—¡Winslow! —Aiden habló con tal fluidez que la preocupación que Arwen tenía momentos antes en su corazón parecía disiparse.
Pero espera, ¿dijo Winslow? No había oído muchos Winslow en Cralens. El apellido no era común, pero había oído hablar de una familia Winslow muy famosa. Su padre solía mencionarlos en el pasado, pero esas conversaciones se volvieron menos frecuentes a medida que ella crecía. ¿Sería esta la misma familia Winslow de la que había oído hablar?
Arwen estaba perdida en sus pensamientos cuando le oyó repetir:
—Aiden Winslow, mi nombre completo. Y no me dedico a nada que te vaya a asustar —añadió, haciéndola sentir avergonzada.
Hasta que lo conoció, no se había dado cuenta de lo fácil que era de leer. Cada vez, él la leía como si estuviera leyendo el dorso de su mano.
—Solo es que no te conozco lo suficiente —intentó explicar Arwen, pero no parecía que nada de lo que dijera fuera a mejorar la situación. Entonces cambió de tema y preguntó: