—Nanny, ¿cuando iremos a casa? Ya estoy cansada— En unos minutos Blyana, ?por que no van a buscar algunas frutas y les preparo un pastel?
La pequeña asintió con felicidad y halo a sus hermanas a buscarlas. No pasó mucho cuando Nanny las fue a buscar. Blyana e Inara se acercaron a ella pero no había rastro de Amirah.
—¡Dios! Esta niña me meterá en problemas, el rey me matará — la chica comenzó a buscarla a toda prisa pero no la encontró
Amirah empujó la puerta del castillo como pudo y tan pronto vio la pequeña apertura de metió. Escuchaba a su padre pero no había más nadie en todo el castillo, observó su espada y se acercó a ella tomándola entre sus pequeñas manos, apreciando su reflejo en ella.
—¡Ríndete! Eh ganado ladrón — sonrió con la espada apuntada a su pequeño peluche hasta escuchar pasos atrás de ella y se volteó con rapidez apuntándole a su padre
—¿Me asesinaras a mi también? -Se puso de cuclillas frente a ella
—Tal vez ..... —
—¿Mjm? Y dime, ¿Cuantas personas has matado?
— Cientos — sonrió con orgullo hasta escuchar los sollozos de una mujer
—¡No se te ocurra bajar! — Tomó la espada que tenía Amirah y la guardó en su cinturón
—Esa es....
La criada llegó con la respiración agitada y las niñas en brazos observó a Amirah y al rey y bajo el rostro algo avergonzada por no haberla vigilado bien. Amirah fue a subir pero Amir tomó sus brazos, ella batalló para soltarse y soltó un gruñido para su edad tenía bastante fuerza.
—¡Quiero ver a mamá! — observó Amir con el ceño fruncido y directo a los ojos
—Tu madre de ahora en adelante será Atenas, ¿entiendes?
Amirah lo observó y notó su vista oscurecerse, asintió leve y se quedó donde estaba, el de levantó y observó a Nanny.
—Lleva Amirah al cuarto de la ala B, será su nuevo cuarto y no quiero a nadie cerca de mi habitación Nanny, a NADIE