—Mmmhn... —estaba tan a gusto que el estirarme se sintió genial.
Hacía mucho que no dormía tan bien. Los árboles se alzan como gigantes sombríos, sus ramas entrelazadas apenas dejan filtrar la luz del sol. Este lugar tiene un aire de tranquilidad que hace difícil querer abandonar mi cama improvisada.
Mi mirada se clavó en Fresa. Así que… es cierto. He llegado a otro mundo. Por un momento pensé que era solo un agradable sueño, pero mis ojos no me engañan.
—¡Buenos días, Cid! ¿Dormiste bien?
Ah, qué sentimiento tan agradable: despertarme y tener a alguien que se preocupe por mí. Definitivamente, no quiero separarme de Fresa nunca.
—Buenos días, Fresa. ¿Te he hecho esperar mucho?
—No te preocupes, Cid. Hoy mismo llegaremos a la capital, así que, si quieres, puedes seguir durmiendo un poco más.
Eso no tiene sentido. Según el mapa, todavía estamos a más de un día de camino.
—¿Cómo dices? ¿Estamos tan cerca?
—Ten, primero desayuna y te cuento. Soy buena preparando sopas —dijo con una sonrisa orgullosa, llevándose una mano al pecho.
Esa expresión es demasiado adorable. Me pregunto cómo se verá en la cama... ¿Debería dar el primer paso ya?
Mientras saboreaba la deliciosa sopa que Fresa había preparado, me explicó cómo funcionaba el protocolo de la guardia fronteriza cuando encontraban a un hombre. Según sus palabras, viajar con un hombre sin una "marca" era peligroso, incluso en la capital. Por eso, la guardia estaba obligada a informar de inmediato, para un transporte de emergencia.
Parece que los hombres son increíblemente valiosos en este mundo.
Algo llamó mi atención mientras hablábamos: la marca que mencionó. Según Fresa, todos los hombres reciben una para identificar a qué lugar pertenecen. Por lo que me dijo sobre esta marca, está relacionada con algo llamado "el gremio de hombres", aunque parecía evitar hablar más de ello asique deje de preguntar. Lo que sí noté fue que parecía algo nerviosa al mencionar ese sitio.
De repente, unos pasos apresurados interrumpieron nuestra conversación.
—¡Fresaaa! ¿Qué narices acabas de hacer? ¿Te comiste un hongo alucinógeno? ¡Te dije que no prepararas sopas raras! Quizá, si vamos juntas, te perdonen por esto. ¿Sabes lo importante que es encontrar a un hombre?
—¡¿Tristana?! ¿Conseguiste sacarte el carné de carro mágico? Por cierto, este es Cid.
Oh, su cara de sorpresa al verme… ¡me gusta! es graciosa. Tiene un aire inocente y algo infantil, aunque su belleza compite con la de Fresa. Aunque por su estatura… ¿Es una niña?
—Soy Cid. Encantado de conocerte, Tristana.
—¡¿U...u...un hombre?! No, no puede ser. Esa ley se creó solo para que chicas crédulas como Fresa se unieran a la guardia fronteriza. No puede ser verdad... Oye, Fresa, ¿tu sopa de hongos ahora afecta solo con olerla?
—¡Oye! Esa sopa fue un error, ¿vale? Olvídalo ya, por favor.
Ah, qué buen momento para molestar un poco.
—¿Tristana? ¿Estás bien? ¿Puedo hacer algo por ti?
Igual que con Fresa, usé el mismo método. Parece que no funciona con ella. O tal vez…
—¿Tristana?
GAME OVER
Unos segundos más tarde…
—¿Dónde estoy? Tuve un sueño raro. Soñé que mi amiga Fresa encontraba un hombre. Necesito dejar de ver revistas eróticas por la noche, hacen que duerma poco…
—¿Te has despertado?
—¡Ah! Era verdad… ¿Cid, ¿verdad?
—Sí. ¿Qué es una revista erótica? —pregunté haciéndome el tonto.
—Ah... eh... yo... —su mirada se desvió hacia Fresa, buscando un cómplice que la salvara del apuro.
Por mi parte, era incapaz de aguantar la risa. Deberíais haber visto su cara, aunque no podáis verla…
***
Resulta que Tristana era de la raza enana y no una niña. Era algo más bajita que yo, y una completa pervertida. Siempre que podía miraba donde no debía, pero nunca intentó nada, además el mapa la marcaba con un punto azul y era amiga y compañera de bebida de Fresa, asique seguro que era una buena persona.
Realmente me sorprendió mucho, ¿Todos los enanos tienen este aspecto? Me preocupa que me tiren mi historia por esta raza…
Después de eso, me explicaron adónde me llevarían: el gremio de hombres. No me dieron muchos detalles, así que estaba un poco preocupado. Por lo visto, antes de que despertara, Fresa había contactado con la capital para informar lo ocurrido. No sé cuánto tiempo tardaron en hacer la gestión para el transporte, pero el desayuno no duró más de diez minutos.
En cuanto al transporte… Bueno, este carro mágico es increíblemente rápido. Tardamos unos cinco minutos en llegar a la capital. Funciona como un avión privado, así que debo sentirme agradecido.
—¡Chicos!, ya estamos sobre la capital. —dijo Tristana.
Las vistas desde el cielo eran increíbles; la ciudad era mucho más grande de lo que esperaba.
—¡Es enorme!
—¿Verdad? Hay muchos sitios y lugares en la capital. Tardarías casi un mes en ver todo —dijo Fresa, mirándome con una sonrisa.
—Wow hay un castillo enorme en el centro, me gustaría ir a verlo un día.
Fresa me devolvió una mirada desconcertada. En un futuro acabaría sabiendo el porqué de esa mirada.
—Dentro de los muros del castillo hay siete palacios donde residen las siete gobernantes del continente.
Genial, otra curiosidad más. Ahora quiero ver a las siete gobernantes.
—Cid, ya estamos llegando al gremio de hombres. Allí las mujeres no podemos entrar, pero seguro que te volveré a ver antes de que acabe el día. Cuídate hasta entonces, ¿vale?
—Bien…
No quiero separarme de Fresa, pero… Supongo que no hay otra opción.
—¡Ya hemos llegado! —dijo Tristana eufóricamente. El carro se detuvo, luego de que bajara del carro, Tristana se me acercó para susurrarme al oído—: Estaré esperando por tus servicios, Cid. Aún no me he olvidado la humillación que me hiciste pasar frente mi amiga.
Qué sentimiento tan agradable, el susurro de una preciosa mujer con ganas de "venganza".
Fresa parecía algo inquieta. Supuse que era preocupación, así que decidí despedirme de la mejor manera.
—Nos vemos luego, Fresa —dije mientras le daba un beso en la mejilla.
Se quedó petrificada un rato. No fue hasta que abrí la puerta del gremio que respondió.
—T…t…te veo l…l…luego.
Definitivamente, las reacciones de Fresa son lo mejor. Aunque parece que hice algo raro, porque todas las mujeres que se encontraban alrededor, incluidas Tristana y las guardias del gremio de hombres, se sorprendieron y se sonrojaron.
Nada más abrir la puerta del gremio, me encontré con una recepción atendida por un hombre mayor, con una expresión que combinaba profesionalismo y curiosidad. Había dos puertas a cada extremo de esa pequeña sala.
—Vaya, parece que eres el nuevo, ¿verdad? —El hombre me examinó de arriba abajo con una sonrisa leve—. Qué alegría tendrá la jovencita al haberte encontrado.
—¿Disculpe?
No entendía a qué se refería este señor. Era el primer hombre que veía desde que llegué a este mundo. Hasta ahora, todas las mujeres que había encontrado no habían defraudado mi vista, pero… ¿los hombres se ven todos tan normales aquí? ¿O era solo este tipo?
—Permíteme que me presente. Mi nombre es Lucas, pero aquí todos me llaman César. Soy el maestro del gremio y estoy encargado de explicarte cómo funciona este lugar.
—Ya veo… Mi nombre es Cid.
—Bien, Cid. ¿Tienes alguna pregunta antes de comenzar el recorrido por el gremio?
—No.
En realidad, si, quería saber porque le llamaban César si su nombre es Lucas, pero no quería arruinar el ambiente.
—Bien, comencemos la visita, empezaré a explicarte desde donde estamos.
El lugar estaba sorprendentemente bien organizado. Nada más entrar por la puerta, el jefe del gremio se encargaba de aceptar las solicitudes de trabajo que llegaba de los diversos establecimientos con diferentes temáticas en la ciudad.
—La puerta de la izquierda es exclusiva para hombres, y la de la derecha está reservada para clientas VIP y nobles que vienen a elegir un hombre directamente. Son como dos edificios separados entre sí.
Entramos por la puerta de la izquierda donde Lucas —o César, como prefería que lo llamaran— me llevó hacia el tablón de misiones, un enorme panel en el centro de una espaciosa sala. Allí clasificaban las solicitudes según el rango requerido, publicándolas para que los hombres pudieran elegir.
—¿Rangos? —pregunté, no pudiendo contener la curiosidad.
—Sí, determina el nivel requerido para la misión, por ejemplo, todos aquí comienzan en el rango F. Con el tiempo, y dependiendo de tus resultados y evaluaciones, podrás ascender. Pero no te preocupes, ya tendrás tiempo para entenderlo todo.
Me limité a asentir, intentando no parecer demasiado emocionado. Era emocionante, como un videojuego había que escalar rangos, aunque en este caso erótico.
El lugar estaba increíblemente bien decorado. Había sillones, pufs y una atmósfera que hacía que el gremio se pareciera más a un lujoso club privado.
—Aquí también encontrarás una cafetería exclusiva para los residentes, una tienda de ropa donde podrás mejorar tu imagen y recibir encargos personalizados de las clientas. También hay un sistema de correos donde pueden enviarte regalos y cartas si te vuelves popular. Por supuesto también podras escribir a quien quieras.
Eso último sonaba interesante. ¿Regalos? ¿Cómo propina o una forma de cortejo? Definitivamente, suena interesante eso.
—Además, tenemos baños, que se asemejan más a spas de lujo, y dormitorios. Todos los novatos comparten habitación al principio, algo parecido a un albergue, pero en tu caso es diferente.
—¿Diferente?
—Sí, eres un caso especial. Estarás solo por ahora. —Me miró con un brillo de curiosidad en los ojos—. Los nuevos tienen un período de prueba de tres meses, extraoficialmente llamados rangos F. Durante ese tiempo evaluamos si merecen quedarse en la capital. Al término, independientemente de si permaneces o no, asciendes automáticamente a rango E. Pero si logras quedarte en la capital, tendrás muchisimas comodidades más, incluso como rango E tendrás derecho a una habitación propia. Aunque no esperes mucho de ella.
—Entonces, ¿ya tengo mi propia habitación?
—No exactamente. Como no es temporada de reclutar novatos, estarás solo en el albergue.
Bien. Mi primer objetivo estaba claro: establecerme en la capital y subir de rango lo más rápido posible. Todo sea para adquirir más comodidad.
César me explicó también cómo funcionaba el sistema de salarios.
—Por cada trabajo que elijas ganarás dinero. En rangos bajos, la mayoría se destina al mantenimiento de las instalaciones, alojamiento, comida y ropa, por lo que no ahorras casi dinero. Todo está organizado según tu rango, incluida las mejoras de la habitación. Por ahora, familiarízate con el lugar, acomoda tus cosas y prepárate.
—¿Puedo darme una ducha primero?
—¡Por supuesto! Ah, y toma esto. —Me entregó un folleto—. Aquí encontrarás información sobre los rangos, sus ventajas y los requisitos para ascender.
¡Por fin! Definitivamente lo leería después de ducharme. Todavía hay algo que quiero hacer desde que llegue a este mundo: ¡Mirarme al espejo!
—¡Gracias!
—No hay de qué. —Lucas me miró mientras me alejaba, con una sonrisa que parecía esconder algo más—. Es un chico extraño, pero… definitivamente estará muy ocupado en el futuro.
Primero fui al albergue, como no tengo habitación privada como tal, pensé en escoger una cama ubicada cerca de la puerta y de paso esperé encontrar un espejo. Y tenía razón, había uno.
Para mi sorpresa, como dijo la diosa era más joven y guapo, de hecho, no me parecía en nada a mi yo anterior. Tengo el cabello blanco y un color de ojos dorado que parece decir "He sido creado por la diosa", aunque no soy muy alto. ¿Será que a la diosa le gustan los bajitos?
Me dirigí directo a los baños, ansioso por despejarme y procesar todo lo que había aprendido. Fue entonces cuando me fijé. Al principio cuando llegué a este mundo, tuve que ir al baño un par de veces, por lo que comprobé que mi miembro era del equipo carne, o eso pensaba.
Resulta que estaba algo más allá de eso, "mi pene" para los que no entiendan a que me refiero con "mi miembro", era considerado "The God Dick", una fusión entre equipo carne y equipo sangre.
Pero eso no siempre es bueno, por lo que tengo entendido hay chicas que no les gusta que sea muy grande. Aunque no estoy seguro de eso…
Mientras el agua caliente caía sobre mi cuerpo, reflexione sobre lo que ocurriría de ahora en adelante: ¡Sexo! O eso pensaba.
Cuando acabé de ducharme, miré el folleto que me había entregado el maestro del gremio. Resulta que los rangos F, son rangos E en periodo de prueba y no pueden mantener relaciones sexuales.
Esta regla está diseñada para que, de manera progresiva, los hombres no se sientan agobiados. Solo a través de completar misiones y realizar un examen puedes ascender de rango, pero, a cambio, tus condiciones de vida mejoran. Es algo así como obtener mejores recompensas a cambio de asumir nuevos trabajos.
Personalmente no pude evitar sentirme algo decepcionado, debería haber hecho un movimiento con Fresa en aquel momento. ¡Maldición!