Carol daba vueltas y vueltas alrededor de la habitación que había sido asignada a Johana, ya habían pasado casi dos horas desde que ella y su hermano habían salido secretamente de la casa, estaba preocupada de lo que les pudiera pasar, su ansiedad aumentaba y miraba cada cierto tiempo por la ventana del cuarto, buscando alguna señal de su regreso. Después de ver por décimo tercera vez por la ventana, algo que fue lanzado desde abajo golpeó la mejilla de Carol, fue un golpe que apenas logró causarle un leve dolor, sin perder tiempo dirigió su mirada justo abajo de la ventana de la habitación, allí una mujer de cabello castaño, piel clara como delicada porcelana y ojos atigrados le sonreía dulcemente, haciéndole una desesperada mueca de irritación Carol lo único que logró fue que Johana le sonriera aún más claramente, viéndola fijamente Carol supo que ella quería que pusiera su atención en el objeto que le había golpeado la mejilla, con movimientos rápidos recogió el objeto y se dio cuenta de que era un papel pequeño envuelto en un pañuelo de seda blanco, en el pequeño papel había algo escrito con una exquisita y elegante caligrafía femenina, en este decía: "Dame una señal discreta para subir devuelta por donde baje hace dos horas. Por favor revisa que no haya nadie cerca para volver discretamente a mi habitación. Johana Botero. PostData, tu hermano subirá en unos segundos, después de guardar el auto, así que tranquila." Carol suspiró de alivio e inmediatamente rompió el papel en pedazos pequeñitos, luego lentamente abrió la puerta para enterarse de que ya se habían apagado las luces del pasillo, no había nadie presente en el pasillo, Carol sabía que la habitación de sus padres quedaba lejos de esta área y también estaba consciente de que ningún otro estaba invitado a quedarse en la mansión Narváez, sigilosamente camino a la habitación de al lado y cerró la puerta de ambas habitaciones para no levantar sospechas, una vez en la habitación sin encender las luces corrió, mejor dicho, se abalanzó sobre la ventana para abrirla rápidamente, lanzando el pañuelo blanco de seda hecho en una bola, Carol logró golpear en la cabeza a Johana, avisándole que tenía el camino libre.
Johana se acercó al tubo del desagüe del techo, lo escalo intentando ser sigilosa y, después de tres minutos de esfuerzo, llegó al alféizar de la ventana, entró en la habitación, cerraron la ventana y las cortinas oscuras para prender una lámpara que daba leve iluminación, muy poca como para que la luz se escapara a través de las cortinas, en un susurro Carol preguntó airadamente:
- ¿Por qué tardaron tanto? Casi me descubren aquí...
Con una voz igual de suave, Johana respondió:
- ¿Alguien sospecho?
- Si, mi hermana mayor, Marcela... pero no te preocupes, logré que no investigara mucho sobre el tema... pero... ahora tú y mi hermano tendrán que actuar como dos enamorados...
- ¡¿Qué?! - el susurro de Johana se volvió varios tonos más agudos - ¿Pero por qué...?
- Lo siento, fue la única idea que se me ocurrió y que si funcionaría con mi hermana - respondió Carol poniéndose una mano en la frente y masajeando sus sienes con sus dedos.
- ¿Por qué sería lo único que resultaría?
- Porque Marcela jamás interfiere en la vida sentimental de nadie, a menos que se lo pidan. Sus principios están muy arraigados, así que no hay de qué preocuparse.
- Ya veo... - respondió Johana sintiendo que sus mejillas ardían y se sonrojaban al pensar en la remota idea de tener que actuar como la enamorada de Manuel.
- No puedes negar que mi hermano no te es indiferente, es extremadamente apuesto.
- Yo... nunca dije que no lo fuera, pero...
- ¡Lo ves! Te gusta, ¿verdad?
- Si... - murmuró Johana entre dientes, antes de recomponerse - pero, ese no es el caso... con su carácter frío y distante no podría asegurar que quiera fingir algo tan... profundo...
- Deja que yo me encargue de eso, oye... ¿cómo supiste que su carácter era así?
- Siempre me he enorgullecido de juzgar bien a las personas, aunque... siendo totalmente sincera, este talento lo obtuve por las malas...
- ¿Por qué?
- ¿Guardarás mi secreto por ahora?
- Si, claro, puedes confiar en mí...
- Fue hace cinco años, alguien me intento usar y, cuando su plan fracaso, descargó toda su frustración en mi, me causó daño físico... mi hermano me salvó de daños mayores y, después de dejar que llorara en sus brazos durante un rato, me dió un terrible regaño que me abrió los ojos, desde entonces aprendí a confiar en mis instintos y con el tiempo mi don se afino bastante.
- ¿Eres muy unida a él, cierto?
- Si... mi padre nos abandonó a mi madre y a mi... por lo que la única figura masculina en mi vida ha sido mi hermano.
- Pero él no es tu hermano de sangre, ¿cierto?
- No, pero crecimos juntos, básicamente él era el hijo de los jefes de mi madre... que lástima que su tío llevó a la familia a una de las más cínicas asesinas de la historia, que iría tras todos ellos.
- Por eso es que no le cuentas su origen, ¿cierto? ¿quieres protegerlo?
- En realidad protejo a mi madre, mi hermano es demasiado inteligente como para que esa mujer le gane en una batalla... pero mi madre, ella no tiene los medios para protegerse por si sola...
- Ya veo, ¿hay alguna posibilidad de que recupere su memoria?