Fiona, que había levantado la cabeza después de la risa sarcástica de Atenea, abrió la boca para contradecir las palabras de Atenea, pero Sandro la calló con una mirada.
Ella se volvió hacia Ewan, buscando solidaridad.
Fue entonces cuando vio el lamentable estado de su prometido.
¿Cómo no lo había notado?
Había escuchado cómo él le suplicaba a Atenea que le contara su verdad, sin embargo, ella había estado tan concentrada en mantener su propia "verdad" que no lo había mirado.
Ahora se apresuró hacia él, pero Ewan levantó la mano, impidiéndole acercarse más a él.
—¿Ella está diciendo la verdad? —preguntó Fiona con incertidumbre.
Fiona dudó, preguntándose qué tan rápido se habían deteriorado las cosas.
—No, ella está mintiendo —negó vehementemente.
Ella miró a Atenea con enojo durante un segundo, antes de volver su atención a Ewan.