Habían pasado muchas horas y se podían ver dos rayos de luz surcando a gran velocidad las llanuras montañosas. Uno de ellos era completamente negro mientras que el otro era de un fascinante tono morado.
Eran Damien y Zara, quienes seguían corriendo para encontrar una ciudad. Mientras que el poder mágico negro de Zara era algo normal incluso dentro de la mazmorra, el color morado de Damien era nuevo.
Durante su estancia en el subespacio de Kurt, había leído acerca de las cualidades del poder mágico, término usado para calificar el maná único de cada persona.
Mientras que la mayoría de las personas tenían un poder mágico azul, lo cual era normal y portaba los rasgos del maná ambiental normal que simplemente había sido anexionado, muchos genios poseían un poder mágico de colores.
Este color era el resultado de la mezcla de sus rasgos y habilidades únicas en su poder mágico. Esta ocurrencia era natural y no podía ser forzada de ninguna manera.
Así como así, cuando Damien invocó su maná por primera vez tras obtener su libertad de la mazmorra, casualmente cambio a este color morado.
Damien reflexionaba que el poder mágico negro de Zara era o bien un rasgo racial o algo que había desarrollado durante su lucha por la supervivencia tras la muerte de sus padres.
Mientras tanto, para que su poder mágico cambiara de color de repente, probablemente se debía a su falta de contacto con el maná natural fuera de la mazmorra después de que comenzara a ganar poder.
De todas maneras, mientras Damien y Zara corrían, empezaron a ver pequeñas ciudades a lo largo que rápidamente dejaban atrás.
Damien sabía que sería un cliché de los mundos de fantasía si empezaba pequeño y luego llegaba a la capital del imperio en el que se encontraba actualmente, pero sentía que su nivel de poder era demasiado fuerte para eso.
Ya era de 2ª clase y había matado a muchas bestias de nivel superior de 2ª clase, y no conocía a nadie en este mundo, así que no había punto en hacer una gran entrada después de haber aumentado de nivel por un tiempo.
Por lo tanto, Damien decidió ignorar todos los pueblos y ciudades pequeños y dirigirse directamente a la primera metrópoli que viera.
Apeiron, aunque era un mundo de fantasía clásico, también había estado en contacto con el maná durante miles de años. Este contacto llevó naturalmente al avance tecnológico.
El aire acondicionado y los baños de estilo moderno eran normales en este mundo, con diferentes artefactos como anillos espaciales que habían sido inventados y superaban incluso la tecnología de la tierra. Por alguna razón, sin embargo, los estándares estéticos medievales nunca cambiaron mucho.
Pensando en cosas sin importancia, Damien continuó corriendo a toda velocidad durante muchas horas más hasta que, finalmente, vio una enorme ciudad a lo lejos. Mirando a Zara, quien le seguía el paso fácilmente, Damien sonrió antes de infundir un poco de maná en sus piernas.
Al ver esto, Zara hizo lo mismo y su velocidad aumentó drásticamente mientras llegaban a la ciudad.
Era un día normal más en la ciudad de Archdale, y Alan disfrutaba una vez más de su vida estable como guardia de la ciudad. Siendo la segunda ciudad más grande del Imperio de Adelaida además de la capital de Aurora, incluso los guardias de la ciudad tenían un salario saludable.
Alan se despertó hoy sintiéndose especialmente renovado. Desayunó con su esposa y mandó a su hijo a la escuela antes de caminar al trabajo. Alan era el típico tipo alegre que no dejaba que las preocupaciones le pesaran, así que en su camino al portal del Oeste que custodiaba, saludó a algunos vecinos y propietarios de tiendas que vivían en su calle.
Al llegar al portal del oeste, se sorprendió al ver que no había prácticamente cola para entrar.
—¡Eh, Freddy! —saludó Alan a su jefe mientras caminaba a su puesto—. ¿Por qué está tan vacío hoy?
—Ah, no es mucho. Escuché que hay algún gran evento en la guild de Aventureros hoy, así que la mayoría del tráfico viene por el portal norte. Solo tenemos que lidiar con los que están aquí por otros asuntos. —respondió Freddy mirando a Alan con una mirada cálida. Aunque su trabajo era bastante aburrido, estaba contento de tener un subordinado tan alegre que levantaba el ánimo.
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Alan asintió, comprendiendo. Aunque era una profesión variada que aceptaba a todos, el trabajo más deseado para muchas personas era convertirse en aventurero. Después de todo, si lograbas escalar en los rangos e incrementar tu rango, podías obtener muchos beneficios sin que tu libertad estuviera restringida como los que trabajaban para los imperios.
Mientras continuaba haciendo su trabajo como todos los días, Alan de repente presenció algo que parecía un tornado acercándose desde la distancia. Cuando la multitud fuera del portal notó esta anomalía, rápidamente se dispersó en todas direcciones, mientras Alan llamaba a los demás guardias hacia adelante.
La mayoría de estos guardias no tenían clase o eran de 1ª clase de bajo nivel, mientras que los más fuertes eran de 1ª clase de nivel medio. Solo eran la primera línea de defensa. Si la perturbación era lo suficientemente grande como para amenazar la ciudad, el ejército del imperio y algunos aventureros vendrían a ocuparse de ello.
Mientras Alan y los demás observaban cautelosamente la tormenta que se acercaba, uno de ellos exclamó:
—¡Oye, qué es eso?
Centrando su atención en lo que el hombre había señalado, los guardias vieron la silueta de una bestia justo al frente de la tormenta. Mientras sostenían firmemente sus armas y se preparaban para un ataque, no se dieron cuenta de la figura humana que corría al lado de esa bestia.
Mientras Damien y Zara continuaban acelerando hacia el portal, incrementaban la cantidad de maná que usaban, aunque no utilizaron ninguna de sus habilidades especiales por respeto a las reglas que habían establecido.
En consecuencia, una enorme tormenta de polvo y suciedad les seguía en su trayecto. A medida que se acercaban al portal, ambos incrementaron su velocidad una vez más. Mirando a Zara, que igualaba su paso, Damien de repente tuvo un pensamiento travieso.
Haciendo circular su rayo a través de su cuerpo, Damien se disparó hacia adelante, dejando a Zara atrás antes de detenerse abruptamente a unos 10 metros del portal. Solo un segundo después, Zara se unió a él.
—¡Jajaja, parece que gano! —dijo Damien mientras se reía a carcajadas—. ¡Prepárate para ser mi montura y almohada durante la próxima semana, Zara!
Zara estaba visiblemente molesta. Cuando establecieron la regla de que no estaban permitidos usar sus habilidades especiales, nunca habían mencionado afinidades. Si ella lo hubiera pensado, podría haberse fusionado con las sombras y aparecido frente al portal en un instante.
Cuando escuchó que él quería que ella actuara como su montura, se sintió aún más indignada, pero Damien no la dejó escapar fácilmente. Zara saltó sobre Damien y comenzó a abofetearlo con sus patas para mostrar aún más su indignación y Damien continuó riendo, sintiendo nada de sus golpes suaves.
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Mientras tanto, los guardias quedaron atónitos en el portal por la escena que tenían delante. El lobo gigante que habían pensado que era una bestia salvaje estaba acompañado por un humano, y por el breve momento en que estos dos habían mostrado sus habilidades, su aura indicaba que eran increíblemente fuertes.
Y cuando el lobo saltó sobre el hombre, en lugar de ser aplastado o empujado al suelo, simplemente se quedó allí actuando como si nada pasara. Para añadir a eso, el hombre era increíblemente guapo, haciendo que los guardias olvidaran todo su miedo debido a su envidia.
Viendo que el hombre estaba vestido solo con un trapo que cubría parte de su mitad inferior, uno de los guardias se dejó llevar por la envidia y estaba a punto de gritarle que no podía entrar antes de que fuera abruptamente abofeteado en la cabeza. Al voltear a mirar, vio que era el usualmente alegre Alan quien lo había hecho.
Alan era un hombre sabio, y viendo la velocidad y el poder que apenas habían mostrado estos dos seres, se dio cuenta de que ambos eran mucho más fuertes que cualquiera presente en ese momento.
Por esta razón, decidió ser civilizado. —Disculpe, señor, me temo que no podrá entrar a la ciudad con esa apariencia. Como hay bastantes niños alrededor, podría ser un poco indecente.
—¿Hm? —Fue solo en ese momento que Damien se dio cuenta de que había otras personas alrededor. Echando un breve vistazo al hombre que consideró un guardia, miró hacia abajo a su cuerpo, que estaba básicamente desnudo en ese momento. Parecía que una vez más había olvidado que no tenía ropa.
—Ah, lo siento —dijo Damien, correspondiendo a la cortesía de Alan—. No tengo ropa ni dinero conmigo en este momento. —Tras pensar por un momento, Damien asintió con la cabeza y sacó los cadáveres de algunas bestias más débiles de su inventario.
—Si no le importa, ¿podría ir a vender estos por mí y comprarme algo de ropa? Puede quedarse con el cambio que sobre cuando haya terminado. —Alan sonrió, aceptando la propuesta de Damien. Aunque estas bestias eran todas de 1ª clase, era obvio por sus cadáveres que habían sido eliminadas sin esfuerzo.
No solo evitaría ofender a alguien tan poderoso, sino que también ganaría una buena cantidad de dinero del intercambio. Alan guardó los cadáveres en su anillo espacial y caminó hacia la ciudad bajo las miradas envidiosas de los otros guardias.
Unas horas después, Damien entró suavemente en la ciudad con Zara.