Chapter 2 - 02

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Kenzo y Tajima se despidieron de Elder Ryu con una ligera inclinación de cabeza, dejando atrás el campo de entrenamiento que había sido testigo de su arduo esfuerzo. Mientras caminaban hacia la casa del líder del clan Uchiha, la mirada de Kenzo se desvió hacia los entrenamientos que tenían lugar a su alrededor. 

El campo estaba lleno de jóvenes Uchihas, cada uno con su propio enfoque, pero todos con el mismo objetivo: la perfección en la batalla, después de todo estos entrenamientos se habían vuelto muy regulares desde que lo sugirió a su padre. 

Entre los chicos que más destacaban del clan, estaban cinco de sus amigos más cercanos, quienes, en su mente, pronto serían parte de su propia facción, un grupo de leales seguidores que servirían para asegurar su poder y dominio en el mundo ninja, Kenzo había comenzado a forjar relaciones desde el primer momento en que había llegado a este mundo, pues sabía que, más allá del entrenamiento, las alianzas serían lo que realmente lo llevaría a la cima.

El primero era Uchiha Sai, Un joven con ojos de un rojo profundo, más brillante que la mayoría de los Uchihas. Su habilidad en *Taijutsu* era impresionante, demostrando una rapidez inusitada en sus movimientos. Durante el entrenamiento,sai practicaba una serie de rápidos puñetazos y patadas en una resistencia física que pocos podían igualar. 

Kenzo lo observó con atención mientras intercambiaba golpes con una joven, su estilo directo y agresivo demostraba que, aunque su fuerza era formidable, aún le faltaba control. Sin embargo, el potencial era innegable y no era otra que la novia de su hermano Naomi Uchiha, Una joven de cabello oscuro y largo, con una mirada feroz que reflejaba la determinación de alguien que no se rendiría jamás. 

Naomi se encontraba dominando la pelea gracias a su capacidad para adaptarse y aprender rápidamente eso hizo que Kenzo la considerara una aliada valiosa, pues sabía que Naomi podría ser un as bajo la manga en futuras confrontaciones

El otro era kaito Uchiha un joven de complexión delgada, pero con una agilidad impresionante. Kaito estaba entrenando con una espada, practicando una serie de ataques y defensas que imitaban los movimientos más complejos de un verdadero espadachín. Su hoja brillaba al reflejar la luz del sol mientras bloqueaba y atacaba con fluidez, mostrando un estilo que combinaba velocidad y técnica. A pesar de su temperamento tranquilo, Kenzo sabía que Kaito era alguien con un gran sentido de la justicia, lo que lo hacía un aliado leal.

En otro campo estaba kaori Uchiha hija de elder tatsuo Con una sonrisa confiada y ojos siempre atentos, Rika estaba concentrada en un entrenamiento en solitario de *Taijutsu*. Realizaba movimientos rápidos y fluidos, derrapando con agilidad entre los enemigos imaginarios mientras ejecutaba llaves y bloqueos con una fuerza que contrastaba con su aspecto físico delicado. A pesar de su apariencia, Rika era un monstruo en combate cuerpo a cuerpo, y Kenzo no podía dejar de notar cómo su estilo se complementaba con el suyo. Rika era versátil y no se dejaba intimidar, cualidades que la convertían en una pieza clave dentro de cualquier estrategia.

Y por último su amigo Yuno Uchiha 

Un joven con una mirada introspectiva y serena, que entrenaba con un enfoque en el control del chakra y el uso de los *shurikens* para potenciar su alcance y precisión. Yuno tilizaba su chakra para manipular los proyectiles, creando una combinación mortal entre técnica y poder. Con cada lanzamiento, los shurikens giraban con una fuerza imparable, y los manipulaba con hilos de chakra como si fueran extensiones de su propio ser. Yuno había estado desarrollando una técnica única que Kenzo sabía que podría ser útil en el futuro, pero aún mantenía la naturaleza de su técnica en secreto, algo que Kenzo observaba con interés.

Mientras Kenzo y Tajima pasaban por el campo de entrenamiento, Kenzo no pudo evitar sentirse orgulloso de cómo sus amigos estaban evolucionando y con una sonrisa quisquillosa le dijo a tajima, — Vi cómo viste a nahomi deberías pasar mas tiempo con ella, todo el tiempo estás conmigo.— 

Tajima le observo irritado, pero con una sonrisa dijo, — por lo menos yo tengo una chica, tú estás conmigo, sai o yuno, así cuando encontrarás esposa hermanito.—

Tajima sonrió al ver la cara irritada de su hermano, después de todo Kenzo sabía que en este mundo suelen casarse relativamente jóvenes 13-14 años ya podría considerarse una edad apta debido al poco tiempo de vida que le estiman a un ninja, pero eso no significaba que a él le agradara.

Cambiando la conversación preguntó Kenzo a Tajima,— ¿observaste el entrenamiento de los chicos? —

Tajima sonrió y dijo — claro, uno de ellos tenía un estilo propio, algo que no eh visto tal vez está desarrollando una técnica, pero todos compartían una determinación inquebrantable, sin duda seremos imparables cuando vayamos al campo de batalla.—

Al mencionar el campo de batalla Kenzo se tensó, en el clan algunos genios iban al campo de batalla desde los 8 o 9 años y aún que eran genios lamentablemente iban a morir, pero debido a su insistencia y a la ligera manipulación de su madre, ahora el clan Uchiha tenía una especie de "escuela ninja" donde se enseñaba a todos los jóvenes del clan a luchar en taijutsu, a usar genjutsu, a utilizar el kenjutsu con el esgrima Uchiha y a controlar el sharingan, y por lo menos ahora todos los jóvenes iban al campo de batalla a los 11 años. 

Kenzo suspiró y dijo. — no te preocupes hermano te aseguro que no nos faltará mucho para ir al campo de batalla, aun que yo no lo vería como un lugar fácil de moverse, es un lugar trágico y peligroso.—

Tajima observó a su hermano extrañado, pero no dijo nada, solo siguió caminando mientras que Kenzo dio una mirada de reojo a sus amigos y al observarlos con una mirada estratégica, Kenzo ya comenzaba a trazar sus planes. **Haruto**, **Naomi**, **Kaito**, **Rika** y **Yori** serían la base de su facción, sus seguidores leales y buscaría hacerlos tan fuertes que puedan disuadir a los enemigos…

Tajima y Kenzo siguieron platicando sobre ninjutsu y su avance en el combate cuerpo a cuerpo, Al llegar a la casa, Kenzo siempre quedaba impresionados por la magnitud de la mansión que se alzaba ante ellos. No era la típica residencia del líder de un clan, como la casa modesta del patriarca de Konoha que recordaba del anime, sino una edificación majestuosa y grandiosa, construida con un estilo tradicional japonés que evocaba el esplendor de los palacios de los daimyo o incluso la imponente residencia de Oda Nobunaga.

La mansión estaba rodeada por altos muros de madera oscura y robusta, cubiertos con un suave musgo que le daba un aire de antigüedad, como si hubiera sido testigo de siglos de historia. La estructura estaba compuesta por varios edificios interconectados, con techos de *kakejiku* (tejas de madera) que se elevaban en múltiples capas, como una serie de alas que parecían extenderse hacia el cielo. Las vigas de madera eran robustas y estaban adornadas con intrincados grabados que representaban escenas de la mitología y la naturaleza, entrelazadas con detalles de guerreros y criaturas míticas, lo que indicaba la rica tradición de la familia Uchiha.

El patio interior era amplio y estaba rodeado de jardines zen perfectamente cuidados, con estanques de agua cristalina en los que flotaban lotos blancos. Rocas meticulosamente dispuestas formaban pequeños senderos que conducían a diferentes partes de la mansión. En la entrada principal, se alzaba una gran puerta de madera oscura, con un intrincado trabajo de carpintería y una gran emblema familiar de Uchiha grabado en el centro. La puerta se abrió hacia un vestíbulo con suelos de tatami, donde el eco de los pasos resonaba en la vasta quietud del lugar.

Dos ninjas de alto rango, vestidos con túnicas oscuras que indicaban su estatus dentro del clan, se encontraban de pie en la entrada, observando a los visitantes con ojos atentos y serios. Sin embargo, al reconocer la presencia de los hijos del patriarca, su actitud cambió de inmediato. Con un ligero asentimiento, uno de ellos habló con una voz profunda y respetuosa:

—Los hijos del patriarca están aquí— se dijeron a sí mismos antes de acercarse y decir. — Tajima, Kenzo, su padre Les han indicado que pasen a sus aposentos.—

Kenzo y Tajima, asintieron y continuaron caminando en dirección de la oficina de su padre, por los pasillos podían notar que todo en la mansión reflejaba poder y riqueza, una representación tangible de la autoridad que el patriarca tenía sobre su clan. Mientras avanzaban, fueron guiados a través de los pasillos, donde cada habitación parecía más grandiosa que la anterior. Los pasillos eran anchos y decorados con cortinas de seda que se movían suavemente con la brisa que entraba desde los jardines.

Finalmente, llegaron a los aposentos del líder del clan, un salón espacioso con puertas corredizas de madera que se abrieron a un patio privado. En el interior, el mobiliario era elegante pero sencillo, en su mayoría hecho de madera oscura, con mesas bajas y cojines dispuestos en el suelo. Al fondo, una gran ventana dejaba pasar la luz natural, iluminando el salón y ofreciendo una vista espectacular del jardín de piedra y el río que fluía suavemente a través de la propiedad.

La atmósfera estaba impregnada con el aroma a incienso, que añadía un toque místico y solemne al ambiente. Todo en la mansión hablaba de poder, pero también de una tradición ancestral que se mantenía intacta a través de los años, y ahora, Kenzo y Tajima estaban a punto de dar otro paso dentro de ese legado.

Al abrir la puerta plegable, la atmósfera en la sala cambió de inmediato. Frente a ellos se encontraba la figura imponente de Setsuna Uchiha, el patriarca del clan, una presencia tan fuerte y dominante que parecía llenar toda la habitación. Su altura era considerable, un hombre robusto que, a pesar de su edad, mantenía un cuerpo formidable, de músculos bien definidos y una postura que irradiaba autoridad. Su rostro, marcado por el tiempo y las batallas, estaba surcado por cicatrices que cruzaban su piel de manera cruel, desde el cachete hasta la frente.

El aire a su alrededor parecía pesado, denso con el peso de su legado. Setsuna llevaba un kimono negro elegante, aunque un tanto desgastado por el uso, que contrastaba con su complexión robusta. El kimono estaba adornado con bordados discretos de color plateado, representando el emblema del clan Uchiha, pero la tela, aunque lujosa, tenía un aire de funcionalidad, como si no estuviera hecho para la ostentación, sino para la batalla y la estrategia. En su mano derecha sostenía una pipa de cerámica, de la que se elevaba un suave humo gris que se dispersaba lentamente por el aire, añadiendo un toque solemne y melancólico a su figura. El humo danzaba en la luz tenue que se filtraba desde las ventanas, como un espectro de su propia historia, la cual estaba llena de decisiones difíciles y secretos oscuros.

Con un gesto de la mano, Setsuna les indicó que tomaran asiento, su voz grave y autoritaria resonando en la habitación.

—Pueden sentarse. Espero que su entrenamiento haya sido fructífero —dijo, con una calma que parecía esconder una gran cantidad de tensión acumulada, como si estuviera constantemente evaluando y midiendo a todos los que se encontraban ante él.

Kenzo y Tajima se sentaron en los cojines dispuestos en el suelo, observando cuidadosamente a su padre. Aunque ambos ya conocían el poder de su presencia, esta vez había algo diferente en el aire. Había una tensión palpable, una sensación de que algo más grande se estaba fraguando.

Setsuna se quedó en pie durante un momento, inhalando el humo de su pipa, y sus ojos, de un verde profundo y penetrante, se clavaron en los de sus hijos con una intensidad que solo el 

Podía entender, sus ojos parecían leer cada pensamiento y cada movimiento, como si pudieran ver a través de las fachadas de sus hijos y llegar al núcleo de sus corazones.

Finalmente, dejó escapar el humo de su pipa lentamente, como si estuviera deliberando sobre cada palabra que iba a decir a continuación.

—Ya están en la edad en que las decisiones importan, y el mundo fuera de estas paredes es mucho más complejo de lo que creen —continuó, su voz resonando con una mezcla de dureza y una sabiduría que solo los años de experiencia podían otorgar.

—El tiempo que pude posponer su partida al campo de batalla ah llegado a su fin, de tardar más los ancianos del clan comenzarán a cuestionar, es por eso que ah llegado el momento en el que se labren un nombre en el campo de batalla, el futuro de Uchiha está en ustedes hijos míos.— dijo Setsuna observando fijamente a sus hijos, pero su rostro mostraba una pequeña sonrisa. 

Tajima y Kenzo como sus hijos no podían evitar sentirse conmovidos por las palabras de su padre, Setsuna siempre les había protegido, pero se volvió muy sobre protector después de la muerte de su hermano mayor Kagami Uchiha, gracias a este lamentable suceso Setsuna aceptó la solicitud de Kenzo de crear una academia Uchiha donde se les enseña todo antes de salir al campo de batalla y estableció un límite de edad a los 10 años, ya que anteriormente podrías ir más joven al campo de batalla….

aunque ninguno de los tres estaba dispuesto a mostrar debilidad y no temían ir al campo de batalla, Setsuna , siempre estuvo dispuesto a desafiar la tradición del clan bajo su autoridad de patriarca, solo para protegerlos, y aún que el y su hermano o incluso el propio Setsuna, se mantuvieron en silencio respecto al tema, se sentían profundamente agradecidos por el amor de su padre. 

pero con una mirada calculadora, Kenzo, se perdía en sus pensamientos, esto debido a que ya sabía lo que quería, lo que necesitaba para avanzar, y sus pensamientos eran aún más oscuros y resueltos que antes, necesitaba salir al mundo ninja, conocer nuevo ninjutsu y por su puesto desarrollar el propio, pero eso no era una tarea fácil, después de todo primero necesitaba la capacidad de sobrevivir. 

Setsuna, sin cambiar su postura, comenzó a caminar hacia una mesa baja en el centro de la sala, donde descansaban varios documentos y pergaminos, con movimientos lentos pero firmes, se inclinó sobre la mesa y comenzó a hojear algunos de los papeles, y hasta que encontró un mapa desvió la vista de sus hijos.

Con el dedo marcó el territorio del clan Uchiha el cual abarcaba la casi la mitad de la tierra del fuego colindando en fronteras al este con las tierras del clan Senju, al norte de encontraba la alianza de clanes akimichi, Nara y Yamanaka, el clan abúrrame salía marcado al centro del bosque en la frontera con los clanes senju, y la coalición ya mencionada, sarutobi y Shimura estaban más al oeste cerca de la tierra del trueno al igual que cerca de la tierra senju.

—He tenido informes que muestran la creciente influencia de los malditos senju, por lo que les robaremos una parte de su territorio con salida al mar, estableceremos también una base de operaciones secundaria al clan... pero para eso primero debemos debilitar primero a los senju.—

El aire se volvió más denso a medida que las palabras de Setsuna se hundían en la mente de los jóvenes Uchiha, y el destino de su clan comenzaba a dibujarse ante ellos, en un equilibrio frágil entre el poder y el sacrificio y la lealtad, en su mente Kenzo no pudo evitar pensar en cuantos de sus conocidos morirán y de tan solo pensar en eso su piel se erizó. 

Ahora les daré las indicaciones, partirán en 3 días, pero les acompañará mi mano derecha Raizo Uchiha para completar con éxito su misión.