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Chapter 18 - Capítulo 17

No podía moverme, me dolía todo, hasta sentarme en el retrete. Estos no eran agujetas, era tortura. Tenía varios moretones en las piernas, pero sobre todo en los brazos. Mi piel parecía un mapa mundo. Sin embargo, con el pasar de las horas esos moretones fueron cambiando de color, algunos casi desapareciendo.

Camino por unos de los oscuros pasillos, a la distancia veo a Drac. Luce distraído e incluso parece hablar consigo mismo…

Él era definitivamente extraño, pero me agradaba.

-Oye. -saludo, alza la cabeza y cuando descubre que soy yo, corre rápidamente a mi, toma mi brazo y nos mete en un cuarto, que por el olor, dedujo es un cuarto de limpieza.

-Noah, hay algo. Es muy importante. No pude decirlo delante de todos ellos porque no me fio. – su mirada es frenética.

-Me estas asustando, ¿qué ocurre?

-Como dije hace un rato, tu prueba de ADN se volvió completamente negra, pero lo que no dije fue que después de apresuradamente 5 se evaporo. No quedó nada. -Las palabras de Drac se hunden en mi estómago como un ancla. Todo esto me da un mal presentimiento.

-Y lo más jodido, es que la única sangre que se evapora de esa forma es la de demonio.

La verdad me golpea fuertemente en la cara. Así que Caleb decía la verdad, pero, ¿cómo era eso posible?

Noelia.

Eso quería decir que si yo tenía sangre de demonio… ella también. ¿Por eso desapareció?

-¿Co… Cómo es eso posible? Mi madre y mi padre son humanos, normales.

-No lo sé, Noah. No encuentro una explicación. Habla con ellos, pero sobre todo, habla con Caleb. Él debió saber eso, no te escogió al azar.

-¿Por qué? ¿Para qué?

Tenía tanto miedo a esa respuesta. Drac me miro con compasión.

-Porque existe una profecía. Habla sobre cómo el apocalipsis puede ser creado. Sobre cómo se junta la sangre, el demonio y el pecado. Causando caos, dolor y llanto. Como se lo lleva todo a su paso.

-¿Estas diciendo que yo… -no quería acabar esa pregunta.

-No quiero asustarte Noah, pero si es verdad esta profecía, los demonios probablemente ya lo sepan y vendrán a por ti. Y no solo ellos. Si este clan o algún otro se entera de lo que creo que eres. No dudaran en matarte, aquí no existe el cariño y la lealtad cuando esta en juego la destrucción de todo. -lágrimas se empiezan a acumular en mis ojos.

-Pero yo no quiero. No quiero hacerlo.

-Noah, fuiste creada para esto. Eventualmente lo harás.

-Tiene que haber algo que pueda hacer.

-Buscaré en la biblioteca. Tengo que volver a leer la profecía. Dame tiempo. No sé lo digas a nadie. Te ayudaré.

-Drac, gracias. Yo no entiendo porque haces todo esto por mi. -una lagrima se resbala por mi rostro.

-Porque se lo que es tener un poder que no puedes controlar. Se lo que es no querer tocar nada y terminar destruyéndolo todo.

Y sin decir más, se marcha. Mi cuerpo se hunde lentamente hasta que me hayo sentada en el piso con las piernas pegadas al pecho. Está vez dejo que las lágrimas caigan sin control. Preguntándome una y otra vez porque a mi.

Saco el teléfono de mi bolsillo y marco a mi madre.

-Mamá necesito hablar contigo.

-Esta bien cariño. Te estaré esperando.

Cuelgo y recuesto mi cabeza contra la pared.

Maldito Caleb que has hecho.

Tengo que averiguar la forma de comunicarme con él. Tal vez Dorian puede enseñarme… siento vergüenza después de lo paso ayer. Después de mi obviedad.

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Dos horas después estoy delante de la casa. Gala me dio un aventón, me dijo que la llame cuando esté lista. Obviamente no le dije la verdadera razón por la que estaba aquí.

Mi madre abre la puerta y me da una fuerte abrazo, el cual devuelvo con la misma intensidad.

-¿Que pasa cariño? Tu llamada me dejó preocupada. -caminamos hasta el sofá y tomamos asiento. Le pregunto por papá y me dice que está tomando una ducha.

-Mamá lo que te voy a preguntar es algo muy delicado, pero por favor necesito que me hables con la verdad. -ella frunce el ceño y rígidamente asiente. Me lamo los labios.

-¿Le has sido algo una vez infiel a papá? -mi madre abre los ojos y luego me mira como si estuviera loca.

-Pero claro que no. ¿De dónde has sacado esa locura? -exige.

-Yo… es solo que él y yo no nos parecemos en nada. -eso lo único que se me ocurre decir. Ella pestaña una, dos y tres veces. Su rostro demuestra firmeza. Todo lo contrario a su cuerpo, especialmente sus manos que tiemblan ligeramente y puedo notar que su pulso se acelera. Puedo escuchar su corazón latir salvajemente en su pecho. Noto el sudor que se ha acumulado en su cuello.

-Díselo. -la voz de mi padre corta el silencio. Esta parado junto a las escaleras. Su expresión es triste, pero seguro.

-¿Qué me diga qué? -pregunto apresurada y con los nervios a flor de piel.

-Dile la verdad. Sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano.

-Arthur, ¿Qué demonios dices? -mamá ruge con los dientes apretados y dándole una mirada de muerte a papá.

-Se lo diré yo entonces. Verás Noah, yo no….

-¡Cállate! Yo se lo diré. – mi padre es cortado por el grito apresurado de mamá, quien ahora tiene los ojos agudos.

Nadie me podría haber preparado para esto.

-Noah, tu no eres nuestra hija. Tu verdadera madre es Cecilia, mi hermana gemela. Ella murió cuando te dio a luz.

En mi cabeza se repiten una y otra vez aquella confesión.

Miró a mi madre y luego a mi padre. A los que pensaba que eran mis padres.

Todo es una mentira. Mi vida es una maldita mentira. Me levanto lentamente. Mi padre me toma la mano, pero rápidamente me suelta.

-Cariño, estas hirviendo. -la sorpresa y la preocupación reflejada en sus ojos marrones. No es mi padre. No lo es.

Mi respiración se acelera. Algo empieza a crecer dentro de mi.

-Tengo que irme. -susurro, siento las gotas de sudor recorrer mi espalda.

-Noah, espera aún no lo sabes todo.- la que ahora es mi tía trata de persuadirme, pero no es posible. No ahora.

Mi vista se empieza a empañar. La cabeza me da vueltas.

-Esto no está pasando. Me tengo que ir.-

Salgo azotando la puerta, camino dando tumbos. Siento las mejillas empapadas. ¿Cuándo empecé a llorar?

Toda mi vida es una farsa. Llena de mentiras y secretos.