La oscuridad envolvía a Naruto como un manto infinito, tan densa que no había forma de medir el tiempo o la distancia. Apenas podía distinguir sus propios pasos, resonando débiles en aquel vacío insondable. Caminaba sin rumbo fijo, guiado únicamente por su instinto, mientras su mente luchaba contra el desasosiego que lo invadía. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? Podrían haber sido minutos, horas o incluso días. La sensación de soledad era aplastante, y la única compañía que tenía era el eco de su respiración entrecortada.
De repente, una tenue luz azul comenzó a parpadear a lo lejos, rompiendo la monotonía de la penumbra. Naruto se detuvo, entrecerrando los ojos para asegurarse de que no era una alucinación. "¿Qué es eso?" murmuró para sí mismo, su voz sonando extraña en aquel silencio abrumador. Sin dudarlo, avanzó hacia el resplandor, sintiendo cómo una extraña mezcla de curiosidad y aprensión se apoderaba de él.
Al acercarse, la luz tomó forma: una esfera azul flotando en el aire, emanando una suave luminosidad que iluminaba un pequeño radio a su alrededor. No había nada que la sostuviera, pero parecía flotar con una serenidad imposible. Naruto se detuvo a unos pasos de ella, cautivado por su belleza. La esfera no emitía calor, pero había algo en su presencia que lo hacía sentirse... observado.
Con cuidado, extendió la mano hacia ella, pero esta vez no se apresuró a tocarla. La examinó con detenimiento, notando cómo la luz parecía ondular ligeramente, como si estuviera viva. Había algo hipnótico en la forma en que brillaba, algo que le susurraba al subconsciente, instándole a acercarse más. Finalmente, su dedo rozó la superficie.
En el instante en que lo hizo, un destello cegador llenó el espacio, obligándolo a cerrar los ojos con fuerza. Sentía que algo lo envolvía, como si estuviera siendo arrastrado a través de un túnel de energía. Un zumbido resonaba en sus oídos, y por un momento perdió toda percepción de su cuerpo, como si hubiera dejado de existir. Entonces, todo quedó en silencio.
------------------------------
En otro lugar, muy lejos de allí...
En la oscuridad de la Baticueva, Bruce Wayne se encontraba frente a su inmensa computadora, con los músculos tensos y una expresión sombría. Llevaba el torso desnudo, cubierto de vendajes que protegían las heridas infligidas por Nocturne en su último enfrentamiento. Las luces azuladas de las pantallas iluminaban su rostro, acentuando las líneas de cansancio que marcaban sus facciones. A pesar del dolor físico, lo que más le atormentaba era la incertidumbre. ¿Qué era ese ser? ¿De dónde había salido?
Los datos que había recopilado eran escasos, apenas fragmentos de información inconexa que no lograban pintar un cuadro claro. Nocturne no se parecía a nada que hubiera enfrentado antes. "Un asesino que se alimenta del miedo..." pensó, mientras las palabras del monstruo resonaban en su mente. Aquella batalla había sido un recordatorio brutal de sus limitaciones. No estaba acostumbrado a sentirse vulnerable, pero esta vez había rozado la muerte.
—Señor Bruce —la voz calmada de Alfred lo sacó de sus pensamientos—, quizás debería considerar descansar. Su cuerpo necesita tiempo para recuperarse.
Bruce no respondió de inmediato. Sus ojos seguían fijos en la pantalla, donde las imágenes borrosas de Nocturne parecían burlarse de él.
—No puedo darme ese lujo, Alfred. No mientras esa cosa siga ahí fuera.
El mayordomo suspiró, acercándose con una bandeja que llevaba una taza de té humeante. La dejó a un lado antes de cruzarse de brazos.
—Con todo respeto, señor, enfrentarse a un enemigo como ese en su estado actual no es valentía, es imprudencia. Si insiste en continuar solo, lo único que logrará es terminar como una de sus víctimas.
Bruce frunció el ceño, apartando la mirada por un momento. Sabía que Alfred tenía razón, pero la idea de pedir ayuda le resultaba casi insoportable. Sin embargo, tras unos segundos de silencio, habló.
—No puedo involucrar a Robin, Batgirl ni a los demás. Esto... esto está más allá de lo que pueden manejar. Podrían morir si se enfrentan a él.
Alfred asintió, comprendiendo su dilema.
—Entonces, tal vez debería buscar aliados fuera de Gotham. Hay personas allá afuera que podrían ser de ayuda, incluso si eso significa salir de su zona de confort.
Bruce se quedó pensativo. Pedir ayuda era una opción que detestaba, pero las palabras de Alfred tenían peso. Finalmente, dejó escapar un suspiro.
—Si esa cosa vuelve a aparecer, consideraré buscar apoyo. Pero hasta entonces, esto es asunto mío.
Alfred lo observó por unos momentos antes de asentir y retirarse, dejándolo solo en la cueva. Bruce permaneció allí, mirando la pantalla con una expresión que oscilaba entre la determinación y la incertidumbre.
------------------------------
De vuelta con Naruto...
Un resplandor cegador llenó sus ojos hasta que, poco a poco, la luz comenzó a disminuir. Naruto parpadeó varias veces antes de darse cuenta de que ya no estaba en la oscuridad. Lo que se extendía ante él era algo completamente diferente: un enorme salón de mármol, iluminado por una luz suave que no provenía de ninguna fuente visible. Las paredes eran altas, adornadas con intrincados relieves que parecían contar historias desconocidas.
En el centro de la pared trasera, un vitral enorme capturó toda su atención. Era una obra de arte magnífica, representando figuras que él no reconocía: criaturas y personas de formas y tamaños variados, cada uno con detalles tan precisos que casi parecían reales. Sus expresiones eran diversas, algunas llenas de furia, otras de serenidad, y algunas incluso de pura maldad. El vitral parecía brillar con una luz propia, como si las figuras estuvieran vivas.
Naruto dio un paso adelante, incapaz de apartar la mirada. Sin embargo, su asombro creció aún más cuando notó los hologramas que flotaban por la habitación. Cada uno representaba a las mismas figuras del vitral, pero en tres dimensiones, mostrando detalles aún más impresionantes. Eran grises, carentes de color, pero eso no disminuía su magnificencia. Había algo inquietante en ellos, como si lo estuvieran observando en silencio.
Miró a su alrededor y notó las dos puertas en los extremos del salón, cada una idéntica a la otra. Por un momento, sintió la urgencia de moverse, de explorar, pero estaba tan abrumado por lo que veía que no pudo hacer otra cosa que quedarse quieto.
—¿Qué... es este lugar? —murmuró finalmente, su voz apenas un susurro en el vasto salón.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Hola, se que el capitulo es mas corto que los anteriores pero al momento de que se suba este estaré trabajando en el siguiente para ver si lo puedo subir hoy mismo y si no mañana subir dos capítulos juntos, después de todo llegamos a un momento importante en la historia.
Desde aquí todo comenzara a tomar aun mas forma que antes y espero estar a la altura de sus expectativas, por cierto la idea de subir dos capítulos por día esta tomando mas fuerza en mi cabeza así que probablemente la siguiente semana comience a aplicar eso.
También estuve pensando en subir esta misma historia pero traducida al ingles, aun no estoy seguro de que tan buena sea esa idea pero si me dicen que lo intente así lo haré, por cierto también si pueden los invito a ver la otra historia que estoy haciendo en este momento para ver si les gusta.
Ahora si, sin mas que decir gracias por leer la historia y si les gusto agradecería su opinión con un comentario suyo, gracias a esa gente que sigue apoyando esto y espero seguir haciendo cosas de su agrado.
Los veo al rato o mañana con mas actualizaciones.