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1 de abril de 2017, Día de los Inocentes.
El piso 20 de la Corporación Feiyu.
La suite de la oficina del gerente general.
Los ojos de Liu Ruyan estaban completamente abiertos mientras miraba al hombre frente a ella con incredulidad.
—¿¡Cómo dices!? —Liu Ruyan lo miró con absoluta sorpresa.
—Ahí, escrito en blanco y negro, tú eres mi prometida —Guo Yi levantó la vista y la recorrió con la mirada—. He venido a casarme contigo.
*Baddum…*
Liu Ruyan se resbaló y casi se cae de la lujosa silla de oficina. Se recomponía rápidamente y, con las cejas alzadas, gritó:
—¡Tú vagabundo de poca monta! ¡Créeme cuando digo que te haré echar fuera!
¿Quién era Liu Ruyan? La CEO de la Corporación Feiyu, la mano que gestionaba toda la empresa.
En Ciudad Jiangnan, la Corporación Feiyu era una de las compañías absolutamente top con más de miles de millones en valor neto, y Liu Ruyan era una chica prodigio que lo lograba todo. Desde joven, había entrado al mejor colegio de enseñanza media, la mejor secundaria y la mejor universidad antes de asistir a la Universidad de Yale para estudiar administración financiera.
A la tierna edad de veintitrés años, tomó las riendas de la Corporación Feiyu de su padre y duplicó su valor total de mercado en solo dos años. Así, era considerada la Flor Dorada de Jiangnan.
La fila de pretendientes potenciales que querían su mano en matrimonio se extendía desde Ciudad Jiangnan hasta Ciudad Jiangbei y de vuelta.
Ahora bien, en cuanto a la persona frente a ella, no solo estaba vestida con harapos, sino que también tenía un aspecto descuidado. Simplemente llevaba una camiseta blanca, un par de pantalones casuales y unas chancletas baratas. Su cabello era lo suficientemente largo como para cubrir su rostro, y su única gracia salvadora era su rostro algo guapo. Comparado con Guo Yi, los innumerables pretendientes de Liu Ruyan eran mucho, mucho más calificados. ¿Qué le hacía pensar que tenía las cualificaciones para casarse con Liu Ruyan?
—Sí —La expresión de Guo Yi era tranquila mientras observaba con interés a Liu Ruyan.
Ella tenía una piel clara como la nieve, y sus rasgos eran inmaculados. Sus labios sonrosados la hacían verse encantadora incluso cuando estaba enojada. Su figura era llamativa mientras su vestido de oficina realzaba la forma de su pecho generoso mientras trazaba una silueta seductora sobre su cintura delgada.
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Sin embargo, lo próximo que dijo Guo Yi casi hace llorar a Liu Ruyan mientras afirmaba con despreocupación:
—Eres pasable, ¡como mi esposa!
—¡Tú! —Liu Ruyan casi vomita sangre.
Ella quería llorar pero no podía. También tenía ganas de reír, pero luego recordó que era el Día de los Inocentes. ¿Era esto una broma del cielo?
¿Sin embargo, una persona que se atrevería a hacer tal broma sobre ella... probablemente todavía no ha nacido? Después de dudar un poco, Liu Ruyan finalmente suspiró. Fue debido a la firma de su abuelo. Lo reconoció. Esa carta estaba escrita por su abuelo, Liu Changzheng.
En la carta, el patriarca de la Familia Liu mencionó que, hace veinticinco años, los Liu y los Guo los comprometerían a sus hijos para el matrimonio mientras aún estaban en el vientre materno. Ahora había llegado el momento de que los dos se casaran.
El deseo de morir pronto comenzó a surgir dentro de ella.
—Espera un momento —los hermosos ojos de Liu Ruyan brillaban mientras decía:
— Guo Yi, tú y yo acabamos de conocernos. Decir que quieres casarte conmigo... estoy segura de que tú mismo no estás tan dispuesto, ¿verdad? Estamos en una nueva China; somos personas educadas criadas bajo la bandera roja, y este matrimonio en el vientre...
—No puedo negar la voluntad de mi padre —Guo Yi negó con la cabeza—. Si tú no estás dispuesta, puedes llamar a tu abuelo y hacer que cancele el compromiso. Entonces me iré sin decir una palabra.
Liu Ruyan estaba atónita.
¿Hacer que su abuelo cancele el compromiso? Imposible. Había sido un hombre de palabra toda su vida. Si la Familia Guo aún fuera tan gloriosa como en el pasado, que así sea, pero la Familia Guo se había ido.
Hace ocho años, el Grupo Guo fue saboteado y colapsó. La matriarca de los Guo fue forzada a suicidarse arrojándose al río, y el patriarca ahora era una cáscara loca de su antiguo yo. Si ella hiciera que su abuelo cancele el compromiso, ¿no haría eso de la Familia Liu el hazmerreír deshonroso?
Liu Ruyan ahora estaba en conflicto.
Por un lado, quería proteger la reputación de su abuelo, por el otro, quería cancelar el compromiso.
—Guo Yi... —Después de un largo silencio, Liu Ruyan mordió sus labios y dijo:
— Sé que la situación de tu familia está mal, y que tu padre está postrado en cama. ¿Qué tal si... te doy cinco millones, y a partir de hoy nuestras familias no se deben nada?
Guo Yi frunció el ceño y pareció un poco asombrado.
Liu Ruyan no parecía entenderlo y tomó su silencio como consentimiento. Entonces, rápidamente sacó su talonario, escribió un cheque por ¥5,000,000 y se lo pasó.
Cinco millones era una cantidad a la que la mayoría de los ciudadanos comunes ni siquiera podían acercarse en su vida. Pero para Liu Ruyan, no era nada.
El ceño de Guo Yi desapareció, y mostró una sonrisa forzada.
—Entonces, ¿estás de acuerdo? —preguntó Liu Ruyan con cautela.
—Estoy de acuerdo —asintió Guo Yi.
Liu Ruyan suspiró aliviada, pero estaba agradecida, agradecida de no terminar con él. Los cinco millones le permitieron ver a través de la naturaleza de una persona y también deshacerse de un dolor de cabeza para ella. ¡Bien valió la pena!
En el momento en que Guo Yi tomó el cheque de su mano, la expresión gélida de Liu Ruyan regresó. A partir de ese momento, los Liu y los Guo no tendrían nada más que ver entre sí. La deuda de honor que los Liu debían a los Guo también terminaría.
*Riiiippppp…*
Lo que Liu Ruyan no esperaba era que Guo Yi simplemente rasgara el cheque de cinco millones en pedazos como si no fuera más que un pedazo de papel en sus manos.
—Tú... —Los ojos de Liu Ruyan se abrieron de par en par mientras la sorpresa y la vacilación surgían en su interior. Su mirada se volvía aún más conflictiva.
—Puedo ser pobre, pero no aceptaré limosnas —dijo Guo Yi, con un tono impasible.
*Whoosh…*
Con un lanzamiento de su mano, pedazos de papel volaron en el aire.
—¡Tú! —El temperamento de Liu Ruyan estalló, y justo cuando iba a hablar, Guo Yi la interrumpió.
—A partir de hoy, los Guo y los Liu no tendrán nada que ver entre sí —.
Al decir eso, Guo Yi se puso de pie. Su envergadura de seis pies de altura de repente se veía imponente mientras salía de la sala sin mirar atrás.
Orgulloso y cegado por su propia justicia...
Viendo la silueta de Guo Yi, Liu Ruyan se sentía conflictiva.
—¡Hmpf! —exclamó Liu Ruyan apretando los dientes mientras la ira hervía en sus bellos ojos—. Tú soberbio idiota. Renunciaste a cinco millones por nada. Los Guo ya se han acabado, ¿así que por qué estás tan engreído? ¡Vendrás a suplicarme de nuevo, toma nota de mis palabras!
...
Después de abandonar el edificio de la Corporación Feiyu, Guo Yi tomó un taxi para ir al hospital.
Habían pasado ocho años desde que dejó su hogar, y todo lo que tenía la Familia Guo se había ido. La dolorosa escena todavía lo mordía como si fuera ayer.
Se paró frente al hospital, aspirando una bocanada del punzante olor de los antisépticos.
—¡Estoy de vuelta! —Guo Yi miró al cielo azul mientras cerraba los ojos y se bañaba en el cálido sol.
Había regresado, finalmente había regresado. Sufrió durante ocho largos años, y todo lo que hizo fue solo para este día.
Hace ocho años, su madre fue forzada a suicidarse, y su padre quedó postrado, nunca para recuperarse. El Grupo Guo fue despedazado por estafadores, la mansión Guo fue confiscada por sinvergüenzas mientras padre e hijo eran perseguidos como perros. Todo eso volvió loco a su padre...
—¡Padre, hermana Chen, Zhiruo, estoy de vuelta! —Guo Yi abrió los ojos.
Había un brillo asesino en sus ojos mientras miraba directamente al empyreo, amenazando con romper un agujero en el cielo. El ardiente odio, la venganza y la intención asesina en su ser daban la impresión de que estaba a punto de masacrar todo lo que estuviera frente a él.
—Lo dije antes, será venganza o muerte...
—¡Haré que los cielos se inclinen ante mí, la tierra tiemble ante mí y el mundo enloquezca por mí! —Las llamas de la ira se encendieron dentro de Guo Yi.