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Chapter 5 - CAPÍTULO 5: PUNTO DE INFLEXIÓN 1

CAPÍTULO 5: PUNTO DE INFLEXIÓN 1

Esa misma noche, cuando Landest regresó a su casa exhausto, comenzó a soñar el mismo sueño de nuevo. Ahí estaba, en el mismo parque de siempre, pero esta vez no estaba solo. Estaba charlando con Niro. Posteriormente, todo se tornó oscuro, como si en el sueño se hiciera de noche. Solo se podían ver los faros de luz del parque y escuchar el sonido de las hojas de los árboles. Quitando eso, el parque estaba en completo silencio, con un ambiente inquietante. Niro dijo:

—Yo... lo oculté todo este tiempo... por tu bien. Nosotros solíamos ser amigos, ¿verdad, Landest? ¿Podrías perdonarme, mi mejor amigo?

A la mañana siguiente, Landest olvidó su sueño, como si hubiera visto una visión del futuro. Se cuestionó qué tipo de sueño habría tenido y comenzó su rutina diaria. Cuando pasa demasiado tiempo en casa, las horas pasan muy rápido, tan rápido que Landest se dio cuenta justo cuando tenía que ir al parque. Con esa sensación de darse cuenta, Landest dudó si ir o no ir. Por una parte, estaba muy nervioso por ir específicamente al parque, ya que en el pasado él y su grupo de amigos se vieron por última vez allí. Parecía que Landest aún no superaba eso.

Un teléfono sonó, desconcertando a Landest. Era Sakai con un mensaje:

—¡Ey, Landest! ¿Todo bien, amigo? Me preguntaba si irías al parque hoy con los demás ya que me han avisado tarde (fue Eris seguramente). ¡No te preocupes! Sé que estás cómodo estando en casa... y yo también me siento raro al ir de nuevo al parque con nuestros amigos. Bueno, mejor no recordarlo, ¿no crees? En fin, si es que no vienes, me gustaría que recuerdes que yo y Eris estaremos ahí para ti. Cuídate, amigo.

Absorto en sus pensamientos, Landest decidió dormir un rato antes de decidir si ir al parque o no.

Una vez más aquí, todos los sueños que ha tenido Landest se centran en el parque, pero esta vez está todo el grupo de amigos reunido, aunque se les ve en su aspecto de niños. Landest no puede moverse ni hablar, solo parece que puede observar este sueño. Ahí estaban Sakai y Eris en los columpios, compitiendo para ver quién iba más rápido. Akari estaba en el tobogán, tan emocionada que se tiraba rápido para volver a subir. Y luego estaban Niro y Landest, a lo lejos, en unos arbustos, como si estuvieran espiando a los otros tres. Niro y Landest comenzaron a platicar. Landest, que observaba con miedo el sueño, sentía como si supiera lo que ocurriría, ya que no podía escuchar la conversación de él mismo con Niro. Se sentía con pánico y nervios al observar lo que pasaba. Miraba cómo Niro y él de pequeño parecían enojados, como si estuvieran peleando. Llegó un momento en el que ese Landest no podía más y empezó a correr. Niro, al verlo correr, lo persiguió al instante. El Landest expectante no quería ver esto, no quería volver a vivir lo de aquel trágico día, pero antes de que Niro alcanzara al Landest niño, despertó del sueño escuchando un grito:

—¡NO HUYAS! ¡NO ESCAPARÁS!

Luego de esa siesta que se echó Landest para intentar calmarse y pensar mejor la situación, empeoró absolutamente todo. Su teléfono volvió a sonar unos minutos después. Era un mensaje de Akari. Landest, al enterarse, abrió con emoción el mensaje a pesar del mal estado en el que se encontraba:

—Hola, Landest. Uhm... bueno, espero que estés bien. Quiero hacerte saber que yo iré a la reunión con los demás por si quieres ir a verme. Sé que es egoísta hacerte esto, pero no puedo decirle que no a nuestros amigos... y, tranquilo, no pasará nada... no de nuevo. Te quiero. Chau.

Landest se sentía mal, tenía náuseas después de todo lo que pasó en este poco rato. Tuvo dos sueños que no quería recordar y dos mensajes de sus amigos, Sakai y Akari. Landest dijo:

—No quiero batallar con esto, no otra vez. Si lo que dicen mis amigos es cierto, ¿entonces por qué no les hago caso? ¿Por qué desconfío de mis amigos en primer lugar? ¿Tan lamentable soy?... Tengo que ir, por Sakai, por Eris, por Akari... aunque sea por esos tres, debo hacerlo.

Y así Landest se dirigió hacia el parque del que tanto soñaba.

A mitad de camino, se cuestionaba si era lo correcto. Landest estaba preocupado por lo que pudiera ocurrir. Cruzando cada calle, avanzaba hacia el parque. En medio de la calle, se encontró con alguien familiar. No quería saludar ni llamar la atención, pero esa persona notó la presencia de Landest. Esa persona era Niro. Su reacción fue inesperada, ya que Niro se le notaba ansioso por venir. Pero Landest intentó pasar por alto a Niro. Unos segundos caminando, Niro se acercó a Landest:

—Uhm, hola, Landest.

Se le notaba nervioso cuando Niro saludaba. Landest le devolvió el saludo moviendo su mano derecha, y empezaron a caminar al parque juntos.

Niro estaba nervioso, pero a la vez un poco enojado. Landest no podía dejar de echarle un ojo a Niro, como si estuviera esperando un movimiento de él. En ese entonces, Niro se puso serio y empezó a hablar:

—Bien, ya no te tengo miedo.

—¿Qué dices? —preguntó Landest.

—Landest, ¿vas a seguir actuando como si no hubiera pasado nada?

Esa pregunta alarmó a Landest. No podía dejar de temblar en ese momento, a punto de derramar el vaso y a punto de salir corriendo del miedo. Landest continuó fingiendo estar bien.

—¿Hm? ¿De qué hablas, Niro?

Al escuchar eso viniendo de Landest, Niro se enojó muchísimo.

—Ah... muy bien. ¿Seguirás fingiendo ser inocente o no? No es algo de lo que puedas superar tan fácilmente.

Diciendo esto, Niro puso su mano en el hombro de Landest, el típico abrazo de hombros con un brazo, pero Landest estaba temblando.

—Mira, ya estamos por llegar. ¿Quieres echar un paseo por aquel lugar? En verdad, me da igual tu respuesta... iremos.

Landest solo le seguía el juego a Niro. Sabía perfectamente para qué era este "paseo". En ese momento, recordó cómo los matones de su época escolar abusaban de él, como si Niro fuera malo. Caminando hacia la entrada del parque, dieron vuelta para caminar alrededor del mismo hasta que se detuvieron en un lugar en concreto. Era ese lugar donde solían estar ellos dos, aquel lugar donde se miraba el centro de diversión, donde podían ver a sus amigos jugar, esos arbustos en los que siempre les había gustado estar.

—Mira, Landest, ¿no te trae lindos recuerdos? —dijo Niro.

De lo impactado que estaba, a Landest no le salía ni una palabra. Solo permanecía callado, como si estuviera regañado.

—Mientras menos hables, más enojado me pongo. Dios mío... —Niro levantó la voz—. ¡¡¡MUÉVETE!!!

Niro lanzó al suelo con agresividad a Landest, dejándolo tirado en aquel arbusto en el que solían esconderse.

—Yo... de verdad pensé que madurarías durante todo este tiempo... ¿Cómo es posible que hayas mentido?

Niro continuó, con rabia contenida:

—Aquel día, cuando saliste corriendo y me dejaste malherido, ¡¡PODÍA HABER MUERTO!!

Niro: —¡Dime algo, Landest, por favor!

En ese momento, Landest se encontraba entre el arbusto y el suelo. Unas pocas ramas lo sujetaban y había quedado atrapado con algún que otro rasguño.

—Lo... lo siento... —balbuceó Landest—. No quería que pasara eso... éramos demasiado chicos para entender la situación.

Y aquí Landest empezó a desahogarse con Niro, diciéndole todo lo que nunca le pudo decir.

—Cuando me preguntaste si me gustaba alguien... yo me alteré mucho. En ese momento, me gustaba Akari. Nos gustaba Akari. Al enterarme de que tú sentías eso por ella, yo... me aloque, me alteré y accidentalmente te empujé. No esperaba que te hicieras ese daño tan grande en la cabeza, pero me pareció horrible la excusa que tomaste...

—Landest, lo oculté todo este tiempo... por tu bien —interrumpió Niro.

Esa palabra, es como si Landest ya la hubiera escuchado. Un pequeño déjà vu pasó por Landest.

—No sabes las cosas que sufrí. ¡¡TE TUVE QUE SALVAR DE UNA GRANDE!! Si no fuera por mí, todos ellos te culparían a ti. Al fin y al cabo... fui yo el que fingió haber perdido la memoria todos estos años.

Como no, Niro lo ha dicho. Yo no quería tocar ese tema, no de nuevo. Quiero dejar las cosas en el pasado. Me duele saber que Niro tuvo que cubrirme la espalda fingiendo haber perdido la memoria para que no me culparan a mí de que fue mi culpa haberlo empujado y posteriormente herirlo de gravedad. Aunque fui muy idiota de niño, ¿cómo fue posible que en vez de ayudarlo a levantarse, haya huido de él? ¿Cómo pude abandonar a un amigo en esa situación? Sin duda, soy una mierda de amigo.

—Niro... yo de verdad... lo siento por dejarte atrás ese día. No pensaba que nuestros amigos se separaran por esto...

—No digas nada más, por favor. Ya no hables... Puedo entender que seas niño y no sepas qué hacer en esa situación, pero abandonar a un amigo... eres de lo peor.

Esa frase golpeó duro a Landest. Lo llenó de rabia hasta el punto de intentar levantarse, pero no podía. Estaba atorado en las ramas del arbusto.

—Ni te levantes. Te ves mucho mejor ahí abajo.

Landest ya no miraba a Niro como un amigo. Lo único que quería era levantarse. Con dificultad, logró salir del arbusto y ponerse de pie. Posteriormente, soltó unas palabras:

—No entiendes cómo me siento. Yo pensaba que éramos amigos aun después de la tragedia.

—Y tú no sabes madurar, ni aceptar la culpa.

Cuando Landest escuchó eso viniendo de Niro, rápidamente alzó el brazo y golpeó en el rostro a Niro, dejándolo en el suelo.

—¡Ahgg! ¿¡ESTÁS TONTO O QUÉ!?

Al escuchar eso, Landest sintió una sed de sangre venir por parte de Niro, por lo que empezó a correr, abandonando a Niro una vez más.

—¡NO HUYAS! ¡MALDITO INMADURO! ¡NO ESCAPARÁS!

Corriendo a alta velocidad, Landest casi sale de la zona de árboles y arbustos, que era donde se encontraban, para entrar en la zona de juegos, donde a lo lejos podía ver a sus amigos reunidos: Sakai, Akari y Eris. A punto de llegar, sintió como alguien agarraba su pie y provocaba que Landest se cayera de cara contra el suelo, haciendo que este se clavara una rama en el ojo derecho.

—¡...!

No puede ser. Me clavé algo en el ojo. Me duele mucho, me duele, ¡ME DUELE! Joder, cómo duele. No puedo ver nada, mierda. ¿Me tropecé con una rama o algo? ¿Me alcanzó? Tengo que salir de aquí rápidamente. No quiero que mis amigos me vean. ¡SAL DE AQUÍ! ¡YA!

En ese momento, Niro se levantó después de haber tumbado a Landest y decidió caminar hacia el frente, donde estaban sus amigos reunidos. Pasando por Landest y dejándolo en el suelo con una rama en el ojo, Niro le devolvió una mirada de odio y desprecio mientras avanzaba hacia adelante. Landest, en el suelo, solo podía ver con el ojo izquierdo a sus amigos reuniéndose con Niro y podía escucharlo. Desde lo lejos, se escuchaba cómo Niro les mentía a sus amigos, diciendo que no había visto a Landest de camino al parque, pero sabía perfectamente que él estaba allí, a metros de ellos.

Rápidamente, Landest pensó en algo para llamar a uno de sus amigos y decidió usar el teléfono. Con debilidad y con poca visión, Landest decidió enviarle un mensaje a Sakai, quien era el más confiable para él. Una vez enviado el mensaje, le tocó esperar a que lo leyera, y él seguía en el suelo. Por suerte, no sangraba mucho, pero sí necesitaba tratamiento.

—Oh oh... me estoy mareando... puede que me desmaye —murmuró Landest.

Al borde de desmayarse, revisó su teléfono para ver si Sakai le había respondido, pero se dio cuenta de que se había equivocado de chat. Se lo había mandado a Akari.

Mierda, no quería preocuparla, pero seguro ya viene en camino. Si intento levantarme, seguramente me mirarán todos. No me gustaría que se enteraran y causar otra tragedia... no otra vez.

En menos de un minuto, Akari se inventó una excusa para irse del parque y poder ir a por Landest, ya que pudo escucharla hablar con ellos. Landest, aliviado, esperó pacientemente la llegada de su ángel. Y ahí estaba, Akari, con lágrimas en los ojos y las manos en la boca por lo asombrada que estaba. Landest, en el suelo, con una rama clavada en un ojo.

—Oh Dios mío... ¿¡Cómo te pasó esto!? Tenemos que ir por los tratamientos, ¡rápido!

Una vez que Akari llegó, intentó levantarme sin que los demás nos vieran para poder caminar siendo sujetado por ella, y con esto, nos dirigimos hacia su casa para que me recuperara. Pero Niro se notó sospechoso al ver que Akari se iba. Pensar que fuimos buenos amigos de niños... pensar que compartía personalidad con esa persona... pensar que era de mis mejores amigos... me duele mucho.

FIN

CAPÍTULO 5: PUNTO DE INFLEXIÓN 1

ESCRITO POR STANTRACK