Melody jugaba alegremente con Lizi y el gato gris, se divertía demasiado como para darse cuenta que el gato tenía algo malo, sus pupilas estaban muy delgadas y su pelaje estaba levemente erizado, el gato sentía una presencia peligrosa, algo iba a salir mal y el gato quería estar lejos de eso.
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Al otro lado del salón Melani estaba susurrándole una orden a su mucama personal que en realidad era una ladrona profesional, su nombre en el bajo mundo era 'La Sombra' porque jamás encontraban un rastro de su presencia en los robos o secuestros que ejecutaba, era ampliamente conocida en el bajo mundo pero era aún más popular por aliarse con 'La demonio sangrienta' la asesina más conocida en todo el país debido a que miles de personas cayeron por su orden y bajo sus propias manos, pero jamás habían estado cerca de atraparla, 'La demonio sangrienta' había iniciado su larga lista de crimenes desde los seis años y había dejado de sentir pena por sus víctimas hace mucho tiempo.
La Sombra se retiró a un lugar donde no la vería nadie, de su bolsillo saco un pequeño objeto y lo soplo durante dos minutos antes de volver a guardarlo y acercarse a su aliada como una buena mucama.
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Elizabeth estaba alimentando a Bruno cuando de repente el pelaje del gato se erizo de punta, sus pupilas se volvieron tan delgadas como una aguja. Elizabeth retrocedió un paso al sentir que el gato estaba a punto de atacarla, halo a Melody con ella y la hizo retroceder más que ella para protegerla, al segundo siguiente el gato dio un sonido muy agudo y se abalanzó sobre ellas. Gritos empezaron a escucharse por todo el lugar y la gente se alejaba rápidamente de la escena. El gato araño fuertemente a Elizabeth que intentaba proteger a Melody, la pequeña grito de horror al ver al gato arañando a su nueva amiga, estaba paralizada por el miedo, no sabía qué hacer, cuando de repente una mujer con un vestido celeste la empujó mientras le decía:
- ¡Aléjate del gato!
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Lorena empujó a la pequeña niña lo más lejos que pudo, se acercó rápidamente para ayudar a la otra niña, en el proceso el gato araño su hombro, la herida empezó a sangrar levemente, Lorena agarró al gato fuertemente para alejarlo de ella, el gato gruñó con enojo y siguió arañando la falda de su vestido, Lorena empezó a tararear suavemente para calmar al gato, el gato se calmó lentamente, se quedó quieto en los brazos de la mujer y guardo sus garras. Lorena suspiro suavemente y dijo en voz alta:
- ¡Limpien la habitación! ¡Este comportamiento solo puede ser causado por veneno de loto! ¡Los gatos no soportan su olor!
Palabras empezaron a escucharse alrededor, todos miraban con admiración a la mujer que evitó una tragedia, los sirvientes cumplieron diligentemente las órdenes de la mujer y desocuparon completamente la habitación, Lorena salió del comedor con el gato en brazos, afuera su hermano se acercó y con una voz preocupada le preguntó:
- ¡Hermanita! ¿Estas bien?
Lorena sonrió y respondió:
- Estoy bien, no te preocupes por mi.
- Tu hombro - dijo Carol acercándose a ellos.
Lorena miró la herida en su hombro y le quitó importancia diciendo:
- Está bien, no es nada, estaré bien después de limpiarla.
El señor Everson se acercó a ella para disculparse:
- Lo siento profundamente señorita, le aseguro que esto no quedará impune.
- Descuide Señor, no es culpa de la niña ni del gato, alguien lo envenenó para que causará problemas.
- ¿Envenenar? - preguntó la señora Everson acercándose a la mujer herida con Melody en brazos.
- Si Señora, el veneno de loto es una mezcla de estratos de flores y hongos venenosos, es una forma de alterar a cualquier gato y animal con olfato agudo, sea domesticado o salvaje.
- ¿Entonces no es culpa de Bruno? - preguntó la niña sollozando.
- Claro que no, angelito, Bruno no le haría daño a nadie, ¿ves? - dijo Lorena mientras hacía ronronear al gato que aún estaba en su brazos.
Melody vio al gato que ahora parecía calmado y le preguntó tímidamente a su padre:
- Papá, ¿puedo quedarmelo?
Dylan Everson lo pensó un momento, antes de decir:
- Hablaremos de eso en casa.
Ana se acercó al lugar con Sebastian a su lado y dijo a una de las criadas:
- Sandra, busca a un médico que atienda las heridas de la Señorita Botero y Elizabeth.
- Si, Señora.
Después se giró hacia la mujer herida y le dijo:
- Acompáñame.
Los señores Narváez, Manuel, Marcela, Carol, Miguel y Lorena caminaron a una habitación en el tercer piso, allí Lorena se sentó en la cama mientras su hermano la reprendia:
- ¿Quieres explicarme cómo se te ocurrió hacer algo tan imprudente?
- Hermano, yo...
- ¿Cómo pudiste ser tan imprudente otra vez? Madre y yo te lo hemos dicho un millon de veces, tienes que pensar en las consecuencias de tus actos.
- ¡Hermano! Sé que Madre y tú me lo han dicho muchas veces pero no podía dejar que las cosas salieran peor, ¡alguien más pudo salir herido! ¡No iba a quedarme sin hacer nada, cuando puedo ayudar a solucionarlo!
Miguel se puso una mano en la frente y suspiro resignado, Lorena lo miró con sus ojos atigrados y preguntó:
- ¿Le dirás esto a mamá?
- ¿Qué crees?
- ¡Por favor no lo hagas! ¡Si Madre se entera de esto me obligará a volver al extranjero a seguir estudiando! ¡Por favor no me alejes de ti! ¡No me alejes de ustedes!
Miguel miró a su hermana al borde de las lágrimas y al final cedió:
- Está bien, no le contaré nada, ¡más te vale que ocultes bien ese hombro si no quieres meternos en problemas con Madre!
- Gracias, Hermano Mayor, ten por seguro que no se dará cuenta de la herida.
Miguel suspiro mientras se sentaba frente a su hermana.
Toda la familia Narváez Everson presenció la escena de Miguel regañando a Lorena, ahora lo veían con ojos de admiración, ya que se dieron cuenta cuánto él cuidaba a su hermana menor, Manuel sintió dolor de cabeza al ver la herida en el hombro de la mujer, se prometió a sí mismo que encontraría al responsable del envenenamiento del gato y lo haría pagar por causarle heridas a la Señorita Botero...