El olor de sangre y de humo llenaban el lugar. La mujer sintió su corazón latir errático en su pecho. La sangre caliente la impulsaba a hacer algo, alguna cosa, cualquier cosa. Sus ojos yendo del chico delante del ejército de la retaguardia, y en dirección donde explosiones, rayos, fuego, tempestad, y luz guerreaban contra una masa de oscuridad. Los gritos de los guerreros, humanos, elfos, enanos, duendes, y cambiaformas que antes hacían tanto alboroto, ahora estaban en un incómodo silencio. Todo dependía, de esa última batalla, la derrota o victoria, estaban en las manos de los cuatro chicos en la delantera y el deber del muchacho delante de ella era uno solo… aplastar una montaña…
Tum-tump...
Tum-tump...
Tum-tump...
Entonces. Todo pareció acontecer en cámara lenta, cuando un grito de angustia llego de la batalla frontal.
Juntos, ella y el chico miraron asustados en la dirección en que el ejército principal estaba. Con el canto del ojo, pude ver a un movimiento en su ejército, como si alguien corriera. Pero ella, el chico y todo lo resto solo tenían ojos para el hombre que atrapaba el cuello de la elemental del agua, la suprimiendo. El fuego y la luz no parecían importarse y se mantenían atacando con ferocidad, pero un escudo de oscuridad absorbía todo el ataque, y a los pocos, miraron como esas garras, se movían lentamente en dirección al dantían de la elemental.
Tum-tump…
Tum-tump…
Tum-tump…
Los ojos de la mujer, entonces si se encontraran con los de la muchacha que volaba en el cielo en el centro de la tempestad, sus ojos grisáceos que antes oscos, brillaron resueltos… y en camera lenta si movieron de la batalla debajo de ella, y si encontraron con los de la mujer, un medio sonrisa de disculpas… y en sus ojos, alivio "Lo siento, Esmirna"
Tum-tump…
Tum-tum…
Tum-tu…
Los ojos grises de la muchacha cambiaron para rojos, y la tempestad, que antes solo proporcionaba poder a la elemental del agua, sufrió un cambio radical, si tornando caótica. Una voz salió de los labios de la muchacha en dirección del hombre que suprimía la elemental
"Pare"
Era una orden sencilla, y común, casi una burla, pero todo a su alrededor pareció parar. Por un solo segundo, el elemental de la oscuridad también paro, atónito, así como los dos elementares que atacaban con locura.
Pero era solo de eso lo que ella necesitaba.
En un parpadear la mujer estaba al lado del hombre que tenía la elemental del agua atrapada, una de sus manos apartó la elemental con un golpe y la otra sostuve el cuello del elemental de la oscuridad que sonrió, la mirando con codicia, parecía que había encontrado algo que procurará a mucho, pero antes que pudiera decir algo su expresión cambio, pues cuando la tempestad caótica echo lejos a los otros elementares, un enorme huracán si formo absorbiendo el fuego, la luz y el agua y envolviendo la oscuridad como un manto.
Rugiendo de furia, él intentó alejar a la muchacha, que lo abrazó por tras, atrapando a el como pega. Los rayos sí tornaron entonces más vibrantes, clavándose en el cuerpo de la oscuridad. El huracán absorbió todo, dispersando toda la oscuridad que intentaba acercarse al hombre. Entonces el huracán empezó a encoger suprimiendo su presa, rayos rojos salieron del cuerpo de la elemental, envolviendo también al elemental de la oscuridad.
Un rugido de furia. El fuego explotó intentando atravesar el huracán
"¡No, Asta!" El rugido de Kael paralizó a la mujer con miedo y horror, cuando una parte de su pecho siente un dolor hiriente, como si algo le hubiera sido arrancado.
Todo eso aconteció en un milésimo de segundo, y en el milésimo siguiente, el hombre delante de todo el ejército hizo un movimiento de agarre en dirección de la montaña, donde el huracán se concentraba en adentrar y pujó hacia abajo.
La montaña se hundió como si nunca hubiera existido.
"No" musito mirando a su hermano, mientras las fuerzas de sus piernas si agotaban, alguien la sostuve, hablaban algo, pero ella solo vía su hermano que giró para mirarla, sus ojos estaban vacíos, él no gritó cuando su hermana gemela troco su vida para atrapar el elemental da oscuridad, no dijo nada cuando él mismo la sepultó dentro da montaña prisión. Pero en su corazón ella sentía… "¡No!"
Pero su hermano, con la mano en garra, la insertó en su propio estómago, arrancando de allí un cristal esférico que brillaba con una luz marrón en medio a la sangre. El muchacho soltó el cristal que voló en su dirección como un rayo.
Al mismo tiempo de la dirección de la batalla principal, un rayo voló también en su dirección y vislumbró un brillo opaco cuando los dos cristales se insertaron en el globo de su bastón quedado en el suelo.
Con lágrimas en los ojos, ella sacudió la cabeza, cuando vio la piel de su hermano si agrietar como un suelo seco, con una última sonrisa, y un susurro "Lo siento", y entonces, el elemental de la tierra, su otro gemelo, explotó en polvo.
"¡Eón!" Grito intentando avanzar en la dirección de su hermano solo para ser impedida por manos de hierro.
En un solo segundo, había perdido todo…
Y en el hundo de su ser, un odio hacia sí misma empezó a crear forma.
Si ella solo fuera más fuerte…
Si ella no fuera un estorbo…
Si no fuera…
"¡Eres humana, Esmirna!, y está embarazada, ¡qué piensas que está haciendo!" Dijo la Elfa que estaba de su lado con fiereza. Los ojos de la Elfa también estaban rojos, pero ella era firme. "Sus hermanos solo querían que estuviese segura, ¡no haga que su sacrificio sea en vano!, Ellos… no podían vivir uno sin el otro… pero tú puedes, y les debe eso, ¡por ellos, por tus hijos!"
Mientras el choque aún no había pasado, miraran cómo una columna de fuego si echaba hacia ellos, el ejército se quedó helado, pero antes que la columna de fuego los alcanzará, una columna de agua de fuerza similar se puso delante de ellos.
La explosión causada por las dos fuerzas opuestas reveló un hombre apuesto con los ojos rojos por la ira y dolor, y una mujer de similar hermosura con los mismos sentimientos, además de cautela.
"Quédate lejos, ¡Katrina!", dijo el hombre fríamente, sus ojos fijos en Esmirna. "¿Qué derecho esa mujer tiene de estar viva? Cuando ellos ya no están"
Un rayo de luz vino del lugar donde el ejército principal estaba, y también se lanzó en dirección a Katrina. De forma inconsciente, Esmirna agarró el cetro en el suelo y lanzó en dirección de la luz, una barrera que se formó en el aire, impidiendo a la mujer que surgiera de repente de llegar hasta la otra elemental.
Era una barrera de aire, tan fuerte como su dueña anterior, quizás hasta más fuerte. La mujer de pelo blanco la miro con los ojos estrechos, mientras Kael y Katrina miraran con furia y choque.
"Eres solo una humana" reprocho la mujer "Si Kael quiere que muera, debería si arrastrar a sus pies implorando que le mate"
Los ojos de Kael se estrecharon aún más. Katrina cerró los puños, sus labios apretados en una línea fina, y dijo suavemente, para que solamente el elemental escuchara.
"Si matas a su hermana, aquella que ellos siempre lucharon para proteger, ¿piensas que algún día ella lo perdonará?" La elemental, si acercó más de él, "Todo lo que aquellos dos hicieran, fue para que ella fuera feliz. En lugar de matar, debería hacer lo posible para que nunca fuera lastimada por nosotros, los elementares, nuevamente".
Esmirna escupió sangre, su cabeza giraba, y sus ojos estaban embazados. Ella sentía que el ejército estaba pronto para protegerla, pero a ella no le importó. Sus ojos fijos en el cetro que giraba lentamente, impidiendo la elemental de la luz de acercarse.
Un alboroto sonó, cuando todos levantaran sus armas apuntando en dirección a lo elemental del fuego que venía en dirección a ellos. Preocupados miraron a la elemental del agua, cuya vida había sido salva por la elemental del aire anteriormente, pero ella, de esa vez, no impidió que él se acercara.
El rey de los elfos se puso delante de Esmirna con una sonrisa amable, pero en sus ojos había una fiereza amenazante.
"Kael, nos ayudaste a derrochar el elemental de la oscuridad, pero no permitiremos que se vuelva contra nosotros, no piense que no lucharemos contra usted. Esmirna tiene en su vientre uno de nuestros hijos y es la única pariente viva de Éon y Asta, que eran mis amigos. No puede herirla, y nosotros, los elfos, no permitiremos."
Esmirna río, mirando el elemental con burla, ignorando la sangre que manchaba sus labios, burló.
"El gran culpable puede ser yo, pero usted también tiene culpa, se no fuera para incrementar el poder de esa mujer, mi hermana nunca habría matado Etiene, y creado un fantasma en su corazón. Desde que salimos de las mazmorras de la oscuridad, prometimos que las manos de mi hermana no tocarían en la sangre nuevamente, y que ese poder no sería más utilizado, pues le cobraba un precio, pero tú, hiciste que ella matara, además, matara a su amigo. ¡Maldito elemental, eres tú aquel que no le dejaste salida!"
Kael no dijo nada, pues él sabía que las palabras de Esmirna estaban correctas. Él obligará Asta a matar a Etiene. Pero él también sabía, que lo gran motivo, era la maldición lanzada por la progenitora de los trillizos.
Asta y Éon tenían el más puro poder del aire y tierra, pero eran débiles… eran débiles debido a su única flaqueza, su gemela humana, y la maldición de que solo alcanzarían la felicidad, si mataban con sus propias manos, su único vínculo con la humanidad.
Al si acercar unos cincuenta metros, paro, y miro el vientre de Esmirna. Sonrió con picardía al notar dos fuerzas protegiendo a los niños en su vientre, pero, las fuerzas no estaban unidas, aún había riesgos. Sus ojos se volvieron hacia la mujer, que era tan semejante y diferente a la mujer que atrapara sus pensamientos. Y un pensamiento surgió en su miente.
Un elemental no podía morir si hubiera un vínculo los manteniendo atrapados en la realidad.
Si hubiera una sola, chance…
Una misera e ínfima oportunidad…
Haciendo un movimiento con los dedos, un círculo de fuego se formó y entonces lo arrojó hacia el vientre de la mujer. El rey intentó detenerle, así como los otros, pero nadie pude atravesar el fuego, que adentro en el vientre uniendo las dos fuerzas opuestas. Esmirna tocó el vientre caliente y miró al elemental con sorpresa.
No le dolía más, aunque no decía para nadie, ella era humana. Sus hermanos hicieron lo posible para reducir su dolor de cargar en su vientre una raza tan poderosa, no siendo una Elfa.
En su última visita… ambos le dieron una extraña sopa, que insistieron que bebiera delante de ellos, e inexplicablemente, aquella sopa hizo con que el 80% del dolor pasara. Pero ahora, ya no había nada.
"Esto es por lo hecho que contribuiste con mi despertar, pero aún espero que su muerte sea más dolorosa de lo que a la de tus hermanos, humana." diciendo eso, se lanzó hacia el cielo como un cometa.
La elemental de la luz los miró con enojo y lo siguió, pero sus ojos en Esmirna prometían violencia.
La elemental del agua miró a la partida de los dos por un rato, y después se volvió al ejército de criaturas que quedara, sintiendo la mudanza en el ambiente.
Con un corte de su mano, dos agujeros fueron abiertos en el aire.
En uno de ellos, una tierra semejante a la cuarta dimensión apareció, pero la energía espiritual en ella era un tercio de esta dimensión. En el otro… estaba la tierra, la dimensión criada por alguien arriba de todos los seres encontrados en las dimensiones arriba y abajo.
Un lugar sin una gota de energía espiritual, el hogar de los humanos.
"El equilibrio se rompió, los elementales no pueden más estar en ese mundo, luego ese mundo dejará de existir". Una conmoción atraviesa la multitud, pero las palabras de Katrina eran llenas de aspereza. Ella sabía por qué esa guerra empezó, entonces no tenía mucha voluntad de ablandar sus palabras
"Por más de cinco ciclos ustedes lucharon por los recursos de esta dimensión, haciendo con que los elementares pereciesen. El levante de la oscuridad, no lo niego que fue algo contra a la naturaleza, pero ustedes no son inocentes."
Sus ojos miraron a los enanos que incómodos apretaron sus hachas y martillos. "Unos de vosotros, por la ganancia y su propia magia, fueron malditos a nunca más estar arriba de los otros."
"Unos de vosotros, por la envidia, fueron malditos por la naturaleza". Sus ojos se volvieron a los duendes que tenían puestas vestes que cubrían sus cuerpos por entero, los protegiendo de la luz solar.
"Unos tuvieron su longevidad y su ligación con la naturaleza fue afectada", los elfos la miraron con los labios apretados en una línea fina, los ojos del rey mostraban pesar y lástima.
La tierra empezó a temblar y en el cielo nubes rojas empezaron a tomar forma. Aquellos que antes no creían en la elemental, empezaron a creer. En primer lugar, era mejor vivir en un mundo con energía espiritual e intentar atravesar las barreras, do que no tener ninguna oportunidad.
"Y cuánto a los humanos", sus ojos se volvieron a los millares de guerreros humanos que llenaban el ejército como polvo, los ojos de estos la miraban con desprecio. Katrina estrechó los ojos. "Vuelvan a su mundo, y no olviden de cómo su torpeza destruyó la alianza entre las cuatro dimensiones primordiales. Este mundo no puede más sosteneros, ya puedo sentir, la tierra está agotada"
"Yo no soy fuerte el suficiente para abrir una dimensión arriba de la quinta, por eso pueden escoger a cuál quieren ir; sin embargo, digo que sus chances de ascender serán ínfimas. Los humanos, que no tengan una habilidad especial o conocimiento mágico, deben volver a su propio mundo"
Eso no agrado a los humanos, y el desdén de estos hacia la elemental del agua aumentó.
"Eres una mujer, ¿por qué usted debería decidir nuestras vidas?", dijo uno de los generales humanos escupiendo en el suelo. Ese era uno de los humanos con poder elemental del hierro.
Uno de los cuatro más poderosos, sus ojos se volvieron hacia Esmirna y el cetro en su mano; codicia y malicia estaban claras en sus ojos
"Esmirna, como humana, debe saber lo que es bueno para la humanidad, eres débil y esta preña deme el bastón y te ayudaré con todo lo que necesites. Los humanos nos protegeremos entre nosotros, no confíe en esas basuras élficas"
Esmirna río con picardía.
"Otoriel, eres la basura más apestosa de toda la humanidad, ¿quieres el poder de mis hermanos? Cierto, te lo daré"
Esmirna arrojó el cetro en dirección al hombre, mientras las personas a su vuelta intentaban impedirla. Katrina solo miró con curiosidad.
Así como pensara, cuando el hombre tocó el bastón, una descarga eléctrica atravesó el cetro adentrando su cuerpo. Otoriel gimió con dolor y sorpresa, intentando arrojar el cetro lejos, pero ese se pegará en su palma queimada, lo electrocutando continuamente.
Todos miraron con horror, como rayos rojos salían del cetro recorriendo su cuerpo. Sus gritos de agonía y el olor de carne quemada asustaron a aquellos que tenían intenciones acerca del arma.
Después de que decenas de rayos atravesaron su cuerpo, su mano atrapada por el cetro como si se moviera sin control, se alejó un rato, antes que del globo vides de la grosura de un puño salieron perforando su cuerpo con agujeros limpios y perfectos.
Con un único grito escalofriante, el humano, que intentó como protección final hacer que su cuerpo si tornara metal, cayó muerto.
El cetro giró en el aire sobre el cuerpo muerto, rápido el suficiente para dejar lejos la sangre y carne queimada que se había quedado en su cabo. Con un giro desdeñoso final, volvió hacia Esmirna, la rodeando como si fuera una crianza esperando elogios.
Los ojos fríos de Esmirna se volvieron a la multitud de humanos que antes tenían intenciones hacia el último regalo que sus hermanos le dejó.
Antes, era ingenua e inocente, aunque había sufrido mucha cosa, sus hermanos nunca la dejaron ver las cosas malas de la vida, el lado malo de aquellos que estaban al su alrededor.
Pero ante de irse, ellos le dijeron algunas cosas. Sus ojos empezaron a arder, parecía, que ellos nunca habían planeado salir vivos de esa batalla, ella era realmente ingenua.
"¿Más alguien?" Sus ojos, uno gris y otro marrón, estaban llenos de frialdad.
Katrina sonrió levemente, el poder de aquellos dos era arrogante, demás para ser usado por otra persona que no su propia sangre.
Los elfos se curvaron delante de Katrina.
Su reina sostenía a Esmirna, que no se curvó. Los ojos de la humana ahora estaban vacíos, una de sus manos en su vientre, sus ojos en la dirección donde sus hermanos se fueron.
"Gracias, elemental, por su ayuda, yo juro, que los elfos nunca más lucharon contra los elementales", dijo el rey y con su pueblo adentro en el agujero que llevaba a la quinta dimensión
Los enanos golpearon sus capacetes en respeto. "No dejaremos que nuestro deseo de crecer sea nuestra maldición, eso será nuestra sangre a partir de ahora"
Katrina no pareció sorpresa. "Si mantuvieren el corazón de piedra, un día, su maldición se romperá, pero eso, no es algo que yo pueda ayudar."
Los enanos sintieron sus ojos ardieren, algunos los cubrieron con sus musculosos brazos, y también atravesaron el portal.
Los cambiaformas fueron los siguientes, pero algunos de ellos eligieron ir a la tierra. Katrina no se importó, aquel mundo era extraño lo suficiente, un poco más de extrañeza no echaría de menos.
Los duendes dudaron, pero también atravesaron hacia el portal con los otros seres.
Solo quedo los humanos se dudaron.
Katrina miró a los líderes de los ejércitos humanos con los ojos en blanco, el aire comenzó a calentar, y hiendas empezaron a surgir en la tierra, finas al principio, pero tornándose mayores.
Los ojos de Katrina se fijaron en uno de los líderes, ese mismo fuera aquel que entró dentro del campo de batalla entre los elementales, y cuando Asta le arrojó lejos, él le atrapó y salió del campo de vista del elemental de la oscuridad. Ella sabía que Asta lo hiciera de propósito, pues aquella muchacha apestosa, estaba atenta a todo el campo de batalla desde el inicio. No había como aquel hombre llegar tan rápido sin ayuda.
Nadie era más rápido que el viento.
El hombre no parecía dispuesto a mirarla, pero sus ojos fijos lo hicieron resoplar. De mala gana sus ojos metálicos se encontraron con los de ella, estrechos y avanzo.
Con la garganta seca, se volvió hacia los otros líderes. "No hay más tiempo, adentren o mueran"
Con sus palabras los humanos no dudaron, hubo una conmoción, pero ellos no eran tontos de testar la buena voluntad de la elemental.
Aquellos con poderes, adentraron en el mundo espiritual, mientras aquellos sin, renuentes, volvieron a su propio mundo. Eran más fuertes y poderosos que los humanos normales, pero, aun así, no habían conseguido alcanzar el cultivo adecuado.
"¿Qué pasa con usted?", una voz sonó de repente a su lado, haciendo con que su corazón saltara una batida. Sus ojos se encontraron con los ojos metálicos del otro hombre y se volvieron a sus orejas ligeramente afiladas
"Eres un Trilling" dijo con suavidad, sus ojos se desviaron, no mirando a los ojos del humano. "No sé por qué naciste en ese tiempo, pero su alma no está completa, debe cultivar y procurar renacer como le es debido, no tenga pensamientos extraños"
El hombre burló, ella siempre hablaba en alegorías. En el inicio, pensó que le menospreciaba, ya que era un Trilling, pero después entendió que ella solo hablaba aquello que consideraba una verdad.
"No respondiste mi pregunta" dijo fríamente
Sus ojos irritados se volvieron hacia los de ello, el mundo a su vuelta, un caos, y para los dos, solo había reluctancia. El hombre respiró hondo.
"¿Reencarnarás?", preguntó con la voz roca
Katrina dudo un secundo.
"Cuando ese mundo explote, mientras yo no ascienda a la dimensión superior, mi alma volverá al reinicio, no estoy pronta, y mi alma ya clama para me torne una con este mundo" sus ojos se volvieron hacia el cielo
"Creo que Kael hará el mismo, un día, quiero reencontrar Asta y Éon, y quizás vivir una vida más tranquila, si yo reencarnar quizás sea en el mundo superior, ya que mi alma está completa, es eso que quiero en mi próxima vida."
El hombre sonrío, no si quedo triste por ella no decir que le quería en su próxima vida, lo que importara a él, era que ella había prometido tener una próxima vida.
"Esto es todo lo que necesito saber", dijo él, le dando una última mirada, se giró en dirección al agujero que llevaba al mundo espiritual. En ningún momento, él se volvió en la dirección de los ojos que cavaban agujeros en su espalda, un medio sonrisa curvando sus labios.
Después de que el último humano atravesó, un rayo de luz atravesó el aire y una espada atravesó el dantían de Katrina qué chocada, vio a Ciara. La elemental de la luz le sonríe con burla y odio.
Katrina solo la miró en sorpresa, sus pensamientos llenos de dolor. La espada se clavó más y giró, gimiendo, y cayó en el suelo, sintiendo su poder correr para fuera con la velocidad de un maremoto y su fuerza la abandonar.
Ciara arrancó la espada y con un movimiento vertical dividió la elemental del agua en dos. Mirando al agujero que se cerraba, con un resplandecer lo adentro sin dudar.
Con sus últimas fuerzas, Katrina excavó el último cristal azul que resistía y sostenía su vida, intentando curar su cuerpo, pero no había agua cerca para darle una salida. La elemental de la luz se certificó de eso, y lo arrojó dentro del agujero del tamaño de una pelota.
El cristal giró, lo adentrando un segundo ante del agujero cerrarse.
Y quizás por suerte, destino, o cualquier cosa más, cayó dentro del mar.
Y un milenio después, quizás algo pudiera surgir de allá.