El espíritu vengativo me cargó y corrió con gran agilidad a través del espeso, oscuro y tenebroso bosque.
La luna seguía en lo alto de la noche. Los sonidos de los animales nocturnos eran inquietantes. Mis pelos se erizaron.
Cerré los ojos y pedí despertar de la pesadilla, pero, para mi desgracia, era la dura y cruel realidad. No podía moverme. No podía gritar.
Consideré como mejor opción hacerme el dormido y esperar que el espíritu vengativo bajara la guardia. Mientras lo hacía, rogué a los cielos que me perdonaran por lo que fuera que me culparan, y sin darme cuenta, me quedé dormido de verdad.
Suspiré ante mi yo sin remedio de ese entonces.
Cuando volví a abrir los ojos, ya era de día y el espíritu vengativo estaba sentado frente a mí, habiendo hecho una fogata.
Mis movimientos recuperaron la libertad. Qué alivio.
Él me miró y sonrió con burla, divertido al ver mi cara de desconcierto y horror.
"Padre, madre, su hijo va en camino", sollocé interiormente y les informé a mis padres fallecidos.
"No tengas miedo, no pienso hacerle daño al benefactor que salvó mi vida", suspiró el espíritu vengativo y me dijo.
Sin embargo, no podía creerle. Por lo que sabía, no era raro que un espíritu vengativo mintiera. Tal vez planeaba que bajara mi guardia para después despedazarme y cocinarme en la fogata. A los espíritus vengativos les gusta jugar con los sentimientos y la esperanza de los justos.
Por tanto, tomé distancia, unos 20 metros.
El espíritu vengativo volvió a suspirar, parecía frustrado por mi alto nivel de razonamiento.
Me quedó mirando un momento para luego empezar a cocinar algo de carne que tenía guardada, quien sabe dónde. ¡Solo apareció en sus manos! ¡Lo sabía! ¡Es un ser sobrenatural! Mi cara palideció. Palideció por el agradable, jugoso, encantador y sabroso olor de la carne.
Me quedé mirando la carne.
¿Cuándo fue la última vez que había probado carne? Ya hacía varios años de eso.
Yo era alguien bastante inútil. No podía ni cazar un conejo, por lo que mi dieta se limitaba a hierba. Probé todo tipo de hierbas que parecieran medianamente comestibles.
Tragué saliva. Él sonrió con suficiencia.
Quería carne… ¿y qué si es un espíritu vengativo? Mientras me dé un poco, puedo morir satisfecho… Decidí hacer un trato.
"Oh, venerable espíritu vengativo, fíjese que estoy muy flaco. No quedará satisfecho conmigo. ¿Qué le parece si primero me engorda…?"
"¡No soy un espíritu vengativo! ¡Soy un venerable cultivador inmortal!" me replicó y frunció el ceño.
Se veía molesto.
Opté por no contradecir sus palabras, aunque no le creí.
"Lo- lo siento, venerable", me disculpé.
No se me podía culpar. Un niño de un pueblo en medio de la nada no era capaz de imaginar ni entender cómo el hombre se pudo recuperar tan rápido. Así que en su momento no encontré otra explicación que no fuera que era un espíritu vengativo y sus acciones de cuando me secuestró no ayudaron.
Tal vez notando que estaba sacando su verdadero ser, me dijo lentamente:
"Por favor, cálmate. Digo la verdad, no soy un espíritu vengativo. Tú me salvaste. Las hierbas que me diste estimularon mi dantian y, junto a que logré un progreso en mi técnica de cultivo, me permitieron abrirme paso al núcleo dorado. Mi cuerpo se restauró y ahora estoy en perfecto estado, más o menos. Debo estabilizar mi cultivo, así que no puedo volar", me explicó con calma.
Claro, claro, lo que digas. No entendí nada.
"Lo que sucede es que no tienes manera de probarlo. Sin pruebas, no me convencerás de lo contrario", aún dudaba.
Mirando al pasado me divierto ante mi reacción. Para ser un mocoso ignorante, era bastante precavido en cierto sentido.
"¿Cómo se supone que puedo demostrar mi inocencia? Hasta hace poco dormías como un bebé. Pude haberte hecho daño si tuviera intenciones maliciosas hacia ti. No te hice nada, ¿no es eso prueba?", se defendió con elocuencia.
Lo pensé y le encontré algo de sentido. Mi guardia bajó más, pero no del todo.
"Está bien, ya entiendo, pero si no eres un espíritu vengativo, ¿por qué me secuestraste? Te lo diré en este momento, ¡no ganarás ni 50 centavos de cobre al venderme! Estoy flaco, pequeño y hasta mis padres no podían afirmar que fuera bonito".
La expresión del ex espíritu se distorsionó como la vez en que yo probe mierda.
No sabía si reír o llorar.
ZU LIAN -- corte.
Jamás había estado tan atónito, como un juguete, ante los caprichos infantiles de los cielos.
Remonté mis memorias a los desafortunados eventos que dañaron mi cuerpo, esencia de dantian y corazón.
"Jejejeje, gracias por venir a saludarme en mi avance al núcleo dorado, compañeros cultivadores".
Los susurros melodiosos llenos de energía espiritual acariciaron mis oídos, y me di la vuelta para mirar dentro de la cueva de la que salía una hermosa mujer cuya aura, ropa y semblante eran la personificación de los lirios violetas.
Alta y elegante, recta y desafiante, hermosos atributos como las abundantes, frescas y maravillosas cascadas de las fuentes de la vida.
Mi debilitado y agitado corazón, debido a la prolongada batalla de intereses y sueños, se calmó ante su aparición celestial, como el ángel más hermoso, el hada más delicada y el cisne más blanco.
No podía dejar de mirarla. Mi mundo. Todo mi ser. Mi pareja Dao.
Toqué mi pecho y sonreí a mi afortunada vida. En cualquier momento, podría morir en paz y sin arrepentimientos, sabiendo que estaba destinado a tan hermosa criatura. Cada segundo agradezco a los cielos por la fortuna.
Los otros tontos cultivadores no vieron la belleza de ese ser. Ellos se asustaron al sentir el poder que desprendía de ella y que los suprimía, dejándolos temblando, recordándome al anciano desnudo en la nevada que miré hace 114 años, a quien traté de ayudar, pero murió de infarto al verme descender.
Podía comprenderlo. Mi hermoso ángel y estos cultivadores de diferentes sectas no podían coexistir bajo el mismo cielo.
Trataron de acabar con la chispa de su vida. Gracias a mis esfuerzos, no lo lograron.
Protegí la razón de mi vida usando mi carne, sangre y huesos, demostrando la profundidad del abismo que es mi amor puro y desinteresado hacia ella.
Caí de rodillas al suelo y saqué papel. Moví mis manos heridas y ensangrentadas con el significado del amor y las impregnó en el papel. Palabras dedicadas del alma se transformaron en bellos poemas dirigidos al lirio violeta.
La madre tierra siguió la suplicante, pero firme voluntad de mi lirio violeta y se conmovió. La tierra tembló, regalándonos pétalos de flores altos y abundantes como los árboles que envolvieron en capullos de mariposas a los cultivadores que preparaban ataques dirigidos al nacimiento más hermoso de este vasto y grandioso mundo, mi lirio violeta.
Los cultivadores del establecimiento de la fundación despreciaron el regalo de la madre tierra y trataron de resistir, pero la madre tierra es arrogante y altiva. Los envolvió por completo, y los innumerables gritos que animaban el ambiente del reino arcano se desvanecieron.
"Ayuda…"
"Nos equivocamos, ¡por favor perdónanos!"
"No, por favor, ¡tengo una hija de solo 150 años!"
Ninguna súplica conmovió a la madre tierra, igual que lo hizo la presencia del lirio violeta. La madre tierra los llevó miserablemente a los brazos de la fría inmortalidad.
Cualquier esfuerzo, motivación, sueño o esperanza no les sirvieron de nada.
Suspiré.
Qué trágico.
Cientos de chispas de vida se desvanecieron. No me acostumbraré jamás a la vista del juego por la inmortalidad.
De mi almacenamiento saqué una posición de las mil heridas y las tragué. Terminé la pieza de arte con un dibujo del camino final de esos cultivadores.
La batalla por la que había pasado fue ardua y dura. Una batalla de resistencia que duró días. Estaba agotado. Solo duré tanto por la indomable voluntad de proteger lo invaluable que es para mí el lirio violeta.
Claro, aquí está el texto revisado para corregir los errores gramaticales, manteniendo la estructura original:
Valió la pena.
"Zu Lian, tengo que agradecerte. Si no fuera por ti jamás habría logrado alcanzar el núcleo dorado en estas condiciones. Trataron de matarme por órdenes de mi familia y tú me protegiste sin dudarlo",
le sonreí con cariño.
"Lo haría una y una infinidad de veces, mi amor. El tiempo y la existencia no son lo suficientemente amplios y largos para contar todas las veces que haría lo mismo por ti, amor. Felicidades por lograr el núcleo dorado. Los cielos bailan por la gracia de tu avance", me puse de rodillas y le besé la mano.
Mi lirio violeta, mi razón de vivir, me sonrió como recompensa de mi barato y pequeño esfuerzo. La necesidad de prolongar ese momento hizo que las palabras fluyeran.
"Mi actual yo no es digno de usted, mi lirio violeta. Es mi turno para avanzar. Favor, dame la gracia y bendición de prolongar mi camino a la inmortalidad con la intención de pasar cada suspiro admirando tu semblante y sirviéndote. Tu voluntad y bendición son capaces de conmover a toda la existencia. Eres perfecta, elegante y vibrante. Un ser imperfecto como yo debe tener a la suerte a su lado para estar junto a ti",
mis palabras la conmovieron. Qué gracia, su mano tembló.
"Jajajaj, gracias por tus palabras. Claro, ve y ábrete paso. Te cuidaré",
sus labios fluían como el océano con cada recitar de sílaba, palabra y oración.
Mi dao, ella es el dao al que sigo.
Todo de ella es perfecto.
Emocionado, me volteé. ¡Debo avanzar al núcleo dorado y ser digno de ella! ¡Debo prolongar mi vida para hacer cientos de poemas para ella!
Salí de la cueva, no obstante…
Antes de entrar en la oscuridad de la cueva, sentí una palma ardiente atravesándome la espalda.
Giré mi cabeza aturdido.
"E. ¿Eh? ¿P-por qué?", murmuré.
La realidad tembló.
El lirio violeta me miraba con una suave sonrisa, con su palma incrustada en mi espalda.
"P- ¿Por qué?", volví a preguntar.
No respondió.
Ejerció un poco más de fuerza y mi cuerpo salió volando hasta quedar incrustado en las paredes de la cueva.
"¿Sabes? Traté… de verdad que lo traté. Traté de soportarte. Traté de fijarme en tus lados buenos", se acercó con suavidad. Sus pies de jade prístino, delgado y jugoso se deslizaron hacia mí.
"Me advirtieron, pero no los escuché. Me dejé guiar porque eras muy guapo y de temperamento heroico, fufufu",
No, por favor, no de nuevo.
Ya sabía lo que diría a continuación.
"Pero… tus poemas patéticos y de mierda, ¡esos malditos poemas me tienen harta! ¡¿Sabes cuántas veces casi pierdo el control en mi cultivación por recordar todas las vergüenzas que me hiciste pasar?! Por ti he vomitado 931 bocanas de sangre",
Ah, lo sabía.
Sus palabras rompieron y atravesaron mi corazón.
"En la mañana, tarde y noche. ¡Poemas, poemas, poemas! ¡Por tu camino al dao, deja de hablar así! ¿¡Es tan difícil!? ¡Solo piensas en poemas! En cada situación y momento, ¡incluso usaste tus logros para hacer una sección en la biblioteca de la secta con mi nombre titulada 'Poemas para mi lirio violeta, ¡xxxx' y obligas a los nuevos discípulos a leerlos!",
"T- todos deben de saber que mi amor por ti no tiene comparación. Eres la más perfecta de todas las mujeres cultivadoras…"
"¡Ah! ¡Ya cállate! No quise llegar a esto, pero aún no estabilizo mi avance y si te quedas conmigo estoy segura de que perderé el control. Tómalo, es un objeto mágico de un uso que te permite saltar en el espacio. ¡Si los cielos quieren que vivas, vivirás! ¡No vuelvas a mi secta!", dijo y se marchó de mi vida.
Estiré mis manos para capturar su deslumbrante e ilusoria figura que se marchaba. Me llevé el puño al corazón.
Con ella ya son 18… La energía a mi alrededor se distorsionó y entró en mi dantian a la vez que me teletransportaba. Mi cabeza se aclaró.
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El niño me miró aturdido para, unas respiraciones después, asentir. Hurgo la bolsa que llevaba y me metió, contra mi voluntad, unas asquerosas hierbas a la boca, las cuales se atoraron en mi garganta.
"M-maldito… te-juro… que vendré por ti", mientras lloraba por la falsa esperanza de salvación, mi conciencia se desvaneció.