Yan Yuqing estaba atónita.
Antes de que pudiera entender lo que había ocurrido, Jiang Fan ya había abofeteado a Jiang Qin en la cara.
Jiang Qin también quedó aturdida.
Solo vio un destello antes de recibir la bofetada.
—¿Qué acaba de pasar?
A medida que el dolor ardiente en su rostro se hacía presente, Jiang Qin finalmente volvió a la realidad.
Una ola de profunda humillación surgía en su corazón, y rugió con ira:
—¿Te atreves a abofetearme?
—¡Quiero que mueras! ¡Muerto!!!
Ella siempre había sido quien humillaba a sus compañeros discípulos.
—¿Cuándo había sido abofeteada en público?
Inmediatamente perdió la razón, rugiendo mientras golpeaba hacia el pecho de Jiang Fan.
—¡Cuidado! —Yan Yuqing palideció de miedo.
Jiang Qin estaba en la Octava Capa de la Fundación del Establecimiento, y su Técnica de Palma cultivada era notoria por su ferocidad.
Un golpe en el pecho como ese podría ser fácilmente fatal.
—¡Qué maliciosa! —Los ojos de Jiang Fan se tornaron fríos.