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Chapter 4 - CAPÍTULO 4: LA CULPA

CAPÍTULO 4: LA CULPA

En esa tarde tan emotiva, los tres amigos decidieron entrar a la casa de Niro. Una vez dentro, Niro ofreció a Landest un asiento para que se calmara. Akari se sentó al lado de él para tranquilizarlo. Niro, visiblemente nervioso, dijo que iría a su habitación a buscar a Eris.

—¿Qué? ¿Eris está aquí también? —Landest, sorprendido, empezó a preguntarles qué estaba pasando.

Niro le dijo que ya le contarían una vez trajera a Eris, que por algún motivo estaba en su habitación. Esto le resultaba muy raro a Landest.

Una vez se reunieron los cuatro en la sala, Eris llegó sorprendida por la visita de Landest y le preguntó:

—¿Qué haces aquí?

Landest, avergonzado, no dijo ni una palabra, como si lo estuvieran regañando. Pero Eris continuó:

—No me esperaba que salieras de tu casa por tu cuenta.

Landest alzó la voz, diciendo:

—¡No es eso! Yo... lo hice por Sakai.

Eris, al escuchar la respuesta, se quedó pensativa, ya que ella también había venido por petición de Sakai.

—Yo vine a preguntarle a Niro si estaba disponible. Sakai me lo pidió ya que, por lo visto, te lo había pedido a ti... y yo pensaba que no lo harías, ya sabes.

Tenía razón. No podía juzgarla si decía la verdad. Landest no solía salir de casa, y que por pura coincidencia hoy se decidiera por fin salir a la casa de Niro era un poco inesperado para Eris. Aunque le dolía un poco que, debido a su incapacidad para socializar, dudaran de él.

Al menos, el malentendido estaba resuelto. Akari y Niro, que eran espectadores de la pequeña charla entre Landest y Eris, entraron en la conversación. Akari dijo que era pura coincidencia que ella estuviera ahí. Se había encontrado con Eris en el camino a su casa, y Eris la había convencido de que fueran a ver a Niro para pasar el rato como antes. Niro dijo que siempre estaba disponible, ya que todos los días estaba solo en casa, igual que Landest.

Cuando Niro dijo eso, Landest pensó: "Bien, ya tengo la información que necesito. ¿Debería retirarme ya?".

Landest se vio obligado a quedarse ahí sin poder irse. Eris empezó a hablar de cómo le había ido esos días. Dijo que estaba buscando una escuela donde inscribirse para poder terminar la preparatoria, recordando así la propuesta que Sakai le había hecho a Landest de ir todos juntos. Esto lo hizo cuestionarse si había hecho lo correcto al aceptar. En ese momento, Eris les hizo la misma propuesta a Niro y Akari:

—Oigan, ¿les gustaría ir todos juntos a la escuela?

La propuesta sorprendió para bien a Niro y Akari, ya que les pareció maravilloso. Se les notaba en sus caras que les encantaría volver a la escuela y más si era con el grupo de amigos de toda la vida.

Mientras esos tres amigos hablaban sobre qué hacer en la escuela, había uno que simplemente permanecía callado. Landest solo observaba a los demás hablar sin molestarlos ni interrumpirlos. Eris, como siempre, lideraba al grupo de amigos, llevando el rumbo de la conversación. En un momento de felicidad entre el grupo de amigos, surgió una idea de Eris:

—¿¡Y si quedamos en algún lugar todos juntos!?

Landest se puso tenso en comparación con Akari, que parecía entusiasmada y emocionada. Niro lucía un aspecto un tanto anormal cuando se mencionó la quedada, como si no tuviera ganas de ir o como si estuviera ansioso por algo. Daba miedo. Cuando Eris preguntó al grupo, los demás aceptaron con ganas. Akari, con alegría, dijo:

—¡Claro que sí!

Cuando estaba decidido que se iban a organizar para salir todos juntos, Niro dijo:

—Está bien, ¿nos reunimos mañana en aquel parque?

Al oír eso, Landest se paralizó. Por supuesto, tenía buenos recuerdos, pero la razón por la que el grupo se separó hace años ocurrió allí, en ese parque donde solían jugar todos. Landest disimulaba su mal estado en ese momento, ya que no quería ir para nada. Akari se veía emocionada, Eris orgullosa de ser la líder que proponía ideas geniales y Niro... se le notaba un poco similar a Landest. Desde que Landest entró a su casa, Niro no paraba de echarle un ojo, como si lo tuviera en la mira cada rato. Supongo que no se esperaba verlo después de tanto tiempo.

Una vez decidieron la salida en grupo, Eris se despidió:

—Bueno, ¡nos vemos mañana en el parque!

Landest, al ver a Eris irse, la siguió despidiéndose también con un tono muy nervioso:

—Yo... también me despido.

Al darle una ojeada a Niro y Akari antes de irse, Niro lo miró muy seriamente y le dijo:

—Está bien, nos vemos mañana.

Eso fue directamente a Landest. Sabía a qué se refería. Niro de verdad esperaba que Landest fuera al parque. ¿Niro estaría emocionado también solo que lo ocultaba? Landest decidió irse, dándole una sonrisa a Akari antes de irse. Akari lo único que pudo hacer fue mirarlo como un perrito mientras Landest salía de la casa. Y así fue como pudo salir de la casa de Niro.

Una vez afuera, Landest se sentó en una banqueta para procesar todo lo que acababa de pasar y ordenar sus pensamientos. Una vez terminó, miró hacia enfrente y vio a Eris irse a su casa. Cuando la vio, Landest pensó en hablar con ella sobre lo que pretendía hacer. Así que se levantó y corrió hacia Eris para alcanzarla.

Ya alcanzando a Eris, Landest sujetó su hombro y soltó un "ey", frenándola. Eris, al darse vuelta, se sorprendió por la aparición de él. Landest le preguntó qué había hecho. Sabía perfectamente los problemas de Landest en aquel lugar y no hizo nada para impedirlo. Landest se expresaba un tanto enojado con nerviosismo al soltar esas palabras dirigidas a Eris. Pensando un poco en la situación, Eris siempre fue así, liderando al grupo de amigos, y Landest un simple espectador que observaba y seguía a los demás. Este es un caso en el que Landest directamente no quiere seguirlos. Eris, sabiendo a lo que se enfrentaba, le suplicó a Landest:

—Por favor, mañana ven al parque con nosotros.

Luchando con sus pensamientos, Landest estaba en el mismo dilema de siempre: no querer salir de casa. Sabiendo que sus amigos estarían ahí como antes, como en esos viejos tiempos donde todos solían jugar, Landest miró ese lado de la moneda, y una parte de él tranquilizó a su lado cobarde. Lo que hizo que mantuviera silencio mientras Eris le suplicaba más veces. Llegó un punto donde ya no podía seguir haciendo daño a su amiga y decidió aceptar, sintiendo una carga quitada de encima. Eris se alegró y, en parte, se sintió culpable de todo esto, así que se disculpó y posteriormente se despidió de Landest. Con este problema resuelto, era hora de regresar a casa.

Unos minutos después de separarse de Eris, Landest escuchó a alguien corriendo detrás de él, como si estuviera intentando alcanzar a alguien. Cada vez se escuchaban más cerca y, cuando estaba a punto de rebasar a Landest, se frenó detrás de él y sujetó su mano. Landest, desconcertado por la situación, no sabía quién era, pero cuando volteó hacia atrás, pudo ver a un ángel, su ángel mejor dicho. Era Akari. Una vez Landest dejó la casa de Niro, Akari lo siguió por detrás.

—Por fin te alcancé —dijo Akari.

Mientras caminaban por la calle de regreso a su casa, tuvieron una charla:

—Bueno, ¿estás emocionada? —preguntó Landest.

—¡Sí, bastante! Aunque sé que es difícil para ti —respondió Akari.

—Sí, lo sé. Yo... de verdad que no quiero ir.

—... Está bien, no pasa nada. Yo, después de todo este tiempo, había pensado que seguirías tal y como estabas.

—Lo siento, sigo siendo la misma persona idiota y cobarde.

—Sabes que eso no cambia mi opinión de ti. Además... soy yo la que debería disculparse.

Landest, confundido, pensó un poco sobre por qué Akari tenía que disculparse. ¿Habría hecho algo malo? Dudas resonaban en su cabeza, pero llegó la respuesta.

—Lo siento, no pude visitarte todos estos años —dijo Akari.

Con que era eso. Han pasado muchos años sin verse después de la separación del grupo. Es bastante extraño que no haya recibido mensajes o algún aviso de antemano. Debe tener una explicación.

—Bueno... es sobre mis padres. Estos últimos años, mi madre ha estado enferma y actualmente está en el hospital. Mi padre está dando todo por ella, pero no puede hacer mucho más. Los medicamentos son muy caros para una familia económicamente mal.

Landest, al escuchar esto, se sintió aliviado de que fuera una excusa seria y no una mentira o algo parecido a un engaño. Aunque Landest también comparte culpa. Recordemos que a Landest no le gusta salir de casa, es introvertido y no le gusta socializar. Si le sumamos eso a que Akari haya estado deprimida muchos años sin consuelo, es bastante jodido para los dos. Landest siente una impotencia por no poder salir de casa. Se siente culpable de todo esto. Si hubiera madurado hace mucho tiempo, nunca habría dejado en espera a sus amigos.

Lo único que puede hacer Landest es mirar al suelo mientras camina. Akari, a su derecha, siguiéndole el paso con un ambiente triste. Landest, al no encontrar palabras o algo, se detiene. Posteriormente, Akari lo ve y también se detiene, preguntándose qué pasaba. Pero Landest se movió lo más rápido hacia Akari y la abrazó. Landest, en sus pensamientos, solo podía echarse la culpa a él, pero quería al menos disculparse con sus amigos, empezando por Akari.

Lo único que sale de su boca son disculpas:

—Perdón por no haber madurado todos estos años. Sigo siendo un inútil y cobarde.

Lo único que podía hacer era desahogarse una vez más. Akari respondió su abrazo con otro y así se despidió de él. Landest se retiró hacia su casa para poder procesar el día de hoy y prepararse para mañana.

FIN

CAPÍTULO 4: LA CULPA

ESCRITO POR STANTRACK