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Chapter 28 - Capitulo 28

Capítulo: "Los Tacos al Pastor: La Revelación Divina en el Reino"

Después de semanas de carne de orco, hamburguesas veneradas y Sprite que los nobles ya empezaron a llamar "la bebida celestial", sentía que algo faltaba. Algo importante. Un vacío existencial en mi estómago que ni las hamburguesas ni el helado lograban llenar. Entonces, recordé: los tacos al pastor. ¡Los tacos divinos que me han sostenido en otros tiempos y dimensiones!

Fue una epifanía culinaria. Si el rey casi me hace su chef oficial por una hamburguesa, ¿qué sucedería cuando probara el manjar que llamamos "tacos al pastor"? Me visualicé como el nuevo líder espiritual del reino, venerado por traer la comida de los dioses a estas tierras. Decidido, armé un trompo improvisado para hacer los tacos y me dispuse a revolucionar las papilas gustativas medievales.

Pero antes de empezar, enfrenté un obstáculo mayor. ¿Sabían que en este mundo no tienen ni idea de lo que es un trompo? Imaginen a los cocineros y ayudantes observando cómo improvisaba un espeto giratorio. Cuando me preguntaron qué era, solo pude responder: "Es magia, chicos. Prepárense para probar el futuro". Y todos quedaron maravillados, imaginando algún hechizo extraño.

El Proceso Místico de Crear Tacos al Pastor

Por supuesto, aquí no hay piñas ni salsas especiales, así que tuve que invocar un paquete de ingredientes de mi dimensión (sí, así de serio me tomé esta misión). Con la carne marinada, el trompo girando y un ambiente lleno de expectativas, me preparé para el momento de la verdad. Claro, toda esta operación secreta se llevaba a cabo en el sótano de mi tienda, porque si los nobles me veían, era capaz que me pedían hacer un show tipo circo cada vez que cocinara.

Mientras el aroma empezaba a llenar el lugar, la curiosidad de todos se disparó. Lady Inocencia, Lady Perfección, e incluso el maestro de pociones de la academia pasaron a ver qué estaba sucediendo. Alguien corrió la voz de que un "nuevo invento" estaba en camino, y ya me imaginaba a los nobles organizando sus apuestas sobre qué sería esta vez: ¿otro pan con carne? ¿Un experimento con papas? Ni idea tenían de que estaban a punto de probar un pedazo de la auténtica divinidad callejera.

Finalmente, cuando el primer taco estuvo listo, lo decoré con una rebanada de piña y un toque de salsa que había logrado improvisar. Y llegó el momento tan esperado. Lady Inocencia se animó a probarlo primero. A medida que mordía el taco, vi su cara cambiar de incredulidad a asombro puro. Se quedó sin palabras (algo raro en ella), y con una mirada de iluminación casi religiosa, exclamó: "¡¿Qué clase de magia es esta?!"

La Reacción del Reino al Primer Taco

No pasó mucho tiempo antes de que todos se lanzaran sobre los tacos como si fueran tesoros. Lady Perfección trataba de mantener la compostura, pero ya iba en su tercer taco y empezaba a perder la dignidad con cada bocado. El maestro de pociones hasta quiso analizar los ingredientes, convencido de que usé alguna hierba prohibida que causaba adicción instantánea. Y el murmullo se empezó a esparcir por todo el lugar: "¡El chef ha traído un platillo legendario!"

Los tacos se convirtieron en una fiebre. Los nobles rogaban por un pase privado para probarlos, y el rey, al enterarse de que tenía una nueva especialidad en mi restaurante, pidió que le enviaran tacos con "todos los hechizos posibles". Tratar de explicarle que el taco era solo carne, piña y tortilla fue una misión imposible, así que terminé enviándole una bandeja decorada con tanto estilo que parecía ofrenda divina.

La Caída en la Locura Tacomántica

En poco tiempo, el reino entero estaba obsesionado con los tacos. Los nobles escribían cartas solicitando recetas, los plebeyos empezaron a clamar para que se vendieran a precios accesibles, y uno de los cocineros reales incluso intentó hacer una versión propia. Por supuesto, fracasó estrepitosamente, porque, ¿qué sentido tiene un taco sin el trompo al pastor, señores? ¡Es como querer conjurar un hechizo sin el libro adecuado!

El rey, emocionado con su nuevo manjar favorito, incluso me ofreció hacerme "Caballero de los Tacos" (sí, ese era el título). Me imaginaba desfilando en la corte, con un estandarte de tortilla y mi honor intacto como el inventor de los tacos al pastor en este mundo. Acepté, aunque me aseguré de dejar claro que si alguno de los cocineros reales intentaba robar la receta, iba a ser un "incidente diplomático". Ya tenía suficiente con los rivales en la academia como para sumarle espías culinarios en la corte.

El Aftermath de la Fiebre del Taco

Claro, el éxito no vino sin consecuencias. Los nobles querían aprender a hacer el trompo, Lady Perfección exigía una clase privada (que obviamente se convertiría en una excusa para acaparar los tacos), y Lady Inocencia ahora iba por ahí pregonando que los tacos tenían propiedades curativas. Como si no tuviera ya suficiente al lidiar con la fiebre de las hamburguesas y el KFC, ahora cada comida en el reino debía incluir tacos como plato principal.

Para coronar esta locura, una orden real llegó a mis manos: el rey ordenó que los tacos al pastor fueran reconocidos como platillo oficial de las festividades. Sí, señores, acababa de instaurar los tacos en el mismísimo calendario festivo del reino. Me reía solo, imaginando a los bardos componiendo canciones sobre "la bendición al pastor" y a los sacerdotes lanzando oraciones mientras mordían tacos con devoción.