Chereads / re zero en naegi / Chapter 45 - cap 45

Chapter 45 - cap 45

posdata ants de avaznar ene l capitulo naegi no puede devolver recuerdos ala gente por medio del hechizo de beatiz y el la condicion esque debe estar muerta el individuo para poder activar el hechizo

La luz del día se filtraba a través de las ventanas del cuarto verde, iluminando suavemente el rostro de Naegi Makoto. Se despertó con un ligero mareo, sintiendo que había estado en un profundo sueño. A su alrededor, Emilia y Beatriz lo observaban con preocupación. La memoria aún era un rompecabezas desarmado en su mente, y la confusión se mezclaba con la extraña sensación de haber sido transportado a un lugar completamente diferente.

—Naegi, por fin despertaste —dijo Emilia, su voz suave y llena de alivio—. Estaba realmente preocupada por ti.

Naegi se sentó lentamente, tratando de comprender la situación. Recordaba fragmentos vagos de su vida anterior, pero las piezas estaban esparcidas como hojas al viento. Su mirada se detuvo en su brazo, notando el tono oscuro de su piel y las venas que parecían un tatuaje grotesco. A pesar de que el dolor de la confusión aún lo abrumaba, decidió ignorar el tema por el momento. Después de todo, había cosas más importantes de las que preocuparse.

—Lo siento, parece que he perdido más que solo mis recuerdos —respondió con una sonrisa forzada, intentando aliviar la tensión en el ambiente—. ¿Qué ha pasado desde que… bueno, desde que me desmayé?

Beatriz, con su actitud habitual y su mirada desafiante, cruzó los brazos y le respondió:

—Te caíste de la torre, idiota. Es un milagro que no te hayas hecho más daño.

—¡Beatriz! —exclamó Emilia, regañándola suavemente—. No seas tan dura con él.

Naegi se rió nerviosamente, aliviado de que su mala suerte no lo hubiera llevado a un final trágico. La atmósfera entre ellos se relajó un poco, y él se sintió agradecido por la compañía de estas chicas. Era extraño, pero a pesar de la confusión, había algo reconfortante en su presencia.

—Así que, ¿qué está sucediendo? —preguntó, intentando cambiar el tema—. Recuerdo que estábamos en la torre, ¿verdad?

Emilia asintió, su expresión se volvió más seria.

—Sí, venimos aquí para capturar la Torre Pléyades y despertar a un gran espíritu. Pero tu pérdida de memoria ha complicado las cosas.

Beatriz intervino, su tono burlón ocultando su preocupación.

—Si no puedes recordar nada, entonces será un verdadero desastre. Eres el peor contratista que he tenido. ¿Cómo se supone que vamos a resolver esto?

Naegi sintió un nudo en su estómago ante las palabras de Beatriz. La presión de ser un "contratista" y la responsabilidad que eso conllevaba pesaban sobre él como una losa. Sin embargo, recordó las palabras de Emilia: "No debemos darnos por vencidos". Con eso en mente, decidió que no se dejaría abrumar.

—De acuerdo, entonces, ¿qué puedo hacer para ayudar? —preguntó, con determinación—. Tal vez mis conocimientos de otro mundo puedan ser útiles.

La habitación se llenó de murmullos, y poco a poco, los miembros del grupo entraron, cada uno presentándose nuevamente, como si Naegi necesitara recordar quiénes eran. Sin embargo, era difícil procesar toda la información. Había demasiados nombres y rostros, pero algo en su interior le decía que, a pesar de la confusión, había lazos que lo unían a ellos.

Mientras el grupo discutía sus próximos pasos, Naegi se dio cuenta de que su mundo había cambiado drásticamente. No solo había perdido sus recuerdos, sino que también había una misión que cumplir, algo que iba más allá de su comprensión. Pero en su corazón, sentía una chispa de esperanza: tal vez, solo tal vez, aún había forma de recuperar lo que había perdido.

Después de un desayuno ligero, decidieron dirigirse a la biblioteca, un lugar que parecía estar lleno de secretos y conocimiento. Naegi se sintió ansioso, casi como un niño entrando a un nuevo mundo. Sin embargo, al llegar, la realidad lo golpeó de nuevo. No podía leer los libros. Las palabras danzaban ante sus ojos, pero no formaban oraciones. Emocionado y frustrado, se dio cuenta de que no solo había perdido recuerdos, sino también habilidades que una vez había considerado innatas.

—No seas tan impulsivo, Naegi. Estos libros son peligrosos —le dijo Emilia con un tono que mezclaba advertencia y preocupación.

—Lo sé, lo sé... —respondió, sintiéndose impotente. Era un extraño en un mundo que no comprendía.

A medida que exploraban la biblioteca, Naegi se sintió cada vez más abrumado. La idea de que sus recuerdos pudieran estar allí, entre aquellos libros, lo consumía. Pero cada vez que intentaba leer, solo encontraba confusión. De repente, una idea se le ocurrió. ¿Y si no eran solo los libros lo que necesitaba entender? ¿Y si había algo más que había olvidado sobre sí mismo?

—¿Y si rompí alguna regla de la torre? —preguntó en voz alta, considerando la posibilidad—. Tal vez eso causó mi pérdida de memoria.

Los murmullos del grupo cesaron, y todos lo miraron con atención. Emilia fue la primera en responder.

—No creo que eso sea posible. Si hubieras roto alguna regla, Chawla te habría atacado.

—¿Chawla? —Naegi repitió, recordando vagamente a la chica de atuendo extraño—. ¿Ella es peligrosa?

—Puede serlo, pero no lo es cuando estamos juntos. Sin embargo, eso no significa que no debamos estar atentos —dijo Beatriz, con una mirada seria.

Mientras continuaban su búsqueda, Naegi sintió que todos estaban en la misma sintonía. Se apoyaban mutuamente, compartían risas, preocupaciones y esperanzas. Aunque su memoria era un rompecabezas, el lazo que formaban era palpable. La amistad y la camaradería eran más fuertes que cualquier olvido.

Finalmente, decidieron formar un plan. Revisar los libros de la biblioteca, buscar pistas sobre la segunda prueba y, si era posible, encontrar la forma de recuperar los recuerdos de Naegi. Mientras hablaban, su mente comenzó a trabajar en la idea de que quizás, solo quizás, podría encontrar un camino para volver a ser el Naegi que todos conocían.

Naegi sonrió al mirar a sus nuevos amigos. A pesar de la incertidumbre, había algo en él que le decía que todo iba a salir bien. Después de todo, había vuelto a despertar en un mundo extraño, pero en compañía de aquellos que ya consideraba amigos.

—Entonces, ¿vamos a buscar esos recuerdos? —dijo, su voz llena de determinación.

Y así, con un nuevo propósito, el grupo se preparó para enfrentar los desafíos que la Torre Pléyades les tenía reservados, sabiendo que juntos podrían superar cualquier obstáculo, incluso los recuerdos olvidados.