CAPÍTULO 3: SENTIMIENTOS
Una noche normal y corriente, Landest estaba en su habitación jugando videojuegos hasta que le dieron ganas de comer algo. Decidió bajar a la cocina por comida. Al pasar por los pasillos, notó una presencia en la sala de estar, como si alguien estuviera esperándolo en el sillón. Landest se detuvo una vez cruzó la esquina, cuestionándose si había visto a alguien. Era extraño, ya que siempre estaba en casa solo, y esto resultaba bastante inquietante. Una vez en la cocina, Landest agarró algunas sobras del día anterior para comer y, posteriormente, subió a su habitación sin dar un vistazo a la sala de estar. Tenía miedo, ya que estaba todo oscuro y en plena madrugada.
Al llegar a la cima de las escaleras, Landest se detiene al escuchar como alguien está detrás de él. Escucha voces diciendo:
—Landest... ¿a dónde vas?
Intentando abrir la puerta de su habitación, oye cómo alguien se tropieza detrás suyo. No se escuchaba ruido ni gritos de dolor; el ambiente era silencioso y oscuro. Landest da una vuelta con muchos nervios, pero no ve nada.
Con lentitud, Landest se mete en su habitación y se pone a comer su cena. En ese momento, empieza a cuestionarse si está soñando o si es la realidad, ya que están pasando cosas paranormales en su casa. Al no encontrar una respuesta, decide salir con las luces encendidas para dar un paseo. Una vez fuera de su habitación, Landest se dirige a las escaleras. Es tan silencioso el ambiente que solo se escuchan sus pasos.
Frente a las escaleras, ve algo al comienzo de ellas: una persona en mal estado, como si estuviera sangrando de la cabeza. No podía moverse de lo asustado que estaba; era como si ya lo hubiera visto antes. Landest se da vuelta lo más rápido que puede para correr hacia su habitación. Mientras corre, escucha gritos viniendo de abajo diciendo:
—¡NO HUYAS! ¡NO ESCAPARÁS!
Landest, tan asustado, tropieza en la puerta de su habitación, dándose un golpe tan fuerte que lo hizo abrir los ojos. Y ahí estaba, recién despertado. Todo era un sueño, una pesadilla más.
Con un despertar muy agitado, Landest se despertó temblando y tocándose la cara. Sin duda, fue una mañana difícil de manejar, pero logró recuperar la compostura después de unos minutos. Ahora, Landest hace su rutina diaria. Después de ducharse, recibe un mensaje por teléfono de Sakai:
—¡Hola, Landest! ¿Qué tal estás, colega? Quería saber si has tenido contacto con Niro recientemente, ya que me gustaría saber si está disponible. Eres su vecino, así que me preguntaba si pudieras darle una visita. ¿Sí? ¡Un saludo de tu amigo Sakai!
Landest, al leer el mensaje, se cuestiona si ir o no. A pesar de que el lugar está bastante cerca, sigue siendo afuera de casa, y eso es difícil de manejar para Landest. Pasa unos minutos pensando si ir o no; no puede fallarle a su mejor amigo Sakai. Aunque le moleste tener que hacerlo, cree que es tiempo de madurar y dar el primer paso para el cambio. Después de muchas dudas sobre sí mismo, Landest decide salir a ver a su vecino Niro.
Listo para salir, dice en voz alta:
—Fiuuuff, venga Landest.
En el camino, Landest recuerda muchas cosas sobre Niro. Él fue uno de sus amigos de infancia, aunque no estuviera frecuentemente con él. También es parte del grupo de amigos de Landest, ya que había situaciones en las que Eris y Sakai venían a casa de Landest y de paso Niro se les unía. Esos buenos recuerdos envejecieron bien, pero Landest empezó a recordar algo que había olvidado, algo que no quiere recordar. Landest se frena y se cuestiona si debería ir a casa de Niro. Se ve que Landest tiene un recuerdo "malo" que hizo cambiar su opinión a mitad de camino, pero no puede dejar plantado a Sakai; tiene que al menos preguntarle a Niro si está disponible para Sakai. Y así es como llega a la puerta de la casa de Niro.
No quiere hacerlo, Landest tiene su mano apoyada en la puerta de Niro a unos simples movimientos de llamar a la puerta, pero tiene miedo, no quiere socializar. Absorto en sus pensamientos y teniendo una pelea interna para no tocar la puerta, Landest se rinde y decide retirarse. Pero su suerte no estuvo de su lado, ya que su pie resbala y golpea la puerta con fuerza. En un acto de nervios, no le queda otra que levantarse de la breve caída que tuvo y prepararse para ser recibido.
Esperando una respuesta, escucha un grito de una persona viniendo detrás de la puerta:
—¡Voyyy!
Landest, al escuchar esa voz, se paraliza por completo. No podía creer que esa persona estaba allí; no tenía idea de por qué estaba allí. Con un nudo en la garganta y sintiendo cómo todo su cuerpo se derrumbaba, ve cómo se abre la puerta. Y detrás de la misma... estaba esa chica. Landest no podía creer lo que veía. Quizás, para ese entonces, estaba soñando, pero no, era real. Landest fue recibido por Akari, su primera relación amorosa.
La reacción de los dos enamorados es casi la misma, solo que la de Akari es un poco más sorpresiva. Akari, con muchos nervios, le pregunta a Landest:
—¿Qué haces aquí? ¿Por qué ahora?
Landest no podía hacer absolutamente nada más que escuchar; no tenía fuerzas para hablar ni para moverse. A punto de estallar en lágrimas, Landest se da la vuelta y dice:
—Vendré otro día.
Pensaba que Akari estaba con Niro. Todo este tiempo separados, distanciados, varios años sin verse, ¿Akari ha estado visitando a Niro y no a Landest? Al menos, eso era lo que Landest pensaba una vez la vio después de mucho tiempo, y encima en casa de Niro. ¿Cómo quieren que entienda esta situación?
Cuando dio los primeros pasos hacia atrás, escuchó cómo la voz de Akari gritaba:
—¡No! ¡Por favor, no te vayas!
Unos segundos después, se escuchó otra voz en escena:
—¿Oye, Akari, qué pasa? ¿Quién es el que toc..? Oh... wow, ¿Landest?
Esa persona estaba nerviosa al enterarse de que era Landest el visitante. Esa persona era Niro, que estaba detrás de Akari. Landest no pudo contenerse más, así que apresuró el paso, alejándose. Pero sintió algo en el tercer paso que dio, una especie de empujón en su estómago. Escuchaba agitaciones de una persona en lágrimas. Landest miró hacia abajo y vio unas manos abrazando su torso. Era Akari; ella corrió a abrazar a Landest para detenerlo.
Akari, en lágrimas, le dice a Landest:
—Por favor, no te vayas, quédate...
Landest se encontraba dándole la espalda a su querida chica que lo abrazaba por detrás y también a Niro.
Unas palabras salieron de Niro:
—Landest... no es lo que crees, déjanos explicarte... por favor.
Landest no podía hacerse esto. Escuchando los llantos de Akari mientras lo abrazaba por detrás, mirando al cielo para no dejar caer ni una lágrima, Landest no resistió más. Empezó a soltar lágrimas como un bebé cada vez que escuchaba a su chica llorar, mientras Niro le decía que se tranquilizara.
Todo este tiempo, por culpa de su miedo a salir de casa, estuvo perdiendo el tiempo sin ver a sus amigos y a su chica. ¿De verdad está bien hacer eso? ¿Está bien ser un cobarde? Landest tenía pensamientos muy duros sobre sí mismo mientras pasaba la situación. Unas palabras de Landest mientras atravesaba por esta situación:
"Tengo a Akari abrazándome y ni siquiera soy capaz de voltearme a verla después de mucho tiempo... soy un cobarde. Cuando también me hago daño a mí mismo, odio tenerle miedo a la gente y no poder socializar, lo odio. Lo odio, LO ODIO... (sniff)... lo odio tanto... odio no tener el valor para salir de casa a ver a Akari... todo este tiempo... yo soy el culpable de no verlos... soy un idiota... ¿por qué (sniff) tengo que ser así?"
Después de un duro momento para Landest, en el que peleaba con sus pensamientos, se dispone a darse la vuelta y darles la cara a sus amigos. Niro, quien estaba en la entrada de su casa observando, dice:
—Tranquilos, pasen mejor y hablamos... ¿les parece?
A Niro se le nota también nervioso; no esperaba ver esa personalidad de él.
En el momento en el que me giré y vi a Akari a los ojos, no pude contenerme y volteé hacia otro lado. Me puse muy rojo al verla de nuevo, pero puedo decir lo mismo de Akari. Está tan roja como un tomate; no cambiamos nada ella y yo.
—Está bien, hablemos juntos... —dijo Landest con una sonrisa y lagrimas en su rostro.
Después de este emotivo reencuentro, los tres amigos entraron en la casa para hablar y aclarar las cosas.
FIN
CAPÍTULO 3: SENTIMIENTOS
ESCRITO POR STANTRACK