Chapter 5 - 05

04.

Los kunais y shurikens se acercaron a Sai con una velocidad mortal, pero Yuno, reaccionando con reflejos afilados, desenvainó su espada en un movimiento rápido y preciso, desviando las armas arrojadizas en el aire los metales chocaron y sacaron chispas resonando con el sonido de la batalla en el campo abierto. Sin embargo, no hubo tiempo para celebrar tal proeza.

El joven delgado y alto, con la cicatriz en el ojo, se lanzó hacia Yuno lanzando jutsu cortes de viento, de pronto comenzó a soplar a su espada y blandiéndola lanzaba tajos de viento hacia Yuno, sus movimientos eran fluidos y precisos, mostrando una habilidad que superaba por mucho las expectativas de ambos shinobis. Yuno levantó su espada para bloquear con éxito la primera hoja, pero la fuerza del golpe lo hizo retroceder varios pasos.

—¡Sai, esto no será fácil! —gritó Yuno mientras trataba de mantener a raya al oponente, pero en su distracción una hoja de viento penetró su defensa eh impacto en su cara. 

Sai, herido en el hombro eh impactado por como salió tendido al suelo su amigo corrió para ayudarle decidido, pero en su distracción el hombre le golpeó fuertemente mandándole al suelo, al regresar su visión notó que aún se enfrentó al hombre bronceado, quien sonreía con arrogancia.

Sus ataques eran rápidos y brutales, dirigidos a las partes más vulnerables de Sai. A pesar de sus mejores esfuerzos, Sai estaba luchando por mantenerse a la par, esquivando y bloqueando con dificultad.

El joven con la cicatriz intensificó su presión sobre Yuno y se acercó poniendo su pie en el torso de Yuno diciendo. —¿Es esto todo lo que tiene la nueva generación de ninjas Uchiha? Tch qué mediocre, ¡muere basura!— Sus movimientos eran rápidos y en un instante trató de clavar la punta de su katana en la espalda de Yuno.

Pero cuando creía que Yuno estaba acabado, se dio la vuelta clavando un Kunai en la espinilla del ninja aprovechando el descuido, atacando con precisión, lo que obligó al tipo a retroceder y le ayudó a levantarse, la sangre corría por su frente manchando su rostro pero aun así estaba decidido a seguir luchando. 

Mientras tanto, Sai estaba limitado al no poder usar jutsu por su mano, ni tampoco esgrimir una espada de defendía con un kunai, su sharingan y el kunai eran lo único que tenía en su defensa, Sai, con el kunai firmemente sujeto en su mano buena, mantenía su respiración bajo control mientras observaba cada movimiento de su adversario. 

El Sharingan, su única ventaja real en esa situación, analizaba los patrones del enemigo con precisión milimétrica, un corte rápido hacia su costado izquierdo lo obligó a girar sobre su eje, dejando que la hoja pasara a milímetros de su torso. Al completar el giro, Sai lanzó una estocada hacia el abdomen del enemigo, aunque este logró retroceder lo suficiente para evitar un golpe fatal.

Otro ataque lo obligó a bloquear de manera precaria con su kunai, desviando apenas la fuerza de la embestida. El impacto vibró en su brazo, pero Sai aprovechó el momento para deslizarse hacia un lado, evitando quedar en un ángulo vulnerable o eso creyó por que un puñetazo en el rostro le detuvo y mandó al suelo. 

—Son buenos, pero también son más débiles de lo que pensaba, pero después de todo son niños, si crecen será un problema, lástima que hasta aquí llegaron. —El hombre bronceado se burló mientras se acercaba lentamente a Sai, que intentaba levantarse. 

Yuno ahora se encontraba en una situación similar, después de haber perforado la pierna del ninja se encontraba siendo asediado por el mismo en un constante intercambio de ninjutsu. Los sellos de mano del enemigo eran rápidos y precisos, obligando a Yuno a moverse constantemente para lanzar las bolas que causaban explosiones de fuego, y esquivar ráfagas de viento cortante y estallidos de agua que parecían surgir de la nada.

—————

El samurái había estallado en cólera y dijo. — malditos ninjas tan traicioneros como siempre, el simple hecho de que portes una espada me enferma, por qué no la portas con el respeto que debería tenerse, te mostraré el poder de una espada.— 

De pronto una energía azul comenzó a cubrir la hoja de la katana y en el instante que quedó completamente cubierta el samurái dio un paso al frente atacando a Kenzo, quien apenas tuvo tiempo de bloquear, cruzando su propia espada contra la hoja de su enemigo. Las chispas volaron como un torbellino mientras ambos guerreros empujaban con toda su fuerza, intentando dominar el choque.

El sharingan de Kenzo brillaba constantemente en color rojo mientras se encontraba atrapado en la constante pelea de espadas, apoyado por su sharingan Kenzo retrocedió, esquivando el filo apenas rozando su armadura. En respuesta, lanzó un corte vertical hacia el hombro del samurái, pero este bloqueó con facilidad. 

"No puedo igualar su fuerza, pero tal vez el no pueda igualar mi velocidad." Pensó Kenzo frustrado por ser bloqueado. 

Kenzo deslizó su hoja hacia abajo, desviando el golpe del samurái y lanzando un contrataque rápido hacia el costado de su oponente. Pero el samurái giró su katana en un movimiento fluido, deteniendo el ataque en seco antes de contraatacar con un barrido horizontal.

Kenzo se inclinó hacia atrás, sintiendo el aire cortado por el filo que apenas logró rozar su armadura cortando sus hombreras. Sin pausa, lanzó un golpe diagonal que el samurái bloqueó con un destello azul. Las hojas quedaron trabadas durante un instante, y Kenzo aprovechó la oportunidad para girar sobre su eje y lanzar una patada a las costillas del samurái.

El impacto lo hizo retroceder unos pasos, pero el samurái no flaqueó. Recuperó su postura con un rugido y desató una ráfaga de cortes rápidos y precisos que Kenzo no se atrevió a bloquear y decidió esquivar.

El samurái molesto comenzó a maldecir a Kenzo. — maldito gusano escurridizo, cuando te alcance mi katana vas a sufrir.—

Por su parte Kenzo se movía esquivando con un juego de pies magistral mientras analizaba la situación y buscaba una forma de salir victorioso. 

—"ese destello azul en su katana es chakra de viento, eso es una cuchilla chakra, pero yo no soy un ninja afín al viento, tal vez los rayos me servirán."— pensó Kenzo mientras intentaba imbuir de chakra de trueno su arma. 

El samurái avanzó, levantando su espada envuelta en chakra de viento. Su mirada era feroz, un reflejo de su determinación inquebrantable, pero la sorpresa en su cara no tardó en notarse cuando pequeños destellos brillaron en la espada de Kenzo antes de apagarse. 

—¡Acabaré con tu patético intento de imitarme! —rugió mientras lanzaba un corte que desató una onda de energía azul, rasgando el suelo en dirección a Kenzo; saltó hacia un lado, apenas esquivando el ataque. Rodó sobre el suelo y se levantó rápidamente, apretando los dientes. Sabía que no podía seguir esquivando para siempre. 

Cerró los ojos por un momento imaginando como el chakra corría hacia su mano derecha donde sostenía la espada, concentró su chakra al mismo tiempo que trató de modular su respiración y solamente susurrando cuchilla trueno abrió los ojos de nuevo, los dos tomoes en su sharingan giraba rápidamente, en el tiempo que Kenzo se distrajo el samurái ya se había lanzado hacia el frente lanzando un corte horizontal al cuello de Kenzo. 

Pero en ese momento la corriente eléctrica no solo se quedaba en su brazo, si no que recorría todo su cuerpo y mientras avanzaba todo a su alrededor se movía más lento, en un instante estaba frente al samurái que blandía audazmente su katana en intento de arrebatarle la vida, pero en ese instante que estuvo tan cerca de la hoja de la katana esquivó tranquilamente y con su espada dio una estocada en el abdomen del samurái atravesando tanto su armadura como la piel…

La sangre brotó en un instante y la espada atravesó al samurái —¿Así... termina...? —murmuró el samurái, cayendo de rodillas mientras la sangre manchaba el suelo y su cuerpo caía al suelo tendido frente a los ojos de Kenzo que se mostraban decididos. 

——————

No muy lejos de Kenzo, Tajima todavía seguía batallando constantemente con el ninja enemigo, ambos se habían enfrascado en un duro enfrentamiento de ninjutsu y ataques a larga distancia. 

Explosiones resonaban mientras Tajima y el ninja enemigo intercambiaban ataques de ninjutsu. Tajima, con el Sharingan de dos tomoe girando intensamente, esquivaba y contraatacaba, evaluando cada movimiento del enemigo.

El ninja rival, un usuario habilidoso de jutsus de estilo tierra, formó rápidamente una barrera de roca frente a él mientras lanzaba proyectiles afilados de piedra hacia Tajima.

—¿Eso es todo lo que tienes? —dijo el enemigo con una sonrisa burlona, mientras sus manos se movían en rápidos sellos.

Tajima respondió saltando hacia atrás, esquivando los proyectiles por un margen estrecho. Mientras aterrizaba, realizó sus propios sellos y exhaló una ráfaga de llamas que impactó contra la barrera de roca, fragmentándola en pedazos.

"Este bastardo tiene buena ofensiva pero mala defensa" pensó Tajima mientras sus ojos analizaban cada movimiento del rival.

El ninja enemigo no perdió tiempo y golpeó el suelo con ambas manos, levantando pilares de roca que se lanzaron hacia Tajima como si tuvieran vida propia. Tajima rodó hacia un lado y luego saltó hacia un árbol cercano, buscando una posición más ventajosa para flanquear. 

—No podrás escapar, niño —dijo el enemigo, arrojando una esfera de tierra comprimida directamente hacia él. Tajima esquivó por los pelos, Mientras descendía, Tajima se concentró, enfocando su Sharingan en los movimientos del enemigo.

—No necesito escapar —dijo con una calma aterradora lanzando kunais y shurikens directamente a Tajima, quien con gran destreza esquivó y fijó su mirada en los ojos del enemigo. El Sharingan comenzó a brillar intensamente, sus tomoe girando como si fueran hipnóticos. El ninja enemigo se detuvo por un momento, confundido para posteriormente sonreír como un loco y decir. 

—¡Te dije que no podrías escapar de mi niño, ahora muere!— Dijo el hombre con la mirada inyectada en sangre por la adrenalina. 

Pero para su mala suerte Tajima ya lo habia atrapado en un poderoso genjutsu de sombra, el cual atrapaba a la víctima en una ilusión paralizante y desesperante. 

Tajima sonrió y dijo. — Tu exceso de confianza te jugó en contra bastardo.— de inmediato con un kunai en la mano lo clavó directamente en el pecho del ninja. 

———-

Mientras Kenzo y Tajima habían logrado derrotar a su enemigos, Yuno y Sai no corrían con tanta suerte….

—¿Es todo lo que tienen? Patético. —El joven delgado miró a Yuno y Sai tendidos en el suelo derrotados y malheridos intentando levantarse.

Cuando los dos enemigos avanzaban para terminar con Sai y Yuno, una voz grave resonó desde las sombras. 

—Yo dejaría a los chicos tranquilos, ¿que pasa te gusta abusar de los débiles?. —La voz firme hizo que ambos enemigos se detuvieran y giraran hacia su fuente. 

Desde las sombras, Raizo apareció caminando con calma, pero con una mirada que destilaba peligro. —Después de todo, sus nuevos contrincantes somos nosotros takeshi y Ren.—

Antes de que pudieran reaccionar, Raizo usó la técnica del parpadeo corporal, apareciendo frente al hombre bronceado en un abrir y cerrar de ojos. Sin previo aviso, lanzó un potente golpe directo al rostro del enemigo, quien apenas logró bloquearlo con sus tonfas, pero el impacto lo hizo retroceder varios metros, dejando marcas en el suelo. 

—¿Tienes algo que decir ahora? —preguntó Raizo con una sonrisa confiada mientras adoptaba una postura defensiva. 

El hombre bronceado, ahora claramente más cauteloso, se limpió un pequeño rastro de sangre de la comisura de los labios y avanzó con su guardia alta. 

—Así que un verdadero oponente ha aparecido, Esto se pondrá interesante—

La tensión en el aire se elevó mientras ambos se preparaban para una batalla intensa. Los ojos de Raizo destellaban con determinación, sabiendo que ahora era su turno de equilibrar la balanza. 

Raizo caminó al frente del grupo, sus ojos escarlata brillando con determinación mientras los 3 tomoes de sus ojos giraban analizaba cada movimiento de los enemigos. Dan y Kato lo flanqueaban, listos para atacar sin piedad. Los enemigos, estaban poco heridos, y no parecían dispuestos a retroceder. 

—¿Esto es todo lo que tienen? —dijo el hombre bronceado, limpiándose la sangre de un corte superficial en su frente. 

—Tendrás tu respuesta muy pronto —replicó Raizo con frialdad mientras comenzaba a realizar sellos de mano. Con una inhalación profunda, exhaló una devastadora Gran Bola de Fuego, una esfera ardiente que iluminó el campo de batalla como si fuera un sol. Los enemigos se lanzaron hacia los lados, intentando esquivar, pero las llamas rozaron sus ropas y quemaron el suelo bajo ellos. 

Kato aprovechó la confusión y realizó sellos de mano rápidamente. Técnica del Fénix de Fuego, de su boca, múltiples proyectiles ígneos volaron hacia el ninja de la cicatriz, obligándolo a retroceder. Aunque logró desviar algunos con su espada, un proyectil explotó cerca de su pierna, haciéndolo caer de rodillas. 

—Tu destino ya está sellado —dijo Kato, apareciendo detrás del enemigo con la Técnica del Parpadeo Corporal, con un solo movimiento, atravesó su pecho con su espada, terminando con su vida de inmediato. 

Dan, mientras tanto, fijó su mirada en el hombre bronceado y sus tonfas. Los tomoe de su Sharingan comenzaron a girar rápidamente mientras activaba un Genjutsu de Paralización. 

—¿Qué demonios…? —balbuceó el enemigo, sintiendo que su cuerpo no respondía. En su mente, veía cómo cientos de cuervos oscuros lo rodeaban, picoteando su carne mientras su visión se nublaba. 

Dan se acercó con calma y, sin decir una palabra, lanzó un kunai al cuello del enemigo. Este cayó al suelo con un sonido seco, su cuerpo inmóvil mientras la ilusión lo consumía por completo. 

Raizo, por su parte, enfrentaba al último ninja, quien había intentado escapar. —No tienes a dónde ir —dijo con una voz gélida mientras realizaba sellos de mano. 

Llamas del Dragón de Fuego, Katon, Una serpiente de fuego salió disparada desde su boca, avanzando como un dragón en miniatura que devoró al enemigo en un instante. Los gritos del ninja resonaron por unos segundos antes de ser consumidos por el silencio. 

Con todos los enemigos derrotados, el campo quedó en calma. Dan y Kato se acercaron a Raizo, mientras este observaba a Yuno y Sai, quienes aún intentaban levantarse del suelo. 

—Si quieren sobrevivir, tendrán que ser más fuertes, el campo de batalla no es un juego, pero aún así lo hicieron relativamente bien, chicos atiéndanlos.— dijo Raizo, con un tono severo. 

Kato realizó sellos rápidos y lanzó un Jutsu de Incineración para quemar los cuerpos enemigos, asegurándose de que no quedara ningún rastro. 

—Chicos tomemos los suministros y recuerden, no dejemos rastro. —murmuró Dan mientras ajustaba su espada en la cintura mientras que Kato abría las puertas del carruaje buscando recursos. 

Kenzo asintió y se acercó al cuerpo del enemigo para tomar su espada, la cual se encontraba incrustada en el pecho del samurái, pero al tocar el arma incrustada en el cadaver, su mano al tener contacto con la espada en el instante en que sus dedos la envolvieron, una sensación peculiar recorrió su brazo, una mezcla de hormigueo y pesadez, como si su brazo tuviera movimientos involuntarios.

de pronto en un parpadeo desde su mano emergió una extraña sustancia negra que cubrió en un instante la espada y comenzaba a avanzar con rapidez extendiéndose desde el filo hacia el abdomen del samurái caído. 

De inmediato Kenzo encendió su sharingan observando la sustancia que tan solo al tener contacto con el cuerpo del samurái una sensación cálida y punzante recorrió su brazo paso por su pecho, y se detuvo en su abdomen, bajo la visión de Kenzo la sustancia negra, estaba formada por pequeños y densos fragmentos metálicos, creados a parti del metal en su sangre, pero al verlos de inmediato lo supo —"Esos son los Nano bots", ¿pero qué está pasando?—

los Nano Bots se dispersaron como un enjambre, infiltrándose en cada grieta, poro y herida abierta. Lo que ocurrió después fue como presenciar la descomposición del cuerpo en cuestión de segundos. 

Kenzo observó horrorizado cómo la piel del samurái perdía el color volviéndose grisácea, al mismo tiempo que se arrugaba, encogiéndose sobre sí misma. El abdomen, antes robusto y protegido por armadura, ahora se hundía como si estuviera vacío

Huesos músculos y órganos parecían haber desaparecido, dejando solo una carcasa seca y quebradiza que no tardó en volverse polvo y desaparecer. 

Kenzo respiró con dificultad, retirando la mano de la espada mientras los Nano bots regresaban a su cuerpo. La sustancia negra se reabsorbió por sus poros, dejando su piel limpia pero su mente alterada. Miró el lugar donde estaba el cadaver, donde ahora solo quedaba una armadura vacía y la katana de un samurái que había desaparecido por su mano. 

Kenzo estaba en shock pero al escuchar a lo lejos —Jutsu bola de fuego.— de la voz de su hermano Tajima, por lo que desvió la mirada para observar que el equipo ya había terminado de tomar todos los suministros de la caravana y eliminar la evidencia incinerando las caravanas y provocando un incendio en el bosque. 

En un instante Kenzo tomó su espada y la katana del samurái para posteriormente incinerar la armadura del mismo con una bola de fuego y retirarse con el escuadrón. 

Raizo miró al horizonte observando el amanecer y señaló hacia adelante. —Rápido, Nos movemos, tomen todos los materiales para ser sellados en un pergamino y retíranos, Tajima y Kenzo carguen a sus compañeros Yuno y Sai.—

Tajima y Kenzo de inmediato tomaron a sus compañeros a sus espaldas y comenzaron a retirarse siguiendo a Raizo. El grupo avanzó, dejando atrás un campo vacío, lleno de cenizas y el olor a fuego, mientras las nubes grises prometían que más conflictos estaban por venir. 

——————-

De regreso en el campamento del Este la luz del sol y el cantar de los pájaros indicaban que se encontraban en las primeras horas del día, dentro de la enfermería improvisada Yuno y Sai yacían en sus camas, con vendajes alrededor de sus brazos y torsos, pero con una expresión de alivio. A pesar de sus heridas, habían sobrevivido a su primera misión, y esa victoria, aunque pequeña, llenaba el ambiente con una cálida sensación de satisfacción.

Tajima estaba sentado junto a Yuno, bromeando para mantener el ánimo ligero, mientras Kenzo estaba apoyado contra la pared, con los brazos cruzados, observando la escena con una leve sonrisa en el rostro.

—¿Te das cuenta, Sai? —dijo Yuno mientras giraba la cabeza hacia su compañero

—. Casi nos matan, pero aquí estamos.—

Sai soltó una risa nerviosa, mientras se frotaba la nuca.

—Sí, y ahora sé que no quiero sentirme así de inútil otra vez. La próxima vez estaré más preparado.— respondió con un tono algo irritado.—

Tajima interrumpió con un tono más serio 

—Lo importante no es cuántas veces caigas, sino cómo te levantas. Esta experiencia los hará más fuertes.—

En ese momento, la puerta de la enfermería se deslizó, dejando entrar a Raizo, Dan y Kato. El aire pareció volverse un poco más serio con su llegada, pero sus expresiones eran tranquilizadoras. Raizo llevaba un rollo de pergamino bajo el brazo, mientras que Kato portaba varios cuencos, mientras que Dan cargaba una botella de sake que colocó sobre una mesa cercana.

—Es bueno verlos con ánimo —dijo Raizo, cruzando los brazos mientras observaba al grupo. —Su primera misión fue un éxito, pero no podemos ignorar los errores. Cada fallo es una lección, pero hay veces que las lecciones cuestan vidas, hoy casi mueren, mañana puede que no corran con la misma suerte.

Sai se enderezó un poco, aunque le doliera, y asintió. —Lo sabemos, Fallamos al confiar demasiado en nuestras habilidades.—

Kato sonrió levemente, acercándose para sentarse en una silla al lado de Yuno.

—Eso es lo que esperaba escuchar. Aprender de los errores es la marca de un verdadero shinobi. ¿Qué aprendieron exactamente?—

Yuno apretó los puños, sus ojos brillaban con determinación.

—Que debemos ser más fuertes, no solo físicamente, sino mentalmente. No estuvimos preparados para lo que enfrentamos, pero eso no se repetirá.

Raizo asintió, con una mirada de aprobación.—

Sai asintió y dijo —que debemos entrenar 

Más para poder adaptarnos un poco mejor a las situaciones que se presenten en batalla—

—Esa es la actitud correcta, pero recuerden, la fuerza sin estrategia no los llevará lejos, debemos trabajar como un equipo, y ¿ustedes dos que aprendieron— preguntó Dan. 

Tajima observó a sus amigos heridos y dijo —mejorar la comunicación dentro del combate para poder abrumar al enemigo con nuestras fuerzas unidas.—

Kenzo se tocó la barbilla y dijo — llevar al máximo las capacidades individuales como aprender mayor cantidad de jutsu o mejorar la destreza con el Kenzo.—

Raizo asintió y dijo — todos tienen una idea y eso es bueno, pero lo más importante siempre será el trabajo en equipo y la capacidad indivial de defenderse cada uno, desde mañana estaremos entrenando todos los días, nuestra próxima misión aún está por ser asignada y de igual forma tendrán tiempo para recuperarse de sus heridas, ahora brindemos por esta victoria.-

Todos recibieron un pequeño cuenco donde Dan sirvió un poco de sake a todos y en unísono dijeron —Kampai.—

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