Cuando se fundó la ciudad del Gran Bastión se edificaron varias torres mágicas para su defensa, pero una de ellas, la más grande y centrada de todas las torres, se construyó para un propósito especial. A base de piedra pulida y reforzado con magia, sin puertas ni ventanas en los primeros pisos, se construyó en la cima un cuarto especial con ventanas enrejadas para el único habitante de la torre.
Más que una torre, parecía una prisión.
Gracias a su construcción, solo los archimagos con magia de espacio podrían trasladarse al interior de la torre, por lo que todos los Haim se preguntaban qué función o secretos se ocultaban en aquella torre misteriosa. Se rumoreaba sobre una arma secreta o de un prisionero peligroso, pero nadie sabía nada y con el tiempo dejaron de tomarle importancia.
Solo el Alto señor del Gran bastión, Silvarion, y su esposa, sabían el secreto de aquella torre misteriosa. Una Haim de ojos rojos llamada Elora, una pequeña Elfa, con una deformidad despreciada por su padre y que si no fueran por las súplicas de su madre habría sido sacrificada.
Desde que llegó a este mundo, Elora nació y creció en la torre misteriosa, recibiendo únicamente las visitas de su madre una vez por semana para bañarla y darle de comer y de las aves que anidan atrás de las ventanas de la torre.
Durante décadas, Elora vivió en soledad, limitándose a realizar tres cosas de forma diaria. Comer, observar y dormir. No podía hacernada, ni pedir nada, ya que nadie podría escucharla. En su cumpleaños número cien, su madre le regaló un libro de cuentos para que aprendiera a leer, luego le regaló un libro en blanco y una pluma para que aprendiera a escribir, y finalmente un libro de historia para que aprendiera el origen de su pueblo. Aquellos regalos eran los tesoros más preciados de Elora y los protegió con sumo cuidado, esperando ansiosamente el próximo libro para su pequeña colección.
Un libro que nunca llegó, pero que siempre espero.
Un día, cuando las aves de su ventana alzaron vuelo de forma inesperada, la legión del caos llegó al Gran Bastión y su torre fue derribada por un golpe devastador. En ese momento Elora intentó salvar sus tres tesoros, pero fue en vano, su madre lo tomó entre sus brazos y se trasladaron juntas antes de ser aplastadas por los escombros.
Madre e hija fueron trasladados lejos de la muerte, pero para su mala suerte cayeron en medio del ejército enemigo.
Elora nunca sintió nada en toda su vida, la soledad no parecía afectar, el encierro tampoco y el hambre apenas se sentía, pero ese día, por primera vez en toda su vida, sintió miedo y tristeza, y comenzó a llorar como a una niña a quien le había quitado su único dulce en toda su vida.
Los enemigos las rodearon y, cuando parecía que era su fin, una silueta de un gigante eclipsó la luz del sol, apartando a todos los enemigos y poniéndola a salvo junto con su madre.
Elora, recordó a un personaje de su libro de cuentos, desconocía su nombre, pero sí sus hazañas. Cómo espantar a un grupo de monstruos con su losa presencia.
…
En una gran cueva ubicada en las montañas de los picos negros, Elora despertó de su sueño, abrumada por revivir nuevamente aquel triste momento de su vida, pero se calmó cuando sintió el tacto de su amo Gromak. La pequeña elfa, aun el espejo entre sus brazos, se arrastró hasta reposar sobre el brazo del orco, usándolo como almohada.
El destino no fue favorable para Elora, ser una esclava no es lo mejor, pero es mucho mejor que estar encerrada en aquella torre con casi nulo contacto con el exterior. Para bien o para mal, la pequeña elfa quizás ahora pueda sonreír de verdad.
Lamentablemente, así no funciona el destino, y menos con esos ojos malditos.
Dos luces del espejo comenzaron a brillar, como si se encendiera un fuego en el interior de su cristal, que inmediatamente atrapó la mano de la pequeña elfa. La presión de poder despertó a Gromak y a la elfa quienes vieron el cuerpo de la pequeña elfa floral en el aire. Los ojos negros de gromak vieron cómo la energía de la pequeña elfa fluía como un río hacia el interior del espejo. Algo lo estaba llamando con pequeños susurros malignos, similares a los encantamientos del rey demonio, pero mucho más siniestros. Sin perder tiempo, Gromak le quitó el espejo y lo destrozó con sus manos, rompiendo la conexión y salvando a Elora.
"¿Qué fue eso?", se preguntó Gromak.
Dentro de la cueva había todo tipo de tesoros invaluables, pero era la primera vez que uno de sus tesoros reaccionaba de esta forma, Gromak trató de recordar cuando obtuvo ese espejo hasta que un recuerdo antiguo regresó a su mente. El día que Malakai se convirtió en el séptimo rey demonio, le regaló un espejo mágico y le dijo.
"Gromak, cuide este espejo y no permitas que nadie con magia divina lo toque, o el monstruo que hay se encuentra será liberado y causará una enfermedad para todos."
"Si, mi rey, confíe en que nunca dejaré que algo le pase a este espejo"
De regreso al presente, Gromak miró el espejo que destrozó con sus propias manos.
"Mierda."
De los fragmentos del espejo emergió una intensa y densa humareda de forma violenta, el humo voló y se dividió como si estuviera viva, buscando aquella fuente de magia divina que lo despertó.
"Magia… quiero magia... la magia… ¡Es mía!"
La nube oscura voló hacia la pequeña elfa, pero para su sorpresa, Gromka agarró la humareda.
"¿Qué?"
Gromak ya había visto este fenómeno mágico en el campo de batalla, brujos que perdieron el control y se transformaron en espectro de humo negro, aparentemente intangibles, a no ser que algo envuelto en energía oscura sólida los tocara.
Gromak llevó la humareda afuera y lo arrojó lejos de su cueva, cayendo sobre una pequeña lagartija roja, se encontraba cazando entre las rocas. Cuando la humareda oscura sintió la vitalidad de la lagartija, la poseyó, comenzando a absorber toda la energía vital de su alrededor.
Cada animal y planta en un radio de diez metros murió al instante, incluso las piedras comenzaron a pudrirse mientras la pequeña lagartija mutaba de forma dolorosa en una terrible criatura. Varias montañas de los Picos Negros comenzaron a desquebrajarse hasta que un gigantesco dragón negro de ojos rojos surgió de la destrucción. Estirando su largo cuello y extendiendo sus alas rotas, dio un fuerte rugido que se escuchó hasta el trono del Rey Demonio.
En su trono, el rey demonio escuchó el rugido, dando una ligera sonrisa de satisfacción.
La efla se preocupó al ver que su hija se encontraba inconsciente, se vistió y cargó a Elora entre sus brazos, al no ver al orco por ningún lado, corrió hacia la salida en un intento por escapar. Cuando salió de la cueva, vio al dragón negro, recodado fragmento de su pasado llenos de miedo y terror.
"No, no es posible…"
Sin opciones regresó a la cueva, pero se chocó contra Gromak. Él también sintió la presión en el aire, así que fue a recoger su garrote de hueso para la batalla.
"Oh, eres tú" dijo Gromak "¿Qué crees que estás haciendo?"
"Ah… ah…" la elfa no podía pronunciar bien las palabras, sentía que el mundo se le venía encima, miró al gran dragón negro y luego a Gromak, y sin opciones se arrodilló y golpeó su cabeza contra el suelo. "¡Por favor, sálvanos!"
"…"
"¡Juro que obedeceré todas tus órdenes! ¡Nunca más protestaré! ¡Seré tu esclava! ¡Incluso tendré a tu bebe! ¡Así que, por favor, aleja ese demonio de mí!"
La elfa comenzó a llorar de desesperación, temblando como si se estuviera congelando y gritando como si la estuvieran torturando. Gromak había visto muchos elfos sufrir, pero nunca antes vio algo como esto. Sabía que esto no era normal y que ese dragón tenía algo que ver.
"No digas tonterías, esclava" dijo moviendo la elfa hacia un lado. "Tú no puedes pedirme nada, solo obedecerme"
"¡Pero mi señor! ¡Ese demonio es la encarnación de la muerte! ¡Nos matará a todos si no hace algo!"
"Y por eso voy a matarlo. Tú solo entra a la cueva y espérame, como uno de mis más valiosos tesoros, no permitiré que una lagartija de diez metros te lastime"
Al escuchar estas palabras, la elfa sintió un poco de seguridad, por primera vez sintió que podía confiar en el orco, así que, cargando a su hija, regresó a la cueva con la esperanza de que todo salga bien.
Los dragones son bestias codiciosas y ególatras que de entre todas las cosas anhelan el oro y las piedras preciosas. Varias veces los dragones del territorio demoníaco asaltaron la cueva de Gromak en un intento por robarle sus tesoros, cayendo y muriendo ante el poder de su garrote de hueso de dragón. Es por estas razones que Gromak odia los dragones, los considera ladrones y bestias odiosas, teniendo una mala relación con la raza reptil como los Dracónidos, hombres dragón, Sobeks y hombres lagartos.
"¡GRAAAARGH!" rugion el dragón negro. "¡Tú, insignificante mortal! ¡Cómo te atreves! ¡¿Dónde está magia?!"
Gromak no respondió y siguió caminando hacia delante.
"¡¿Por qué no me respondes mortal?! ¡¿Que acaso no sabes quién soy?!
"Mm…"
"¡Insolente! ¡Muere!" El gran dragón abrió sus fauces y esculpió una fuerte llamarada contra Gromak.
Gromak no inmuto y siguió caminando hacia delante hasta que la llamas perdieron potencia.
"¡¿Qué?! ¡Imposible deberías estar…!"
Gromak saltó hacia delante y le dio un fuerte cabezazo a la nariz del Dragón, derribándolo hacia escombros de rocas. El gran dragón, aturdido y sangrando por su hocico, volvió a rugir e intentó levantarse, pero entonces Gromak cayó sobre él y le dio un fuerte pisotón que hundió las escamas de su pecho.
"Para ser un dragón, eres muy débil."
Gromak levantó su garrote y cuando estaba por darle el golpe de gracia, la furia del gran dragón se manifestó. Mediante una liberación de energía, el dragón empujo a Gromak y se levantó.
"¡Maldito mortal!" El dragón activó unos sellos mágicos en su hocico roto, su magia levantó las rocas y las comprimió en piedras afiladas. "Prueba mis Metrallas de Rocas"
Cientos de rocas influidas con magia, más duros y resistentes que el hierro, fueron disparados contra su enemigo, pero Gromak reaccionó levantando su garrote y golpeando suelo, levantando un muro de piedras y tierra que detuvo el ataque del dragón.
Una de las rocas metralla logró pasar el muro y se incrustó en el hombro de Gromak, preocupándolo un poco.
"Un dragón que puede usar magia, eso es nuevo, pensé que solo los Draconidos podían usar magia." Gromak se quitó la piedra del hombro. "Maldita lagartija, a ver qué te parece esto"
Gromak agarró la metralla de piedra con la fuerza de sus dedos, inclinó su cuerpo y activó su magia pasiva que fortaleció su cuerpo y sus sentidos. Con su gran fuerza, Gromak lanzó la piedra contra el cuello del dragón, desmembrando y separando la cabeza del cuerpo mediante la fuerza de impacto. El gran dragón negro cayó muerto entre los escombros de roca, su cabeza calló después con la boca abierta y los ojos reventados por la presión.
Gromak fue a recoger su premio, la cabeza del dragón, cuando la encontró, dijo.
"Tal parece que lo único bueno de los dragones es su carne. Espero que a las elfas les guste, porque esta tarde cenaremos un delicioso caldo de cabeza de Dragón"
Pero en ese momento algo llamó la atención de Gromak, miró hacia atrás y vio cómo el cuerpo del gran dragón se desvanecía en la misma extraña humareda negra. El cuerpo del dragón se transformó en una pequeña lagartija sin cabeza. Así Asimismo, la cabeza también se transformó, pero en una humareda mucho más grande, emitiendo la misma presión en el ambiente que asustó a la elfa.
¿Qué clase de magia es esta? Se preguntó Gromak.
"Mortal. Osaste desafiarme dos veces, primero me niegas un cuerpo de rebosante de vitalidad y luego destruyes mi nuevo cuerpo. Tales actos nunca serán perdonados, sufrirás un eterno castigo mortal y...
"¡Mi cabeza!" dijo Gromak interrumpiendo a la voz siniestra. "Maldita sea, dónde está mi cabeza de dragón, ahora que voy a comer"
"Oye mortal. Acaso no sabes quién…"
"Ahora tendré que cazar algo para la cena" dijo Gromak interrumpiendo por segunda vez. "No tengo tiempo que perder extraña nube negra, rápido, regresa al espejo de donde saliste"
La nube negra se expandió haciéndose cada vez más grande, la presión aumentó al igual que el radio de efecto de la decadencia.
"¡Jajaja! Regresar al espejo, eres estúpido. Nunca regresaré a ese espejo, ya que cuando lo rompiste también destruiste mi prisión"
"Eh… eso no importa. Te encerraré en otro espejo"
"Estúpido mortal, no hay otro espejo de Alfaris en el mundo que pueda contenerme, y aunque lo hubiera, dudo mucho que un mortal sin magia divina pueda sellarme"
La nube negra comenzó a elevarse por los cielos, provocando la desesperación de Gromak al no saber qué hacer.
"¡Espera! ¡A dónde vas, regresa!"
"Jajaja, vai vai mortal, iré a recuperar toda mi fuerza que alguna vez tuve en la era de los ancestros. Y cuando me alla recuperado, regresaré y te destruiré"
"No, espera, al menos dime quién eres"
"Soy la encarnación de la decadencia, la putrefacción de la carne, el hambre de los glotones y la pesadilla de todos los pecadores insatisfechos. Soy Baelúm, estigma de la glotonería y la muerte sobre todos los hijos de del nuevo mundo"
Dicho esas palabras, la humareda negra se disipó en el cielo. Fue ahí donde Gromak se percató de que la humareda no era una humareda, sino un enjambre de moscas negras sorprendentemente silenciosas.
"Maldita sea, si el rey demonio se entera, se decepcionará. Maldita sea el momento en que saliste de tu espejo Baelúm, pero juro que te atraparé"
De regreso en su cueva, Gromak fue directo hacia su cuarto para sentarse en su cama y pensar en una forma de solucionar este problema. Mientras pensaba, vio un extraño montículo que sobresalía de sus sábanas, sin saber lo que era, comenzó a presionarla, sintiendo una gran suavidad y calor al tacto. Al retirar las sábanas, Gromak encontro a las dos elfas, Elora y a su madre, abrasadas y acurrucadas.
"¿Lo mataste?" Preguntó la elfa. "¿Mataste al demonio?"
"Sí, lo decapité"
"Oh, gracias, muchas gracias" La elfa intentó abrazar a Gromak, pero al instante se detuvo, recordando lo que era. "Ejem, muchas gracias, orco"
"De nada, pero aunque destruí el cuerpo, de alguna forma el espíritu logró escapar en un enjambre de moscas"
"¡Qué! ¡Cómo pudiste dejar que se marchara!" Gromak frunció el sello. "Eh, perdón, es que… cómo pudiste dejar escapar a ese demonio. Ahora que regreso, el mundo está perdido"
"Es evidente que posees conocimiento acerca del origen de ese ser."
"Sí, pero no puedo decirte su nombre o quién era. Los Haim no podemos compartir información clasificada con los demonios o razas menores. Es nuestra ley, así que no importa si me torturas, no te diré nada"
"Déjame adivinar parte de tu información clasificada. Su nombre es Baelúm, estigma de la glotonería y la muerte sobre todos los hijos del nuevo mundo. Además, sé que tu raza son descendientes de la diosa Elfhaim"
"…"
La elfa no dijo nada, trató de pensar y decir algo, pero nuevamente las palabras no llegaban a su boca, hasta que tuvo una gran idea.
"Parte de las muchas cláusulas de la ley, es que si el demonio ya conoce la información secreta, entonces la información ya no es secreta" La elfa sonrió. "Orco, como conoces el nombre de ese demonio, debes saber lo peligrosos que es para el mundo. En la guerra de los ancestros, cuando el valiente y hermoso héroe logró derrotar al malvado avatar del dios Herglad, se logró separar y sellar el poder del dios malvado en siete reliquias. Las siete reliquias del pecado. Los cuales fueron repartidos entre las siete razas que lucharon contra la oscuridad. Para los Haim fue un placer tener bajo custodia uno de los fragmentos del poder del dios malvado, atrapado en un espejo especial forjado por los dioses, pero ese fragmento tomó forma y conciencia, y comenzó a envenenar la mente del Héroe, ahora guardián de la reliquia, con mentiras del futuro y engaños del pasado para volverlo loco. Un día, cansado de todas las visiones, el guardián fue hacia el espejo y lo rompió con sus propias manos, liberando el fragmento de alma del demonio en un enjambre de moscas, el cual tomó forma y conciencia, bautizando así mismo como Baelúm, el Rey demonio"
"Primer Rey demonio. Dejame adivinar, esa fue la gran blasfemia de Alfaris"
"Sí, pero… ¿Quién es Alfaris?" La elfa sintió un shock en la cabeza, como un tic nervioso. "Como sea. Aquel evento fue conocido como la gran blasfemia, el Rey demonio levantó legiones de demonios y comenzó a sembrar el terror en cada reino y ciudad que se cruzara por su camino, hasta que el propio guardián, quien a pesar del rechazo de su propia raza, recupero los fragmentos del primer espejo y forjo varios espejos con la capacidad de sellar a los demonios. El guardián regresó a ser el héroe que alguna vez fue y fundó la Liga de la eternidad en compañía de otras razas de la luz, dando inicio a la primera Guerra Santa. Los héroes de la Liga se enfrentaron a varias calamidades hasta que finalmente asaltaron el castillo del rey demonio, lo enfrentaron y lo derrotaron, sellándolo en uno de los espejos del Guardián"
"… ¿Todo eso pasó?"
"Sí, está en los registros de la Liga"
"Y qué pasó con el espejo de Alfaris" El tic de la elfa volvió. "Digo, con el espejo del Guardián en donde se selló a Baelúm".
"Nadie lo sabe, algunos dicen que fue arrojado al océano, otros que fue enterrado bajo una gran montaña y muy pocos que fue robado por el nuevo rey demonio por motivos ocultos. Nadie lo sabe, pero algo debió pasarle al espejo para que ese demonio fuese liberado. Alguien tuvo que romperlo, aunque… no me imagino alguien tan estúpido como para soltar esta calamidad en el mundo, tendría que ser un veredero idiota, con mierda en el cerebro, por haber provocado una segunda gran blasfemia"
Gromak apartó la mirada, trato de disimular tranquilidad, pero su cara sudaba al igual que sus manos. Había iniciado la segunda gran blasfemia, la gran blasfemia de Gromak.
"Ignorando quién, o quienes, liberaron a Baelúm. Debe haber una forma para sellarlo nuevamente. Mencionaste que hay más de un espejo del Guardián"
"Sí, el espejo del Guardián, en las antiguas eras era un objeto muy común, pero ahora son reliquias invaluables. Después de la primera guerra santa solo se salvaron cincuenta espejos, y con el pasar del tiempo se perdieron treinta y siete, quedando únicamente trece espejos en todo el mundo"
"Perfecto, y ¿dónde están esos espejos?"
"Fueron repartidos a las trece razas aliadas de la Liga, resguardados en sus ciudades principales"
"Maldita sea. Me estás diciendo que para obtener uno de esos espejos debo derrotar a toda una raza y saltar su ciudad principal"
"Eh… no"
"¿De qué otra forma podría conseguir ese dichoso espejo?"
Gromak es un general orco con el título de campeón de la Legión. Solicitar un ejército y marchar hacia territorio enemigo no sería ningún problema, pero eso significaba pedir el permiso del rey demonio y confesarle también la destrucción del espejo que le encomendó.
"Debe haber otras formas" Gromak miró a la Elfa. "Tu raza, seguramente tiene un espejo guardado en tu capital"
"Sí, pero al mismo tiempo no"
"¿A qué te refieres?"
"El espejo del Guardian no está en la capital de los altos elfos, sino en la ciudad del guardián, El Gran Bastión. oculto en los almacenes subterráneos se encuentra el espejo del guardián"
Gromka miró a la elfa, sospechaba que algo ocultaba. "Dime elfa, ¿cuál es tu nombre?"
"Amya, esposa de Silvarion"
"Amya, dame una razón por la que debo confiar en tu palabra"
"No confías en mí, tal parece que no eres tan tonto como pensé. Si, no hay razón para que confíes en mí, tú, mataste a mi esposo y destruiste mi ciudad, me humillaste y me arrastraste por kilómetros hacia un hueco asqueroso, profanaste mi cuerpo y me hiciste sentir tan indefensa que lo único que podía hacer era temblar. Te odio, y si pudiera usar mi magia, te haría sufrir, clavaría un cuchillo en tu cuello mientras duermes o envenenaría tu comida cuando no está viendo, eso haría y mucho más porque te odio. Incluso ahora quiero matarte, pero eso no cambiaría nada. Ya no tengo nada más en el mundo que mi hija y un profundo rencor hacia ti, así que tú decides si confías mi palabra o no, de cualquier forma, ahora solo soy una esclava"
La elfa madura agarró a su hija y la puso en un sofás de la cueva. Luego la cubrió con una manta de piel y la besó en la frente. Debido a la gran cantidad de energía que perdió su cuerpo tardará un tiempo en recuperarse, quizás medio día.
Amya se desvistió y se recostó sobre la cama.
"¿Qué crees que estás haciendo?" Pregunto Gromak
"Cumpliendo nuestro trato, te dije que si nos salvabas del dragón sería tu esclava y que además consentir que tengas sexo conmigo y… que podías dejarme embarazada"
"Se suponía que tenía que matar al monstruo, pero el monstruo sigue vivo en algún lugar"
"No me vengas con excusas vacías, orco, te juro que sí de la nada tiene delirio de bondad o empatía hacia mí, nunca te lo perdonaré"
Las manos y los hombros de Amya temblaban, trataba de mantenerse firme, pero tenía miedo, aun así quería hacerlo para demostrar honradez o quizás para mantener su orgullo. Los altos elfos siempre cumplen sus promesas, sin importar con quién haya pactado. Eso lo diferencia de sus primos salvajes del bosque o con los rebeldes de las islas.
"Elfa, no seré gentil"
"Eso ya lo sé" La elfa se dio la vuelta y levantó su trasero, meneando ligeramente como una pervertida. "Vamos, ven, puedo soportarlo no te contengas"
…
Aquella mañana la habitación se llenó de gritos y gemidos, cuando el robusto miembro del orco penetró el delicado cuerpo de la elfa madura, por momentos sintió que moría, pero sus preocupaciones desaparecieron cuando se dejó llevar por su propia lujuria.
"¡Ahh! Sigue así no te detengas"
La elfa sabía que el ritual de apareamiento de los orcos es un combate en donde el primero en desmayarse pierde el derecho de solicitar un próximo combate. El anterior combate perdió, pero no perdería este, ya que si lograba vencer al orco, ella tendría el absoluto control de la próxima batalla.
Amya sintió cómo su interior era expandido y sus entrañas revueltas, apretó sus dientes para contener sus gemidos, pero cada vez que el orco la embestía, uno nuevo salía.
"¡Ughh! Vamos, eso es todo lo que. ¡Haah!"
El orco agarró las anchas caderas de la elfa y la levantó, comenzando a penetrarla mientras mantenía su trasero en el aire. La elfa sintió cómo su vientre era asaltado, sintiendo más placer que antes, hasta que sintió que algo venía desde su interior.
"¡Uhh, alto!… ¡No, mi interior está palpitando!"
El orco también sintió que algo estaba llegado, pero no se contuvo y embistió con fuerza, provocando que la elfa no pudiera contenerse y se vino primero.
"¡¡Hanghh!!
El interior de la elfa presionó con más fuerza, provocando que el orco también se viniera. La elfa sintió cómo todo su interior se llenaba con la esencia del orco, temiendo que dicha cantidad la termina preñando.
El orco retiró su verga del interior de la elfa, aún tenía energías, pero era momento de cazar el desayuno. La elfa madura la vio partir, se tocó a sí misma retirando con sus dedos la esencia del orco, hasta que ese extraño olor la volvió a hipnotizar.
"Qué asco" dijo mirando sus manos manchas con la esencia del orco. "Es realmente asqueroso" la elfa comenzó a lamerse sus dedos. "Asqueroso, hgh…" La elfa comenzó a chuparse sus dedos. "Esto es realmente asqueroso, Ughh… maldita sea, no es suficiente"
La elfa continuó tocándose a sí misma hasta que devoró toda la esencia del orco, momento en que recuperó la razón y se detuvo.
Luego una hora, Gromak regresó trayendo una cockatrice muerta y un costal lleno de frutas salvajes y hierbas medicinales. En sus primeros años en el cuartel de la legión, mucho antes de convertirse en un Blackorc, Gromak aprendió a cocinar la carne de bestia y a preparar medicina natural, pero Gromak sabía que los elfos tiene mallor conocimiento de herbología que él, asi que le entregó el costal a Amya y las herramientas alquímicas de su cueva para qué preparar medicina.
La elfa madura, con una expresión fruncida, agradeció al orco y luego comenzó a preparar medicina. Por su lado, el orco preparó a la cockatrice quitándole las plumas y las escamas, luego las entrañas venenosas y los ojos petrificantes, para finalmente empalarlo y cocinarlo a fuego de la hoguera.
La cockatrice, aunque es una hibridación de bestia, sigue siendo parte pollo y parte reptil, así que su carne es como comer un pollo asado.
Amya terminó de preparar la medicinas y se la dio de beber a Elora, luego le dio de comer todas las frutas del costal, moras, arándanos y saúco. En ese momento, Gromka escuchó cómo el estómago de Amya rugía de hambre, algo que la avergonzó.
"¿Qué estás mirando? No creas que necesito tu ayuda. Mientras mi hija esté bien, no me importa pasar hambre"
La cockatrice terminó de cocinarse desprendiendo un delicioso aroma, Gromak le dio un fuerte mordisco a la pechuga de cockatrice, luego al pescuezo y las dos piernas, quedando completamente satisfecho. Solo quedaba la cola, pero entonces Gromak escuchó por segunda vez el rugido de las tripas de Amya. Temiendo que muriera de hambre, Gromak le arrojó la cola de cockatrice junto con todo el esqueleto.
"¡Pero qué diablos!" Amya agarró la cola. "¡Crees que una Haim como yo comerá esta basura! ¡Una cola de una bestia inmunda que! Snif… huele, sniff, sniff… particularmente bien"
La elfa fue hipnotizada por el olor de la saliva del orco que había en los huesos de la cockatrice, miró la carne cosida de la cola y comenzó a comer. Realmente tenía mucha hambre, tanto que incluso comenzó a lamer los huesos en busca de más carne. Cuando recuperó la razón, tiró el esqueleto de la cockatrice.
"¡Maldición! ¡Qué me está pasando!"
Amya no entendía por qué tenía estos extraños impulsos, pensó que esto era obra de la maldicion de las cadenas negras, pero luego recordó que Malakai no es un súcubo como para realizar este tipo de maldiciones. Algo tenía adentro que la convertí en una pervertida amante de los fluidos del orco, como si de una maldición de lujuria.
Debido a la frustración, Amya comenzó a hacer pataletas sobre la cama. Al ver esto, Gromak recogió el costal y se fue a recolectar más hierbas medicinales.
En el camino Gromak comenzó a pensar en su situación y en sus problemas. Tenía que curar a la pequeña elfa lo más pronto posible para luego partir hacia el Gran bastión y obtener ese espejo especial. Mientras más tiempo esté Baelúm libre, más aumenta la probabilidad de que el Rey demonios descubra su metida de pata. Y por último, desde que tuvo su primera vez con la elfa madura, Gromak no ha parado de pensar en su cuerpo desnudo y en su mirada desafiante, provocando una fuerte incomodidad en su parte baja que por alguna razón le da vergüenza mostrar.
Un guerrero orco por orgullo no puede mostrar debilidad, pero Gromak quiere coger con la efla, y su abstinencia de unas cuantas horas ya comienza a dolerle.
De regreso a la cueva Gromak trajo un costal lleno de hierbas medicinales y demás frutas, al ingresar a su cuarto Gromka no encontró a la elfa, pero sí a la pequeña elfa ahora recostada sobre su cama. Gromak se acercó para verla mejor, pero en ese momento alguien saltó hacia él y le agarró del cuello. Inmediato, Gromak se percató de que era la elfa, estaba dispuesto a embestir su cuerpo contra la pared de piedra, pero entonces recordó que si la elfa intentara matarlo, las cadenas negras la castigarian.
Gromak sintió cómo su espalda era sobada y lamida, confundido, retiró a la elfa de su espalda y vio que ella estaba eufórica, completamente roja y con corazones en los ojos. Cuando Gromak vio las tripas y huesos de la cockatrice sobre su equipo de alquimia, dedujo que la elfa estaba envenenada.
Las entrañas de cockatrice son altamente tóxicas, solo es cuestión de segundos para que el envenenado muera asfixiado o petrificado. Pero nunca escuchó que dicho veneno provocara excitación o euforia.
Como una sorprendente agilidad y flexibilidad, la elfa se liberó de las manos de Gromka y luego se columpió por su cuerpo hasta agarrar su cabeza con sus piernas; esto provocó que el orco perdiera el equilibrio y cayera al suelo. Momento en que la elfa aprovechó para sentarse en su cara, agitada y ruborizada, dio un pequeño gemido cuando sintió los labios gruesos del orco y su respiración profunda. Al escuchar esto, el orco no pudo contenerse más y la atacó, le agarró las tetas y comenzó a lamer su coño como si estuviera lamiendo una granadilla con la lengua.
Al cabo de unos minutos la efla se vino y de sus tetas lactó, lo que terminó eliminando las toxinas de su cuerpo. Cuando recuperó la razón, la elfa pegó un grito y se alejó del orco.
"No, no otra vez" dijo la elfa.
La elfa intento preparar una poción especial con las tripas y huesos de cockatrice, ojos y huesos de cockatrice, pero algo salió mal y terminó envenenada. Aparentemente, la saliva del orco se fusiona en la mezcla, lo que provocó que la poción se dosifique en su cara.
"No es lo que parece, no es que yo haya querido hacer esto" La elfa cubrió su desnudez. "Trajiste más plantas, perfecto, haré más medicina para…"
El roco agarró la mano de la elfa y la empujo hacia la cama. La efla calló al frente de su hija, para luego sentir la verga del orco entrar en su cuerpo.
"¡Alto, qué estás haciendo! ¡Mi hija está al frente! ¡Hgh! ¡No, detente!"
Gromak ya había resistido lo suficiente, así que liberó toda su lujuria en el cuerpo de la lefa, sin importarle que su hija esté al frente. Durante toda la tarde asaltó el cuerpo de la elfa, la cogió sobre la cama, al costado de la cama, e incluso la obligó a preparar la medicina y a darle de beber a la pequeña elfa mientras aún estaban conectados. La elfa volvió a perder la razón cuando sintió los fluidos del orco, por lo que no mostró mucha resistencia.
Cuando llegó la noche el orco se detuvo satisfecho luego de liberar toda su lujuria reprimida, la elfa madura ya hace horas que había periodo el conocimiento. Quedando colgaba del brazo del orco con una expresión perdida en el rostro y con mucha esencia del orco en su vientre.
...
Al día siguiente, Elora despertó casi restaurada por completo, viendo que ya no había ningún impedimento, Gromak sacó unas cadenas de hierro e intentó encadenar a las elfas.
"¡Espera, orco!" Dijo Amya. "¡¿Qué estás haciendo?!"
"Partiré a las ruinas del Gran bastión para obtener uno de esos espejos especiales, pero no puedo llevarlas conmigo, así que las encadenaré para que no se escapen mientras no estoy"
"Acaso eres idiota, nunca podrás encontrar el espejo sin mi ayuda. Las bóvedas del gran bastión son un complejo sistemas de llaves y cerraduras, que acaso pensaste que solo era abrir una puerta y nada más"
"Sí"
"Si fuera tan fácil, tus guerreros lo hubieran hecho cuando saquearon la ciudad. Acéptalo, orco, me necesitas"
Gromak lo pensó, él no sabía nada de cerraduras, ya que todas las puertas o cobres que tuvo al frente fueron fácilmente abiertas con la fuerza de sus manos, pero en este caso la fuerza no sería lo ideal. Que pasaría si cuando abriera la bóveda por accidente terminara destruyendo el espejo, perdiendo su única posibilidad de sellar al Demonio Baelúm.
"Está bien, puedes venir conmigo"
"Y mi hija también, no la dejaré sola en este hueco"
"Yo tampoco pensaba en dejarla sola, sus ojos aún me intrigan"
Gromak salió de su cueva en compañía de sus dos esclavas, pero debido a la violenta noche, Amya no podía caminar bien, por lo que Gromak la colocó sobre una carreta para poder transportarla. También les entrego a ambas un poco de ropa que encontró por ahí, unos vestidos de seda blanca con detalles metálicos, aferrados al cuerpo mediante un cinturón y hombreras ligeras.
"¿Te encuentras mejor?" pregunto Gromak.
"No"
Elora se preguntaba qué le había pasado a su madre. Cuando despertó, ya la veía muy adolorida, así que supuso que había hecho algo muy malo y que por eso fuera severamente castigada.
"Amo, ¿A dónde vamos?"
"Hacia la ciudad de Valac, por suministros y un medio de transporte más rápido" Gromak sintió una presencia hostil "Pequeña Elfa, no te separes de mí, el camino es peligroso y no quiero que sean devoradas por la fauna salvaje"
Una vez afuera, Gromak levantó una gigantesca piedra y selló la entrada de su cueva, dejando sorprendidas a las dos elfas
"Guau amo usted es muy fuerte"
"Sí, y eso que no viste mi pelea contra el dragón negro"
"¿Dragon Negri?"
"Te lo contaré en el camino…"
Mientras Gromak y las elfas se alejaban de la cueva, varios dragones pequeños comenzaron a echarlos atraídos por el rugido del dragón negro, que no solo fue en los territorios de la Legión, sino también en el territorio de la Liga.
…
En una fortaleza en el reino de Eterna, ciudad principal de la Liga de la Eternidad, un grupo de caballeros de armadura plateada y ancha capa blanca se reúnen en un gran salón, esperando pacientemente la llegada del representante del consejo supremo de la Liga. Las puertas se abren y un sacerdote de túnica y capucha blanca ingreso al salón sosteniendo un bastón con pequeñas campanas en la punta, de inmediato los cuatro caballeros se levantaron de su asiento dando sus respetos al representante, cuando el representante se sentó, con una voz amable y autoritaria, dijo.
"Hermanos y hermanas, como ya sabrán, la Liga sufrió una terrible pérdida cuando la séptima cruzada falló en su misión de exterminar a la Legión. Nuestros aliados, los altos elfos, lucharon valientemente para detener su avance, pero al final fracasaron y perdieron una de sus más valiosas ciudades, El Gran Bastión. Pero gracias a la divina gracia de la diosa, muchas almas lograron escapar y refugiarse. Este es nuestro consuelo; aunque caigamos, la luz siempre encuentra un camino.
El representante golpeó el suelo con su bastón.
"Mantengamos firme nuestra fe, y que la justicia e igualdad brille para todos, incluso para los ignorantes"
El representante juntó sus palmas, al igual que todos los caballeros, dieron una plegaria.
"O'lum"
Luego de un minuto de silencio, la conversación continuó.
"Pero la desgracia no descansa cuando el mal permanece en pie, estoy seguro de que varios ya lo sintieron, una extraña y antigua oscuridad que surgió en el este, de la misma ubicación del Gran Bastión. El consejo ya lo ha confirmado: es el demonio capital de la Glotonería, el primer Rey demonio, Baelúm"
Esta revelación puso tenso a todos los caballeros, todos conocían la leyenda de Baelúm como el primer Rey Demonio, pero todos pensaron que era una simple leyenda sin fundamentos.
"¡El consejo ha decidido!" dijo el representante "La eliminación total del demonio capital, mediante una expedición sin estandarte hacia las ruinas del Gran Bastión. Poderosos caballeros sacros, la Liga de la Eternidad los convoca a esta misión sin gloria o reconocimientos, ya que no hay nadie mejor que la primera orden de caballeros para cumplir esta misión"
Los caballeros murmuraron, indecisos por aquellas palabras del representante, hasta que uno de ellos, el más alto y robusto, se levantó de su asiento y dijo.
"Si el consejo ha decidido la eliminación de ese demonio, gustosamente cumpliremos con su voluntad"
El caballero se quitó el casco y aceptó la misión de la Liga colocando su casco sobre la mesa, revelando ser un humano de ojos ámbar. Sus demás compañeros hicieron lo mismo revelando sus identidades y colocaron su casco sobre la mesa.
En total son cuatro caballeros: un humano de ojos ambas, un enano de barba gris, un alto elfo de cabello amarillo y una humana de cabello negro.
"La liga se los agradece"
Dicho esto el representante abandonó el salón, dejando solo a los cuatro caballeros, estos se miraron entre sí hasta que el líder humano rompió el silencio.
"Hermanos, qué opinan. ¿Creen en las palabras del representante?"
"Claro que no" dijo el enano. "El consejo ya antes nos han enviado a expedición por sospechas u humores, encontrando solo cobres vacíos y mazmorras estériles"
"Concuerdo contigo, pero aún es preocuparte" dijo el elfo. "La ciudad del Gran Bastión fue saqueada y sus tierras ahora son parte de las Anárquicas, si hay un demonio capital no le será muy difícil obtener almas para recuperar su poder"
"No importa si hay un demonio o no" dijo la humana. "Ya le aceptamos la misión al representante"
"Eso es cierto" dijo el enano
"Si, es verdad" dijo el elfo.
"Ya nos escuchaste" dijo la humana. "¿Qué ordenas, Comandante supremo?"
El capitán miró el mapa circular tallado en la mesa de piedra, el viaje es largo de dos o tres meses a pies, pero una o dos semanas volando. En lo personal, no quería enviar a sus caballeros a una posible muerte o a una búsqueda inútil, pero, como dijeron sus compañeros ya había aceptado la mision.
"Enviaremos a un grupo de cinco caballeros a las ruinas del Gran Bastión, pero ninguno de los que está presente lo liderará, eso tengamos claro. En su lugar elegiremos a nuestros caballeros, los más leales y aptos para esta misión. ¿Propuestas?"
La primera orden de Caballeros está conformada por los caballeros más poderosos y hábiles de la Liga, elegir a uno de entre tantos talentos no es fácil y más aún cuando cada uno de los comandantes ya tiene a sus favoritos. Pero, como esta misión no es muy clara y no representa un gran prestigio público para la Orden, la elección fue mucho más fácil.
"Háganlos pasar" ordenó el Comandante supremo.
Al salón llegaron un grupo de tres caballeros rasos. Una semimediana de cuerpo delicado, cabello verde oscuro, ojos azules, pecas y orejas un poco más grandes de lo normal. Una semielfa de cuerpo esbelto, cabello castaño, ojos azules y orejas largas. Y un semienano de cuerpo robusto, cabello marrón oscuro, ojos oscuros y nariz redonda. Luego llegaron al salón un paladín, un humano de cuerpo atlético, cabello negro y ojos marrones. Y una cleriga, una Faur de cuerpo semi voluptuoso, pelaje oscuro y unos cuernos ornamentados.
Una vez al frente de los Comandantes se arrodillaron y escucharon las palabras del Comandante Supremo.
"Bienvenidos, hermanos, el consejo ha hablado y ha ordenado enviar una expedición sin estandarte hacia las Anárquicas, a explorar las ruinas del Gran Bastión y eliminar a un poderoso demonio. Ustedes son los elegidos para esta misión, por ser los más leales y valientes caballeros de la primera orden. Ahora, desde este momento hasta que termine la misión, son expedicionarios de la Liga"
"Sí, señor" dijeron todos.
"Paladín Nestor, de pie" El paladín levantó la mitad y recibió un pergamino de los generales. "En este pergamino está escrito la ubicación del Gran Bastión, incluye camino y puertas secretas que agilizarán su recorrido. Ahora retírense, y tragan honor a los caballeros de la primera orden"
"Sí, señor"
El grupo de expedicionarios se retiró, liderados por el Paladín Nestor hacia las anárquicas.
Para el general supremo, este grupo de ex caballeros son especiales, no porque sean los mejores o por alguna cualidad destacable, sino porque son mestizos.
La Liga está conformada por diversas razas consideradas bellas y puras, ya que parte de la doctrina dicta que todos somos iguales a los ojos de la diosa y por eso todos reciben lo mismo en igualdad. Pero a pesar de esta afirmación dada por la iglesia y el consejo, los híbridos o semi razas no son bien vistas debido a ciertos prejuicios.
Un caso común en los humanoides pasa cuando un humano se enamora de una mediana, lo que horroriza a la gente al pensar que el humano es una pedofilo o un violador de menores. Aunque claro eso a veces es verdad, y las pruebas lo confirman desgraciadamente.
Otro caso es cuando un hombre bestia, como un centauro, se enamora de una humanoide independientemente de qué clase esa, la gente se horroriza al pensar que la hembra en cuestión es una depravada amate de los pitos grandes, o por lo contrario, que el centauro es una bestia lujuriosa. Aunque claro, eso a veces también se confirma, pero en casos mucho menores.
El punto es que, debido a los prejuicios y especulaciones, y muy probablemente un lívido reprimido en la población, la gente más adoctrinada a las enseñanzas de la Liga nunca veran con buenos ojos a los hijos mestizos. Sentirán pena, asco e incluso miedo, por los más radicales.
El general supremo, y sus generales, los sabían muy bien y les daba vergüenza saber que era uno de esos prejuicios; pensaron que enviarlos lejos era lo mejor para ellos y al mismo tiempo para la orden. De cualquier forma, si cumplen su misión y regresan, la orden los recompensará e incluso los consideraran héroes.
Aunque no públicamente.