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Chapter 3 - Fragmentos de lo que fui

Dicen que el tiempo sana todas las heridas, pero el tiempo no puede borrar lo que llevamos tatuado en el alma. El reloj sigue girando, inclemente, y yo permanezco atrapada en el mismo lugar. Cada minuto que pasa es una punzada más en este vacío que dejó su ausencia. He intentado llenar el silencio con música, con palabras, con cualquier ruido que disimule lo que realmente sucede: la soledad ha venido a reclamar su trono.

Recuerdo la primera vez que me habló de amor. Sus palabras eran como una brisa cálida en una tarde de invierno, prometiéndome un calor que nunca llegó a ser permanente. Me entregué a ella con la ceguera de quien cree haber encontrado algo único, algo que nadie más podría comprender. Pero ahora, al repasar sus promesas, me doy cuenta de que eran solo sombras proyectadas por una luz que no era suya.

"Grabé tu rostro en mi memoria," me repito cada noche mientras cierro los ojos, esperando que el sueño me libere de esta prisión de recuerdos. Pero los sueños, crueles como son, la traen de vuelta. En ellos todavía siento su tacto, suave pero insistente, como si nunca se hubiera ido. Y despierto con una sensación de pérdida tan abrumadora que incluso el aire parece un enemigo.

No puedo evitar preguntarme si alguna vez me quiso, si alguna parte de ella era sincera en esos momentos que ahora parecen tan lejanos. Pero la verdad es que no importa. Saberlo no cambiaría nada, no haría que el dolor disminuyera ni que mi corazón dejara de latir con el ritmo irregular de una canción rota.

Cada lugar que compartimos se ha convertido en un escenario de agonía. La cafetería donde solíamos pasar horas hablando ahora me observa con indiferencia, como si fuera una extraña en su territorio. Las calles que recorrimos juntas parecen susurrar su nombre cada vez que las cruzo. Incluso el viento, frío y constante, lleva consigo el fantasma de su risa.

Una parte de mí quiere odiarla. Quiero culparla por lo que soy ahora, por la sombra que llevo encima, por los días que se han convertido en una sucesión interminable de vacío. Pero no puedo. Porque odiarla sería admitir que alguna vez fue lo suficientemente importante como para merecer ese sentimiento, y yo no estoy dispuesta a concederle ese poder.

"Dejé que tus besos me atraparan," murmuro al espejo mientras intento encontrar en mi reflejo a la persona que solía ser. Pero ella ya no está. Se perdió en algún punto entre las promesas incumplidas y las verdades que nunca se dijeron. Lo que queda de mí es solo un cascarón, una versión desgastada y rota de alguien que una vez creyó en el amor.

Mis días son un ciclo interminable de pretender y sobrevivir. Trabajo, sonrío, hablo con quienes me rodean, pero todo es una farsa. Nadie sabe lo que llevo dentro, el peso de esta carga que se ha convertido en parte de mí. ¿Cómo podrían entenderlo? Para ellos, soy solo una persona más, alguien cuya vida sigue su curso sin mayores contratiempos. Pero si tan solo pudieran mirar más allá de mi máscara, verían las grietas, los pedazos que intento mantener unidos con el pegamento de la rutina.

La noche es lo peor. Cuando el mundo se apaga y el silencio se convierte en mi única compañía, los recuerdos vuelven con una fuerza devastadora. Pienso en las veces que me dijo que me amaba, en cómo su voz parecía tan genuina. "Me hubiera encantado decirte de frente lo que me hiciste," pienso, pero las palabras nunca encuentran su camino hacia mis labios. Ella ya no está aquí para escucharlas, y quizás nunca lo estuvo realmente.

A veces creo que estoy destinada a esta melancolía, que esta tristeza es mi única verdad. Pero incluso en medio de esta oscuridad, hay una chispa de algo más. Tal vez sea esperanza, o tal vez sea simplemente la necesidad de seguir adelante porque no tengo otra opción. Lo único que sé es que no puedo seguir así para siempre.

Quizás algún día encontraré una forma de reconstruirme, de recoger los pedazos de lo que fui y convertirlos en algo nuevo. Pero por ahora, solo puedo seguir respirando, un aliento a la vez, mientras intento encontrar el camino de regreso a mí misma.