Megumin
Mientras caminaba de regreso a mi casa, me puse a pensar en el chico llamado Haniel.
Era raro, nunca lo había visto antes y, por lo que me contó, nunca salía.
Fue curioso que, la primera vez que salió, se topara conmigo intentando entrar a su casa.
- ¡Aunque, por supuesto, solo quería atrapar espíritus!
No tengo amigos, y no los necesito. Voy a convertirme en la maga más poderosa, ¡y no necesito amigos!
Aunque tener una legión de admiradores no vendría mal.
- ¡Pero para eso tendrán que ganarse mi favor!. - una gran sonrisa apareció en mi cara.
Megumin imaginó una multitud de amigos adorándola y alabándola.
- Eres muy inteligente, Megumin. ¡Jojojojo!. - me felicité a mí misma por lo inteligente que soy y lo genial que seré.
La futura maga explosiva empezó a reír con magnanimidad; casi parecía una ojou-sama si no fuera por lo desalineada de su ropa y su creciente pobreza.
- Aunque la comida fue buena, no lo voy a negar. - me toqué el estómago, que estaba un poco abultado.
- ¡Pero creo que podría comer más!. - la idea de comer esa comida deliciosa otra vez rondó mi mente.
Ya estaba considerando las opciones que tenía ahora que era amiga de un niño rico, como a ella le gustaba llamarlo.
- Tal vez debería regresar y aprovechar la comida. Y como recompensa, lo llevaré a jugar. Umu, umu, ¡soy muy bondadosa!
- Una vez más soy demasiado humilde y bondadosa con este mundo. - un suspiro escapó de mí.
El pensamiento de Megumin fue un tanto carroñero, como su familia le enseñó a ser, y ya planeaba aprovecharse de Haniel.
Sin darse cuenta, ya estaba en la entrada de su casa. Se había perdido tanto en sus pensamientos que ni siquiera prestó atención al camino.
Al abrir la puerta de su casa, que parecía un establo según las palabras futuras de Aqua, se encontró con su familia: su padre y su madre.
- ¡Llegué, papá, mamá, y traje comida!. - estaba segura de que me elogiarian por mi buena cosecha del día.
- ¡Oh, hija, cazaste como te enseñé!. - papá otra vez alucinó con que me enseñó a cazar.
- ¡Fufu~! Querido, tú no le enseñaste nada, fui yo. ¡Fufu~!. - mamá lo puso en su lugar y no dejó que se saliera con la suya.
- (¡Eso, mamá, que el tonto que se comió mi pan sufra!).
- Bien, Megumi, tu padre ganó bastante hoy. Ven a sentarte.
- ¡Ok, mamá!. - asentí a las palabras de mi madre y me senté en la mesa. El hambre ya estaba sobre mí otra vez.
Pero el recuerdo del niño regresó a mi mente.
Queriendo saber quién era, no pude evitar preguntar a mis padres sobre aquel interesante sujeto.
- Oye, mamá, hoy conocí a un chico muy raro que se llama Haniel y vive...
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Mientras eso ocurría en la casa de Megumin, en la casa de nuestro protagonista sucedía algo muy diferente. Al llegar sus padres, encontraron a Haniel desmayado, acompañado por un pato y tres ratones muertos.
Con preocupación palpable en sus rostros, y al procesar la impactante escena de su hijo inconsciente, se apresuraron a atenderlo.
Pero algo diferente estaba ocurriendo en el interior de Haniel.
En un lugar oscuro, un alma flotaba y se veía bastante agitada.
- ¡Vete a la mierda, vete a la mierdaaaaa! - gritaba el alma con pánico y ansiedad evidentes en su voz.
- ¿No me jodas, acabo de morir? ¿Es en serio? ¿ES MALDITAMENTE EN SERIO?
El alma seguía gritando e insultando a todo y a todos.
[Masta no está muerto, tranquilícese, por favor.]
- ¿Eh, no estoy muerto? - pregunté en shock y confusión ante las palabras de Winry.
[No, solo se desmayó. En este momento se encuentra en su subconsciente.]
- Uff, al ver todo oscuro y ser un alma, pensé que había muerto nuevamente. - un enorme peso desapareció de mi ser al saber que esto era solo mi subconsciente y no el vacío o cualquier lugar al que se va después de morir.
- ¿Pero qué fue lo que pasó? - le pregunté a Winry, pues no entendía lo que había sucedido ni si algo malo me había pasado.
[Se desmayó por exceso de energía.]
[Masta, liberaste tu energía sin control y absorbiste la energía de los animales circundantes, en este caso, los ratones, lo que sobrecargó tu alma.]
[Tu cuerpo entró en reposo mientras devoraba la energía y la integraba a tu alma. Si hubieras estado despierto, sentirías dolor al experimentar tu alma digiriendo energía por primera vez.]
- ¿Era tanta la energía de los animales? - pregunté incrédulo, pues la idea de que animales tan "normales" me sobrecargaran era molesta.
[ No, es solo que es la primera vez que interactúas con energía externa y la primera vez que usas magia. A tu alma le dio un shock, por así decirlo. ]
[ Si no hubieras fortalecido tu alma tras absorber la del chico en el que reencarnaste y no hubieras pasado por circunstancias que fortalecieron tu alma, habría explotado. ]
- ¿Qué? - Al escuchar que mi alma podría haber explotado, un gran miedo y vergüenza se apoderaron de mí.
Fui demasiado imprudente y estúpido. No esperaba que unos animales tan pequeños casi me mataran.
- Pero tiene lógica. En este mundo hay magia, así que los animales más comunes tienen al menos un gramo de magia en su cuerpo.
- Para mí, alguien ajeno a todo esto, era de esperar que pasara algo así. - solté un último suspiro ante mi ineptitud.
- Lo bueno es que me salvé de morir. - volví a suspirar, esta vez de alivio, y agradecí mi gran suerte.
- ¿Cuándo me despertaré?. - el miedo y la vergüenza ya habían desaparecido, reemplazados por expectativa y ansiedad."
[ Unas tres horas, Masta. ]
- Ugh. - un quejido salió de mi alma al pensar en que mis padres me verían desmayado y tirado en la sala con animales muertos a mi alrededor.
- Espero que mis padres no se preocupen demasiado, aunque tendré algunos problemas después de que despierte. - la idea de una reprimenda apareció en mi cabeza.
Si fueran mis padres originales, ni me importaría y probablemente los ignoraría, pero ellos tienen algo que me gusta.
"Una semana después"
Después de despertar, mis padres me regañaron de una manera impresionante por ser imprudente y nada maduro.
La excusa que inventé fue que quería cocinar un animal y comerlo porque ellos no dejaron nada para comer, y su hijo de cinco años no sabía cocinar. También dije que me desmayé por el miedo de matar por primera vez.
Ellos no preguntaron por qué quería cocinar a los ratones y posiblemente solo pensaron que no sabía que esos ratones no se comían.
Después de reflexionar, me creyeron y solo me sermonearon.
Pero sus caras de vergüenza eran demasiado obvias. Parece que no pensaron que dejar a un infante solo sería mala idea.
Después de eso, fueron más protectores conmigo.
Al día siguiente del accidente, Megumin me visitó y me sacó de la casa.
Y lo de protectores solo duró un día con la mirada de orgullo de mis padres. Ella me llevó a pescar y cazar.
Estoy seguro de que pensaron algo como "Mira, mi muchacho ya es un hombre" o "Mi bebé ya está creciendo".
Pero si supieran lo que en verdad estaba pensando Megumin, solo pondrían sus caras en blanco.
Sí, como te lo puedes imaginar, ella solo me usó de mochila para cargar sus cosas.
Según ella, tendría que ganarme su favor y reconocimiento si quería llamarme su amigo.
Mi pensamiento fue: ¡Maldita niña arrogante!
Pero después llegó lo triste. Ella me llevó a la panadería. Pensé que compraríamos pan, pero olvidé que su nombre es Megumin y su apellido es pobreza.
Ella y yo robamos las sobras de la panadería. Fue triste, y mi mirada de tristeza golpeó duro a Megumin.
Estuvo enojada conmigo por un tiempo, pero después de que le diera una langosta de la amistad/soborno, me perdonó.
Después de toda mi aventura con Megumin, me dirigí a una parte vacía del bosque.
Volví a probar mi habilidad y esta vez me enfoqué únicamente en el animal que quería absorber.
Cuando la activé en el pequeño ratón, sentí como si estuviera comiendo hasta llenarme. Me sentí incómodo, pero rápidamente ese sentimiento desapareció.
Cuando la incomodidad desapareció, una energía me llenó. Me sentí más fuerte, más energético y mi cuerpo se fortaleció.
Claramente no fue mucho, pues solo era un ratón, pero me di cuenta de que ese sentimiento era muy embriagador, casi adictivo.
Después de absorber ratones hasta que sentí que algo malo pasaría si seguía comiendo, me detuve para analizar mi fuerza.
Mi cuerpo se fortaleció, pero no mucho. Obtuve más resistencia que músculos y aún no había conseguido ninguna habilidad, pero ya había pensado en robar la habilidad de la hermana de Megumin.
Como una de mis futuras esposas, debía complacerme de antemano.
Tomaría su habilidad como un buen regalo de cumpleaños adelantado.
¿Qué? ¿Es raro pensar así de una niña que aún no ha nacido?
No lo sé. Discrepo con tu opinión. Si aún no ha nacido, entonces no tiene derechos y no es ilegal.
Y no creo que exista el FBI.
- Si no me equivoco, su habilidad es invocar y controlar demonios.
- Voy a esperar a que nazca para robarle esa habilidad. Mientras tanto, me dedicaré a absorber monstruos y animales que sean fáciles de manejar.
- También me enfocaré en adaptarme mejor a mi habilidad actual y en mejorar cómo digiero la energía.
- Esto me llevará tiempo, pero las ganancias están ahí. - Planeé un objetivo que dirigiría mi camino y me daría algo que hacer.
Soltando un último suspiro, salí del bosque en dirección a mi hogar, rezando para que mis padres no se enojen por llegar un poco tarde a casa.
"Dos años después"
Han pasado dos años y mi objetivo está relativamente logrado.
Durante este tiempo, he estado cazando animales pequeños como cangrejos, ratones y patos para absorberlos.
Me ha llevado tiempo acostumbrarme a la magia. Al principio, era como un niño de unos meses que intenta comer carne cuando solo puede comer papilla.
Como te imaginarás, el resultado fue desastroso.
Sin embargo, ahora puedo decir con orgullo que mi capacidad para absorber energía ha mejorado considerablemente en comparación con la primera vez.
Aparte de mi progreso en mi habilidad.
Mi relación con Megumin también ha avanzado bien, aunque aún no he completado la misión que me asignó Winry.
Realmente no hay prisa; es mejor construir bases sólidas en nuestra relación antes de apresurarse.
Una casa con cimientos de madera se desmoronará más fácilmente que una construida con acero inoxidable.
El momento de completar la misión también se vio influenciado por el nacimiento de la pequeña Komekko.
- La historia ya comenzó a desarrollarse. - Terminé de lavarme los dientes y, después de murmurar esas palabras, me miré en el espejo.
- Megumin, mañana nos espera un día algo divertido~. - Cerré los ojos y suspiré, dejando que un ligero espasmo me recorriera.
Al volver a abrirlos y mirar en el espejo, una gran sonrisa apareció ante mis ojos.
Era una sonrisa de diversión y expectativa.
Diversión por las posibles reacciones de mi pequeña Megumin
Y expectativa por hasta dónde podría llegar en ese pequeño y blanco cuerpo.
- Debería dormir. - Dejando de mirar mi sonrisa en el espejo, me dirigí a mi mullida cama para descansar y disfrutar de una buena noche.
"En casa de haniel"
Los pájaros cantaban y el sol envolvía el cuerpo con una calidez reconfortante. La sensación de calor era agradable y acogedora.
En la casa de nuestro protagonista, el ambiente no era diferente; la luz del sol se filtraba a través de las ventanas, bañando el lugar con una cálida luminosidad.
En el sofá de la sala de la gran casa había una niña con pelo castaño y ojos rojos, que miraba con confusión y un leve sonrojo a un niño que estaba en el otro lado del sofá.
El niño, también de la misma edad, tenía el cabello negro y ojos rojos similares a los de la niña.
La pequeña que miraba sonrojada al joven no era otra que Megumin, la intrépida y arrogante Megumin.
Pero, ¿por qué tenía el rostro tan sonrojado?.
- ¿Q-Qué dices, tonto? ¿Q-Quieres que te muestre m-mi marca? ¡Eres un pervertido!. - gritó mientras me señalaba con el dedo, tartamudeando de vergüenza.
- ¿No quieres?. - respondí, tratando de parecer lo más inocente y desinteresado posible.
Perp en el fondo, sin embargo, estaba emocionada por la idea de corromperla y salirme con la mía.
- ¡Ghuu!. - exclamó Megumin, claramente molestada por lo indiferente que parecía su amigo sobre su cuerpo, aunque en realidad no quería que lo viera. Hump~.
Con el tiempo, Megumin consideró a Haniel como su amigo más cercano y su confidente más fiel.
Cuando conoció a la maga pechugona (Wolbach), Haniel estuvo allí para protegerla del monstruo que ella había liberado, poniéndose frente a ella para resguardarla de los escombros y la magia circundante.
Cuando Megumin le pidió a la maga pechugona que le enseñara magia explosiva, se entristeció al conocer los problemas que conlleva la magia más poderosa.
No estaba segura si seguir ese camino. Conocía los peligros de la magia explosiva y le pidió a su amigo que le ayudara a aclarar sus dudas, esperando que él le diera un consejo. Pero él le dijo unas palabras que jamás olvidaría.
"Pov Megumin: Flashback"
- Megumin, la magia explosiva es peligrosa, pero si realmente deseas seguir ese camino, hazlo.
- El camino de la perseverancia lleva a la satisfacción y, por lo tanto, a la felicidad.
Al recordar esas palabras de aliento y la sensación de seguridad y calidez que le transmitió, Megumin comenzó a cambiar su percepción de Haniel.
"Fin del flashback"
- ¿Entonces no quieres?. - hablé de manera indiferente, mostrando mi poca atracción por su cuerpo.
Aunque parecíamos niños, Megumin ya había desarrollado un sentido de atracción hacia los niños.
Eso no se mostró mucho en el anime, ya que esta loca obsesionada con las explosiones no prestaba atención a nada más que a sus queridas explosiones.
Pero, ¿qué pasa cuando tienes a un niño apoyándote en tu sueño desde pequeño?.
Pues, fácil.
Nace el legendario amigo de la infancia, el típico amor de preescolar.
- ¿P-Por qué quieres verla?. - dijo Megumin, sacándome de mis pensamientos con una voz ligera y dulce.
Su cara se sonrojó mientras me miraba con sus ojos rojos brillando. Era muy lindo verla jugar con sus dedos mientras me observaba con expectativa.
- Curiosidad. No he visto la marca de ningún otro, y casi pensé que era el único, hasta que le pregunté a mis padres sobre ella y me dijeron que todos tienen una. - hablé sin mostrar ningún signo de que estaba mintiendo, aunque claramente estaba mintiendo.
- Si no quieres, está bien, buscaré a otro—.
- ¡NO! Yo te la mostraré, pero a cambio tienes que mostrarme la tuya también. - una gran sonrisa apareció en el rostro de megumin, como si hubiera ganado la batalla.
Tal vez pensaba que me daría pena y dejaría atrás lo de las marcas.
Lástima por ella, soy un degenerado y no tengo escrúpulos la mayoría de las veces, aunque claro, no soy un total degenerado.
- Claro, vamos. - sin darle tiempo de reaccionar, arrastré a Megumin al baño de la casa, que era bastante grande, tanto como para acomodar a cuatro personas en la bañera sin problemas.
"¡BAM!"
Y con el sonido de la puerta cerrándose de golpe, ambos entramos al baño.
"En el baño"
Desnudandome rápidamente, sin darle oportunidad a Megumin de decir nada, me metí en la bañera, aunque parecía más una pequeña piscina.
- ¡Rápido, desvístete!. - le ordené a Megumin, sin darle forma de objetar.
Megumin, sin comprender qué estaba ocurriendo, observó cómo la escena cambiaba de nosotros en la sala a nosotros en el baño.
Con calma y suavemente, Megumin se despojó de toda su ropa, desde el adorable overol naranja hasta la capa roja que le daba un aire de heroína.
- ¿Qué pasa? ¡Entra rápido! ¡Te vas a resfriar si sigues ahí parada!. - le dije a Megumin, que estaba parada tímidamente con solo una toalla cubriéndola.
- ¡N-No me mires, tonto!. - Un gran rubor apareció en el rostro de Megumin, y parecía que acababa de comprender la situación.
- !Buu~¡ ¡Vamos, Megumin! No hay nada que ver, no seas tímida y solo entra. - le hable a megumin sobre su inexistentes curbas.
Una flecha atravesó a Megumin y se deslizó lentamente hasta la bañera, dejándola con una expresión vacía en el rostro.
Parece que el comentario que le hice le afectó.
Cuando Megumin entró en la bañera, me quedé observándola en silencio, pensando en cómo ha cambiado desde que conocimos a Wolbach hasta ahora.
Mi mirada fija fue notada por Megumin, y ella me devolvió la mirada con un ligero sonrojo aún en su rostro.
Ambos permanecimos en un gratificante silencio, disfrutando del agua caliente y relajando nuestros músculos.
De repente, mi mente volvió al momento en que Megumin liberó a Wolbach, la diosa demonio.
"Flashback"
- Megumin, no creo que sea buena idea completar ese rompecabezas.
- (Si algo cambia en la trama y solo liberas al monstruo o algo aún más peligroso, te abandonaré). - Mi mirada mostraba cautela y mis pensamientos estaban llenos de preocupación por cualquier cambio en la historia.
No soy tonto; no me enfrentaría a un dios demonio por esta chica, aunque me guste. Mi vida es lo primero.
-¿Eh? ¿Dijiste algo?. - Megumin se giró hacia mí con una expresión de confusión.
- ¡MEGU-!
"¡BOOOM!"
Un estruendo enorme resonó en el pequeño lago donde nos encontrábamos.
En la cima de una colina, una bestia parecida a un dragón demoníaco se alzaba imponente, rugiendo en nuestra dirección.
O eso pensábamos.
Grandes círculos mágicos aparecieron sobre la cabeza de la bestia, y enormes cuerdas de colores rodeaban a una persona encapuchada.
El aire se volvió denso y se escuchó un cántico mágico.
Todos los demás sonidos desaparecieron, y solo podía concentrarme en esa mujer.
El aura de poder que la rodeaba era impresionante.
Antes de poder pensar más, la mujer terminó su cántico y lo único que escuché fue un estruendo enorme.
"¡BOOOMMM!"
Con un rugido atronador, que superaba al de un dragón, la mujer lanzó su magia explosiva.
- (El calor de la explosión cosquille en mi piel, las vibraciones sacuden mi cuerpo y la energía que transmite la explosión es electrizante).
- (Ahora entiendo por qué a Megumin le encanta la magia explosiva. Sinceramente, me dejó una gran impresión).
- ¿Ustedes me han liberado?. - preguntó la mujer encapuchada que nos había salvado.
Lo primero que llamaba la atención de ella era su exuberante busto y su cabello rojo, además de una gema en la frente.
Recuperándome del asombro, me preparé para responder, pero Megumin se adelantó.
- Em... ¿No?. - dijo Megumin con una expresión confusa e inocente, como si el dragón que ella había liberado y que casi nos mata no fuera su culpa.
- Solo estaba armando este rompecabezas. - Megumin mostró la esfera donde antes estaba sellada Wolbach.
- ¿Me ayudas a encontrar la pieza que falta? Se me perdió por la explosión. - agregó Megumin con una expresión tierna y desorientada, que casi engañó a la diosa demonio, si no fuera por la esfera de sellado en sus manos.
Y así siguió todo igual que en el anime, con Megumin pidiendo ser la reina demonio y tener pechos enormes, hasta que finalmente le preguntó a Wolbach si le enseñaría la magia de explosión, a lo que Wolbach accedió.
- ¿Y tú, chico, quieres algo?. - Wolbach me miró con esa voz suave y sensual que caracterizaba a esta diosa demonio.
- Quiero ser un re-.
- ¡No! Eso no puedo. ¿Algo más sencillo, por favor?. - Wolbach me interrumpió con una risa nerviosa y me lanzó una mirada de súplica.
Ella prefería que mi deseo fuera algo más normal, o al menos más simple que el de Megumin.
Como buen demonio Carmesí y, sobre todo, un hombre educado, decidí no insistir y llegar al grano.
- Está bien.
- Entonces, dame lo que puedas. - le respondí con un tono monótono y una expresión de decepción que hizo que el orgullo de la diosa se viera afectado, arrugando su rostro.
- No soy inútil, chico. Puede ser algo medianamente difícil. - el tic en su ojo y la voz aguda mostraban lo frustrada que estaba Wolbach con estos deseos caprichosos.
Viendo su expresión molesta, decidí lo que realmente quería.
- ¡Dame un millón de eris!. - ordené, extendiendo mis manos en espera de recibir el dinero. Sin embargo, me olvidé de algo importante sobre esta diosa demonio.
- Soy pobre. - respondió Wolbach con un tono incómodo que me hizo desviar la mirada de su atractivo y enfocarme en su apariencia precaria.
- (Debería haberlo supuesto, aunque esperaba que me diera la ubicación de un tesoro legendario o algo por el estilo). - pensé mientras mi mente se enfocaba en lo único que ella podría ofrecerme y que podría ser valioso.
- Entonces, dame magia. - dije, mostrando una expresión de aburrimiento como si ya no me importara lo que recibiera, aunque sabía que si el título de diosa demonio no era solo un título vacío, su magia podría ser bastante buena.
- Jeje, claro, solo espera. - respondió Wolbach con un tic persistente en el ojo y una expresión agria.
Después de eso, Wolbach decidió quedarse y enseñarnos magia, a pesar del riesgo de que alguien la descubriera y la cazara. La forma en que me enseñó fue bastante interesante.
En lugar de practicar directamente el uso de la magia, me obligó a aprender la técnica a fondo.
Fue como leer un libro sin poder aplicar los conocimientos en la práctica. Aprendí a escribir, pero nunca usé esos conocimientos para escribir algo.
Es un sentimiento muy interesante e innovador. Es como la disfunción eréctil: tienes a tu amigo ahí, pero no puedes usarlo.
OK, es un ejemplo pésimo, pero creo que se entiende.
Regresando a Megumin, ella logró aprender la magia de explosión, esa tan deseada magia que finalmente estaba al alcance de sus manos. La expresión de felicidad en su rostro fue realmente hermosa, no lo voy a negar.
En cuanto a mi propia magia, ella me enseñó algo muy interesante.
Su propia magia, una magia de fuego que funciona con sentimientos fuertes, como la violencia, el odio y otras emociones negativas en general.
Esta llama tiene dos formas: la violencia encarnada, que es prácticamente un Amaterasu de Naruto, y las llamas de la pereza, que se comportan casi como esporas o cenizas. Al absorberlas, te fatigan y disminuyen tu sentido de peligro y supervivencia.
Juntas, estas llamas tienen un poder considerable. Imagina que Itachi te lanza un genjutsu y luego te ataca con su Amaterasu. ¿Qué tan devastador sería eso?
En un momento teórico y de estudio sobre una peculiar magia nunca antes mostrada en el anime, me pregunté sobre el nombre de esta magia.
- Maga tetona, ¿cuál es el nombre de esta magia?. - Mi voz, suave pero chillona, llegó rápidamente a los oídos de Wolbach.
La expresión molesta en su rostro no tenía precio; era muy divertido molestarla y ver sus reacciones.
- Mocoso, deja de llamarme así. - Su voz, suave y molesta, era un manjar para mis oídos. Ya sabía de dónde venía el título de demonio en su nombre.
- Pero no me has dicho tu nombre. - Lancé una expresión de confusión e inocencia con toda la potencia que mi pequeño y tierno cuerpo podía reunir.
Un pequeño sonrojo apareció en el rostro de esta diosa, y solo me lanzó una mirada de escrutinio, buscando si de alguna manera estaba tratando de molestarla.
Pero mis habilidades dignas de un oscar la engañaron completamente.
- Wolbach, soy Wolbach, niño. No lo olvides. - La ya proclamada Wolbach solo pudo soltar un suspiro por lo lindo que era este demonio llamado Haniel.
- OK, Wolba-Onee-chan. - Al decir eso, un escalofrío recorrió el cuerpo de Wolbach y el sonrojo que había desaparecido regresó con más fuerza.
- Niño, despiertas cosas en mí que no deberían despertar. - Wolbach susurró y suspiró por sus crecientes pensamientos intrusivos.
- ¿Dijiste algo, Onee-chan?. - Hablé con confusión, acercándome a ella.
- (Eso es, cae ante mis encantos, diosa demonio). - Si pudiera encantar a este poderoso ser, sería genial, pero antes de poder seguir con mi seducción, ella cambió de tema.
- Ujum, me preguntaste el nombre de mi magia, ¿no?.
- (Tch, no cambies de tema). - Ella cambió de tema, y se daría cuenta de que intento molestarla si sigo insistiendo. Así que solo me quedó responder a su pregunta y seguir con este nuevo tema de conversación.
- Sí, ¿por qué?. - Esperaba alguna historia épica sobre el origen del nombre o sobre por qué no podía nombrarla, pero creo que olvidé que este mundo es una comedia.
- Bueno, nunca se me ocurrió nombrarla. - Al escuchar su respuesta rápida y sincera, me sorprendí. Mi idea de que esos tipos no piensan en nombres se reafirmó.
- (No sé qué esperaba. La magia de explosión la llaman magia de explosión y la habilidad de robar la llaman robar). - Sostenía un suspiro mental por lo poco creativos que son.
- (¡Espera! No seré yo el Chunni, ¿no?). - Una idea aterradora surgió en mi cabeza, pero sacudí mi cabeza, borrando esos pensamientos ilógicos.
- ¿Y si la nombro?. - Decidí que lo que tenía no era Chunni, sino un buen gusto por los nombres.
- Claro, nómbrala. - A Wolbach no le pareció raro que intentara nombrarla; después de convivir con Megumin y Haniel y darse cuenta de que nuestro clan es de locos, le pareció razonable mi petición.
- Mmm... Veamos qué buen nombre será...
Después de un tiempo, me decidí por algo sencillo pero poderoso.
- Zaroth, ¿qué te parece?. - Volteé para mirar a mi Sensei/Maestra demonio, esperando ver si el nombre le parecía raro.
- ¡Oh, es bueno!. - Para sorpresa de Wolbach, el nombre era bueno; ella esperaba algo como "Super llama del demonio ardiente", pero para su sorpresa, el nombre era sofisticado y poderoso.
- Lo sé, es genial.
- (Buscando en mi memoria, encontré a un dios superpoderoso, Azathoth. Solo tuve que modificar y eliminar un poco, pero creo que es genial). - Dándome palmaditas mentales, me felicité a mí mismo.
Mientras me sacaban de mis pensamientos, mi maestra demonio habló con su voz seductora:
- Bien, ya has descansado demasiado. Vamos a comenzar con el entrenamiento. - La enérgica Wolbach se levantó de un salto de la roca en la que estábamos sentados.
Al ver las esferas rebotar, no pude evitar sentir agradecimiento hacia quienes las crearon.
- ¡Muévete rápido!.
- ¡Entendido, Wolbach-sensei!.
"Regresado al presente"
Después de un tiempo de observarnos mutuamente, Megumin fue la primera en reunir el valor necesario.
- M-Muéstrame tu marca, y yo te mostraré la mía. - dijo Megumin, con una mezcla de confianza y vergüenza en su voz, aunque la pena era más evidente por el gran sonrojo en su rostro.
- ¡Claro! Aunque me da un poco de vergüenza. - respondí, retorciéndome como una colegiala, mientras un sonrojo se extendía por mi rostro.
- (De verdad creo que mi actuación merece un Oscar). - pensé para mí mismo mientras me levantaba de la bañera para que Megumin me viera tal como vine al mundo.
Mi marca es curiosa, pues está en el lado opuesto al de Yunyun. Mientras que la marca de ella está en la cara interna de su muslo izquierdo, la mía se encuentra en la cara interna de mi muslo derecho.
Me levanté lentamente de la bañera. Aunque tenía una toalla cubriendo mis atributos, esta no dejaba mucho a la imaginación.
Megumin, aunque se tapaba el rostro con las manos, dejaba un pequeño espacio entre los dedos para poder ver.
Me quite la toalla y Megumin soltó un chillido, mientras su rostro se sonrojaba.
Di un paso hacia ella y ella retrocedió hasta chocar con la pared de la bañera. Cuando estuvimos cerca del borde, me senté en el borde de la bañera y abrí un poco las piernas, dejándole ver todo.
- (Siento como si yo fuera el que está siendo acosado). - Pensé con cierta diversión, ya que normalmente son las mujeres las que hacen este tipo de seducción, si es que se le puede llamar así.
- Mira, aquí está mi marca~ ¿Qué te parece~?. - una voz melodiosa salió de mi boca, añadiendo un toque de erotismo a la situación.
Ver a la futura niña de las explosiones, que normalmente no se sonroja por nada, sonrojándose así me llenó de placer.
- (Creo que soy un poco sádico). - pensé con diversión al observar a la ruborizada y nada sincera Megumin.
Megumin, quien, a pesar de taparse el rostro con las manos, no podía evitar que sus ojos recorrieran frenéticamente todo mi cuerpo y su respiración se volviera agitada y caliente.
- Oye~, Megumin, mi marca está aquí. - susurre, mientras que al mismo tiempo, señalaba mi muslo derecho.
- No, aquí~. - Termine mi frase anterion, terminando de arrastrar mi mano hacia mí miembro.
Megumin siguió mi mano con los ojos entreabiertos y sus pupilas dilatadas ella parecía emocionada y asustada.
Como sí estuviéramos haciendo algo malo y tuviera miedo de que nos atraparan.
Su respiración ya no se contenía y respiraba con fuerza.
- (¿Acaso esta niña quiere embriagarse con mi aroma?).
- (Qué linda~). No pude evitar emocionarme también, pero intenté recuperar la compostura porque no quería que un momento de impulso arruinara todo.
A pesar de eso, no podía evitar provocar un poco a Megumin.
Cuando vi a Megumin, que intentaba ocultar su rostro entre sus manos, una idea se me pasó por la mente.
Mientras Megumin estaba distraída mirando hacia otro lado, o más bien mirando a mi hermano, me acerqué a ella y le quité las manos del rostro, poniéndome enfrente de ella.
Sostenía sus manos por encima de su cabeza, mientras yo estaba justo enfrente de ella. Mi hermano podía sentir su respiración, que era rápida y cálida.
Su rostro estaba sonrojado y a solo unos centímetros de mi amigo, casi en una situación en la que su primer beso podría ser robado.
- Mira, creo que ahora puedes verlo mejor. - Cuando dije eso, Megumin no sabía si me refería a mi marca de nacimiento o a mi hermanito.
Su expresión, sonrojada y confundida, me excito aún más.
Abrí un poco las piernas, permitiendo que Megumin viera la marca que tengo desde el nacimiento, así como también a mi amiga, Excalibur.
- ¿Qué te parece~? ¿No es bonito~?. - pregunté en un tono burlón, mientras mis ojos rojos delataban mi excitación y disfrute ante la situación.
Era conveniente que Megumin estuviera demasiado concentrada en mi amigo, ya que de lo contrario, se habría dado cuenta de que todo esto era un acto para molestarla.
- ¡Awa, awa, awa!. - dijo Megumin, con la cara roja y tartamudeando. La situación la había dejado tan sorprendida que sus reacciones eran lentas pero divertidas, tanto que daba ganas de seguir provocándola.
- Bueno, ya la has visto demasiado, ¡ahora me toca!. - solté un gruñido bajo. En el instante siguiente, giré a Megumin, haciendo que su trasero se inclinara hacia mí, casi uniéndonos en uno solo.
- ¿Q-Qué haces, tonto? ¡Suéltame, degenerado, pervertido!. - Megumin siguió insultándome y retorciéndose, aunque no parecía esforzarse mucho; casi daba la impresión de que quería quedarse en esa posición.
Como buen futuro esposo, me encargaría de enseñarle algunos modales.
"Bofetada"
De repente, se escuchó el impacto de una bofetada.
En el amplio baño, el sonido de carne chocando resonó en la habitación, y al instante se oyó un grito.
- ¡Hiiic!. - Megumin abrió los ojos de par en par ante el repentino dolor.
La sensación de hormigueo en su trasero la dejó aturdida, sin comprender bien lo que había sucedido.
Para Haniel, sin embargo, el placer que sintió al darle la bofetada y marcarla como suya fue indescriptible, casi comparable a un orgasmo.
La marca de su mano estaba tan clara en la suave y pálida piel de Megumin que era fácil de notar, sin necesidad de esforzarse por verla.
Haniel sintió que no era suficiente; Quería que Megumin entendiera a quién debía seguir y obedecer.
"Bodetada"
- ¡Hiiic!. - un chillido escapó nuevamente de los labios de Megumin.
- ¡¿Por qué me das palmadas en el trasero?!. - exclamó Megumin, indignada, aunque en su voz había también un matiz diferente.
- ¿Por qué? Supongo que es porque querías escapar. Después de haberte aprovechado de mí, querías irte sin cumplir tu parte. - le dije a Megumin con un tono acusador, cambiando mi papel de victimario a víctima.
- ¡N-No es cierto! ¡S-Solo quería salir a comer algo!. - dijo ella, asintiendo varias veces con la cabeza, intentando convencerse a sí misma. Pero su excusa parecía demasiado débil y ella misma se daba cuenta.
- Ah, ya veo, supongo que te has quedado sin hambre, ¿verdad?. - Le lance una mirada intensa y froté su trasero, masajeando suavemente sus nalgas enrojecidas, intensificando la sensación de hormigueo.
- S-sí. - Megumin tragó saliva y respondió en un susurro, mostrando tanto miedo como expectativa en su rostro.
- (Qué niña tan mala, despertando estos deseos en una edad tan temprana). - Con esos pensamientos en mi mente, mis caricias se intensificaron, provocando pequeños gemidos de Megumin.
- Entonces, ¿me dejarás ver tu marca?. - pregunté en un tono firme, mientras mi mano presionaba un poco más su trasero.
No había más opciones para rechazar o excusarse, así que finalmente aceptó.
No tenía prisa por ver su marca. Quería crear un vínculo más profundo, donde el acto de mostrar la marca no fuera solo un simple gesto. Quería que esto representara un avance en la relación, como el primer beso en una pareja, un paso significativo.
Ver la marca sería fácil. De niña, podría haber engañado, pero en ese momento no tenía nada que ofrecer. Solo éramos dos desconocidos, y lo que estábamos haciendo era comparable a venderse por comida, una relación efímera.
Ahora, sin embargo, recordaría que fue su amigo quien vio su lugar sagrado y ella misma observó el lugar sagrado de su amigo. Aunque fue un pequeño paso para ellos, significó mucho para la relación.
- P-Puedes~. - dijo, con voz susurrante, aunque el sonrojo y la emoción eran evidentes.
- (He establecido un vínculo, y ahora la relación se mueve hacia una dinámica de dominio y sumisión. Solo queda avanzar lentamente). - La idea de crear una "correa" imaginaria alrededor del cuello de Megumin surgió de las enseñanzas de mi antiguo mundo.
En ese mundo, todos son esclavos de algo o alguien. Algunos lo son de sus deseos, otros de la atención que reciben; todos, de alguna manera, son esclavos, ya sea que lo reconozcan o no.
Lentamente me arrodillé en el agua. Mi rostro estaba a unos centímetros de su trasero, y aunque podía ver claramente su marca, en ese momento no era eso lo que me preocupaba.
Habíamos estado jugando un rato antes, así que su aroma era agradable.
Inhalé profundamente su fragancia y noté que su cuerpo temblaba. Era evidente que un escalofrío había recorrido su columna, provocando ese leve temblor. Después de disfrutar de ese momento, decidí concentrarme en su marca.
Observe el llamativo código de barras en su nalga derecha. Algo en común que teníamos es que ambas marcas estaban en el lado derecho.
Después de recordar su forma, coloque mis manos en su trasero, jugando, moldeándo y masajeando suavemente.
Noté cómo cambiaba de forma y cómo su coño rosado se movía, casi como si fueran unos labios.
Eran tan deliciosos que, si no fuera por mi autocontrol, no me importaría que mi primer beso fuera robado por esos labios sabrosos y rosados, que se parecen a una fresa.
- ¡Ummm~!. - Megumin soltó un gemido que me sorprendió y me sacó de mi ensoñación.
- ¿Pasa algo?. - pregunté con curiosidad, sin apartar mis manos de su trasero.
- N-Nada, e-es solo que mi cuerpo se siente un poco extraño. - respondió Megumin, sonrojada, con un tono de voz casi ahogado, como si estuviera reprimiendo algo.
- (Oh, oh~! ¡Debería...). - pensé mientras llevaba mi mano hacia su flor, pero antes de que pudiera hacer algo más, sonó una campana.
"DING"~
[ Recompensa por misión: ]
[ Engatusar a Megumi: ¿Qué tan difícil es engatusar a una niña de 5 (Ahora 7 ) años? ¡La pobre niña, con una familia sin dinero y al borde de la mendigación, no tiene nada para comer!
Engáñala para que te muestre su marca de nacimiento y observes el valle prohibido.]
[ Recompensa de misión: 5 gacha points ]
[ Estado: "completada" ]
[ ¡Felicidades, Masta, has completado la misión! ]
[ Entregando puntos...]
[ ¡Puntos entregados, 5 puntos gacha para usar, Masta! ]
"5 minutos después"
La emoción por el gacha interrumpió el ambiente, y aunque me despedí de Megumin de manera algo apresurada, me concentré en mi sistema de recompensas.
Estaba emocionado por probar suerte con el gacha y sentía que hoy era mi día de suerte.
- ¡Vamos, Winry, que me salgan cosas buenas!. - dije, dirigiéndome a mi sistema con entusiasmo.
- Haz girar la ruleta, Winry. - le pedí con una sonrisa, sintiendo que algo bueno estaba por venir.
[ ¡Girando la ruleta, Masta! ]
[ Has obtenido: ]
Linaje aleatorio
Viaje mundial x1
[ ¡Eso es todo, Masta! Creo que has recibido buenas recompensas. ]
- Sí, creo que sí, Winry. - respondí, contento.
-
Ahora, ¿puedes explicarme qué hacen estas recompensas, Winry?. - pregunté, curioso.
[ Linaje aleatorio ]: Obtienes un linaje de cualquier persona o especie del mundo.
[ Viaje mundial ]: Esta recompensa te permite viajar a un mundo aleatorio. Sin embargo, tendrás que completar una misión para regresar a tu mundo de origen, ¡y el tiempo en tu mundo de origen se detendrá!
- ¿Es posible que el "Viaje mundial" funcione así?. - pregunté, algo confundido.
[ En el gacha, casi todo es posible. ¡Este es solo otro tipo de viaje entre mundos! ]
- Bueno, esto es inesperado. Aún así, las recompensas son bastante buenas. - dije, satisfecho.
- Bien, dejando eso de lado, Winry, usa el "Linaje aleatorio". - pedí mientras me preparaba para lo que pudiera suceder.
[ Usando "Linaje aleatorio"...]
[ Linaje conseguido: Adonis, hijo de Venus. ]
[ Este linaje pertenece a un chico japonés, un otaku que reencarnó tras morir. Elegió la habilidad "Linaje de Venus" y se convirtió en alguien muy hermoso. Sin embargo, se obsesionó con la belleza, y su linaje se transformó en "Adonis, hijo de Venus". Finalmente, fue secuestrado por orcas y murió de hambre, perdiéndose su linaje. ]
- Interesante - comenté, pensativo mientras revisaba la historia del chico.
- ¿Cuál es la diferencia entre "Hijo de Venus" y "Adonis, hijo de Venus"?. - pregunté, confundido por el cambio de nombre.
[ La diferencia es significativa. "Hijo de Venus" solo da belleza, mientras que "Adonis, hijo de Venus" te da una bendición especial de Venus. Te otorga cualidades similares a las diosas de la belleza en las mitologías, como Afrodita o Ishtar. ]
[ Los beneficios del linaje "Adonis, hijo de Venus" son: ]
Curación emocional: Puedes sanar traumas y heridas emocionales, protegiéndote de influencias externas.
Protección del amor: Evita engaños y problemas en tus relaciones y aumenta la atracción pasiva hacia ti.
Vínculos empáticos: Desarrolla una conexión profunda con otros, permitiéndote entender sus sentimientos y pensamientos más íntimos.
Atracción: Atrae a otros hacia ti con un magnetismo natural, haciendo que te sigan o te admiren.
- ¡Vaya, todas son habilidades de manipulación! ¡Qué sorpresa, son realmente buenas!. - exclamé, impresionado por la calidad del linaje.
- Pensé que solo me haría más atractivo. ¿Cómo murió si tenía buenas habilidades?. - pregunté, curioso.
[ Es porque no tenía magia. El linaje original no le permitía usar magia, aunque al evolucionar pudo aprenderla. ¡Lamentablemente, ya había sido capturado antes de eso! ]
- Bueno, ¡mala suerte para él!. - suspiré brevemente, pero rápidamente me dejé llevar por el entusiasmo por las habilidades.
- Bien, luego veré qué hacer con la piedra filosofal y cómo aprovecharla. - dije mientras me estiraba.
- ¡Qué bien se siente estirarse antes de acostarse!. - comenté al tirarme en la cama.
- ¡Hasta mañana, Winry!.
[ Igualmente, Masta. Que descanses. ]
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Capitulo largo,¡Carajo!.
¡Gracias por leer!
¡Tchau~!
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Número de palabras: 6825
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