Capítulo largo bastante largo.
Disfruten~
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Haniel
Después de despertarme, recordé lo que pasó ayer. ¿Me arrepiento? No mucho. En el camino que recorreré, probablemente haga cosas peores. Puede que incluso destruya toda la vida en un planeta.
Volviendo a mi hijo bastardo, he decidido dejarlo vivir. Winry me confirmó que en este mundo se desarrollará una historia.
Es decir, tengo dos opciones:
1. Magia y poderes.
2. Un mashup de animes.
Sospecho que será lo segundo, pues mi hijo nació sin magia, a diferencia de su hermana, que tiene algo de magia que fortalece su físico. Se podría decir que es una superhumana, pero sin llegar a ser algo exagerado.
He estado conviviendo con Izumi. Winry lo escaneó y parece que su sistema no es muy elaborado. Es más bien un sistema basado en trabajo duro, esfuerzo y superación.
Y tiene sentido. Winry nació gracias al regalo del Rey Blanco. Sería triste que fuera más débil que un sistema aleatorio.
Lo que ha pasado con Sora y Miyuki... La hemos pasado bien. Salimos y disfrutamos. Sora se ha vuelto más cariñosa, y he notado algunos comportamientos curiosos, incluso algo violentos, pero son solo juegos de niños, así que no hay mucho que preocuparme.
También me preguntó mi edad. No sé por qué, pero igual le dije que tengo 7 años. Se sorprendió, y me dijo que cuando sea grande, me cuidará y mimará.
¡Qué linda!
Solo me queda una semana en este mundo, así que compré una casa mejor. Dejé todo listo para que, después de irme, Miyuki y Sora puedan vivir bien.
De nuevo, me aseguré de que Miyuki no se pasara de lista con mi partida. La amenacé: si alguien tocaba su cuerpo o tenía la mínima intención de traicionarme, Sora moriría.
Para Miyuki, Sora es todo. Como no ha convivido mucho con Izumi, su único pilar somos Sora y yo. Pero, como me voy a ir, solo quedará Sora.
"En el último día..."
- Sora, protege a tu mamá de cualquier daño y no dejes que Izumi se acerque a ella. - le dije seriamente a Sora.
No estaba preocupado, tengo la bendición que me protege de los engaños.
Y fortalecí a Miyuki con la piedra filosofal. Cuando su cuerpo acumulaba demasiada energía y podría explotar, usaba el Greed Touch para absorberla.
Ella es cinco veces más fuerte que un humano entrenado, una auténtica superhumana.
La despedida estuvo llena de lágrimas y promesas. Sora lloraba, Miyuki lloraba, pero les prometí que regresaría.
[ Teletransportado... Masta ]
- Vamos, Winry. - dije con voz tranquila.
En un instante, desaparecí de la habitación donde estaban Sora y Miyuki, y todo volvió al silencio.
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Konosuba
La luz era brillante, y todo parecía igual que antes de irme.
Corrí hacia mi casa, pero al llegar, encontré que estaba vacía.
Entonces, una voz habló a mis espaldas.
- ¿Qué pasó, hijo? No dijiste que saldrías. - dijo una voz masculina.
Me giré y me sorprendí al ver a mi papá ahí.
- ¿Cuánto tiempo pasó después de que salí?. - pregunté, confundido.
- ¿Cuánto? Unos cinco minutos, más o menos. - respondió tranquilamente.
- Ya veo. Decidí ayudarte a cazar mejor. - dije sonriendo.
- ¿En serio? ¡Vamos entonces! Te enseñaré cómo tu padre es el mejor aventurero de los Demonios Carmesí. - dijo, con su habitual entusiasmo.
Simplemente apagué mi cerebro en cuanto empezó con sus delirios.
- ¡Vamos!. - ordené.
- Eh, espera, hijo. - respondió, corriendo detrás de mí.
"Tres años después"
Ahora me encuentro en mi primer día de academia. A mi izquierda está Megumin, que es casi de mi misma altura, soy un par de centímetros más alto.
A mi derecha está Yunyun, quien es más alta que yo. Nos conocimos cuando Megumin y yo salimos a cazar para alimentar a su familia, ya que Komekko era otra boca que alimentar.
Cuando Megumin le regaló una langosta, yo le di una manzana.
Desde entonces, Yunyun no ha parado de acosarnos, aunque no de manera constante.
El uniforme que llevo es similar al de las chicas, pero con unos pantalones holgados, negros, y una camisa rosa con una corbata a rayas negras y rojas.
La capa la llevo sobre los hombros, al estilo de un almirante de One Piece. Es negra con un fondo rojo.
Con los años, mi belleza creció considerablemente. Puedo decir con orgullo que soy el niño más lindo de toda la aldea de los Demonios Carmesí.
Pero el director interrumpió mis pensamientos.
- Y ahora les contaré los volúmenes de mi historia. - comenzó el director, pero los profesores lo sacaron rápidamente.
- ¡No, no! ¡Déjenme, el año pasado sí me dejaron!. - gritó mientras lo arrastraban fuera.
- ¡Bien, que empiecen las clases!. - dijo un profesor de cabello castaño y ojos rojos.
Aunque nos dijeron que nos quedáramos para presentarnos, todos empezaron a hablar entre sí.
Yo, por mi parte, me mantuve un poco apartado, mirando hacia la nada.
- ¡Umu! Estás representando al tipo aburrido y badass, me gusta, es genial. - comentó una chica con el cabello en forma de remolinos y un parche sobre el ojo.
- ¿Tú crees?. - respondí, mientras colocaba una mano sobre mi frente, tapando mis ojos, y mi cabeza se inclinaba hacia atrás.
- Umu, umu, es una buena pose. Parece que tendré competencia, pero lamentablemente no podemos tener nuestro duelo aquí, o mi poder mágico demoníaco sellado estallará. - y comenzó a contar una historia sobre las magnitudes de sus poderes.
Ambos hablábamos sobre pelear, pero coincidíamos en que podríamos lastimar a alguien, así que decidimos no hacer nada por el momento.
Hasta que Megumin quiso interpretar al lobo solitario.
Y Yunyun se declaró rival de Megumin. Fue un día algo agitado.
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Un mes después
Todo transcurrió como en el anime: fuimos a clases, estudiamos y el profesor nos explicó sobre las diferentes magias: fuego, hielo, viento, etc.
También mencionó la magia eruptiva, pero Megumin lo interrumpió preguntando por qué no estaba la magia de explosión, a lo que el profesor respondió que la magia de explosión era inútil.
Técnicamente, es cierto que la magia de explosión es inútil, pero en manos de alguien como Wolbach, o de una persona con una cantidad ridícula de maná, puede ser muy útil.
Después de todo, yo mismo vi cómo esa magia destruyó a una bestia divina y la convirtió en un gato.
Cuando el profesor dijo que la magia de explosión era inútil, todos se rieron.
Al observar la expresión de Megumin, vi que se veía triste y algo enojada.
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Ya en el patio de la academia, el profesor nos iba a dar clases de educación física.
- Bien, chicos, ¿qué es lo más importante en el campo de batalla. ' preguntó Puccin-sensei.
- ¡Yunyun, dime qué es lo más importante!. - Puccin apuntó a Yunyun, quien, al no esperarlo, entró en pánico.
- Eh, um... eh... la calma, la calma es lo más importante. - respondió Yunyun, gritando con pánico.
- Eh, 5 puntos. - dijo Puccin, con indiferencia, desinflando la creciente confianza de Yunyun.
- ¡Megumin, la mejor de la clase!. - Al ser mencionada por el sensei, Megumin gritó la respuesta a todo pulmón.
- ¡El poder destructivo!. ¡El poder destructivo es lo más importante!. - respondió Megumin mientras posaba de diferentes maneras.
- ¡Eh, 50 puntos!. - dijo Puccin, con voz seca.
- ¡Gah!. - Megumin mostró una expresión de tristeza.
- Ahora, Arue, sé que sabes la respuesta. - gritó Puccin, señalando a Arue.
Arue posó una mano debajo de su abundante pecho, cubriéndose un ojo con la otra, mientras hacía una pose.
- ¡Versión genial!. - comentó Arue, mirando hacia la nada.
- ¡Gah! ¡100 puntos, 100 puntos!. - Puccin-sensei comenzó a elogiar a Arue con entusiasmo.
Todos comenzamos a practicar nuestras poses, y, como en el canon, Puccin se presentó de manera épica, declarando que algún día le robaría el puesto al director.
- Bien, formen parejas y practiquen sus presentaciones. - ordenó el profesor.
A diferencia del anime, yo, al estar presente, terminé formando pareja con Yunyun para practicar.
- Eh, hola... Haniel. - Yunyun me habló tímidamente.
- ¿Eh? ¿Quién eres?. - bromeé, intentando molestarla.
- Mm, soy Yunyun... ¿no me recuerdas?. - preguntó cabizbaja.
- Era broma, sí te recuerdo. Después de todo, siempre nos acosas a Megumin y a mí.
- Yo... yo no los acoso, son solo casualidades. Sí, casualidades. - Yunyun agitó las manos nerviosa.
- Sí, sí, vamos, preséntate. - le dije, mientras la animaba a tomar confianza.
- Um... aquí voy... - dijo, sonrojándose mientras hablaba en voz baja. - Yo soy... Yunyun, futura cacique de la... aldea.
- ¡Qué vergüenza!. - Yunyun se cubrió la cara con las manos, sonrojada.
- Es una linda presentación, aunque a mí también me da vergüenza. - me rasqué la mejilla incómodo.
- ¿Eh? ¿En serio?. - exclamó Yunyun, sorprendida.
- Yo le digo a otros que es vergonzoso, pero me tachan de rara. - Yunyun me confesó, y era cierto, ella era la única "normal".
- Sí, es vergonzoso. Mis padres siempre hacen poses y hablan de manera muy vergonzosa, pero con el tiempo me acostumbré.
- Lo importante es crear una presentación que te guste o te dé confianza. - le hablé con calma, mientras notaba que un pequeño sonrojo aparecía en su rostro.
- Um... yo lo intentaré. - respondió, ahora con un poco más de confianza.
- ¡Bien, Yunyun, tú puedes!. - la animé a seguir adelante, aunque, al notar que Yunyun no tiene muchos amigos, pequeñas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
- ¡Wuaa, nadie me había apoyado así!. - sollozó Yunyun, y me sentí algo avergonzado por su llanto.
- No llores, somos amigos, después de todo. - traté de tranquilizarla.
- ¿Eh? ¿En serio somos amigos?. - preguntó, con los ojos brillando de felicidad.
- Sí. - asentí lentamente.
- Umu, umu, sí somos amigos. Los amigos se hablan y se invitan a los cumpleaños, ¿no?. - preguntó, con una cara expectante.
- Sí. - respondí, aunque me sentía algo incómodo por la situación.
Pero justo en ese momento, comenzó una lluvia torrencial.
- Vaya, mi poder mágico era tan poderoso que se salió de control. - dijo Puccin-sensei, aunque era obvio que no podía detenerlo.
Entonces, las plantas comenzaron a atacar.
Todo se descontroló y, por culpa del profesor, nos vimos obligados a tratar de capturar los malditos tulipanes.
Después de un rato, Yunyun y Megumin estaban espalda con espalda, mientras yo descansaba sobre un árbol, con Arue a mi lado.
- ¿No es interesante la ruta de Megumin y Yunyun?. - Arue me preguntó.
- No lo sé, puede que Megumin tenga otras rutas o conozca más personajes secundarios. - respondí tranquilamente.
- Puede ser, eso haría la trama más interesante. - dijo Arue, mientras su pecho se sacudía levemente.
Arue, la aspirante a escritora que planea escribir su destino, es una chica que me habla en clase y parece llevarse bien conmigo.
Siempre me menciona que le gustaría ver la ruta "Haniel x Megumin" o la ruta "Haniel x Megumin x Yunyun".
Es una chica que disfruta del caos, pues lo ve como una fuente de inspiración para sus historias.
Se podría decir que tiene una personalidad fuerte, ya que no duda en expresar sus opiniones; según ella, la apariencia es poder, y que su apariencia cambie demuestra debilidad.
Es una perspectiva interesante.
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Días después, afuera de mi casa
- ¡Sal rápido, Haniel! ¡Mi enorme poder mágico está atrayendo a bestias demoníacas, necesito tu ayuda, ghaa!. - una chica molesta gritó desde fuera de mi casa.
- ¡Ya voy, Megumin!. - respondí, mientras intentaba ignorar sus delirios.
Pero algo me distrajo: un pequeño gato negro estaba amasando las mejillas de Megumin.
- ¡Qué bueno que viniste, Haniel, pero es muy tarde! Ya capturé a la bestia y la convertí en mi familiar. - dijo, como si hubiera librado una gran batalla.
- ¿Y qué pasó, la verdad?. - le pregunté, buscando que Megumin dejara de lado sus fantasías.
- Komekko capturó a esta bola de pelos. - Megumin me mostró al gato, que, por alguna razón, me recordó a la otra mitad de Wolbach.
- Oh, qué lindo~. - dije, tomando con suavidad a la pequeña bola de pelos.
Cuando ambos nos miramos a los ojos, sentí una extraña conexión con ella, como si algo me uniera a ese pequeño ser.
Fue entonces cuando recordé que, cuando me gradúe de la escuela, tendría que aprender el regalo de mi maestra.
- (Gracias, pequeña gatita). - acaricié suavemente a la futura Chomusuke, y ella pareció sentir también esa conexión.
De un salto, brincó de mis manos a mi cabeza.
- Vaya, Megumin, parece que a tu bestia demoníaca le gusto más yo. - Hablé con diversión, tratando de molestar a Megumin.
- Hump, eso es porque tu mana lo atrae, pero cuando se alimente de mi mana, su cuerpo sucumbirá a mis encantos. - Megumin dijo, orgullosa, mientras se tocaba su inexistente pecho.
- ¡Sí, sí, vamos antes de que la clase empiece!. - corrí rápidamente, dejando atrás a Megumin.
- ¡No, no te lleves a mi familiar!.
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En clase
Cuando Megumin y yo llegamos a clase, todos se acercaron a mí, pues el gato estaba sobre mi cabeza. Comenzaron a elogiarlo y darle de comer.
- Felicidades, Megumin, ya no tienes que darle de comer. - le susurré a Megumin, que estaba en el banco a mi derecha.
- Parece que sí. - respondió, suspirando.
El profesor llegó, y Megumin le dio una excusa sobre por qué no podía separarse de la bola de pelos.
Al final, el profesor anunció que formaríamos grupos para realizar un ritual y subir de nivel. Todos comenzaron a formar equipos para la expedición. Yunyun parecía un poco cabizbaja, pues no conocía a nadie.
- Haniel, ¿quieres ser mi compañero?. - me preguntó Arue.
- Claro. - respondí tranquilamente.
Pero un giro en la trama ocurrió: Arue, que originalmente iba a preguntarle a Megumin si quería ser su compañera, me preguntó a mí. Megumin intentó preguntarle a Yunyun, pero...
Dodonko y Funifura la interrumpieron, por lo que Megumin quedó sola. La miré y no pude evitar sonreír.
- ¿Qué pasa, Megumin? ¿Te quedaste sin equipo?. - dije, divertido, mientras ladeaba la cabeza.
Megumin, con la mano extendida hacia Yunyun, la retiró rápidamente.
- Púdrete. - respondió groseramente mientras me ignoraba.
- Vamos, Megumin, ¡el karma te alcanzó! ¡JAJAJA!. - solté una risa al ver cómo el destino le jugaba una mala pasada.
- Bien, dejemos de lado tu timidez por no poder decirle a Yunyun que quieres ser su amiga. - hablé de forma sarcástica.
- ¿Quién quiere ser su amiga, jump?. - Megumin hizo un puchero mientras ladeaba la cabeza.
- Sí, sí, tsundere. - tomé su mano y la atraje hacia mí, levantándola un poco.
- Arue, Megumin se nos unirá, ¿te molesta?. - le pregunté.
- No, no me molesta. - respondió, mientras sus ojos brillaban.
- ¡Ojalá tuviera papel y pluma, se me ocurren unas ideas!. - susurró Arue, emocionada.
- Bien, vamos, luego escribes tus libros de fantasía. - dije mientras arrastraba a Megumin.
- ¡Suéltame, suéltame! ¡Yo seré mi propio equipo!. - protestó Megumin, la típica tsundere.
- Sí, sí, equipo de tres. - respondí, y Arue y yo salimos del salón con Megumin arrastrada.
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Me encontraba en el bosque junto con Arue y Megumin, escuchando a Puccin-sensei.
- ¡Nosotros, los demonios Carmesí, somos capaces de potenciar nuestros físicos temporalmente con mana!. - declaró Puccin-sensei, mientras levantaba un garrote. Se notaba cómo sus músculos se expandían.
- Bien, Arue, vas primero - ordenó.
- ¡Oh, mana recorre mis vasos sanguíneos! ¡Y fortalece mis extremidades! ¡Haaa!. - exclamó Arue, levantando con una sola mano una espada que era casi de su tamaño.
- ¡Wow, genial!. - gritaron todos.
- Um, esto está hecho de made... - intentó comentar Yunyun, pero antes de que pudiera recibir una mirada de desdén de todos, la tomé del hombro.
-Um, Haniel?... - preguntó, confundida.
- No. - respondí simplemente, negando con la cabeza, y ella entendió.
Una mirada de impotencia apareció en su rostro.
- Bien, escojan un arma. - dijo Puccin-sensei, señalando una mesa llena de diversas armas.
Después de que elegimos, y si no teníamos alguna (nota: gracias mamá por la daga), el sensei trajo una lagartija de tamaño considerable.
El "ritual" para subir de nivel no era más que matar monstruos que el sensei había congelado.
Como era de esperar, Megumin fue la primera en adelantarse para acabar con la alimaña.
- Oh, digno de la mejor de la clase - comentó el sensei, con orgullo.
- ¡Bien, pónganse a subir de nivel! ¡Yo me encargaré del resto del ritual! - añadió, alejándose.
- O-Oye, Megumin, ¿de verdad lo harás?. - preguntó, tímida, Yunyun.
- Es el destino de nuestro combativo clan. - respondió Megumin con una expresión triste, aunque en su mente otra cosa pasaba.
- (¡JAJA! ¡Acabar con monstruos moribundos! ¡Qué fácil!). - pensó Megumin, celebrando internamente.
- ¡Oh, Bestia del mal, escucha mi réquiem y sométete al sueño eterno!. - gritó Megumin, pero justo cuando estaba a punto de aplastar la cabeza de la lagartija, esta se escapó del hielo, desatando una batalla de vida o muerte.
Finalmente, Megumin salió victoriosa.
- G-Gané. - exclamó, su rostro cubierto de polvo y tierra.
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"Minutos después..."
- ¿Quieres acabar con él?. - le pregunté a Arue, que estaba a mi lado.
- No, gracias. Acaba con él tú. - respondió, sin apartar la vista de Megumin.
Al voltear la mirada, vi cómo Megumin observaba a Yunyun.
Parece que Dodonko y Funifura estaban tratando de presionar a Yunyun para que matara al monstruo: un pequeño conejo con un cuerno en la frente.
Megumin no dijo nada y simplemente fue a ayudar a Yunyun.
- Iré con ella. - me dijo Arue.
- Ok. - Asentí mientras regresaba la mirada al monstruo que tenía delante mío.
Era el mismo tipo que el de Yunyun, un conejo con un cuerno en la frente.
- Sirve como mi experiencia alimaña. - hablé mientras sacaba mi daga.
En un instante le corté la cabeza al pequeño conejo.
Al regresar mi mirada a Megumin y Arue, vi que Megumin estaba obligando a Dodonko a matar al conejo, pero Dodonko terminó llorando.
- Oye, Megumin... - comencé a decir, pero antes de que pudiera continuar, un rugido sonó.
Y detrás de las ellas, una enorme gárgola estaba amenazando a las chicas, que inmediatamente corrieron en mi dirección.
- Mierda, soy fuerte, pero esa gárgola no es débil. - maldije por lo bajo.
Corriendo junto con las chicas para escapar de la gárgola, saltamos un agujero, y de ese agujero salió un rayo de fuego, dándole de lleno a la gárgola.
Resultó ser Bukkorori, un conocido de Megumin y un conocido mío, aunque prefiero no juntarme con él. O la opinión de Megumin sobre mí bajará algunos niveles.
Al final, lo dejamos en aquel agujero.
Cuando llegamos a la colina donde podríamos ver toda la aldea...
"Swoosh"
El sonido del viento siendo cortado retumbó.
El tiempo se ralentizó; al mirar de reojo, vi cómo la gárgola de antes estaba por chocar con Megumin y, por ende, conmigo.
Reuniendo toda la fuerza que tenía, giré hacia la izquierda y me impulsé con la fuerza de mis piernas, complementada con el fortalecimiento de Mana.
Agarré la daga y, en un borrón, desaparecí. Megumin sintió el viento que pasó y, al voltear para ver a su derecha, vio la cabeza de la gárgola con la boca abierta.
- "¡AHH!". - gritaron todas.
- ¡Haniel!. - gritó Yunyun, y al voltear a ver, me vio detrás de la gárgola.
- ¿Estás bien?. - Yunyun se apresuró y comenzó a revisarme.
- Sí, estoy bien. - respondí mientras me sujetaba la muñeca.
Al correr a toda velocidad para matar al monstruo, corté su cuello con la daga, pero era demasiado duro y me rompió la muñeca y mi daga se rompió.
Pero al final, cumplió con el cometido.
- ¡Mierda, mi daga! - maldije mientras veía la daga que me había acompañado por tanto tiempo.
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Megumin
Komekko había traído a la bola de pelos y quería presentársela a Haniel.
En los años antes de conocerlo, era una persona solitaria. Me enfocaba únicamente en conseguir comida para sobrevivir.
Cuando lo conocí, pensé que era molesto, pero con el tiempo se convirtió en un amigo muy cercano.
Él ha hecho mucho por mí.
Me protegió del monstruo que liberé por accidente. Me ayuda a buscar comida para Komekko y, siempre que tengo hambre, me comparte lo suyo.
Con los años, su personalidad se volvió más juguetona, pero siempre me ayuda y me incluye en todo lo que hace. Cuando quería pedirle a Yunyun que formara parte de mi equipo, y ella se fue con otros antes de que pudiera preguntarle, él, sin decir nada, me metió a su equipo.
Supongo que puedo confiar en él, incluso si no tengo a nadie más.
Él me apoya en mi deseo de aprender la magia de explosión, y hoy lo volvió a hacer: me protegió.
Cuando la gárgola estaba por atacarme, él se movió rápidamente y la mató.
No recordaba que fuera tan fuerte y varonil. Su mano salió lastimada y la daga que su madre le regaló se rompió, todo por protegerme.
Necesito hacer más por él. Él ha hecho tanto por mí, y yo no he hecho nada a cambio.
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Una luz púrpura descendió del cielo.
Era el profesor y el director.
Al ver el cadáver de la gárgola a un lado mío, me felicitaron por mis esfuerzos para proteger la aldea.
Luego, usaron un hechizo para curar mi muñeca rota.
Pero lo que vino después fue una tontería.
Más personas de la aldea, un panadero, un zapatero, un pescador y el dueño de una cafetería cayeron frente a nosotros y empezaron a lanzar hechizos.
- ¡Quien desafíe nuestra mirada Carmesí acabará reducido a cenizas!. - dijo Arue.
"¡Qué magia tan poderosa! ¡Es genial! ¡También queremos aprender a usarla!" todas comenzaron a adular la magia.
Mi mirada se centró en Megumin. Sus ojos brillaban, pero había algo de desgana en su rostro. Aunque la magia que mostraban era impresionante, no parecía ser lo que ella deseaba.
- Un calor que te quema la piel, una onda expansiva que te sacude, un aroma a tierra pulverizada, una luz cegadora y un humo que te lastima. - dije lentamente.
Megumin me miró con los ojos un poco llorosos y una expresión de sorpresa.
Solo pasé mi mano por su hombro y la atraje hacia mí.
- Si te arrepientes de aprenderla, puedes llorar en mi hombro. Yo me reiré de lo débil que eres y de tu falsa convicción. - sonreí cálidamente.
Para alguien más, eso podría haber sido grosero, reírse de la tristeza de otro, pero para Megumin era una bofetada que la empujaba a seguir adelante, a no dejar que todo lo que había hecho se desperdiciara.
Ella no dijo nada y simplemente se apoyó en mi hombro.
Pero nuestro momento tranquilo se interrumpió cuando los locos de la aldea comenzaron a causar caos.
Mis ojos se abrieron al ver lo que estaba pasando.
- (¡Esos malditos locos están destruyendo la aldea!). - grité mentalmente.
- ¡Esperen, ya se fueron las gárgolas! ¡Están destruyendo todo!. - gritó Yunyun, llena de pánico.
- Yunyun... - dije suavemente.
- ¿Q-Qué? - respondió, aún con pánico en la voz.
- Solo... apaga tu cerebro - sonreí.
- ¿Eh?. - puso cara de confusión.
"Horas después"
Todo estaba destruido: las calles destrozadas, los hogares derrumbados.
- ¡El sello de la deidad maléfica se ha roto! Las bestias se han tratado de vengar, ¡pero que eso no nos detenga! ¡Nosotros construiremos una nueva utopía!. - el director habló con convicción.
Y todos se pusieron sentimentales.
Yo estaba detrás, con Yunyun, consolándola, pues ella y yo éramos los únicos con sentido común.
Y así pasaron los días. Empezamos a llamar "Megumin" a la bola de pelos, pues no tenía nombre.
Bueno, eso fue hasta que Megumin se enojó y Yunyun le puso de nombre "Kuro".
Y otra vez me tocó consolar a Yunyun, porque decían que su nombre era raro.
- Yunyun... - hablé suavemente.
- ¿Eh? - respondió con timidez.
- Apaga tu cerebro. - sonreí cálidamente.
- Creo... que tienes razón. - Yunyun finalmente se dio cuenta de que intentar entenderlos gastaba demasiada energía.
Y ese día, los dos mejoramos nuestra amistad.
Al día siguiente, el profesor nos mandó a la biblioteca, pues los monstruos se volvieron agresivos.
Todos estábamos en la biblioteca, aunque yo estaba recostado en una esquina. Estudiar no te da XP así que no me sirve.
Me levanté de mi esquina para dirigirme hacia Megumin, que estaba leyendo sobre la magia explosiva.
- Oye Megumin. - hablé, haciendo que ella dejara de ver su libro.
- ¿Qué pasa?. - respondió con calma y con una voz menos áspera que la de siempre.
- Voy a ir a tu casa, ¿no te molesta?. - ladeé la cabeza.
- Mm... no. - dijo mientras su sombrero tapaba su mirada.
- ¿Pasa algo?. - pregunté confundido.
Megumin solamente negó con la cabeza y cuando me disponía a retirarme, me tocó la espalda.
- Ten. - Megumin solo dijo eso mientras extendía una caja.
- Oh, ¿y esto?. - antes de que Megumin pudiera decir o hacer algo, la abrí y encontré una daga. No era mejor que la de mi madre, pero sabiendo la situación de Megumin, me sorprendió.
Solamente sonreí por lo tsundere que ella era.
- Gracias, Megumin. - le agradecí, pero tenía algo en mente.
- De nada. - solo pudo decir eso.
Mientras hablaba, le di un beso en el cachete. Megumin lanzó un golpe que esquivé.
- ¿Q-QUÉ FUE ESO?. - gritó con un sonrojo en su rostro.
- Una recompensa. ¿No la quieres? Tal vez quieras comida. Bien, cuando vaya a tu casa, llevaré el almuerzo. - hablé rápidamente.
Al instante, me fui a dormir a la esquina, dejando a una Megumin con la cara sonrojada y con el corazón latiendo.
- T-Tonto. - habló con vergüenza y enojo, pero con una pequeña sonrisa.
"Después de un tiempo..."
Una conmoción me despertó, pues Bukkorori, el nini de la aldea, fue enterrado en libros.
Pero no le di importancia.
Al terminar las clases, Megumin y Yunyun se fueron con Bukkorori para ayudarlo a conquistar a Soketto.
Mientras tanto, yo le dije a Megumin que la vería en su casa.
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Después de recorrer el camino hacia su casa, me encontré con una Komekko que estaba jugando afuera.
- Hola, Komekko. - sonreí.
- Oh, comida. - ella solo me ignoró mientras dirigía su atención al bento en mi mano.
Como si de una fiera se tratara, saltó hacia mí, pero la atrapé con una mano.
- Komekko, ¿quieres este bento?. - pregunté con dulzura en mi voz.
- Uh, umu. - asintió sin dejar de ver el bento.
- Bien, te lo daré. No. Mejor te daré 2. ¿Qué te parece?. - seguí endulzando mis palabras.
- Ohh, oni-chan es el mejor. Dejaré que te quedes con Megumin. - Komekko regaló a su hermana por un almuerzo.
- Gracias, pero a cambio quiero usar una habilidad contigo, pero no tienes que decir nada, o si no... - hablé con una voz peligrosa.
- No habrá más bentos. - cambió mi tono de voz por uno más divertido.
- Umu, umu, no diré nada, dame, dame. - Komekko me arrebató el bento.
"Dentro de la casa de Megumin"
Dentro de la casa de Megumin no había nadie, pues todos los adultos de la aldea fueron a eliminar monstruos y sellar la tumba de la deidad maléfica.
Estaba sentado en el tatami de la casa de Megumin, en su sala solo había una mesita donde comían.
Tenía a Komekko en mi regazo, pues ella se acomodó sola.
Mientras Komekko comía hasta atragantarse, yo estaba acariciando su cabeza. Con cada palmadita que le daba, su cuerpo se relajaba.
- (Bien, es hora.) - pensé.
Una luz púrpura asquerosa apareció con un brillo lúgubre.
Luces se enredaba en Komekko, como si de una telaraña capturando a su presa, se tratara.
Mientras me concentraba en absorber solo la habilidad de Komekko y no llevarme su vitalidad y energía.
Recordé a mi hija en el mundo de la loca loli y cómo actué. Era mi primera vez en un mundo así, así que actué de manera bastante paranoica.
Debí haber dejado que la corriente me llevara, pues no había prisa. El miedo a un mundo al que no pertenecía y la constante preocupación de que el mundo me marcara como enemigo me ganó. Ahora, si viajo a otro mundo, tengo que tomarlo con calma.
Mientras me perdía en mis pensamientos, me sentí repleto. La sensación de que mi alma estaba llena era interesante, y el hecho de que la habilidad que absorbí me dejara así es una señal de que es una buena habilidad.
- (Winry, estás.) - Hablé con mi sistema que hace tiempo que no nos comunicamos.
[ Estoy, Masta. ]
- (¿Cómo has estado? También sobre el puente. ¿Ya está hecho?.) - Pregunté con curiosidad.
[ Estoy bien, Masta, gracias por preguntar, y en cuanto al puente, sí, está listo. ]
Desde que dejé el mundo, Winry se concentró en sentir mi ancla en el mundo de la loli loca y cuando lo encontrara, formar un puente.
Como es la primera vez que viajo, lleva un tiempo, pero como no estaba apurado, le dije a Winry que se tomara su tiempo.
Al principio estaba paranoico con Sora y Miyuki, pero con el tiempo me calmé. Ellas eran como mi primer juguete; la emoción del momento me ganó, pero cuando dejé de jugar con ese juguete, solo me queda la nostalgia. Si hicieron una vida bien por ellos, pero aunque tengan una vida, tendré que castigarles, pues no siguieron mis órdenes y eso es muy grosero.
[ Sí, Masta, está hecho. Puede viajar cuando quiera, pero el tiempo de reutilización es de 2 años, pues entrar y salir de un mundo no es fácil. ]
[ Es como intentar entrar por aduana, mucho papeleo. ]
- (JAJAJA Winry, ya haces chistes) - Pensé sorprendido.
[ Estar con usted me afecta, Masta. ]
- (Sí, sí, puedes regresar a dormir, Winry) - Hablé mentalmente.
Algo curioso que pasó en los años que pasaron desde que regresé del mundo loco es que a Winry le permití usar mi cuerpo. Solo puede usarlo por unos cuantos minutos, aproximadamente 30 minutos, pero en esos 30 minutos ella tomó una siesta y se enamoró inmediatamente de ella. Desde entonces, ella duerme y replica el sentimiento.
Tengo un sistema perezoso.
"DING~"
- (Oh, llegó una recompensa - pensé con sorpresa).
- (Muéstrame, Winry). - Ordené mentalmente.
[ Caro, Masta. ]
[ Recompensa por misión secreta: 8 Gacha Points. ]
[ Primera Habilidad: Todas las habilidades que tienes son habilidades con las que naciste o conseguiste gracias a otros medios, pero no tienes ninguna habilidad única.
Consigue una habilidad única y admira tú nuevo poder. ]
[ Estado: "Completada". ]
[ Entregando Gacha Points... ]
[ Felicidades, Masta, quiere tirar de la ruleta. ]
- (No, por ahora no, lo haré cuando esté en casa). - Me comuniqué mentalmente con Winry.
- Lo siento, Komekko, tengo que irme, dile a Megumin que tenía cosas que hacer. - Hablé lentamente.
- Umu, sho le digo. - Trató de hablar mientras pedazos de comida caían de su boca.
- No hables con la boca llena, Komekko. - Sonreí mientras salía por la puerta.
- Bye Bye. - Habló sin siquiera mirarme, solamente seguía comiendo.
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Después de despedirme de Komekko y caminar de regreso a mi hogar, estuve pensando en si dirigirme al mundo Sora. Como ese mundo no tiene nombre, lo llamaré Sora.
Dirigirme a ese mundo traería problemas, más con mi hijo reencarnado que había olvidado que existía. Tal vez sea más fuerte que yo y sería problemático acabar con él, o tal vez sea más débil. Iré cuando aprenda magia en este mundo.
"En casa"
Me encontraba sentado en mi cama, ya era de noche y mis padres aún no habían vuelto. Mientras revisaba mi habitación, me topé con una foto.
Era una foto de mi nacimiento; estaban mis padres y abuelos, a quienes no veía, pues ellos se mudaron a otra aldea de los demonios Carmesí. Mis tíos también tenían un hijo en camino y querían que mis abuelos lo presenciaran.
El tiempo pasó y resulta que el hijo falleció, y por eso mis abuelos se quedaron a consolar a mis tíos.
Mi papá y mamá no se llevan con mis tíos, pues ellos intentaron hacer que yo no naciera, algo sobre una adivinación donde yo destruiría a la familia. Eso no le sentó bien a mis padres y se distanciaron.
- Ahhh~. - solté un suspiro.
- Haz girar la ruleta, Winry. - hablé tranquilamente al aire.
[ ¡Girando, Masta!... ]
- Venda Mágica (Otro)
- Bokken (Rurouni Kenshin)
- Shinigami Eyes (Death Note)
- Maldición del sello oscuro (Black Cover)
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¡Gracias por leer!
¡Tchau~!
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Número de palabras: 5,563
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