admitirlo, su yo inconsciente lo sacaba a relucir cada vez que podía, pero esa noche su alma estaba en paz, había calmado la ansiedad que tenía durante todo ese tiempo, el ser sincera consigo misma le estaba dando más paz de lo que esperaba.

Cayó en la cama y durmió, soñó con el pasado, vio en sus sueños a su amado Ryo del colegio, revivió a traves de los sueños cuantas veces lo había observado desde la distancia, y también revivió el beso antes de irse, su cuerpo pudo sentir cada una de las emociones que recorrieron su ser en ese momento, pero cuando despertó se sintió sola, lo extrañaba demasiado, como había llegado a obsesionarse de nuevo con él.

Era el momento de volver a casa, necesitaba verlo, hablar con él, ver si tenía alguna posibilidad de que él correspondiera sus sentimientos, no sabía si lo que estaba haciendo era una locura, pero ella siempre había estado un poco loca, y más por él, pero también estaba insegura, si no correspondía a sus sentimientos, entonces ella no sabía que hacer, quedarse allí y observarlo desde la distancia o volver donde estaba ahora, allí no había sido infeliz, pero no era feliz del todo, y mas ahora que lo quería a él su vida.

Se levantó de la cama y decidió tomar las riendas de su vida y de su corazón, arreglaría aquellas cosas que quedaban pendientes y volvería, las cosas hay que enfrentarlas de frente, y no arrepentirse de no haber arriesgado. Compró un pasaje para el día siguiente, quedaba un día duro de preparativos, y organizarlo toda hasta la próxima vez que le tocara volver, pero no pudo resistir la tentación de escribirle....

" Hola Ryo, ¿como estas? ya vuelvo a casa, nos vemos pronto"