Desde que era pequeño, siempre me han fascinado las novelas de fantasía, esas donde el protagonista llega a un mundo diferente para salvarlo. A veces el protagonista era invocado, otras, simplemente nacía y crecía allí hasta convertirse en el héroe destinado e incluso otras veces era un protagonista roto con historia cliché.
Pero la esencia de esas historias siempre era la misma. Con el paso del tiempo y a medida que me hacía adulto, mis gustos comenzaron a cambiar. Aunque no he llegado a odiar ese tipo de historias, ya no las veo con la misma inocencia de antes. Ir a otro mundo para salvarlo... da igual el método, siempre implica sufrimiento y trabajo duro.
Ahora, aún sin haber alcanzado los treinta, me considero un adulto hecho y derecho en busca de la comodidad. Por eso en las historias del héroe que entrena, lucha y lidera ejércitos es un poco…desmotivador
Seguro que te preguntas porque te estoy comentando todo esto. Verás, últimamente, no puedo dejar de darle vueltas al asunto.
El método más popular usado para terminar en otro mundo, parece ser el famoso atropello por camión. Pues bien, en el último mes he esquivado 69 camiones. Sí, leíste bien. ¡Sesenta y nueve! Es imposible que alguien no empiece a replantearse la vida con algo así ¿verdad?
Si solo hubiera sucedido un par de veces en toda mi vida, no me habría emparanoiado. Pero esto... definitivamente es raro.
Lo peor de todo, en mi búsqueda de vivir una vida cómoda aún no he buscado pareja y mucho menos he tenido relaciones sexuales. Ahora que mi vida pende de un hilo, no me gustaría morir antes de…
¡POP!
—¿Pero qué carajos? —No pude evitar soltar esas palabras.
Cálmate, aún no sabemos qué está pasando. Hace apenas un segundo estaba reflexionando sobre mi problema con los camiones asesinos, y ahora… ¿un lugar hecho de nubes? El suelo era blanco, esponjoso, y una luz cálida lo inundaba todo.
—Bienvenido, alma testaruda. No fue fácil, pero al final ¡yo! lo conseguí.
—¿Qué...?
Frente a mí apareció una mujer. Su aura divina, vestimenta brillante y actitud altiva gritaban: "Arrodíllate simple mortal".
Cada vez tengo más preguntas, pero hay algo en esta situación que no me gusta para nada.
—Soy la diosa de un mundo increíble llamado Deias —dijo con una sonrisa deslumbrante.
—Ajá... ¿Y qué hago aquí exactamente?
—Ah, bueno, yo te maté.
—¿¡Qué!?
—Lo que quise decir es que tuve que "darle un empujoncito" a tu destino para traerte aquí.
—¡¿No es eso lo mismo?!
No puedo creerlo. ¿Acaso no es una diosa, porque me mató? Y ¿cómo mierdas morí? ¿veneno? ¿alguna enfermedad rara? ¿acaso usó su poder contra mí?
—Fuiste atropellado por un camión.
—Ah, sí claro, por supuesto un camión. ¡Una Mierda! Antes de aparecer aquí no había ningún camión cerca de mí. Eso es imposible. Me niego rotundamente que me haya matado un camión.
¿Eh? ¿Qué es esto? ¿Una pantalla? ¡Ese soy yo! Debe ser el momento de mi muerte, pero... ¿por qué me lo enseña? Espera... ¿estaba diciendo la verdad?
—Como puedes ver, tuve que ser creativa para matarte...
Ah, definitivamente no puede ser una diosa. ¿Por qué haría algo así?
—¿Por qué lo hice? dices.
Genial. También puede leer la mente.
—Por supuesto, soy una diosa después de todo.
Entonces, ¿cuál es la razón para matarme con un camión volador?
—Veo que ya ni te molestas en hablar…
Por supuesto, siempre busco la comodidad, ante todo.
—Verás, durante este último mes, los dioses hemos intentado llevarte a nuestros mundos de esta manera. No fui la única, aunque sí fui quien tuvo éxito.
Oye, oye... No lo digas con tanto orgullo, ¿no se supone que eres una diosa?
—¡Qué irrespetuoso! Cuestionando a una diosa. Pero, en fin, te perdono porque soy una diosa compasiva.
¿Compasiva? Te recuerdo que fuiste tú la que me mató. Qué descaro.
—Tch, maldito mocoso...
¿Eh? ¿Acaso escuché bien?
—Tu alma es especial. Es compatible con la transferencia de mundos. Básicamente, podemos enviarte a nuestros mundos si te matamos. Según el código firmado por todos los dioses, solo se puede intentar con las personas cuya alma sean compatibles. Y no hay muchas, asique cada dios tiene una oportunidad para intentarlo cada cierto tiempo, y cada uno tiene sus propias razones.
¿Y crees que eso me hace feliz? Dejé atrás a mis padres y mi hermana.
—Oh, no te preocupes por eso. Ya hablé con ellos y están de acuerdo.
—¡¿Cómo?!
Volví a hablar de la sorpresa. Ahora que lo pienso, mis padres siempre fueron algo crédulos con lo divino. Tal vez eso les convenció.
—Nah, ganaron novecientos millones de euros en la lotería como indemnización. Por cierto, tu madre dijo que te cuidaras, y tu padre comentó algo sobre cumplir con tus deberes divinos. Tu hermana, en cambio, solo dijo "gracias" entre lágrimas.
—¿¡Acaso mi familia está mal de la cabeza?!
Pero es sorprendente que mi hermana dijera gracias mientras lloraba, ¿tal vez... se preocupó por mí?
—¿Qué dices? Fueron lágrimas de felicidad.
—¿Tanto me odiaba? ¿O será... ¡el dinero!? Maldición, ella buscaba una vida aún más cómoda que yo. Con ese dinero es posible…
Aun así, aunque mi familia lo apruebe, no quiero ir a un mundo como héroe y luchar contra tipos y monstruos fuertes. No valgo como héroe ¿sabes? Quiero vivir una vida cómoda ¿sabes?
—Tranquilo, no será necesario. Yo no necesito un héroe, aunque había dioses que sí necesitaban uno. Supongo que tuviste suerte.
—¿Suerte? ¿Dónde está la trampa? No creo que me hayas matado sin razón ¿o sí?
—Sin trampa ni cartón. Necesito un hombre que sea capaz de satisfacer sexualmente a las mujeres de mi mundo. Así de simple.
—¿Que? ¿Me mataste solo por eso?
—Exacto. En mi mundo hay un problema. El exceso de maná en el ambiente hace que los pocos hombres que nacen sean físicamente frágiles. Debido a esto algunos se vuelven emocionalmente débiles, incapaces de soportar la intensidad de las mujeres, y terminan rechazándolas, traumados... o en casos extremos muertos.
—... ¿Es en serio?
—Sí. Asique tú, al ser de otro mundo podré darte una habilidad para que puedas complacerlas sin morir en el intento… En principio
—¿En principio? No, espera, espera. ¿Tu "gran plan" es que me convierta en una especie de semental?
—Podrías decirlo así. Tu mejor opción es ir a la capital de un gran continente unificado llamado: Throne. Allí podrás aspirar a la vida cómoda que buscas. Aunque procura no morir de placer, no hay segundas oportunidades, ¿entendido?
Al menos suena mejor que convertirse en un héroe, supongo.
—¡Vaya! la transferencia ya comenzó.
—¿Qué? ¡Oye! No te hagas la sorprendida. Aún tengo preguntas
—Buena suerte, chico. Aprende rápido, o morirás de placer en el intento.
—¡AL MENOS DIME CUAL ES MI HABILIDAD!
***
¡POP!