Chereads / The Crimson Oni Mask / Chapter 17 - Capítulo 16: El reino de Eldoria... País de Lyrenis

Chapter 17 - Capítulo 16: El reino de Eldoria... País de Lyrenis

La brisa marina golpeaba mi rostro mientras miraba al horizonte. El barco comenzaba su travesía hacia Eldoria, y aunque el cielo estaba nublado, había algo en el aire que me decía que este viaje cambiaría todo para nosotros.

("Juske"): — El viaje será largo… 2 días para llegar al Reino de Eldoria. ¿Estás lista, Scarlett?

Scarlett estaba recargada en la barandilla del barco, mirando las olas que se estrellaban contra el casco. 

No parecía preocupada, pero podía ver la concentración en su rostro. Había sido una decisión difícil, unirse a esta aventura, dejar todo atrás.

("Scarlett"): — Estoy lista. Aunque, admito que no puedo dejar de preguntarme qué nos espera en el reino de Eldoria.

Ryu, el pequeño dragóncito, volaba alrededor del barco, como si disfrutara de la libertad del aire. Sus alas batiendo con gracia, creando pequeños remolinos de viento.

 A veces me preguntaba si él sentía el mismo peso que nosotros. Después de todo, él también dejó atrás un mundo que aún no entendemos completamente.

("Juske"): — No lo sé, pero no podemos quedarnos aquí. El futuro… todo parece depender de lo que encontremos en Eldoria.

Me giré hacia Mika, que observaba en silencio el paisaje. No había dicho mucho desde que subimos al barco, y su expresión parecía más pensativa que nunca.

("Juske"): — Mika, ¿qué pasa? ¿Estás bien?

Mika me miró, sus ojos reflejaban una mezcla de emoción y duda. Había tomado la decisión de unirse a nosotros, pero sabía que no había vuelta atrás. 

Su padre, Edgard, le había dado el permiso, incluso le había entregado un collar con un cristal, un objeto de gran valor para ella.

("Mika"): — Es solo que… no estoy segura de lo que pasará cuando lleguemos allí. Mi padre siempre ha sido protector, y ahora, me voy con ustedes. No sé si alguna vez podremos regresar.

("Juske"): — Todo va a estar bien, Mika. Tu padre confía en ti, y ahora nosotros también lo hacemos. Estamos en esto juntos.

Ryu, al escuchar mi voz, se posó en mi hombro. Su pequeño cuerpo cálido me dio una extraña sensación de consuelo. El dragóncito no hablaba, pero su presencia era más que suficiente.

El barco avanzaba a buen ritmo, y poco a poco, las tierras de nuestra antigua vida quedaban atrás. 

Los árboles, las montañas, el familiar paisaje que habíamos conocido, todo se desvanecía en la distancia.

("Scarlett"): — A veces siento que el mundo está cambiando más rápido de lo que podemos seguirlo.

("Juske"): — Eso es lo que pasa cuando uno se enfrenta a lo desconocido. Pero no podemos quedarnos atrás. Si hay algo que hemos aprendido es que debemos seguir adelante, sin importar cuán incierto sea el camino.

Mika se acercó un poco más a la barandilla, mirando el mar. El viento hacía bailar su cabello, y por un momento, no pude evitar sentir que ella también estaba dejando atrás algo grande.

("Mika"): — Mi padre siempre decía que la vida era como un lienzo. Y que solo nosotros decidimos qué dibujar en él. Tal vez este viaje sea nuestra oportunidad para crear algo nuevo.

("Juske"): — Estoy seguro de que lo será. Todos tenemos algo que aportar.

Ryu, al ver que todos nos acercábamos, emitió un pequeño ruido, como si se estuviera riendo de nuestra conversación, y se lanzó al aire una vez más, volando alto con la libertad que solo él conocía.

La travesía estaba comenzando. Dos días nos separaban de Eldoria, y aunque sabíamos que el camino estaría lleno de desafíos, algo en mi interior me decía que era el primer paso hacia algo mucho más grande. 

El barco tocó tierra con un suave crujido, y el sonido de las olas que se estrellaban contra el casco comenzó a desvanecerse lentamente. La niebla matutina cubría el puerto de Lyrenis, y una ligera brisa marina acariciaba mi rostro mientras comenzábamos a desembarcar. 

Al bajar del barco, me detuve un momento, sintiendo la humedad en el aire y el peso de la transición de un mundo conocido a uno completamente nuevo.

("Juske"): — Finalmente hemos llegado.

Las sombras del amanecer se alargaban sobre el puerto, y el sol apenas comenzaba a despuntar en el horizonte. A lo lejos, la ciudad se extendía, con sus edificios altos y tejados de colores brillantes. 

 

En el aire flotaban los aromas salados del mar mezclados con el dulce perfume de las flores que decoraban las calles. Algo en el ambiente me hizo sentir que estábamos entrando a un lugar donde cada rincón guardaba un misterio.

Mientras miraba alrededor, Scarlett se acercó y dejó escapar un suspiro.

("Scarlett"): — Todo se siente tan… diferente. La ciudad tiene algo especial.

("Mika"): — Es… como si todo aquí tuviera vida. El aire, las paredes, las personas…

Ryu, al igual que nosotros, estaba asombrado. Su pequeño cuerpo revoloteaba alrededor, explorando la nueva atmósfera, pero sin dejar de lado su usual entusiasmo.

Nos acercamos al puerto donde, entre las multitudes, un hombre se acercó lentamente hacia nosotros. 

Tenía una postura tranquila, como si todo lo que pasaba a su alrededor le fuera indiferente. 

Su rostro estaba en parte cubierto por una capa, pero sus ojos brillaban con una sabiduría que parecía atravesar todo. Con un paso firme, se detuvo frente a nosotros.

("Guía"): — Bienvenidos a Lyrenis, viajeros. ¿Acaso necesitan un guía? Este lugar puede ser abrumador para quienes llegan por primera vez.

Llego un chico frente a nosotros de forma muy repentina y imprevista por su expresión. 

Al principio, nos quedamos sorprendidos por la forma en que se dirigió a nosotros, casi como si ya nos conociera. Sin embargo, su tono no era intrusivo, sino más bien hospitalario.

("Juske"): — Gracias, pero… ¿quién eres? No esperábamos encontrar a alguien tan rápido.

El chico sonrió con suavidad.

("Guía"): — Me llamo Farid. Soy un guía local. Muchos viajeros como ustedes llegan con preguntas sobre Lyrenis y sus maravillas. Me ofrezco para ayudarles en lo que necesiten.

Me sentí desconcertado. Aún no sabíamos a qué veníamos exactamente a Lyrenis, pero su presencia parecía tranquilizadora.

("Scarlett"): — ¿Y cómo sabes que somos viajeros? No hemos dicho nada.

("Farid"): — Este puerto es como un punto de conexión para muchos destinos. Los que llegan aquí a menudo, es por turismo ya que este país es una joya en el gran reino de Eldoria.

Su mirada era profunda, como si pudiera ver más allá de las palabras. El aire alrededor de él parecía denso, lleno de significados no pronunciados.

("Mika"): — ¿Y qué podrías ofrecernos, Farid? No conocemos bien el lugar y… necesitamos algo de orientación.

Farid asintió lentamente, como si hubiera esperado esta pregunta.

("Farid"): — Hay muchas cosas en este país que no se pueden entender solo con una mirada superficial.

("Juske"): — ¿A que te refieres con superficial?

("Farid"): — Aquí les explico.

— La magia de Lyrenis se respira en el aire y se plasma en sus obras. Pero para entenderla, primero deben adentrarse en el corazón de la ciudad, donde todo comenzó.

Farid hizo un gesto hacia la ciudad, sus ojos brillando con la promesa de lo que podríamos descubrir.

("Juske"): — ¿Y qué necesitamos hacer para adentrarnos en ese corazón de la ciudad?

("Farid"): — Puedo guiarlos, pero les advierto que no todos los secretos de Lyrenis deben ser revelados tan fácilmente. Sin embargo, puedo ser de ayuda.

("Scarlett"): — ("No puede ser... este esta chiflado").

Hubo una pausa. Miró a cada uno de nosotros, como evaluándonos, antes de continuar.

("Farid"): — Por supuesto, por mi tiempo y conocimiento, es justo recibir una compensación. Lo que ofrezcan será suficiente, si están dispuestos a continuar.

La propuesta era clara, pero no parecía una petición exagerada. Sentí que no había nada raro en su oferta. 

Después de todo, estábamos en un nuevo territorio, y guiar a alguien por una ciudad como Lyrenis no debía ser sencillo.

("Scarlett"): — Mmmm no lo se, a mi me huele a Estafa. 

Dijo Scarlett entrecerrando los Ojos con mucha sospechas y desconfianza hacia Farid. 

("Farid"): — Es... Es por una buena causa señorita. 

("Scarlett"): — Bien. ¿que te parecería una moneda de 10 monedas de plata, Farid?

Farid sonrió con satisfacción, como si la oferta fuera exactamente lo que había esperado.

("Farid"): — Eso será más que suficiente. Ahora, síganme.

Con un gesto de su mano, comenzó a caminar hacia las callejuelas que se abrían frente al puerto. Nos miramos entre nosotros, sabiendo que debíamos seguirlo.

 La ciudad de Lyrenis nos esperaba, y aunque aún no entendíamos por completo la función de esta ciudad, algo en mi interior me decía que este encuentro no era casualidad.

Mientras caminábamos detrás de Edran, las calles de Lyrenis se abrían ante nosotros. Los edificios estaban decorados con murales que parecían contar historias de tiempos antiguos. 

La vibrante paleta de colores en cada esquina era tan hipnótica que me sentí como si estuviera adentrándome en un mundo diferente, casi irreal.

 

("Farid"): — Casi todos los días recibimos viajeros de fuera. Por eso la ciudad tiene mucho que ofrecer a quienes sepan mirar más allá de lo que ven.

No sabíamos exactamente a qué se refería, pero sentí que estábamos a punto de descubrir algo importante. 

("Juske"): — Que interesante oír esto jajaja. 

Dije yo de forma un poco insegura, No lo sé... pero Todo lo relacionado con el arte me trae un poco de malos recuerdos.

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No sabíamos exactamente a qué se refería, pero sentí que estábamos a punto de descubrir algo importante. La ciudad nos envolvía, y Edran, nuestro guía, parecía ser la llave para desvelar los misterios que guardaba este lugar.

El día avanzaba lentamente mientras caminábamos por las calles de Lyrenis, guiados por Farid.

 A medida que pasaban las horas, la ciudad se sentía más viva, pero al mismo tiempo, un extraño silencio se había apoderado de los rincones más alejados. 

Farid nos llevaba por callejones sinuosos y plazas escondidas que nunca hubiéramos encontrado por nuestra cuenta. El arte estaba en todas partes, tanto en las paredes como en el aire, como si Lyrenis misma fuera una obra maestra hecha realidad.

("Farid"): — Hay algo en la atmósfera de esta ciudad... algo que toca a quienes se adentran en su esencia. 

— Los que vienen a aprender, a inspirarse, se llevan algo más que solo imágenes en su mente. Se llevan algo que no se puede explicar.

Miré las calles mientras él hablaba. Había algo extraño en los colores que rodeaban el paisaje. 

Todo parecía demasiado perfecto, casi como si las obras de arte estuvieran influenciadas por un poder superior. No era solo pintura; era una sensación envolvente que hacía que el aire mismo pareciera vibrar.

("Juske"): — ¿Y cómo se siente uno cuando... se lleva algo de aquí? ¿Cómo lo sabes?

Farid sonrió, aunque sus ojos parecían estar mirando más allá de nosotros, como si estuviera buscando algo que no podíamos ver.

("Farid"): — Es difícil de describir. La mayoría de las personas que han sido tocadas por el arte de Lyrenis no lo saben hasta que se enfrentan a una creación que les habla. 

— Ya sea una pintura, una escultura, o incluso una pieza de música. Algunos sienten que les abre la mente, mientras que otros sienten que han sido alterados de una manera que ni ellos mismos comprenden.

Decidí no presionar más por respuestas directas. Parecía que Farid no iba a revelar mucho sin que fuéramos nosotros quienes descubrimos por qué estábamos aquí. Continuamos caminando mientras la tarde se alargaba, con el sol comenzando a ponerse detrás de las montañas lejanas.

Llegamos a una gran plaza donde un mural en la pared de un edificio central capturó nuestra atención. 

Era un mural de un paisaje nevado, pero lo peculiar no era su realismo, sino cómo parecía moverse con la luz del atardecer, como si las sombras en la pintura cobraran vida.

("Mika"): — Es... es como si estuviera cambiando de forma. ¿Lo ven?

Miramos, todos los tres observando detenidamente. El mural mostraba un vasto paisaje montañoso, pero algo en él hacía que las sombras parecieran fluctuar, como si la pintura reaccionara al entorno. Era como si el mural no solo fuera arte, sino algo que tenía vida propia.

("Farid"): — Este es uno de los murales más famosos de Lyrenis. Se cree que fue pintado por el maestro Eldran, un hombre que dominaba la magia de la pintura. 

— Se decía que las obras de Eldran podían alterar la percepción de la realidad, transportando a los observadores a los paisajes que él mismo había creado. Algunos piensan que este mural tiene el poder de hacerte vivir dentro de él, si te concentras lo suficiente.

Nos quedamos en silencio, mirando la pintura. Algo en ella me atraía, pero también sentía una extraña inquietud. ¿Qué haría alguien si llegara a perderse dentro de una obra como esa?

("Juske"): — ¿Puede alguien realmente... vivir dentro de la pintura?

Farid nos miró con una seriedad nueva, como si la pregunta hubiera tocado un tema más profundo.

("Farid"): — Nadie lo sabe con certeza. Muchos han intentado, pero no se sabe si han vuelto completamente. 

— Algunos aseguran que han visto cosas, visiones de otros mundos, mientras que otros simplemente desaparecen, dejando atrás solo el eco de sus pasos. Esta ciudad tiene secretos más oscuros de lo que parece a simple vista.

— Nos quedamos en silencio, la atmósfera de la ciudad de repente mucho más densa. Era como si las paredes mismas nos observaran. 

— Decidí no profundizar más en el tema; aunque la curiosidad seguía picándome, no quería provocar algo que pudiera poner en peligro nuestra misión.

("Scarlett"): — Esto es fascinante, pero también un poco aterrador. ¿Qué más sabes sobre la magia aquí en Lyrenis, Farid?

Farid, que se había mantenido callado durante un momento, pareció contemplar la pregunta con cuidado. Luego, como si finalmente decidiera compartir algo más importante, se acercó a nosotros.

("Farid"): — Hay algo más. En Lyrenis, el arte no solo se pinta o se esculpe; a veces, se utiliza para algo mucho más... peligroso. En los círculos más secretos, algunos artistas crean obras con la intención de alterar la realidad misma, de manipular el destino. 

— Este es un lugar donde el arte puede convertirse en una fuerza para el bien o para el mal. 

— Y algunos de los artistas más poderosos han desaparecido, dejando atrás solo sus obras... que parecen tener un propósito que va más allá de lo que cualquier ser humano podría comprender.

El silencio cayó sobre nosotros una vez más. Las palabras de Farid nos pesaban en el aire, como una carga que todos sentíamos, pero que ninguno de nosotros sabía cómo manejar.

("Mika"): — ¿Y cómo podemos saber qué es lo que está pasando realmente aquí?

Farid sonrió de nuevo, aunque esta vez con un aire de misterio, como si disfrutara de nuestra confusión.

("Farid"): — Eso es algo que tendrán que descubrir ustedes mismos.

("Farid"): — Aunque tranquilos , solo son mitos. 

Con esas palabras, continuamos nuestro camino. 

El aire fresco de la noche me acariciaba la cara mientras caminábamos por las calles de Lyrenis. Farid nos había guiado por toda la ciudad, mostrándonos los rincones más impresionantes, pero ahora nos llevaba a una posada donde podríamos descansar.

 Estaba claro que este lugar tenía algo único, algo que no podía definirse con palabras. El arte estaba en todas partes, desde los edificios hasta los árboles.

("Farid"): — Aquí es donde descansarán esta noche. Es una posada tranquila, ideal para recuperar energías después de un día tan largo.

La posada era modesta, pero cálida, con un ambiente que te invitaba a relajarte. La madera de las paredes estaba adornada con pequeñas pinturas y esculturas de figuras mitológicas, creando una atmósfera acogedora.

 Ryu voló alrededor, explorando el lugar antes de posarse en una de las mesas.

("Farid"): — Si necesitán algo más, no dudén en buscarme. Ha sido un placer guiarlos hoy.

Yo asentí, agradecido por su ayuda.

("Juske"): — Gracias, Farid. Te lo agradecemos mucho. 

— Si no hubieras estado con nosotros, habríamos tardado mucho más en adaptarnos.

("Farid"): — No es nada, Juske. Solo hago mi trabajo. Si alguna vez necesitan ayuda en Lyrenis, no dudéis en buscarme.

Antes de que pudiera agregar algo más, Farid se dio la vuelta y se alejó, desapareciendo en la distancia. 

Nos quedamos allí, observando cómo se alejaba, mientras nos dirigíamos hacia una mesa en el rincón.

Scarlett se sentó con una expresión pensativa. Mientras tanto, Mika y yo intercambiamos miradas, preguntándonos si Farid realmente nos había dicho todo lo que sabían sobre este lugar.

("Scarlett"): — Pensé que era un patán pero al final termino siendo un chico muy amable.

("Juske"): — Tienes Razón. Nos ha sido bastante útil.

("Scarlett"): — Espero verlo mañana de verdad.

Casi pude sentir cómo se tensaba su tono mientras hablaba, pero no insistí en el tema. 

Scarlett siempre era así, manteniendo sus pensamientos para ella misma, aunque lo que realmente pensaba no siempre era fácil de leer.

A la mañana siguiente, nos despertamos temprano, y Mika, Scarlett y yo salimos rumbo al gremio para registrar nuestras tarjetas de viajero. El día había comenzado con sol, lo que nos daba algo de esperanza.

("Mika"): — ¿Listos para esto? Será bueno tener nuestros registros en orden, así podremos acceder a misiones y otras oportunidades.

("Scarlett"): — A mí me parece que simplemente será una pérdida de tiempo.

Mika la miró con una mezcla de diversión y algo de frustración.

("Mika"): — ¡No es para tanto, Scarlett! No puede hacer daño, ¿no?

("Juske"): — Yo también lo creo. A veces hay que pasar por lo que no queremos para avanzar.

Después de registrarnos, Mika y Ryu decidieron ir por su cuenta a las misiones de bajo nivel. Era su oportunidad para probar sus habilidades y mejorar.

("Mika"): — Vamos, Ryu. ¡Es hora de que nos pongamos a prueba!

Ryu, al escuchar su nombre, levantó la cabeza y voló a su lado, listo para irse. Aunque no hablaba, su actitud siempre era clara: estaba tan entusiasmado como Mika por ponerse en acción.

Scarlett, por otro lado, me tomó del brazo de repente.

("Scarlett"): — ¡Tú no vas a ningún lado!

Me detuve, confundido por su firmeza. Intenté soltarme, pero Scarlett me apretó el brazo con fuerza.

("Juske"): — ¿Qué pasa, Scarlett? También quiero entrenar.

("Scarlett"): — No. Tú vas a entrenar conmigo, no con Mika. Vamos a un lugar más apartado, en las colinas. Necesito que aprendas a manejar mejor el flujo de tu maná.

Me resistí al principio, pero no pude evitar seguirla. Scarlett era más terca de lo que cualquiera podría imaginar. Y aunque no lo dijera, su determinación estaba clara. 

Lo que más me molestaba era que sentía una mezcla extraña dentro de mí, como si no quisiera ir pero, al mismo tiempo, me resultara difícil rechazarla.

Caminamos a través de caminos rurales, alejándonos del bullicio de la ciudad. Las colinas verdes se extendían ante nosotros, un lugar perfecto para practicar sin distracciones.

Cuando llegamos a una zona aislada, Scarlett se giró hacia mí.

("Scarlett"): — Aquí es donde entrenaremos. Necesito que te concentres, Juske. No voy a permitir que sigas siendo tan torpe con tu maná.

Sus palabras eran firmes, pero detrás de su dureza había algo más, algo que no lograba identificar. Scarlett nunca lo admitía, pero había algo en su mirada que indicaba preocupación, aunque nunca lo expresara de forma abierta.

Me senté en el suelo, y Scarlett se puso a mi lado, indicándome cómo concentrarme y liberar el flujo de maná de mi cuerpo. Aunque no quería admitirlo, este entrenamiento era algo que realmente necesitaba. Mis padres siempre me presionaron para que fuera más fuerte, más rápido, más competente en todo.

 Pero a veces me preguntaba si alguna vez me detendría para ver si lo que estaba haciendo realmente me ayudaba a ser mejor, o si solo era una forma de satisfacer sus expectativas. En este momento, todo lo que quería era dejar ir esas presiones.

("Juske"): — No es fácil, Scarlett. Parece que mi maná nunca fluye correctamente.

("Scarlett"): — No lo hará de inmediato. Tienes que ser paciente. Siente el flujo, no lo fuerces.

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La brisa fresca se deslizaba entre los árboles, llenando el aire de un aroma terroso que calmaba los sentidos. Scarlett me guió hasta un claro en el bosque, donde nos sentamos sobre la hierba.

 Estábamos rodeados por la serenidad de la naturaleza, pero la intensidad en sus ojos indicaba que estaba a punto de comenzar algo importante.

("Scarlett"): — Bien, Juske. Ahora trabajaremos en tu entrenamiento. 

La miré, intrigado, mientras ella cruzaba las piernas y apoyaba las manos sobre sus rodillas.

("Juske"): — S... si.

Dije yo con un poco de nerviosismo... por fin ya era hora de que aprendiera más acerca de la magia en este mundo.

("Scarlett"): — En este mundo, existen nueve elementos mágicos principales. Cada uno está ligado directamente al flujo del maná que lo hace posible. Sin el maná, no podrías invocar ni controlar ninguno de ellos.

Me acomodé, intentando concentrarme en lo que estaba por explicar.

("Scarlett"): —Primero, tenemos los cuatro elementos fundamentales: Fuego, Agua, Aire y Tierra. Son los pilares de la magia elemental y los más comunes entre los usuarios.

— El fuego representa destrucción y pasión; el agua, fluidez y adaptación; el aire, libertad y movimiento; y la tierra, estabilidad y resistencia.

Hizo una pausa, moviendo las manos para dar énfasis a cada palabra.

("Scarlett"): —Luego vienen los elementos secundarios, que surgen de la mezcla o la especialización de los primeros.

 Relámpago, por ejemplo, proviene de la interacción entre el aire y el fuego. Bosque, del agua y la tierra. Estos elementos son un poco más complejos, pero siguen estando al alcance de quienes desarrollan su maná con paciencia y disciplina.

("Juske"): — ¿Y qué hay de los otros? ¿Luz y Oscuridad?

Scarlett asintió, su expresión se tornó más seria.

("Scarlett"): — Luz y Oscuridad son elementos opuestos y a la vez propios como Relámpago y bosque.

("Scarlett"): — Y también esta uno raro llamdo carmesí, pocos nacen con ese Elemento al ser muy raro y independiente.

("Juske"): —¿el Carmesí?

Esa palabra resonó en mí. No podía evitar pensar en mi máscara.

("Scarlett"): —El Carmesí es único. Es un elemento raro y poco probable de nacer con el como dije. Aunque veo que tu puedes usarlo juske.

Su mirada me atravesó como si supiera lo que estaba pensando.

("Scarlett"): — Por último, tenemos el Hielo, un elemento versátil que combina la calma del agua con la rigidez del Aire. Su poder radica en su capacidad para detener y preservar.

Me tomé un momento para procesar todo lo que decía. Nueve elementos, cada uno con sus particularidades. Parecía una tarea monumental aprender a dominarlos.

("Scarlett"): — Sé lo que estás pensando, Juske. Pero no necesitas controlar todos los elementos para ser fuerte. 

— Osea digo... Mira me a mi , Yo nací con el elemento fuego como naturaleza y solo me molesto en usarlo y aún así soy fuerte.

Enserió que presumida se vía Scarlett frente a mi diciendo todo eso , se ve tierna.

("Scarlett"): — Lo importante es entender cuál resuena contigo y desarrollarlo. Pero antes de que podamos siquiera pensar en eso, debes aprender a no depender de tu máscara.

("Juske"): — ¿Sin la máscara? Pero...

("Scarlett"): — Mejor escucha Antes de opinar. 

Me interrumpió Scarlett concentrada a lo que me decía.

Bajé la mirada, consciente de lo que implicaban sus palabras. Scarlett tenía razón. Sin la máscara, ¿qué era yo?

("Scarlett"): — Por eso estoy aquí para entrenarte. Vamos a trabajar en tu control del maná, en tu capacidad para manejar un elemento y en tu fuerza como individuo. 

("Juske"): — ¡Por fin vamos a entrenar!

("Scarlett"): — Y hablando del maná. Acabo de recordar que tenia que explicarte primero los conceptos y fundamentos básicos acerca del maná y su flujo antes que los elementos. 

Al decir eso Scarlett, algo se apago en mi, esto sobre explicar no pintaba bien...

("Juske"): — ¿Y eso que significa?

Dije tragándome mi propia saliva de la preocupación. 

("Scarlett"): — ¡Qué falta mucho más!

Grité fuertemente de la desesperación formando un eco en el aire. "NOOOO".

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("Scarlett"): — Escucha con atención, Juske. Antes de que puedas comprender completamente los elementos mágicos del todo, necesitas entender qué es el maná.

Asentí, apoyando los codos sobre mis rodillas, concentrado en cada palabra.

("Juske"): — ¡Si maestra!

Dije con mucha determinación en mis ojos, aunque era aburrido la explicación , eso no cambia que era importante para mi entender eso... Porque esa información vale millones.

("Scarlett"): — El maná es la energía que carga la magia. Es una fuerza independiente y libre, infinita y omnipresente. Está en todo el mundo, en cada rincón, en cada resquicio de este universo. 

 

— Es lo que da vida a la magia y permite que existan lugares mágicos como mazmorras, templos y otros sitios especiales que irradian una cantidad inmensa de maná.

Me quedé absorto en sus palabras. La idea de que el maná estuviera en todos lados era abrumadora, pero también fascinante.

("Scarlett"): — Sin embargo, el maná no solo existe en el mundo exterior. También está dentro de nosotros, Juske. Nacemos con él, y está íntimamente ligado a nuestra vitalidad y a nuestra alma.

Sus palabras resonaron profundamente en mí. ¿Maná en nuestra alma? Nunca lo había pensado de esa manera.

("Scarlett"): — Piensa en esto: hasta la criatura más diminuta, como una hormiga, posee maná. 

— Lo mismo ocurre con las plantas, los árboles, todo ser vivo en este universo. El maná es lo que nos conecta con la magia, lo que nos permite usarla. Sin él, no podríamos hacer nada.

("Juske"): —Entonces... si todo ser vivo tiene maná, ¿qué pasa cuando alguien muere?

Scarlett bajó la mirada por un momento antes de responder.

("Scarlett"): — Cuando algo o alguien muere, su maná desaparece. La vitalidad se extingue, y con ella, esa energía. Pero hay algo más que debes saber, Juske.

— Usar demasiado maná puede ser peligroso. Si agotas tus reservas más allá de lo que tu cuerpo y tu alma pueden soportar, podrías poner en riesgo tu propia vida.

Me estremecí al escuchar eso. La magia, aunque asombrosa, también podía ser mortal.

("Scarlett"): —Excederte con el maná puede provocar enfermedades mágicas graves o incluso la muerte. 

— Por eso es vital aprender a controlarlo, a conocer tus límites. No solo estás manejando una herramienta; estás lidiando con algo que está conectado directamente a quién eres.

Me apoyé hacia atrás, dejando que sus palabras se asentaran. Scarlett tenía razón. Había usado la magia antes, pero nunca me había detenido a pensar en su origen o en las consecuencias que podía traer.

("Scarlett"): —Por eso te estoy enseñando esto, Juske. No quiero que dependas de la máscara para ser fuerte. Quiero que entiendas el maná, que lo respetes, y que lo uses como una extensión de ti mismo, no como un atajo.

La miré a los ojos y asentí. No sería fácil, pero estaba listo para aprender. Si el maná era tan esencial como decía, entonces entenderlo era el primer paso para descubrir quién era yo sin la máscara.

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El aire estaba cargado de calma. Scarlett se sentó frente a mí, cruzando las piernas en el suelo cubierto de hojas. Sus ojos destellaban con una mezcla de seriedad y emoción. 

Había algo en su postura que me decía que lo que estaba por decir era importante, algo más allá de lo que ya había aprendido sobre el maná.

("Scarlett"): —Bien, Juske. Ahora que entiendes qué es el maná y su conexión con los seres vivos, es momento de explicarte algo esencial: el flujo de maná. Aunque, es mejor conocido como "Corriente Vital". Suena más apropiado para lo que significa.

("Juske"): —Corriente Vital... suena poderoso.

("Scarlett"): —Lo es. La Corriente Vital es, en esencia, la manifestación del maná dentro de nosotros. A lo largo de la historia, las personas aprendieron no solo a sentirlo, sino a manipularlo. Con práctica y disciplina, podemos canalizar esta energía de manera consciente, transformándola en algo visible, como un aura.

 

Levanté una ceja, intrigado.

("Juske"): —¿Un aura? ¿Eso significa que el maná puede hacerse tangible?

("Scarlett"): —Exacto. Pero no es algo que simplemente "pase". Hay un proceso, un conjunto de habilidades básicas que necesitas dominar para manejar tu Corriente Vital. Te enseñaré las seis etapas fundamentales.

Scarlett extendió su mano, y por un instante, sentí una leve vibración en el aire. Una ligera brisa de energía rodeó su palma antes de disiparse.

("Scarlett"): —La primera etapa es la Liberación de Corriente. Este es el paso más básico, donde simplemente aprendes a liberar tu maná al exterior. 

— No tiene forma ni propósito específico, pero es esencial para comenzar a conectar con tu energía interna.

("Juske"): — ¿Eso significa que simplemente debo dejar salir el maná?

("Scarlett"): — Exacto. Pero no subestimes su importancia. Sin dominar la liberación, no podrás avanzar. Ahora, la segunda etapa es la Proyección de Corriente. 

— Una vez que aprendes a liberar tu maná, puedes estabilizarlo y proyectarlo hacia afuera. Por ejemplo, podrías lanzar bolas de mana o crear ondas que impacten a tus oponentes. Es un uso básico, pero efectivo.

Asentí, imaginando cómo podría usar esas ondas en combate. Sin embargo, Scarlett no me dio tiempo de soñar despierto y continuó.

("Juske"): — ("Ya me imagino lanzando un Rassengan o un Kamehameha. Y entre otras habilidades de mis animes y mangas favoritos"):

("Scarlett"): — La tercera etapa es el Control de Corriente. Aquí es donde las cosas se ponen interesantes. No solo liberas y proyectas el maná, sino que también le das forma y propósito. Por ejemplo, podrías moldearlo en un escudo o una cuerda para atrapar algo. El control te permite personalizar tu energía y usarla de manera creativa.

("Juske"): — Eso suena muy útil. Pero ¿qué tan difícil es?

("Scarlett"): —Más de lo que crees. Requiere una conexión profunda con tu Corriente Vital y mucha práctica. Ahora, la cuarta etapa es el Fortalecimiento. 

— Aquí puedes usar tu maná para mejorar tu cuerpo, ya sea aumentando tu fuerza, resistencia o velocidad. Por ejemplo, un golpe reforzado con fortalecimiento podría pulverizar una roca, pero sin que te lastimes en el proceso. También puedes usarlo como una especie de "armadura" que absorbe el impacto.

Me apoyé hacia atrás, intentando procesar todo. Cada etapa sonaba más compleja que la anterior.

("Scarlett"): —La quinta etapa es la Transmutación. Es aquí donde la Corriente Vital se vuelve verdaderamente versátil. Puedes alterar la composición de las cosas, como afilar una hoja hasta que pueda cortar acero, o volver un mineral duro tan flexible como goma. 

— También puedes cambiar propiedades, como convertir agua salada en dulce o transformar colores.

("Juske"): —Eso... suena increíblemente útil.

("Scarlett"): —Lo es, pero también requiere que domines las etapas anteriores. Finalmente, la sexta etapa: la Visión de Fragmentos. Esta técnica te permite canalizar tu maná en tus ojos, mejorando tu visión de formas extraordinarias.

— Podrás ver rastros de maná, detectar trampas mágicas o incluso percibir espíritus y entidades de otros planos. Aunque lo último de ahí son usos más avanzados que te permiten hacer eso.

Mis ojos se abrieron de par en par. ¿Espíritus? ¿Otros planos? Esto era más de lo que podía imaginar.

("Scarlett"): — Y uno de los mejores beneficios, es que también la Visión de Fragmentos también mejora la salud ocular, regenerando células y permitiéndote ver con mayor claridad que. 

("Scarlett"): — También te permite predecir acciones y movimientos futuros y ver a grandes ángulos de distancias muy largas.

("Juske"): — Es impresionante un poder así. Ya quiero aprender hacer eso de predecir el futuro y ver espíritus. 

Scarlett sonrió, una sonrisa que mezclaba orgullo y satisfacción.

("Scarlett"): — Esa es la actitud que necesitaba oír. Pero no te emociones demasiado. El camino para dominar la Corriente Vital es largo y arduo. 

("Juske"): — Eso ya lo sabía.

Asentí con determinación. Sabía que no sería fácil, pero algo dentro de mí se encendió. Era como si, por primera vez, estuviera viendo un camino claro frente a mí.

— Este será el Orden de tu entrenamiento de corriente vital y seguirlo desde lo básico paso a paso.

Dijo Scarlett frente a mi señalando hacia arriba con sus dedos.

1. La liberación de flujo de maná. 

2. La proyeccion de flujo de mana.

3. El control de flujo de maná.

4. El fortalecimiento.

5. La transmutacion.

6. El visión de fragmentos.

("Scarlett"): — Primero Empezaremos con la liberación del flujo de Maná. 

La noche aun no había caído, y el aire fresco nos envolvía mientras caminábamos hacia el claro. Scarlett me había prometido que comenzaríamos el entrenamiento de maná, y aquí estábamos, bajo un cielo estrellado que parecía un lienzo infinito. Mi corazón latía rápido, pero no de miedo, sino de expectativa.

("Scarlett"): — Bien, Juske, primero que nada, quiero que te quites la máscara.

Me detuve en seco, mirando a Scarlett con incredulidad.

("Juske"): — ¿Sin la máscara? Pero... ¿cómo se supone que voy a hacer algo sin ella?

Scarlett cruzó los brazos y me miró con seriedad, como si estuviera a punto de decirme algo que cambiaría mi perspectiva.

("Scarlett"): — Juske, la Máscara Carmesí es poderosa, demasiado poderosa, pero dependes demasiado de ella.

("Scarlett"): — El motivo de este entrenamiento es que aprendas a usar la magia sin esa máscara... Te he estado observando y sin la máscara no puedes ni siquiera encender una antorcha.

La miré, dudando. Sabía que tenía razón, pero una parte de mí sentía que sin la máscara no era nadie. Respiré hondo y me quité la máscara lentamente, sintiendo el peso simbólico que tenía ese acto.

("Juske"): — Bueno... Esta bien, te haré caso.

("Scarlett"): — Bien. Ahora, vamos a comenzar con lo más básico: la liberación y estabilización de tu corriente vital.

("Juske"): — ¿Cómo hago eso?

Scarlett sonrió levemente, como si hubiera estado esperando esa pregunta.

("Scarlett"): — Primero, siéntate y cierra los ojos. Quiero que inhales profundamente y te concentres en tu interior. Imagina que hay un río dentro de ti, fluyendo sin cesar. Ese río es tu maná, tu corriente vital.

Hice lo que me pidió. Al principio, no sentía nada, solo el sonido del viento y mi propia respiración.

("Scarlett"): — El maná está en todas partes, Juske. Está en el aire, en la tierra, en las estrellas... y dentro de ti. Quiero que lo sientas, como un calor leve que recorre tu cuerpo.

Tomé otra respiración profunda, y esta vez, algo cambió. Sentí un leve cosquilleo en mi pecho, una presencia cálida que no podía explicar.

("Juske"): — Creo que lo siento... es como un calor suave.

("Scarlett"): — Eso es. Ahora, quiero que visualices ese calor expandiéndose desde tu pecho hacia tus extremidades. Déjalo fluir, pero no lo forces. Solo deja que suceda.

Seguí sus instrucciones, tratando de guiar esa calidez hacia mis manos. Al principio, fue difícil, como si intentara mover algo invisible y pesado, pero poco a poco sentí una especie de vibración ligera en mis dedos.

("Scarlett"): — Perfecto, Juske. Ahora, el siguiente paso es estabilizarlo.

Abrí un ojo y la miré confundido.

("Juske"): — ¿Cómo se estabiliza algo que ni siquiera puedo ver? Es que no se hace visible aún.

Scarlett se inclinó y tocó mi pecho suavemente.

("Scarlett"): — El maná está ligado a tu vitalidad y tu voluntad. Si estás nervioso o inseguro, tu flujo será inestable. 

— Pero si te concentras y mantienes la calma, se volverá sólido, constante. Es como un hilo. Si tiras demasiado fuerte, se rompe; si no tiras lo suficiente, no se tensa.

Asentí, cerrando los ojos nuevamente. Esta vez, me concentré en mi respiración, dejando que cada inhalación y exhalación guiara ese flujo. Sentí cómo el cosquilleo en mis manos se hacía más constante, como si estuviera formando algo tangible, a la vez que se hacía visible.

("Scarlett"): — Muy bien, Juske. Este es el primer paso para dominar tu corriente vital. Lo estás haciendo bien.

Abrí los ojos y miré mis manos, donde parecía haber un leve resplandor, que era un manto que transparente que cubria mi cuerpo, pero estaba ahí.

("Juske"): — ¿Lo hice?

("Scarlett"): — Lo hiciste. Pero esto es solo el comienzo. Asi que tranquilo... vamos a intentar la segunda fase de la liberación de maná, la estabilización. 

("Juske"): — ¡SI MAESTRA!

El aire en el claro se sentía pesado, cargado de expectativa. La Máscara Carmesí descansaba a mi lado, y su ausencia me hacía sentir vulnerable.

("Scarlett"): — Recuerda, Juske, el maná es parte de ti, es tu vitalidad. Lo llevas en tu interior... por eso es importante aquí el papel de la estabilización... 

("Scarlett"): — Si liberas mucha cantidad de flujo de maná como loco, eso pone en riesgo tu vida ya que estas desgastando tu propia vitalidad. Por eso hay que estabilizarlo y limitar la cantidad a lo que vas a usar.

("Scarlett"): — Ahora quiero que intentes liberarlo con un poco de intensidad, como lo hiciste hace rato pero ahora con estabilidad. Imagina el rio nuevamente.

Asentí lentamente, intentando concentrarme. Cerré los ojos y comencé a visualizar lo que Scarlett me había explicado antes: el río de maná que fluía dentro de mí. Respiré profundamente, enfocándome en esa calidez que había sentido antes.

("Scarlett"): — Relájate. No pienses demasiado. Solo deja que fluya.

Tomé otra inhalación profunda y, esta vez, intenté liberar esa energía. Al principio, no sentí nada, pero de repente, una corriente cálida surgió de mi pecho, expandiéndose rápidamente hacia mis extremidades.

("Juske"): — ¡Ah!

Imagine el río nuevamente visualizándolo, estaba parado sobre una corriente enorme que estaba frente a mí... El río parecía no tener fin alguno. 

— Este debe ser el flujo de maná que Almaceno en mi interior. 

Dije yo observando el río y mi pies enterrados en este mientras fluía, de ahí dentro de dichos ríos emergieron unas cantidades de incontables hilos rojos brillantes qué se manifestaron.

— Que esta pasando.

Abrí los ojos, y lo que vi me dejó boquiabierto. Una ráfaga de energía incontrolable salió disparada de mi cuerpo, creando un vendaval que agitó los árboles alrededor del claro. 

La hierba en el suelo que estaba bajo mis pies se sacudian ferozmente, y el viento arrancó hojas de las ramas cercanas, lanzándolas al aire como si fuera una tormenta.

("Scarlett"): — ¡Detente, Juske!

Su voz era clara, pero el ruido del viento hacía difícil concentrarme. Sentía la energía recorriendo mi cuerpo como un torrente desbocado, manifestándose en un manto de luz transparente rojizo que me envolvía. Era como si mi cuerpo no pudiera contenerla. 

("Juske"): — ¡Es demasiado! No puedo controlarlo.

("Scarlett"): — ¡Sí puedes! Solo apagalo... ¡Apagalo!

Cerré los ojos de nuevo, tratando de ignorar el caos a mi alrededor. Mi respiración era irregular, y el manto de energía brillaba intensamente, pero fluctuaba de forma errática, como si estuviera a punto de desbordarse.

("Scarlett"): — Concéntrate en tu mana. Inhala profundamente y exhala lentamente. Usa tu mente para estabilizarlo.

Intenté seguir sus instrucciones, enfocándome en mi respiración. Poco a poco, el vendaval comenzó a disminuir, pero el flujo seguía siendo inestable.

 El manto de maná a mi alrededor parpadeaba, a veces volviéndose más brillante, otras veces desapareciendo casi por completo.

("Juske"): — No puedo… no puedo estabilizarlo.

Scarlett se acercó y se arrodilló frente a mí, colocando una mano firme en mi hombro.

("Scarlett"): — No esperes hacerlo todo en un día. Esto no se trata de fuerza, sino de paciencia. Nadie logra estabilizar su corriente vital a la primera. Tómate tu tiempo, respira, y vuelve a intentarlo.

Suspiré, agotado. El vendaval había cesado, pero mi cuerpo temblaba por el esfuerzo.

("Juske"): — ¿Así será todo el tiempo?

Scarlett esbozó una sonrisa ligera.

("Scarlett"): — Creo que si. No será fácil, pero cada vez será menos caótico. Lo importante es que sigas intentando. 

Miré mis manos, donde aún quedaba un leve resplandor de maná que había liberado. Aunque no había logrado estabilizarla, el simple hecho de haberla sentido era un pequeño logro.

("Scarlett"): — Por ahora, descansa. Mañana continuaremos desde aquí. 

Asentí, sintiendo una mezcla de frustración. No sería fácil, pero si quería dejar de depender de la máscara, tendría que enfrentar este desafío, paso a paso.

Mis disculpas por la confusión. Aquí tienes la misma parte con el formato de diálogos que solicitaste:

Después del entrenamiento en el claro, Scarlett y yo regresamos a la ciudad. El ambiente era animado, lleno de mercaderes y aventureros que iban y venían. 

Entramos al gremio, y lo primero que escuché fue la risa y el bullicio de aventureros celebrando. En una de las mesas más cercanas, Mika estaba rodeada de un grupo de personas, y junto a ella, Ryu estaba recibiendo toda la atención.

Un par de aventureras se habían inclinado para acariciar al pequeño dragón, hablando con voces dulces.

("Aventurera 1"): — ¡Qué lindo eres! Nunca había visto un dragón tan adorable.

("Aventurera 2"): — ¿Puedo abrazarlo? Es tan suave...

Ryu ronroneó, disfrutando de los halagos mientras movía la cola con energía. Yo, por otro lado, sentí que mi rostro empezaba a calentarse. Las chicas parecían tan emocionadas y cercanas que no pude evitar quedarme mirándolas, es que son muy atractivas. 

("Scarlett"): —¿Juske?

Giré hacia Scarlett, pero antes de poder decir algo, sentí un agudo dolor en mi pie.

("Juske"): —¡Ouch! ¿Porque hiciste eso?

("Scarlett"): —Nada, solo estaba viendo si estabas distraído.

Su tono era casual, pero la forma en que sus ojos se entrecerraban y su sonrisa no llegaba a sus ojos me hizo darme cuenta de que estaba molesta.

("Juske"): —¿Distraído? Yo... yo no estaba...

Scarlett suspiró y me empujó ligeramente hacia una mesa vacía.

Nos sentamos junto a Mika, quien parecía llena de energía, hablando rápidamente sobre su primera misión de rango F.

("Mika"): —¡Fue increíble! Nos enviaron a cazar a unos duendecillos que habían robado comida del pueblo. Al principio, parecía sencillo, pero esos pequeños son rápidos y astutos. ¡Casi me caigo de un árbol intentando atraparlos!

Su emoción era contagiosa, y Ryu saltó a la mesa para lamerle la mejilla como si la felicitara. Mika rió, acariciándolo suavemente.

("Scarlett"): —¿Y al final cómo lo resolvieron?

("Mika"): —Bueno, usé mi magia de Agua para derribar sus sacos de comida, y luego Ryu los persiguió hasta que se rindieron. Fue una aventura pequeña, pero siento que aprendí mucho.

Mientras ella hablaba, pedimos algo de comida y disfrutamos del ambiente del gremio. Los aventureros a nuestro alrededor compartían historias y risas, y por un momento, me sentí parte de algo muy grande por primera vez.

No era como en mi mundo. Muy solitario y vacío... bueno no todo trata de mi y mi historia no importa aquí... pero se siente bien que las personas entiendan lo valioso que eres y te trae como a un igual.

Al salir del gremio, la noche había caído, y las calles estaban iluminadas por faroles mágicos que proyectaban un suave resplandor. Caminábamos sin prisa cuando, de repente, vimos a Farid frente a la entrada de una imponente estructura.

Era la academia de magos artistas más grande de Lyrenis. Las torres del edificio parecían tocar el cielo, y su fachada estaba adornada con intrincados grabados que representaban historias y leyendas.

 

 Pero la expresión de Farid no coincidía con la grandeza del lugar. Estaba cabizbajo, su mirada fija en el suelo.

("Scarlett"): —¿Farid? ¿Estás bien?

El chico levantó la vista al escucharla. Su expresión cambió inmediatamente al vernos, forzando una sonrisa.

("Farid"): —Oh, hola... No esperaba verlos por aquí.

("Mika"): —¿Qué haces aquí?

Farid se rascó la nuca, evitando nuestro contacto visual.

("Farid"): —Solo... solo estaba mirando. Es un lugar impresionante, ¿no creen?

Scarlett cruzó los brazos, mirándolo con sospecha.

("Scarlett"): —No parece que estés solo "mirando". ¿Qué pasa?

Hubo un momento de silencio antes de que Farid suspirara.

("Farid"): — Tranquilos. No es nada, simplemente me gusta ver esta academia.

("Juske"): — ¿La Academia? 

Mire hacia la academia con interrogación. Es muy grande y muy majestuso al igual que detallista. ¿Pero que ganaba con todo esto? Digo solo mira y ya. 

("Farid"): — Aunque siempre quise Estudiar en esta Academia de Magos Artistas, hasta ahora quiero ingresar.

("Farid"): —Solo Quería entrar a estudiar aquí. Es mi sueño desde que era niño, pero... la matrícula es demasiado cara. No tengo suficiente dinero para siquiera considerarlo.

Sus palabras estaban cargadas de una falsa sonrisa que ocultaba su inmensa tristeza, y por un instante, todos nos quedamos en silencio. La grandeza de la academia parecía aún más lejana al escuchar lo que decía.

("Juske"): —¿Por qué no nos lo dijiste antes?

Farid sonrió débilmente.

("Farid"): —Porque no es algo que pueda cambiar. No es algo que a los demás les interese. 

Scarlett puso una mano en su hombro, mirándolo con seriedad.

("Scarlett"): —Eso es una tontería. Mira se que no nos conocemos lo suficiente farid. Pero nos has caído bien y eres un chico muy simpático y Amable.

("Scarlett"): — Farid. Si tienes un sueño, encontraremos la manera de que lo alcances.

Sus palabras parecieron aliviar un poco la carga en los hombros de Farid. Aunque su sonrisa seguía siendo tímida, había algo de esperanza en su mirada.

("Mika"): —¡Scarlett tiene razón! Tal vez podamos encontrar una misión que pague bien. Algo que nos acerque a tu meta.

Farid parecía sorprendido por nuestro entusiasmo, pero al final, asintió lentamente.

("Farid"): —Gracias... realmente significa mucho para mí.

("Farid"): — Digo... Nadie se había preocupado por mi así... Les agradezco su validación. 

("Juske"): — Oye y si nos llevas a dar un paseo por la ciudad , queremos conocer más lugares.

("Farid"): — ¡C... claro!

Asintió farid sonrojado por la emoción... se le notaban los ánimos en la cara, gracias a eso desapareció el sentimiento depresivo que tenía. 

Mientras caminábamos por las empedradas calles de Lyrenis, rodeados por las elegantes estructuras de galerías de arte y cafés llenos de color y creatividad, Farid decidió cambiar de tema. El sol comenzaba a ponerse, reflejándose en los murales de colores vibrantes que decoraban las paredes de los edificios. 

Me di cuenta de que el ambiente parecía un poco más tranquilo, como si el ruido de la ciudad se desvaneciera y dejara espacio para las palabras de Farid.

("¿Qué será lo siguiente que dirá?") pensé, mientras lo miraba expectante.

("Farid"): — ¿Alguna vez han oído hablar de los Trazos del Destino?

No sabía nada sobre los Trazos del Destino. Sentí una punzada de curiosidad.

("Juske"): — No, nunca he escuchado sobre eso. ¿Qué son?

Farid asintió, como si ya supiera que mi interés había sido captado.

("Farid"): — ¿Conocen la historia de los Trazos del Destino?

Nos pregunto Farid con una cara de expresión muy misteriosa a punto de revelar algo muy interesante acerca del origen. 

("Farid"): — Los Trazos del Destino son mucho más que pinturas... son una leyenda antigua. Cuentan que, hace siglos, cuando Lyrenis estaba en su juventud, un grupo de los primeros artistas descubrió cómo fusionar la pintura con la magia... y el dios de las Artes les otorgó los Trazos del Destino como regalo. 

("Farid"): — Pero no era una magia común, sino una magia poderosa, capaz de crear destinos y posibilidades. Los Trazos del Destino son el pincel y el porta pinturas más antiguos creados por el dios de las Artes. Y manejados por los primeros artistas, considerados los más puros y poderosos de todos desde esa época. 

("Juske"): — ¿Qué quieres decir con "alterar los destinos y posibilidades"?

("Farid"): — También son responsables de "Crear los cuadros".

("Farid"): — Estos cuadros no solo representaban escenas o personas, sino que contienen una cantidad infinita de fragmentos y dichos fragmentos son destinos pintadados.

— También esta el Trono del Artista, un artefacto antiguo creado por Eldran, era el centro de todo esto. 

("Farid"): — Es la pieza clave que conecta con todos esos Destinos y posibilidades a través de las pinturas, un poder así es capaz de reescribir incluso el universo y cualquier destino y posibilidad, crear nuevos destinos e incluso formar nuevas historias para el portador.

("Juske"): — Entonces, ¿las pinturas tienen el poder de crear historias, posibilidades , y Destinos? ¿Y el Trono del Artista es la pieza central?

("Farid"): — Exacto. El Trono del Artista fue creado para potenciar la magia de los Trazos del Destino y así hacerlo imparable. 

— Se dice que su poder es tan grande que quien lo posea puede moldear, reiniciar, y crear la historia a su voluntad, creando incontables Destinos y Futuros a su medida. Sin embargo, debido a los peligros e inherentes a tal poder, los Trazos del Destino están encerrados y protegidos en la bóveda del Ayuntamiento. 

— Muchos de los artistas temen a abrir la bóveda y que estás dos reliquias ancestrales desaparezcan. Si eso llegara a caer en las manos equivocadas. Pues es mejor decir Adiós al Universo, El destino, El futuro y a todas las posibilidades que existan en la historia. 

("Mika"): — Que miedo... Porque un dios así le regalaría un poder tan peligroso y inestable a los humanos.

("Scarlett"): — La cosa no trada de los humanos, si no de su tipo de mentalidad.

("Farid"): — Exactamente señorita Scarlett. El poder no tiene nada que ver, todo depende de la mentalidad del individuo y cada individuo posee una mentalidad diferente, sea buena o mala. 

("Juske"): — ("¿Pero si es tan peligroso, por qué no destruirlo todo? ¿Por qué seguir guardándolo?")

Farid parecía leerme la mente, porque sus palabras siguieron con un tono más filosófico.

("Farid"): — No se destruye algo con tanto poder porque si , y no puede ser destruido como se piensa, aunque peligroso, puede ser necesario. 

 — con la posibilidad Reiniciar el universo, ¿qué nos quedaría? Algunas leyendas dicen que si los Trazos del Destino fueran gobernados, también lo serían los incontables destinos que existen.

— Tal vez ese sea el verdadero propósito detrás de la existencia de estas obras... preservar la esencia del arte en su forma más profunda, aunque implique enfrentarse a la oscuridad que lleva consigo.

("Juske"): — Vaya, esta historia me ha dado más escalofríos que dudas. 

("Mika"): — A todos.

("Farid"): — Pero tranquilos, no pasará nada. Los Trazos del Destino y el Trono del Artista están muy bien protegidos en la bóveda del ayuntamiento. 

("Farid"): — Es imposible que alguien pueda entrar ahí para robar eso, sabiendo que es un lugar de máxima seguridad. 

("Scarlett"): — Bueno. Si tu lo dices...

("Farid"): — Creo que deberíamos irnos ya jajaja.

Farid nos llevo de vuelta a nuestro lugar de descanso acompañándonos normalmente. 

Después de despedirnos de Farid, nos dirigimos de regreso a nuestra posada. La ciudad de Lyrenis, tan vibrante durante el día, parecía más tranquila en la noche, con las luces de las calles suavemente iluminando el camino. 

La gente que aún paseaba por las aceras charlaba en voz baja, mientras las galerías cerraban, dejando atrás una atmósfera de misterio.

Llegamos a la posada, y uno a uno nos dirigimos a nuestras habitaciones. El cansancio de la jornada pesaba sobre mis hombros, pero algo en mi interior me decía que el viaje apenas comenzaba, y no sería tan sencillo como pensaba.

Me tumbé en la cama con Ryu, el sonido de la ciudad apagándose poco a poco a medida que las luces se apagaban, y el murmuro de los habitantes se desvanecía.

Pero entonces, algo extraño ocurrió.

Desde fuera de la posada, una voz misteriosa, algo lejana, rompió la calma de la noche. No era una voz cualquiera, sino una que resonó con una energía inquietante. De alguna manera, me sentí atraído hacia el sonido.

— "Por favor reina demonio escuche que tenemos que mantener un perfil bajo en el mundo humano".

("Juske"): — ("¿Escuchaste eso Ryu?") Pensé, sin moverme de la cama.

Dije con una curiosidad erizandome la piel.

Otra voz, esta vez más firme, respondió.

— "¡Ayyy, ya cállate, Roy! Son mis vacaciones y las voy a aprovechar al máximo. Ya me cansé de estar disfrazándome de humana."

Mi curiosidad aumentó. ¿De quién hablaban? ¿Por qué alguien tan determinado a disfrutar sus vacaciones estaba hablando de transformarse en humana?

La primera voz, más ansiosa, insistió.

("Roy"): — "Por favor, Reina Demonio... vuelva a tomar su forma humana. No podemos caminar en las calles así. Tenemos que mantener un perfil bajo".

La respuesta de la Reina Demonio fue clara y directa, con una indiferencia palpable.

("Reina Demonio"): — "Y eso, ¿a mí qué mierda me importa? Yo salí del inframundo y vine aquí de vacaciones. Estoy de paso por este mundo humano solo para disfrutar."

("Reina Demonio"): — No vengo aquí a tomar una estúpida forma humana para mantener un perfil bajo. Eso es de cobardes.

("Roy"): — "Recuerde que en este mundo humano, nosotros los demonios somos vistos como la raza que es lo peor de lo peor, ya que no se llevan bien."

("Reina Demonio"): — "Y eso, ¿a mí qué me importa? Yo soy la Reina Demonio de mi mundo, y aquí en este mundo no tengo nada que ver con ellos."

Me quedé paralizado. ¿Demonios? ¿De qué hablaban? ¿Acaso este pais era tan extraño como para que existieran criaturas como estas en el mismo lugar?

("Reina Demonio"): — "No olvides que nosotros provenimos de un inframundo completamente diferente al inframundo de este mundo humano."

("Reina Demonio"): — "No solo existe un inframundo y mundo humano, Existen varios y muy diferentes de sí. No veo el problema".

("Reina Demonio"): — "Aunque seamos demonios, no somos los mismos demonios que los de este mundo humano. Lo único que tenemos en común es el nombre de nuestra raza, (Demonio)".

("Roy"): — "Pero esto les da igual, para ellos todos los demonios somos iguales. Ante los ojos de los humanos, somos la misma cosa."

La Reina Demonio se mostró aún más desafiante.

("Reina Demonio"): — "Me vale lo que piensen los humanos de este mundo. En mi inframundo, y en mi mundo humano, los demonios y los humanos se llevan muy bien."

("Reina Demonio"): — Imagínate... Hasta se casan y tienen Hijos entre ellos.

("Roy"): — ¿Mi señora y eso que tenia que ver?

Le respondió angustiado y tímido.

("Reina Demonio"): — "Además, ¿por qué se quejan? Si ya mataron al Rey Demonio de este mundo. Yo, como Reina Demonio de mi mundo, no tengo nada que ver con ellos."

("Roy"): — ("Debió ser muy débil ese Rey Demonio como para dejar que lo mandaran con San Pedro así").

("Roy"): — "Pues aunque hayan matado al Rey Demonio de este mundo, a ellos les da igual. Siguen aborreciendo nuestra raza. Prefieren juntarse con los Onis antes que con los propios demonios, y eso que ellos y los Onis están en guerra en este mundo."

La Reina Demonio bufó, claramente harta de la preocupación de su sirviente.

("Reina Demonio"): — "Ay, Roy, por favor, ya cállate. Eres un sirviente, compórtate como tal. Ya vamos al restaurante. Este país de pintura es interesante y quiero probar su comida."

("Roy"): — "Al transformarse en humana, iremos al restaurante."

("Reina Demonio"): — "¡Roy, me estás hartando! Si tanto tienes miedo, ¿por qué no mejor vuelves al lugar que alquilamos para dormir? Que yo sepa, si un humano se quiere pasar de inteligente para intimidarme, solo lo parto a la mitad y ya."

("Roy"): — "Está bien, pero no partiremos a nadie a la mitad."

Y con esas palabras, la conversación se desvaneció en la distancia, mientras el sonido de los pasos de los dos se perdía en la oscuridad de la noche. Un escalofrío recorrió mi espalda al darme cuenta de lo que acababa de escuchar.

("Juske"): — ("¿Qué demonios acabo de escuhar?") Pensé, mientras trataba de calmarme.

("Juske"): — Existen los Demonios en este mundo.... Kitsune no me dijo nada sobre demonios.

("Juske"): — Y encima existe el inframundo al igual que tienen un "Rey", como en los juegos isekai ... Y no solo parece ser uno existir un inframundo y mundo humano.

("Juske"): — ¿Como que hay más mundos humanos y inframunfos?

Dije con mucho nerviosismo y curiosidad mientras me cubría con la sabana.

Mi mente se inundaba de pensamientos intrusivos y misteriosos que no me debajo dormir.

("Juske"): — ¡QUE DIABLOS PASA AQUÍ!

Mi mente estaba llena de preguntas sin respuestas. ¿Quiénes eran estas criaturas? ¿Qué hacían aquí? Pero antes de que pudiera pensar más, el cansancio de la jornada finalmente me venció, y el sueño me envolvió, dejándome con un nudo en el estómago y la sensación de que las cosas se complicarían aún más.

CONTINUARÁ